1999-10-01.ANARDA S.XXI.LA RESISTIBLE ASCENSION DE ATI JULIAN AYALA
Publicado: 1999-10-01 · Medio: ANARDA S
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A fonao, 11 Economía y política en Tenerife La resistible ascensión de ATI La transición democrática en Canarias y, concretamente, en Tenerife, arrambló con viejos usos y maneras de entender la política y propició la aparición de otros nuevos. Entre ellos, el 'modelo ATI' es el más peculiar. Uniendo intereses políticos y económicos, este partido, que algunos de sus adversarios han tachado a veces de ~indicato de intereses', se ha converti do en el principal grupo de centro derecha en Tenerife, imprescindible ade más para gobernar la región desde esta opción pofítica. El mundo empresarial tinerfeño está mucho más desconcentrado que el granca nario, aunque tiene características monopo lísticas en algunos casos, la sanidad entre ellos. Como en el resto de las islas, el Turis mo, con una fuerte presencia de capitales foráneos, es el motor económico por exce lencia. Otros sectores importantes son la Sanidad, ya citada, y la Construcción, así como todas las actividades que pivotan en torno a ésta y, unido a ella, el grupo inmobi liario. La industria, como en todo el Archi piélago, se encuentra en franca decadencia y el comercio, en otros tiempos articulado en torno a la pequeña y mediana empresa tradicional, está también en retroceso debi do a la competencia de las grandes superfi cies. Capítulo aparte es el sector agrícola y pesquero, que se ha mantenido con los alti bajos y sobresaltos inherentes a la integra ción en Europa. Veinte años atras. La transición co gió a trasmano al viejo empresariado tinerfeño, agrupado en dos campos princi pales: el comercial, nucleado en torno a la Cámara de Comercio y con el puertofran quismo y las peculiaridades fiscales como instrumentos fundamentales, y el agrario, con una gran influencia social y económica que ha ido perdiendo poco poco. Los agrarios apostaron mayoritaria mente por opciones de derechas, la Alianza Popular y la Coalición Popular, de Fraga Iribarne, orígenes del actual Partido Popu lar. Sus representantes más conspícuos (Pe- La transición política en Tenerif e cogió a trasmano al viejo empresariado tinerfeño, agrupado sobre todo en los sectores comercial y . agrario. dro Modesto Campos, Emilio Jimeno ... ), pro cedentes de la antigua burocracia patronal franquista, incluso fueron candidatos en las primeras elecciones democráticas. Su fraca so fue estrepitoso. Simultáneamente, en la amalgama que fue Unión de Centro Democrático (UCD) empezó a destacar, sobre todo a tra vés de su actuación en el gobierno del Ayun tamiento de Santa Cruz de Tenerife, un gru po de jóvenes empresarios, ligados a los ser vicios y a la industria y con cierta experien cia como gestores en empresas públicas. Fueron los casos de Manuel Hermoso, Adán Martín, Luis Suárez y Francisco Ucelay, en tre otros. Hermoso, ingeniero industrial, ha bía sido presidente de SODICAN, era socio del constructor Honorio Socas y tenía una pequeña empresa vinculada al sector, Pre fabricados Maher, así como otra serie de ne gocios diversificados, que iban desde una granja porcina a una planta de extracción de áridos. En lo político había aparecido en las postrimerías del franquismo como repre sentante del Grupo de Demócratas Indepen dientes, de Antonio García Trevijano, y pos teriormente se integró en UCD como miem bro del Partido Socialdemócrata de Fernán dez Ordóñez.Adán Martín, también ingenie ro industrial, había sido -o lo era por esa época- gerente de la empresa pública Lito- Anarda Octubre 1999 (c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. 10 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015grafía Romero, y procedía de una familia adinerada, propietaria de Harinera de Tene rife S. A., con negocios también en el sector turístico. Junto a ellos, Luis Suárez, econo mista y gestor de empresas, y Francisco Ucelay, también economista, ligado al sec tor tabaquero (CITA) y a la Construcción, constituyeron el núcleo de los que alguien los por aquella época denominó «tecnodemócratas», algunos de los cuales, andando el tiempo, serían los principales dirigentes de la política tinerfeña y canaria. Así como en Gran Canaria los empre sarios, por regla general, no se han metido directamente en política, actuando e influ yendo en ella a través de personas interpues tas, en Tenerife este sector del joven empresariado se lanzó directamente al rue do político. Aplicando la vieja máxima de Ford «lo que es bueno para la General Mo tor es bueno para EEUU», y con una confe sada -por lo menos en los primeros tiem pos- gestión empresarial de los asuntos pú blicos, han colocado los objetivos económi cos en el puesto de mando de su actividad política, han sabido aprovechar los tiempos de bonanza económica y han tejido todo un entramado de interrelaciones entre distin tos sectores sociales, que les ha permitido consolidarse como