2001-06-28.LA RAZON.TREVIÑO Y BUSH AGT

Publicado: 2001-06-28 · Medio: LA RAZON

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OPINIÓN

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LA RAZÓN
JUEVES, 28 - VI - 2001

TREVIÑO Y BUSH

MERLINES NEOLIBERALES

OTRAS RAZONES

vés de las urnas, lla-
mados  «liberalísi-
mos». 

La innecesaria pe-
tición de José María
Aznar  a  Bush  en-
grandece a Eta y em-
pequeñece a España.
No 
tiene  ninguna
ventaja,  pues  con  o
sin promesa pública
del presidente de EE UU, la policía espa-
ñola ha contado, cuenta y contará con la
ayuda antiterrorista de las agencias norte-
americanas.

Con su prosa y su humor inigualables,
Martín Prieto ridiculiza, en «El Mundo»,
el  aspecto  grotesco  de  la  promesa  de
Bush. Que para España es humillante y
perjudicial.  Reconoce  la  impotencia  de
nuestro Gobierno. 

Identifica a nuestro país con el terroris-
mo,  al  modo  de  Palestina.  Da  a  Eta
resonancia imperial. Internacionaliza una
cuestión interna de España. Une el nacio-
nalismo vasco al terrorismo.

Perjudica los intereses de nuestra eco-
nomía en materia turística y de inversión
de capital extranjero. Pero todo lastre des-
proporcionado en el buque alivia el fraca-
so del piloto y aligera el peso de su res-
ponsabilidad. 

AAnnttoonniioo  GGAARRCCÍÍAA TTRREEVVIIJJAANNOO

L os  dirigentes

institucionales
son  incompa-
tibles con la partici-
pación popular. Ene-
migos del pueblo que
no se resignan al con-
sumo  de  fantasía  ni
aceptan la indiferen-
cia, la sumisión o la
pasividad a que le in-
cita la ingeniería del consenso. La partici-
pación es derecho y deber de los ciudada-
nos responsables y de los «observadores
tranquilos», que deben reconocer «la estu-
pidez del hombre medio» y facilitar la fan-
tasía necesaria para que la chusma ignoran-
te y las personas lunáticas y perturbadas
sean protegidas de ellas mismas. Hay que
defender las murallas de los ataques de los
bárbaros. Blindar la democracia frente a los
dogmatismos democráticos de los que le
exigen cosas que no puede dar. Preservarla
de la libertad política del pueblo. Los tec-
nócratas de la UE están desolados. Creye-
ron que las hazañas populares de Seattle,
Washington y Montreal se ejercieron con-
tra los representantes del capitalismo espe-
culador y financiero que nada contaban en
el horizonte democrático occidental. Pen-
saron que la batalla de Praga se debió a la
falta de inteligencia estratégica e imagina-
ción política de los banqueros y mercade-
res  del  Banco  Mundial  y  del  FMI.  Pero

AZNAR LO SABE

A znar lo sabe. Los servicios de infor-

mación han trabajado muy bien en es-
ta ocasión. El presidente del Gobier-
no,  en  el  debate  que  mantuvo  con  Iñaki
Anasagasti, le dijo, en repetidas ocasiones, que
lo importante en estos momentos es saber qué
van a hacer los nacionalistas con la victoria que
han conseguido en las elecciones del 13-M. Si
se van a dedicar a combatir al terrorismo, aho-
ra que han descubierto que los «chicos de la
gasolina» eran y son vulgares terroristas, o van
a emprender nuevas aventuras independentis-
tas. El presidente del Gobierno, según le han
contado a Juan Bravoamigos espías que tra-
bajan en el Norte, tiene encima de la mesa in-

formes que ofrecen datos muy aproximados
sobre los planes que han trazado los naciona-
listas para el futuro inmediato. El partido de
Arzallus, con la inestimable colaboración de
EA, que es el que se preocupa de poner el lis-
tón soberanista cada vez más alto, va a conti-
nuar el camino independentista, disfrazado, se-
gún las conveniencias de cada momento, con
las palabras adecuadas. Pretende enarbolar esa
bandera y restar todo el protagonismo posible a
Eta y a HB. Peligroso empeño. ¿Será por eso
que Anasagasti –¡qué ridícula altanería (de Bil-
bao, dijo) la suya!–  no quiso contestar?.

JJuuaann  BBRRAAVVOO

REBOREDO Y SAÑUDO

U n columnista

de  opinión
debe
sólo 
opinar sobre las noti-
cias  del  día  cuando
difiera del comenta-
rio  editorial  que  su
periódico hace de las
mismas  o  cuando
pueda  enriquecerlo
con  una  visión  más
universal, más culta o más ilustrativa. La-
mentablemente, esa no es la costumbre.
Los editoriales suelen ser superiores. No
es extraña la extendida creencia de que los
escritores de prensa opinan al dictado de
sus directores o la de que éstos eligen a los
de su misma cuerda.

No pienso en los profesionales que opi-
nan al son ideológico de la empresa que
los contrata para eso. Hablo de los escri-
tores que colaboran con asiduidad, para
dar buen tono literario o cultural a los dia-
rios, y que no suelen ser mejores que los
periodistas.

Hago esta reflexión, que ilustraré con
un magnífico ejemplo de escritor perio-
dista, para anunciar mi nuevo propósito de
comentar las noticias que se refieran a te-
rror de Estado, terrorismo de Eta y nacio-
nalismo separatista. Pues casi todo lo que
dice la prensa en estos temas es falso res-
pecto al hecho noticiado o falaz en el ar-
gumento que lo denigra o ensalza.

