1976-04-14.DESTINO.LA OLÍGOCRACÍA UMBRAL
Publicado: 1976-04-14 · Medio: DESTINO
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LA OLÍGOCRACÍA DESTINO. 14 ABRIL 1976 FRANCISCO UMBRAL García-Trevijano y otros señores sostienen que nunca hemos sido una dictadura, sino que hemos sido y somos una oligocracia. Lo ha dicho Garcia-Trevijano. Se lo ha dicho a m i amigo Vicent en «Hermano Lobo» y lo ha repetido en otros sitios: «Esto no es una democracia, ni una dictadura. Esto es una oligocracia» Luego, un viejo y prestigioso amigo periodista, en una comida, me ampliaba el concepto: «Oligocracia ha sido siempre, más que dictatocracia» O sea, que llevamos cuarenta años de oligocracia, según estos señores. Yo creo que más que una oligocracia es una oligofrenia, pero eso son cosas mías , como diría Col!. ¿Y qué es una oligocracia, en qué se parece y en qué se diferencia de una oligarquía? Bueno, la oligocracia es una oligarquía que manda. La cosa parece así de simple, en principio, pero lo característico del intelectual es el matiz, y yo soy un intelectual. De modo que vamos a matizar. La oligocracia madrileña de hoy, que es la que tengo más a mano, es una oligocracia que no compra el «Arriba», que se afeita con máquina eléctrica de cabezas flotantes, aunque yo también me afeito con cabezas flotantes y no soy una oligocracia. La oligocracia, aparte de afeitarse con cabezas flotantes, siempre está en peligro de que le floten las cabezas, si el pueblo se decide acortárselas, que no se decide, porque el pueblo es m á s bueno que el pan. A la oligocracia. que no es sólo una cosa española, claro, le da lo mismo llamarse María o Isabel Estela Martínez de Perón que general Pinochet. La oligocracia lo mismo puede tener faldas que botas de montar, porque la oligocracia, por principio, es una cosa asexuada, como los ángeles de Trento, y pone el cazo cuando vienen los de la Lockheed con «pastizara» para el soborno de los aviones, o pone las manítas juntas y en oración cuando vienen los lópeces con el neo-Opus. La oligocracia está a todas. Pero sobre todo está a salvar su «pasta» y a mandar, claro. La oligocracia defiende el divorcio por dinero, que asi sólo se divorcian ellos, defiende la fabricación de coches cuando ya no caben más, porque entonces ellos se van a su campo de golf a refrescar las pelotitas, la oligocracia sale a veces en el «Hola» y una vez tomó el té con la reina de Inglaterra. La oligocracia dice que los periodistas son unos muertos de hambre y irnos entrometidos, que lo único que quieren es publicar las listas de contribuyentes, por puro afán sensacionalista, por mero amarillismo (culto de la prensa amarilla o de escándalo). A la oligocracia no le gusta el amarillo, pero tampoco es que le guste demasiado el azul, sino que lo soporta elegantemente, con un batido de jerez y quina en la mano. La oligocracia madrileña está pensando la manera de buscarle las vueltas al rey y a Felipe González al mismo tiempo. Todavía hay falangistas, demócrata cristianos y otras gentes que le hacen el juego a la oligocracia, sabiéndolo o sin saberlo, y les proporcionan una mística y una doctrina a los oligarcas, que sólo quieren unos dividendos. Don Federico Silva Muñoz se pregunta qué adónde vamos y don Vicente Gállego denuncia la corrupción ambiente, pero a la oligocracia no le molesta nada de esto — como no les molestan mis artículos ni los de nadie —, porque encima son liberales, han leído a Ortega y saben que el marxismo es una de las bellas artes. O así lo creen ellos, vamos. La oligocracia va a la tribuna del Real Madrid, algunas tardes toma el té en Embassy de la Castellana, que es un sitio que está entre Proust y Visconti, con algo de González-Ruano, y habla de democracia como de botánica, porque le divierte la catalogación de las especies políticas, siempre que las flores, las semillas, los claveles rojos y los gladiolos no se escapen del invernadero y salgan a hacer la revolución pendiente y a alfombrar de claveles la Gran Via, como en el chotis. Mientras tanto se habla de reformar la Ley de Sucesión, que es buen tema para la hora del vermut, mientras te tomas el whisky con almendritas en Valmoral y filtras rumores de la última reunión de la Comisión Mixta Gobierno-Consejo Nacional. La oligocracia le ha repudiado a Solís la Ley de Relaciones Laborales y se alegra con la buena marcha de Reagan en la campaña electoral estadounidense, porque Reagan es todo un galán oligocrático. De pronto, la ETA secuestra un oligócrata, pero la vida sigue. La gente sigue hablando de partidos políticos como de la cosecha del lúpulo de dentro de cinco años, cuando la verdad es que los partidos están ahí, aquí, en la calle, y la oligocracia llora en la Bolsa lágrimas de cocodrilo bien educado. Somos una oligocracia y poco más que eso, pero da vergüenza hasta escribirlo.