fuerza política hegemónica en la isla. No sin soportar sambenitos de sus rivales políticos, como el de sindicato de intereses ya indicado. De UCD a ATI. La quiebra de UCD dejó políticamente huérfanos a los «tecnodemócratas» .A los socialistas, enton ces en plena soberbia del poder -corrían los primeros meses de 1983-, no se les ocurrió otra cosa que volver a ofrecer a Hermoso la presidencia de SO DI CAN. Hermoso despre ció esta limosna y volvió sus miras hacia un pequeño grupo político creado en algunos municipios del norte de Tenerife para con currir a las anteriores elecciones: la Agrupa ción Tinerfeña de Independientes (ATI), nucleada en torno a Isidoro y Antonio Sánchez, miembros de una familia con inte reses turísticos, agrarios e industriales en la zona. En esta verdadera refundación de ATI participaron también otros políticos proce dentes de UCD, como el joven alcalde de El Sauzal, Paulina Rivero, y algunos desenga ñados de las expectativas de AP. Aunque sin superar el auge socia lista, ATI foe el partido-revelación en las elecciones de 1983. Ganó por mayoría abso luta en la capital y en otros ayuntamientos Adán Martín, hombre clave del Gobierno Carmelo Sánchez del norte y sur de la isla y logró una impor tante presencia en el Cabildo Insular. En las primeras elecciones al Parlamento consiguió también un número significativo de dipu tados. En el período que va de 1983 a 1987, con Jerónimo Saavedra al frente del Gobier no del «Pacto de Progreso», ATI sella su alianza político-empresarial, con el insularismo como bandera frente a los «expolias canariones». Su oposición a la Ley de Aguas del pacto le permite atraer a sus filas a sectores tradicionalmente de dere chas. El despegue. La consagración de ATI como partido hegemónico en la isla se pro duce en las elecciones locales y autonómi cas de 1987, cuyos resultados los cogió de sorpresa a ellos mismos, después de sufra caso en las generales de pocos meses antes. Con Manuel Hermoso,ATI conserva suma yoría en Santa Cruz, arrebata La Laguna al PSC/PSOE, mantiene y logra nuevos ayun tamientos en el sur y en el norte y, lo que es más importante, con Adán Martín al frente conquista el Cabildo de Tenerife, pieza fun damental de su arraigo político posterior y cuya presidencia estaba destinada a Hermo so, que prefirió atrincherarse en su bastión santacrucero ante las malas expectativas electorales. En el Parlamento, junto al Cen tro Democrático y Social, de Olarte y Fernan- do Fernández, ATI entra a formar parte del Gobierno de Canarias. La contra-ley de Aguas, que encabeza el Cabildo tinerfeño, es una de sus aportaciones legislativas más importantes. Con ello le quita a un PP casi agonizante uno de sus objetivos políticos y da un fuerte varapalo al PSOE. Son los tiem pos de «la hora de Tenerife», previos a los que vendrán después de «la hora de Cana rias», que ya empiezan a vislumbrar algu nos ideólogos del nuevo nacionalismo, como Victoriano Ríos. La crisis universitaria trastoca la si tuación. El insularismo puro y duro se im pone momentáneamente con el atrinchera miento en la Universidad de La Laguna del rector José Carlos Alberto, uno de los hom bres-puente entre ATI y los Cobiella, due ños de la sanidad privada en Tenerife. Esta resistencia obcecada acaba fracasando, como es bien sabido, y ATI, en una pirueta política que sólo es explicable desde el ám bito de la ambigüedad ideológica que siem pre ha caracterizado la actuación de sus lí deres, pasa del dogmatismo al prag matismo político, reconoce la nueva situa ción y, después de pasar factura a Fernan do Fernández por su tibieza en defender sus posiciones y su intento de hacerle sombra en su feudo ( 1 ), continúa en el Gobierno y sigue consolidándose como opción he gemónica en Tenerife. Esta ambigüedad ···/··· Octubre 1999 Anarda (c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. 11 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015y capacidad de adaptación política la aplica también a la economía (plena integración en Europa, reforma y adecuación del REF, etcé tera), colocándose en la dirección de la ola más favorable a sus intereses. De Viera y Clavijo a San Bernardo. O, lo que es lo mismo, del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, al Gobierno de Ca narias. En la campaña previa a las eleccio nes locales y autonómicas de 1991, Manuel Hermoso se refirió reiteradamente al «gustirrín» que le daba pensar que dentro de unas semanas iba a sentarse en el sillón de San Bernardo. Algunos lo consideraron una exageración electorera, pero acabó sen tándose, primero como vicepresidente de Jerónimo Saavedra y luego, consumada la moción de censura dos años más tarde por los partidos de la recién creada Coalición Canaria, como presidente. Empezaba «la hora de Canarias». Aunque en la peripecia de ATI, como en todos los aconteceres humanos, el azar ha jugado su papel impredecible, no cabe duda de que sus dirigentes -los del primer mo mento y los que se han ido