1968-07-19.PUEBLO.TURBIA MANIOBRA CARRASCAL
Publicado: 1968-07-19 · Medio: PUEBLO
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TURBIA MANIOBRA DIARIO PUEBLO. 09 JULIO 1968 JOSÉ MARÍA CARRASCAL https://lahemerotecadelbuitre.com/piezas/el-diario-pueblo-destapa-los-opositores-a-espana-en-guinea-ecuatorial-son-asesorados-y-financiados-por-el-abogado-espanol-antonio-garcia-trevijano/#.X_eLR9hKiUk “Exactamente el 26 de mayo pasado nos citaron en el paseo de la Castellana, 106 a un grupo de guineanos, participantes en la Conferencia Constitucional, para ponernos sobre la mesa 216.000 pesetas con objeto de que boicoteáramos la conferencia”. Las palabras, pronunciadas por uno de los peticionarios guineanos ante el Comité de los Veinticuatro, produjeron en la sala un silencio espeso, difícil de romper. Se había tropezado con uno de los grandes fantasmas africanos, el soborno europeo y con ello se iba a agua la esperanza de descolonizar sin problemas el territorio. Que algo se había torcido lo presentíamos todos desde la semana pasada. La conferencia constitucional terminó, al parecer, felizmente; pero a la ONU empezaron a llegar telegramas cada vez más violentos. Un grupo indeterminado, que se autodenominaba Secretariado Conjunto, acusaba a España de “haber impuesto una constitución a Guinea”, de “haber manipulado las opiniones expuestas” y de “tratar de falsear las elecciones que deben dar la independencia al territorio”. Ante ello no había otro remedio que reabrir un debate, que todo el mundo daba ya por terminado. El interrogatorio Los primeros en acudir a la ONU, sin embargo, no han sido los protestantes, sino el grupo mayoritario, que presentó ayer tarde un panorama completamente distinto al descrito en los mensajes. Se les interrogó a conciencia y durante más de dos horas, y no voy a detallar sus respuestas. Sería, sin embargo, injusto no mencionar aquí la fogosidad demostrada por ese gran nacionalista que es Atanasio Ndongo y la elegancia contundente de Saturnino Ibongo. El panorama que ellos nos presentaron es el siguiente: Guinea, compuesta de un territorio continental y de una serie de Islas la más lejana a 3.000 millas, se encontró, cara a la independencia, con el problema de su unidad. Había un importante grupo en Fernando Poo que quería separarse del resto. Sólo cuando el Gobierno español les hizo saber que de ninguna forma apoyaba sus deseos separatistas se avinieron a discutir. Pero había otro grupo que propugnaba exactamente lo contrario: un Gobierno central fuerte. Los más políticos de los reunidos, por no decir lo más sensato, comprendieron que con extremismos no iban a llevar a ningún buen puerto a su Patria. Ni la fragmentación, ni el centralismo rígido. Sólo el compromiso podía salvar las diferencias geográficas y económicas, y pensaron en una solución neutral, a base de una sola nación, con provincias autonómicas en asuntos internos; pero sujetas al Gobierno en Asuntos Exteriores, Defensa, etc. Todo ello lo han reflejado en la Constitución, que “si no es perfecta, al menos puede compararse con la de cualquier país africano, que me las he estudiado todas”, según dijo Ibongo. Objetivos El grupo de Fernando Poo inclinó finalmente la cabeza y ya parecía todo arreglado cuando surgió el conflicto por la otra banda: ahora eran los centralistas quienes protestaban. Naturalmente, no era sólo aquel pequeño grupo de cinco guineanos, sino quién estaba detrás. Alguien [Antonio García-Trevijano] que les escribía las intervenciones obstruccionistas en un impecable castellano jurídico y que les pagaba indefinidamente la estancia en Madrid. Los objetivos de este alguien en la sombra fueron expuestos por los guineanos ante el Comité de los 24 como sigue: Crear problemas al Gobierno español impidiendo una descolonización normal en Guinea, y dejándole en mala postura internacionalmente. Representar a los grupos económicos internacionales, que tienen interés en entrar en Guinea en cuanto se haga independiente. “Nosotros no tenemos interés en mezclarnos en política interna española, y, en cuanto a las cuestiones económicas, ya las negociaremos cuando seamos independientes”, contestaron estos guineanos a sus generosos interlocutores del paseo de la Castellana. Pero hay otros que, desgraciadamente, aceptaron el juego. Les movía más que la ambición económica, la ambición de poder. Sueñan con que los nuevos amos les darán la presidencia de la nueva República. Como ven, el asunto es sucio y triste. La mayoría de los delegados del Comité de los 24 vieron en seguida la maniobra. Pero hubo alguno que demostró un interés masoquista en los detalles. Particularmente, nos resultó sospechoso que se presentase el propio embajador de Costa de Marfil (estos debates suele llevarlos un secretario) y se pusiera a preguntar con nada buenas intenciones. Luego fue el inglés quien trató de sacar tajada. Pero las respuestas de los I guineanos fueron inequívocas: por parte del Gobierno español, no hubo el menor obstáculo. Las complicaciones surgieron por la otra parte. El 12 de octubre No fueron, sin embargo todo piropos en Madrid. Los guineanos son hombres gradecidos, pero, ante todo, nacionalistas, y quieren ver cuando antes fijada la fecha de su independencia. Ante el Comité se inclinaron por el 12 de octubre próximos “que simbolizaría los lazos que nos unen a las naciones hispanoamericanas”. Y esto es todo por hoy. El próximo miércoles Piniés hará una declaración en nombre del Gobierno español, y el jueves o viernes oiremos al pequeño grupo de guineanos disidentes. Después de lo escuchado, va a series difíciles imponer la tesis de que España está frenando su independencia. Pero también hemos visto que hay intereses nacionales – que están dispuestos a oírles y a apoyarles incluso. Atención, pues. En el Comité de los 24 se han oído cosas tan explosivas como las siguientes: un notario de Madrid [Antonio García-Trevijano], ligado a la fracción oposicionista reunió el pasado 20 de mayo a un grupo de participantes indígenas en la Conferencia Constitucional y les puso 216.000 pesetas sobre la mesa, con objeto de que boicoteasen la conferencia. Unos lo aceptaron, otros no (que son los que ahora hablan).