1995-12-20.ABC.ZIGZAG.IMPERIO DE LA LEY AGT

Publicado: 1995-12-20 · Medio: ABC

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20/ABC

OPINIÓN

MIÉRCOLES 20-12-95

•Cosas que pasan
EL  RESIGNADO

N O  ha  podido  ser.  Se  ha

defendido  con  unas  y
dientes,  como  un  leopardo
acorralado,  pero  no  se  lo
han  permitido.
Resignación,  mu-
cha  resignación.
Está  cansado,
desea  recuperar
el calor  de  la vida
familiar,  le  ago-
bian  las  respon-
y
sabilidades 
quiere  retirarse
en  pos  de  un
descanso.  No  le
han  dejado.  Re-
signación,  mucha
resignación.  Se
lo  han tenido  que
decir  a  la  cara,  sin  eufemis-
mos  :  «Felipe,  sin  ti,  no  so-
mos  nadie».  Doloroso  tran-
ce.  Ya  las  maletas  prepara-
das, 
los
ya  despedidos 
setos  y  los  magnolios,  ya
los  bonsais  dispuestos  para
el traslado,  y  nada.  A  luchar
de  nuevo,  a  ponerse  \a ca-
misa  de  los  mítines,  a sacri-
ficarse  por  el  bien  común.
«España y yo  somos  así, Ci-
pria», y claro,  Cipria emocio-
nado,  ni  un  voto  en  contra,
unanimidad  imperial,  prietas
las  filas  y  los  objetivos.  «Fe-
lipe,  no  tienes  más  remedio
que  renunciar  a  la  tranquili-
dad,  España te  necesita.»

Se  presenta.  Aún  se  re-
siste,  pero,  al  final,  se  pre-
senta.  No  tiene  ni  el  con-
suelo  de  la  fe  cristiana.  De
ser  creyente  podría  desaho-
gar  sus  tribulaciones  con  un
«¡Dios  mío!  ¿Qué  he  hecho
para merecer  esto?», pero ni
eso. 
Látigo  del  tormento,
abrazo  del  martirio,  «No  os
preocupéis.  Renuncio  a
todo.  Me  presento.»  Y  Cis-
car  en  éxtasis,  con  su  en-
sortijada  melena  de  plata
izada  al  viento,  ojos  en
blanco,  labios  temblorosos.
Sigue.  Nuestro  líder  sigue.
También  se  lo  han  pedido
sus  colegas  de  Europa, y de.
allende  los  mares  le  han lle-
gado  voces  nerviosas,  llan-
tos  de  ruego.  Pujol  ha respi-
rado  satisfecho  y  el  guar-
dián  de  la  frontera  del  Ebro
ha  ordenado  que  se  incre-
mente  la  producción  de  mo-
jones  aduaneros.  «Le  ayu-
daremos  a  gobernar,  pero  a
cambio  le  colocaremos  los
mojones.»

Está  atado.  Y  todavía  al-
gunos  dicen  que  el  poder  le
interesa.  Y  todavía  algunos
afirman  que  todo  ha  sido
una maniobra,  y unos  pocos
se atreven  a definir  el  drama
de  comedia.  «Es  un  actor

magnífico»,  claman 
los
cons-piradores.  Ignoran  que
ha  intentado  por  todos  los
medios  impedir  su  designa-
ción,  que  se  ha
reunido  con  los
miembros  de  la
Ejecutiva 
para
convencerles  de
la  conveniencia
de  elegir  a  un
hombre  nuevo,
no  gastado  por  el
duro  ejercicio  del
mandato.  Ignoran
que  en sus  pocas
horas  de  soledad
ha  compartido  el
silencio  con  las
lágrimas  del  infor-
tunio.  Lo  de  Solana  como
secretario  general  de  la
OTAN  fue  muy  duro.  «Me
alegro  por ti, Javier,  pero me
has  creado  un  gravísimo
problema.  Me  temo  que  no
van  a  dejar  que  me  mar-
che.»  «Lo  siento,  Felipe,
pero.el  deber  es  el  deber».
«No puedo  fallaros.»

