1996-05-27.EL MUNDO.LA FUENTE DE LA INTRANQUILIDAD AGT

Publicado: 1996-05-27 · Medio: EL MUNDO

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 INTRANQUILIDAD
EL MUNDO. LUNES 27 DE MAYO DE 1996
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
Cuando la sociedad no está tranquila, la indiferencia moral y la debilidad de carácter son tomadas como signos de madurez y de sosiego. La moderación no viene entonces de la experiencia o la reflexión, ni de los buenos modales o las pocas ambiciones, sino del horror ante el compromiso serio con algo permanente. La menor subida de la voz frente al descaro del poder y de sus vecinos, de los que invocan la prudencia para pasar la página de atroces imprudencias, suena a vulgar estridencia del resentimiento. El buen tono prohíbe usar la inteligencia al tratar de los asuntos públicos reservados para frases generales y tópicos vacíos de sentido. La maldad no está en el crimen de Estado, sino en la insolencia de los jueces que inculpan a los criminales. El encarcelamiento de un general sospechoso de asesinatos y torturas por orden de sus superiores políticos levanta olas de adhesión en éstos y manifestaciones de duelo en el Gobierno, mientras el premier del crimen se solea en parajes idílicos. El lenguaje del error está en la vehemencia justa y el de la verdad en la hipocresía moderada. En tal sociedad, como en un volcán sosegado por arriba, no hay lugar ni hora de tranquilidad política. 
La búsqueda de la tranquilidad a todo precio puede conducirnos a situaciones y estados que por nada del mundo desearíamos. Todas las personas adultas tienen en esta materia su propia experiencia. Y los pueblos, que casi nunca sienten como adultos, también. Porque a veces encontramos la tranquilidad en la peor de nuestras miserias. Yo no recuerdo una tranquilidad más completa que , y no por eso es el sitio donde  evoca la tranquilidad de que gozaban los compañeros de Ulises mientras esperaban «con sosiego» ser devorados por el cíclope, y eso no hizo lamentar a los escapados la paz que dejaron en  que apoyan a los aprendices de brujo que dieron marcha y vida de muerte a la máquina de los GAL, ni siquiera tienen la tranquilidad que la cárcel me dio a mí y el ogro a los ilusos griegos. ETA sigue matando y los que esperan su turno no están tranquilos. Entre otras razones porque el Gobierno de los GAL, además de crear con nuestro dinero y nuestra representación un torpe cíclope, le ha dado al Estado español el aspecto del terror y al ogro vasco, la cara del Estado. Condeno con más furia al que mata en mi nombre que al que mata mi nombre, a GAL que a ETA. 
Ciertamente la existencia de ETA intranquiliza. Y frente a su terrorismo no cabe  ante la intranquilidad que causa pensar en la clase criminal que nos ha gobernado, y quiere volver, nadie tiene derecho al olvido. Los GAL nacen de un fracaso político y policial del Gobierno, nunca reconocido, y de un afán de lucro ilícito de los altos cargos del Ministerio del Interior. Lamentar el fracaso de los GAL o sentir pena porque sus responsables hayan sido descubiertos y puestos en su lugar propio, es del mismo orden moral que añorar la dictadura por la tranquilidad que nos dio frente a los rateros. Y lo más odioso nunca es el delincuente, sino la mentalidad que lo produce, o lo justifica y protege. La Policía, , el Ejército, el Tribunal Supremo, el PSOE, el Parlamento y el actual Gobierno no salvarán su honor, ni darán tranquilidad a la sociedad, mientras no se pongan al frente de una opinión pública escandalizada de que a Felipe González no se le dé superior distinción judicial y mayor indignidad nacional que las otorgadas a sus subordinados. Porque en la Justicia ejemplar está el quid de la tranquilidad, y en la moderación ante el crimen de los gobernantes, la fuente de la intranquilidad.