2007-06-15.EL MUNDO.15-J RAUL DEL POZO

Publicado: 2007-06-15 · Medio: EL MUNDO

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15-J
EL MUNDO. 15/06/2007. Página, 5
RAÚL DEL POZO
Los periódicos han inventado el aniversario del 15-J para prevenir la amnesia, porque muy pocos se acordarán de lo que hicieron aquel 15 de junio de 1977. «Estoy recordando -dice Borges- el último recuerdo». La memoria es una gran artista y también manipula la nostalgia. En realidad, aquella revolución democrática se hizo en los restaurantes.
Cuentan que la primera vez que Santiago Carrillo vio una tarjeta de crédito fue la que sacó Antonio García-Trevijano para pagar en París una cena. Hubo aún tiros y vergajazos en la Gran Vía y la Puerta del Sol, que se llenó una noche en 10 minutos, desafiando las metralletas, para sacar a Santiago Carrillo de Carabanchel. La Transición fue un modelo para el universo; ahora que nos acordamos con el báculo más corvo y menos terco, no fue para tanto ni se hizo en un solo día, sino en muchos años de cárcel y de exilio, que muchos no sufrimos.
Teníamos, eso sí, la pasión de la libertad y la que da, de por sí, el cielo de España. Hoy, tal vez se han apagado aquellas pasiones y creencias, pero no olvidaremos nunca la conquista de la democracia, de la que todos, voto a voto, fuimos protagonistas. Recuerdo que los meses previos fueron trabajosos, aún mataban a gente en las esquinas. Ahora, han declarado la Transición santa, de ella se han escrito miles de hagiografías; yo creo que lo importante fue que por primera vez los ciudadanos desconocidos protagonizaron su propia historia. La gente se jugaba el tipo pidiendo elecciones, desafiando a los guerrilleros de Cristo Rey en medio de un intenso ruido de sables.
El héroe de aquel tiempo se llamaba Adolfo Suárez y su pérdida de memoria tiene una explicación psicoanalítica: puede deberse a una defensa inconsciente de los canallas que le acorralaron. Los golpistas le amenazaron con pistola en el despacho y en el Congreso; en la zona nacional le negaban el saludo en la misa, en la calle le llamaban traidor. El protagonista de la película de nuestra vida fue El tahúr del Mississippi que comía tortilla francesa y bebía café solo.
El otro protagonista fue el PCE, que congregaba muchedumbres, sin traducción en los resultados. Llenaban las plazas de toros, no las urnas. «Os han dicho que éramos el demonio; podéis ver que ni huelo a azufre, ni tengo rabo o pezuñas». Los comunistas iban vestidos de negro. «Parecía la comitiva de un entierro» dice Alfonso Guerra. El escrutinio de la calle Castelló aquella noche fue dramático para los españoles del éxodo y del viento.
Ganaron la moderación y la socialdemocracia (UCD, 35%, 165 escaños), el PSOE, 30%, 118 escaños; PCE, poco más de un millón de votos, 20 escaños. Así nació el bipartidismo imperfecto, que perdura, empeorado con los nacionalistas y amenazado por ETA. Aquellas elecciones no repartían premios o trofeos, sino comedimiento. Pero lo importante fue que los caminos de la libertad confluyeron el día 15 de junio.