Y no  nos ha fallado; A eso
se  le  llama  sentido  de  la
responsabilidad  y  de  la  en-
tereza.  ¡Qué  fácil  irse  y  de-
jarle  los  problemas  a  otro!
¡Qué  sencillo  es  retirarse  y
abandonar  la suerte  del  par-
tido  en  manos  de  un  inex-
perto! En  la vida  política  es-
pañola  hay  mucho  irrespon-
sable  suelto.  «Tengo  que
permanecer  en  mi  puesto.»
¡Bravo, centinela!

Quizá  ha  recordado,  sin
establecer  comparaciones
negativas,  la  anécdota  de
Franco con Arburúa.  Fue ce-
sado  este  último  como  mi-
nistro  de  Comercio  y  se
atrevió  a pedir  explicaciones
a  su  Caudillo.  «Excelencia,
creo  que  he  servido  a  Es-
paña  y  a  su  excelencia  con
lealtad  y  eficacia.  ¿Por  qué
me  ha  cesado?»,  y  Franco
que  se  piensa  la  respuesta,
y  Franco  que  le  contesta:
«Desengáñese,  Arburúa,
vienen  a  por  nosotros.»  El
deber  es durísimo.

Agradecimiento  y  respeto.
Exijo  para  el  señor  González
agradecimiento  y  respeto
por  su  actitud.  Le  han  obli-
gado  a  seguir  contra  su  vo-
luntad.  Hay santos  en los al-
tares  con  menores  méritos.
«No  quiero,  no  io  deseo,  no
lo  ambiciono,  pero  sigo  por
vosotros.»  ¡Qué  bella  lec-
ción  de  humildad  y  entrega!
Y  todavía  hay  quien  dice
que todo  ha sido  una come-
dia...

Alfonso USSÍA

V

ZIGZAG

Imperio  de  la  ley
Antonio García Trevijano publica un comentario en su columna del dia-
rio "El Mundo» del que por su interés reproducimos el siguiente párrafo

«No  importa  que  el  espejismo
legal  de  la  Sala  Segunda  y  del
juez  lo sufran también  los  gober-
nados.  Todos  se  equivocan.  La
realidad  española  es  el  gobierno
de  los  hombres.  No el de  las le-
yes. 
La novísima  doctrina  rompe
con  la  antigualla  medieval  ae
Henry  de  Bractona,  heredada de
Eurípides y Aristóteles, que el juez
Coke  instaló  en  el  Estado  mo-
derno,  contra  la opinión  de  Frarv
cis  Bacon.  Menos  mal que  Hob-
bes  nos  advirtió  del  peligro  que
suponía,  para el poder  soberano,
el  gobierno  de  las  leyes.  El régi-
men  español,  consensuado  con
la anterior dictadura, no podía ser
otra cosa que silencio hobbesiano
de las leyes. Pero, ¿qué pasa en-
tonces  con  el  imperio  de  la ley?

Otra  antigualla  liberal  del  jurista
Dicey,  útil para asustar  a malean-
tes,  pero  inconveniente  para go-
bernar  con  expropiaciones  (Ru-
masa),  con  fondos  reservados,
con  crímenes  (GAL),  con  escu-
chas  por  razón  de  Estado  (CE-
SID).  Frente a la intangible seguri-
dad  del  Estado,  cuya  mera invo-
cación verbal por los gobernantes
es  ley  suprema  de  los  supremos
jueces,  todas  las  leyes  civiles  y
penales de protección a los dere-
chos  humanos  deben silenciarse.
El derecho  a la vida,  a la propie-
dad  y  al  honor  expresan  un tipo
de  interés  privado  y egoísta, que
los  magistrados  del  interés  pú-
blico  y  común  sacrifican  a la se-
guridad  del  gobernante  que  dice
realizarlo, aunque sea secreto.»