adhiriendo pos teriormente- han sabido bandearse. Con co rrecciones sobre la marcha, puñaladas tra peras y contradicciones a veces mal supera das, su táctica de gestionar los asuntos pú blicos como negocios privados -aun a ries go de tender a confundir unos y otros- les ha llevado a tejer toda una urdimbre de in tereses sociales y económicos, con el apoyo de la mayoría del empresariado tinerfeño. El manido dicho de «dinero llama a dinero» puede cambiarse fácilmente por el de «po der llama a dinero».ATI lo ha tenido muy en cuenta, tanto en el Cabildo de Tenerife como en los sucesivos gobiernos autonómicos en los que ha participado, reservándose las car teras de Economía y Hacienda, primero con José Miguel González, luego con José Carlos Francisco y ahora con el mismísimo Adán Martín, tres puntales del partido a la hora de enlazar con los intereses empresariales. El control de CajaCanarias, donde siempre, incluso durante la presidencia del socialista Diego Vega, hace años ha tenido presencia importante, ha sido también un elemento clave en su política. La Caja está presidida en estos momentos por Rodolfo N úñez, que consiguió el cargo apoyado por el aparato del partido y en pugna con un ático de la pri mera hora, Francisco Ucelay, hoy apartado de la política y dicen que cercano al PP. ATI controla también, en virtud del pacto con el Anarda Los dirigentes de ATI han colocado siempre los intereses de la economía en el puesto de mando de su acczon política. . ,, PP nacional, la Autoridad Portuaria de San ta Cruz de Tenerife, presidida por uno de sus ejecutivos de la primera hora, Luis Suárez Trenor, de quien se dice que es el tesorero del partido. El 'pollo a la ATI'. A lo largo de su historia, ATI ha evolucionado desde el insularismo cerrado de los primeros tiem pos hasta el nacionalismo autonomista de hoy, aunque los mal pensantes -que a veces aciertan- dicen que esta evolución ha corri do pareja con los negocios de sus principa les dirigentes, que de Tenerife se han exten dido al resto del Archipiélago. Sea lo que sea, quizá el mayor atrac tivo de ATI se deba a que, dirigida por em presarios, los que se han adherido a ella con ambiciones y disposición, han acabado sien do también empresarios. Si cada soldado de Napoleón llevaba en su mochila un bastón de mariscal, cada militante de ATI con cier ta preparación, ambiciones y espíritu em prendedor puede acabar montándose un chiringuito económico que le facilite la es tancia en este valle de lágrimas. Será verdad o no -como lo de Napoleón-, pero lo impor tante es que los jóvenes tiburones de la bur guesía tinerfeña se lo tienen creído, y así va ATI, viento en popa y sin problemas de re novación generacional. Un chiste que circu la estos días por la capital tinerfeña parece que tiene su origen en esta creencia. Se trata de una receta de cocina, «Pollo al estilo de ATI». Se la vamos a transcribir: se coge un pollo tierno y se despluma con delicadeza, se salpimenta y se hornea a fuego medio du rante cuatro años como concejal del Ayun tamiento; con unas briznas de «Santa Cruz para vivir» y otras finas hierbas, se pone luego a guisar otros cuatro años como te niente de alcalde; reservando la salsita re sultante, se mete en el microondas del Ca bildo durante otra temporada, y al final ten drá usted un pollo rico, rico, rico. La gente es el diablo. W ( 1) El enfrentamiento de Manuel Hermoso y Fernando Fernández, con la posterior liquidación política de éste, es paradigmático de cómo se han entendido los equilibrios y el reparto del poder en el Archipié lago o, mejor, entre las dos islas capitalinas: ATI predominante en Tenerife, los otros en Gran Canaria. Al mismo tiempo, constituye un ejemplo de las dificultades de compaginar negocios privados y gestión pública. En las elecciones del '87 ATI perdió la alcaldía turística de Adeje, en el sur de la isla, que fue a parar al PSOE con el apoyo del único concejal que obtuvo el CDS en el municipio. Esto causó fricciones entre los dos partidos aliados en el Gobierno Autóno mo, pero al final se aceptó por la cúpula ática, compensada en otros aspectos. Lo que colmó el vaso de la paciencia de Hermoso fue que el concejal centrista, delegado de Urbanismo de Adeje, le negó el permiso para montar una planta de extración de áridos para la construcción en un terreno rústico del municipio y, además, filtró a la prensa que el alcalde de Santa Cruz y primer líder de ATI realizaba dichas actividades sin licencia munici pal. Las tensiones en el seno de la alianza de Gobierno obligaron a Fernando Fernández, que intentaba aprovechar ésta y otras circunstancias para minar el prestigio de ATI y consolidar al CDS en Tenerife, a plantear una moción de confianza en el Parlamento y la perdió. Le sucedió Olarte, con el que ATI ratificó el «pacto territorial», que ha durado hasta el momento. Octubre 1999 (c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. 12 © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2015