Comencé con mis recientes comentarios
sobre la noche de «terror en Nepal» y las
monjas católicas condenadas por genoci-
das. Hoy trataré de la presencia del lenda-
kari Ibarreche en el condado de Treviño y
de la petición a Bush de ayuda contra Eta. 
La libertad de reunión ampara la asis-
tencia de Ibarreche a la fiesta de las ikas-
tolas alavesas a que ha sido invitado por el
alcalde de La Puebla de Arganzón, en el
condado de Treviño. La libertad de movi-
miento de un español por cualquier punto
del territorio español no puede ser provo-
cativa para ningún español. Si se trata de
una autoridad en visita oficial, basta con
que sea invitada por la autoridad local. Se
equivoca de sentimientos el presidente de
Castilla y León, al sentirse «provocado»
por la visita del lendakari, y se equivoca
de doctrina democrática «El Mundo», al
dignificar esa protesta y defenderla. 

Si creen que eso significa apoyar la ane-
xión del enclave burgalés a Álava, que lo
compense el presidente de la Junta con su
visita al condado. Si temen que la libertad
de expresión del lendakari cambie el esta-
tuto histórico de Treviño, poca confianza
deben tener en que esté justificada su vi-
gencia. Si rechazan el proselitismo nacio-
nalista  fuera  del  territorio  autonómico,
aparte de que es derecho y práctica común
a todos los partidos, están poniendo lími-
tes espaciales a la libertad de asociación.
Además de antidemocrática, esta protesta
no respeta al Gobierno vasco ni al PNV. Y
el diario El Mundo demuestra que aún no
sabe lo que es libertad política ni unidad
de España. Si la Junta exaltara a Isabel la
Católica en Mondragón, estaría en su de-
recho y nada con sentido democrático o
dignidad  institucional  podría  objetar  el
Gobierno vasco. Los que piensan como El
Mundo son separatistas españoles. O sea,
los concesionistas de independencia a tra-

ellos  eran  otra  cosa.
Encarnaban el espíri-
tu y la savia del sueño
europeo  representa-
ban la gran esperanza
democrática  de  una
Europa independien-
te,  libre  y  justa.  De
pronto, la rebelión ir-
landesa los zarandeó
hasta  el  fondillo  de
los pantalones. ¿Cómo era posible tamaña
ingratitud de un pueblo que sólo bienes ha-
bía recibido de la UE? ¿Por qué el gravísi-
mo error de la Constitución irlandesa exi-
giendo que el pueblo apruebe algo ajeno a
sus capacidades? Plebiscitos y referendos le
sientan muy malamente a la UE. La chus-
ma no entiende el arte de la política euro-
pea, no cata la finura y el esplendor de la
gran diplomacia supraestatal. ¡Menos mal
que el FMI y el BM tuvieron la sensatez de
prescindir de la reunión de Barcelona! Pe-
ro los resistentes de Seattle, Washington,
Montreal, Praga y Gotemburgo decidieron
festejar la claudicación de los merlines del
neoliberalismo y organizar una gran fiesta
democrática en Barcelona.

Había que frustrarla, degradarla y empe-
queñecerla con los estigmas de la violencia
y el crimen. No se podía tolerar un nuevo
triunfo ciudadano de la internacional de la
resistencia con sus aspiraciones libertarias,
ecológicas, socialistas, pacifistas y radical-
mente democráticas. La provocación, desde
dentro y desde fuera, era muy fácil. Atribuir
los desórdenes a minorías incontroladas,
previamente introducidas entre los mani-
festantes, estaba tirado. Perpetrar gravísi-
mos atentados contra el derecho a la manifes-
tación, a la información, a la discrepancia,
a la libertad política y a la imaginación co-
lectiva podía ser presentado como legítima
defensa frente a las hordas inciviles y sal-
vajes. Como los disparos policiales de Go-
temburgo. Venía, además, muy bien para
respaldar la decisión de los Haider de cerrar
las fronteras para impedir la discrepancia
popular frente al Foro Mundial de Econo-
mía que se celebra a primeros de julio en
Viena. Viene como llovido del cielo para
que Aznar, como Santiago Matamoros, cie-
rre España con vistas a los próximos fastos
europeos de la UE en Barcelona y Sevilla.
Eso de la libre circulación de personas no
incluye a la chusma. Sólo faltaría que los
gobernantes estuviesen vinculados por sus
propias leyes. Maniatados por los principios
y convicciones que plasmaron en el Trata-
do  de  Schengen.  Se  suspenden  sin  más.
Hay que dejar a los bárbaros fuera de las
murallas.  La  calle  es  también  del  poder.
Igual que el gobierno, el estado, el dinero y
la gloria. Todas las Constituciones son pro-
ducto del miedo a la libertad y la descon-
fianza ante el pueblo. No hay libertad que
no procure miedo a los poderosos. La inter-
nacional de la resistencia los tiene al borde
del infarto cerebral. Tienen que criminali-
zarla a toda costa, arrojar sobre ella los há-
bitos de violencia, mentira, inmoralidad,
fealdad e ignorancia que caracterizan al po-
der y a los poderosos. Tienen miedo a la li-
bertad política del pueblo porque, con ella,
la democracia es inevitable. Sin ella es im-
posible.

JJooaaqquuíínn  NNAAVVAARRRROO