Huelga del medio billón

Ya se  dispone  de  cifras  referi-
das al coste de la huelga en Fran-
cia:  cerca de medio billón de pe-
setas.  Ventidós  días  de  paro  en
sectores clave de la vida cotidiana
tienen un precio. La huelga de los
ferrocarriles,  el  Metro y  los trans-
portes  públicos  han  sumido  a
Francia  en  una  más  que  posible
recesión económica que afectará,
qué  curioso,  a  los  trabajadores
que  no forman  parte  de  las em-
presas públicas. Así, se producirá
una  más  que  sórdida  paradoja:
los  ciudadanos  que  han  sopor-
tado  la huelga  de  los  empleados
públicos, los que tienen su puesto
de trabajo seguro, ahora pagarán,
también, las consecuencias  de la
crisis  desencadenada  por  los
huelguistas. Parece un argumento
de  Kafka,  pero  ahí  está.  Y, para
que  cada  uno  quede  en  el  sitio
que  le corresponde,  ayer,  Le Pen
y el Partido Comunista francés es-
taban de acuerdo en la necesidad
de  continuar  la  huelga.  Y  que
continúe así hasta arruinar a la na-
ción entera. Los juegos sindicalis-
tas los pagarán ahora el resto de
los ciudadanos franceses.

Álvarez  del  Manzano y
la  bandera  republicana
A falta de otra actividad más ac-
tual,  el Centro  Cultural del Conde
Duque,  del  Ayuntamiento  de Ma-
drid,  acogió en la tarde de ayer la
presentación  de  una  asociación
que  se  denomina  Amigos  de las
Brigadas  Internacionales.  La Con-
cejalía  de  Cultura  no  se  aclara,
cuando consiente  la impresión de
un logotipo  con  la  bandera  repu-
blicana,  sobre  una  hoja  donde
puede  leerse:  «El alcalde  de Ma-
drid y la Asociación de Amigos de
las Brigadas Internacionales tienen
el gusto de invitarle al acto de pre-
sentación  de  esta  asociación»...
Aparte  de  la frivolidad  con la que
se  emplea  el  presupuesto  de to-
dos  los  ciudadanos  madrileños,
por  mucho  «gusto»  que tenga el
alcalde Álvarez del Manzano, más
es  el  «disgusto»  de  infinidad  de
votantes  suyos.  Si  le  han metido
un gol al alcalde de la capital, que
saque a otro portero. Y si se trata
de un acto de «tolerancia», que lo
explique  para que  todo  el mundo
sepa a qué atenerse. No hay peor
rechazo  de  la cultura  que  la pro-
ducida por un exceso de tontuna.

PUNTOS DE VENTA

NORUEGA

OSLO:  Narvesen  Eutikken,  Stovner  Senter;  Narvesen  kios-
ken,  Sentralhallen (Aeropuerto); Narvesen,  Continental;  Nar-
vesen  kiosken,  Bygdoy -Alie;  Narvesen  kiosken,  Homans-
byen;  Narvesen  Butikken,  Vika  Varehus  Inng  Munke-
damsvn;  Narvesen  kiosken,  Aschehoug í?.  Plass;  Narvesen
kiosken,  Granó Hotell; Narvesen  Butikken,  Eogstadveien  30;
Narvesen  kiosken,  Ostbanen;  Narvesen,  Stortingsgt 2;  Nar-
vesen  Eutikken,  CC  Colosseum; FREDRIKSTAD:  Narvesen,
Det  Glade  Hjorne.  MOSS:  Narvesen  kiosk,  Moss  JB  ST.
BERGEN:  Bergens  kiosk,  Torgalmenningen; Bergens  kiosk,
Butikken  Olav  Kyrresgate;  Bergens  kiosk,  Nedre  Torget.

ABC (Madrid) - 20/12/1995, Página 20
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