2003-11-27.LA RAZON.ORTEGA ESCANDALIZA A EUROPA AGT

Publicado: 2003-11-27 · Medio: LA RAZON

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ORTEGA ESCANDALIZA A EUROPA 
LA RAZÓN. JUEVES 27 DE NOVIEMBRE DE 2003
ANTONIO GARCÍA TREVIJANO 
Los españoles se apasionaban antes por las figuras de la cultura como por las del toreo. El bando de los que se embobaban con la razón vital, de Ortega, se oponía al de los entusiastas del sentimiento trágico de la vida, de Unamuno. El primero quería europeizar a España. El segundo españolizar a Europa. Ambos fueron miembros del Congreso Paneuropeo, celebrado en Viena (1926) bajo las efigies de Kant, Mazzini, Hugo y Nietzsche. El primero participó en los «Rencontres» de Ginebra. Su conferencia de 1951 escandalizó y defraudó a intelectuales de prestigio mundial. 
   Aunque conferencia y coloquio están publicados por Ediciones Guadarrama (1957), la falta de libertad de crítica ante un fetiche consagrado ha mantenido oculta la airada reacción de la inteligencia europea frente a la fuga mental de nuestro ufano filósofo. Ortega faenó, él lo dijo, como un torero. Pero en lugar de coger el toro por los cuernos lo citó a puerta gayola y le dio una larga cambiada de la que salió atropellado. 
   «El físico más genial no es Einstein, un físico clásico que pertenece al pasado, sino Heisenberg, a quien dije que si él había volatizado la física, el teorema de Gödel hizo de la lógica una utopía. La lógica no existe. Esto implica una crisis de nuestra civilización más profunda que todas las catástrofes bélicas. Pareció sorprendido de que yo estuviera al corriente de un secreto muy abstruso de formulación recentísima. La razón de los griegos, de Descartes, de Kant, de las matemáticas y la física se ha revelado imposible. Me vi obligado a encontrar una razón menos infantil y pobre que la razón pura. Llegué a otra más estricta. La llamo razón vital o razón histórica. Dilthey es el más grande pensador. A las ideas tradicionales del Ser y la Conciencia añadió la idea de la Vida. Todo lo posterior son distintas modulaciones de esta idea. Comencé la filosofía de la Vida en una pequeña península detrás de montañas demasiado altas. Por eso Heidegger ¬que era amigo mío¬ ha repetido cosas que dije en España trece o catorce años antes. Pero usó terminología escolástica y, por error, se dirigió al Ser de nuevo. Sartre no ha comprendido». 
   A tan fatua ignorancia de los desarrollos de la lógica y la física ¬que han tecnologizado la sociedad industrial, los viajes espaciales, la televisión, las guerras con inteligencia artificial, las comunicaciones por satélite¬, al provinciano reproche a los oyentes de no conocer sus libros, Ortega añadió insultos de «petulancia» a los ingleses, de desprecio a la literatura francesa, de frivolidad hacia al holocausto (menos grave que el teorema de Gödel) y de condena a los ideales que sostuvieron la guerra contra el nazismo. 
   «Los derechos humanos hacen de lo histórico deformaciones del hombre». «La Revolución francesa dejó intactos los principios de la civilización europea». «El movimiento obrero ha sido una catástrofe». «La civilización occidental ha muerto por sí misma». 
   En el coloquio recibió críticas durísimas. «Me pregunto si no hemos asistido a una autodestrucción del conocimiento del hombre» (Raadi). «Encuentro apocalíptica su concepción, y cuando le pido razones filosóficas o morales, se remite a especialistas» (Calogero). «¿No está creando aquello de que habla, no está matando a esa civilización? La apocalipsis no está en la historia sino en el punto no histórico de la óptica de Ortega» (Hersch). «La advertencia de Ortega es falsa. Es ahora cuando la física y la lógica comienzan a determinar nuestra vida» (Schenck). «Ortega es muy severo para quienes se sirven de las nociones de Ser y Nada, más precisas que la de Vida en Dilthey» (Merleau-Ponty). «Vd. ha insistido en el elemento de creación, pero también hay un elemento de realidad firme que no podemos alcanzar; estoy pensando en Einstein, no sé si es el más grande» (Jean Wahl). «Me parece que Bergson ha ido más allá que Dilthey» (Poulet). «Acabo de pasar dos horas horriblemente desasosegado» (Chamson).