2005-06-13.AHORA.EL FACTOR RUSO EN EUROPA AGT
Publicado: 2005-06-13 · Medio: AHORA
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EL FACTOR RUSO EN EUROPA AHORA, 13 JUNIO 2005 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO La gran dificultad que se opone a la unificación europea no es de carácter económico ni estatal, sino de orden geográfico y político. Hay un problema de límites espaciales, de fronteras de Europa con Asia. Y otra cuestión, de orden espiritual, más decisiva: la definición del espíritu europeo en tanto que algo distinto de la idiosincrasia particular de cada una de sus naciones. Desde muy joven me llamó la atención la simpatía que despierta en nosotros el pueblo ruso y la fácil comprensión de su compleja literatura. Al principio creí en una similitud de psicologías populares. Hasta que conocí la verdadera historia rusa. Entonces comprendí el paralelismo entre la singularidad rusa y la lusoespañola. Únicos países europeos que, por su vecindad a otros pueblos continentales, no solo tuvieron la oportunidad histórica de decidir no ser europeos, sino que cuando rechazaron esa posibilidad ya habían asimilado los elementos africanos o asiáticos que, durante siglos de dominación árabe o tártara, se infiltraron en la lengua y costumbres de su previa cultura europea. Antes de Pedro el Grande, antes de la asiática Horda de Oro, la Rusia de Kiev era occidental y europea Cuando la Rusia moscovita se libera de los tártaros miró a Europa a través de la cerradura de Bizancio. El monje Filoteo, en una carta a Iván III, marcó el destino occidental y teocrático de Moscú como “Tercera Roma”. Ese mesianismo de regeneración de la materialista civilización europea perduró con el dominio del Zar Alejandro en el Congreso de Viena; con la apocalíptica visión de Dostoievski ante un cuadro de Claude Loraine en el Museo de Dresde; con los tanques de Stalin en la primavera de Praga. Se puede definir el mesianismo ruso ante Europa con este pensamiento histórico: el eslavismo, primero; el socialismo estatal, después; o la dirección del proceso de globalización del mundo, ahora; son factores que debieron unificar las naciones de Europa en el pasado, o unirlas hoy, para que Rusia devenga europea.