2009-09-06.LA VANGUARDIA.GUINEA1
Publicado: 2009-09-06 · Medio: LA VANGUARDIA
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6 DINERO DOMINGO, 6 SEPTIEMBRE 2009 LA VANGUARDIA CRÓNICAS BURGUESAS Josep Maria Cortés Atanasio traicionado por Castiella Poco tiempo después de la inde- pendencia de Guinea, el presiden- te Macías vaciló por última vez. El descontento popular era propo- prcional al grado de tiranía, y la solución se concretó más en Ma- drid que en Santa Isabel (isla de Fernando Poo). Castiella animó al opositor Atanasio Ngongo y le prometió el apoyo de la Guardia Civil. Transcurrida la primera ho- ra tras el pronunciaminero contra Macías, el instituto armado espa- ñol permanecía acuartelado. El baño de sangre fue inevitable. Desveló la otredad del mito. Los "fernandinos” Recasens,Torres, Biosca, Jover, Pérez Portabella... catalanes que hicieron fortuna en Guinea JACINTO ESTEVA. Cineasta y pionero de la Escuela de Barcelona, que orientó la segunda parte de su vida hacia el continente africano. Heredó una importante fortuna dilapidada en el nombre del arte. ANTONIO GARCÍA- TREVIJANO. Notario en exceden- cia que participó activamente en los prolegómenos de la independencia de Guinea y colaboró en el asenta- miento de Macías en el poder JUAN LUIS OLIVA DE SUEL- VES. El último gran cazador espa- ñol conoció palmo a palmo el terri- torio guineano. y sufrió las presio- nes de la tiranía de Macías, que liquidó los negocios coloniales. torías, y regentados en su mayo- ría por la colonia nigeriana (la au- téntica burguesía compradora de Guinea). Cacao, producido en la isla de Fernando Poo (la actual Bioko) y madera, en el continente. Esta fórmula de explotación colonial, al estilo de cada cosa en su sitio, definió la división del trabajo en Guinea de un modo curiosamen- te similar al que utilizaron los ta- baqueros españoles en la provin- cia cubana de Pinar del Río. Es bien conocido que las fortunas ve- nidas de las Américas dieron lu- gar a los indianos de la misma ma- nera que a los industriales exito- sos de Fernando Poo se les cono- ció como los fernandinos (aun- que, el origen de esta palabra de- signa a una comunidad criolla que habla el dialecto pidgin des- parramada por Musola, Las Pal- mas, Basupu o Baloeri). Sin rastro de las grandes for- tunas que escenificaron la Revolución del Va- por y huérfana de gen- tilicios ilustres, como Marianao, Malagri- da o Comillas, la exi- gua colonia catalana instalada en Guinea cuenta, sin embargo, con ejemplos que lo re- sumen casi todo. Uno de ellos, la Compañía Nacional de Coloniza- ción Africana (Ale- na), fue una P udo ser en las pare- des de un volcán lla- mado la Caldera de Luba o en las calles enlodadas de Santa Isabel (la actual Mogabo), don- de el viejo Kapucinski confir- mó que África es un planeta y Guinea, un continente. Y si una cita (por caprichosa que parez- ca) lo sostiene casi todo, no diga- mos una huella tangible del pa- sado, como La Barcelonesa, la finca que levantó el industrial Santiago Torres y que se man- tiene todavía en pie y algo des- cascarillada a las puertas de un ingenio de cacao cercano a San- ta Isabel y tan grande por lo me- nos como lo fue la plantación in- mensa de los Jover situada en Sendye, en el corazón del conti- nente. Es la huella catalana en Áfri- ca. La misma que, a mediados de los ochenta, impresionó a Fe- lipe González en un viaje en el que el ex presidente español vi- sitó lo que queda de las poten- tes instalaciones de la Compa- ñía Agrícola Industrial de Fer- nando Poo (Caifer), fundada por Torres casi un siglo antes, concretamente en 1899. Aquel mismo año, Torres, a la cabeza de la Lliga de Defensa Indus- trial y otras entidades, como la Societat Económica d'Amics del Pais, el Ateneu Barcelonès (presidido por Domènech i Montaner) o Foment del Tre- ball (presidido entonces por Al- bert Rusiñol, hermano del ar- tista, Santiago Rusiñol), exigió en un manifiesto el concierto económico para Catalunya, una especie de cupo como el que dis- frutan las diputaciones forales. Al final del XIX, mientras la Es- paña centrípeta se ahogaba en sus recuerdos, la centrífuga (Ca- talunya) anhelaba ya entonces una Hacienda Pública más justa y giraba la vista al sur para abrir rutas subsaharianas en los in- tersticios abiertos por la expan- sión francófona. En el mismo viaje que le con- dujo a La Barcelonesa, Gonzá- lez visitó Sampaka (donde se cultiva el café del mismo nom- bre franquiciado por una malla de establecimientos en toda Eu- ropa) y conoció la factoría del popular chocolate Batanga, pro- piedad de los Pérez Portabe- lla, a través de la sociedad mer- cantil, Frapejo. La de los Pérez Portabella fue una experiencia pionera por su esfuerzo expor- tador pero también por su distri- bución en el interior de Guinea realizada a través de una red de comercios, conocidos como Fac-