1994-06-20.EL MUNDO.VICIOS PRIVADOS BENEFICIOS PÚBLICOS AGT

Publicado: 1994-06-20 · Medio: EL MUNDO

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VICIOS PRIVADOS, BENEFICIOS PÚBLICOS
EL MUNDO. LUNES 20 DE JUNIO DE 1994
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
No es la corrupción, sino el escándalo que provoca su conocimiento, lo que ha propiciado la decisión del Gobierno de cambiar, por instinto de conservación y tras doce años de activa complicidad, los mandos del aparato represivo heredado de la dictadura. El temor a las revelaciones de Roldán, o sea, la corrupción en secretos de Estado, razones de Estado, fondos reservados de Estado, ha tenido más poder de liberación para los españoles que la voluntad política de los partidos gobernantes. Es maravilloso. Si el ex director de la Guardia Civil continúa liberándonos del franquismo de Estado, con su permanente amenaza al Gobierno del crimen secreto, se ganará un puesto de «honor distinto», pero comparable, al que consiguió Suárez, por habernos liberado del franquismo ideológico en la sociedad. Todo el dinero que haya robado el fontanero de los desagües del crimen, aunque haya vaciado sus arcas, se lo ha merecido. Porque ha evitado, guardándolo en sus bolsillos, que con él se financien nuevos crímenes de Estado, como los del Gal. Y porque es un precio muy modesto para el bien general que nos procura su denuncia del mal franquista en el interior del Estado. 
Cuando Franco dijo ante el cuerpo asesinado de Carrero que no hay mal que por bien no venga, no sabemos a qué bien se refería, pero estaba expresando con ese refrán la idea que más ha influido en la construcción del mundo moderno. La idea de que el egoísmo y el vicio privado son procuradores del bien público se encarnó en la «mano invisible» del mercado, con Adam Smith. Que se inspiró en la sátira de Mandeville, «La colmena rezongona o los golfos convertidos en honrados» (1705). Los tres vicios privados causantes del beneficio público eran el engaño, el lujo y el orgullo. La golfería privada de Roldán, a diferencia de la de Rubio, se está transformando en honradez pública. Su gran capacidad de engaño, de lujo y de orgullo se sublima día a día por la inmensidad del beneficio general que produce. Es una verdadera pena que no tengamos un Roldán en cada Ministerio. Entonces sí que podríamos presumir de haber inventado la más barata y rápida vía a la democracia, sin tener que apropiarnos indebidamente de ese famoso consenso, que el fundador de la nación árabe trasladó desde la religión a la política. Debemos cuidar, pues, a Roldán como oro en paño. El día que se entregue se nos acabará la fuente de democratización a la española. ¡Y hay tanto por hacer! 
Quien ha comprendido a la perfección la utilidad que tiene la corrupción, para alcanzar los beneficios públicos que espera obtener su partido nacionalista para Cataluña, es el Honorable Sr. Pujol. Este sí que no ha perdido el tiempo, andándose por las ramas de la confianza parlamentaria y de otras tonterías por el estilo, como dimisión o cambio de jefe de Gobierno. Sabe que sólo un Gobierno con la soga de la corrupción, al cuello de los mandos supremos de la Policía y de la Guardia Civil, puede soltar la presa estatal de la soberanía. Llevaba catorce años al acecho del monopolio legal de la violencia en Cataluña. Y en cuanto ha visto la primera pieza de caza mayor, ha disparado. Por de pronto ya tiene en el morral el mando de la Policía Nacional. También ha disparado contra la Guardia Civil. Pero todavía no la ha cobrado. Tendrá que volver a disparar antes de que se le escape. Y quién sabe si podrá hacerlo también contra el Ejército. Para eso tiene que congelar, o como él prefiere decir, estabilizar el escenario de caza. Que nada se mueva. Sobre todo que el engaño político, el lujo representativo del poder y la orgullosa ambición personal del jefe de Gobierno permanezcan inalterables. Porque de esos inestimables vicios privados depende nada menos que el beneficio público para Cataluña. Qué pena que no haya un Pujol en cada Autonomía. La corrupción estatal desaparecería, junto con España. Y allá cada Autonomía con la suya.