2018-04-07.EL MUNDO.VOLARON UN GENERAL Y UN ALMIRANTE RAUL DEL POZO
Publicado: 2018-04-07 · Medio: EL MUNDO
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VOLARON UN GENERAL Y UN ALMIRANTE EL MUNDO. 07/04/2018. Página, 24 RAÚL DEL POZO ANTES de que acabara el franquismo, dos voladuras anunciaron su fin: la de un coche y la de un diario. Primero voló el general Pardiñas y después el almirante Carrero. Ahora hay periódicos cada segundo; en el siglo pasado los diarios salían con el sol y había periódicos de la tarde. Era fastuoso estar en El Comunista comiendo unas lentejas y verte retratado en primera página con una actriz de Hollywood con la que habías hablado dos horas antes en el aeropuerto de Barajas. Yo era reportero de Pueblo y entonces no solo dábamos pisotones a los del Madrid, sino ellos a nosotros; incluso nos pisábamos nosotros mismos. Pero todos nos amábamos en ese triángulo escaleno de El Gijón, Oliver, Bocaccio. De pronto, Madrid empuñó la pluma contra el Régimen. Rafael Calvo Serer (Opus) escribió un artículo en el que, con la analogía de la retirada de De Gaulle, mandaba un aviso a Franco para que se retirase al Pazo de Meirás. Desde entonces se la juró el Régimen y Sánchez Bella perpetró la canallada de cerrar el periódico cancelando la inscripción en el Registro. Los periodistas de aquella inolvidable redacción, con Miguel Ángel Aguilar y tantos otros grandes, lucharon por su rotativa y por la democracia, atacaron al franquismo por los resquicios de la Ley Fraga, pero el diario, que había nacido en el año 1758, murió en 1971 y voló, ya en plena Transición, en 1978. Calvo Serer y Antonio García-Trevijano, al frente del periódico, estuvieron en la Junta Democrática. Tierno Galván comentaba que Trevijano se inventaba muchas batallas y Calvo Serer era tranquilizante y sedante. Nativel Preciado, la "Évamemalú" de Carlos Oroza, escribió después: "La voladura fue una operación especulativa para construir viviendas". Era el periódico más antiguo de Madrid. En la ficción trabajó de cajista Gabriel Araceli, personaje de Galdós. "El diario se iba a politizar en la causa de Don Juan. Todos los reunidos para relanzarlo eran miembros de su Consejo Privado", escribe Joaquín Bardavío en El reino de Franco. Cuenta que cuando lo ficharon le ofrecieron que fuera adjunto de Calvo Serer, "lego en periodismo".