1995-02-13.EL MUNDO.SOSIEGO ANTE POLIFEMO AGT
Publicado: 1995-02-13 · Medio: EL MUNDO
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SOSIEGO ANTE POLIFEMO EL MUNDO. LUNES 13 DE FEBRERO DE 1995 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO Ya tenemos en danza ideológica al sosiego. Esa virtud conformista que inhibe la exasperación de nuestras pasiones cuando agresiones intolerables hacen timorata y suicida la moderación habitual de nuestras reacciones. La consigna de sosiego, transmitida por el «polifémico» gobierno catalán, para proseguir su ingestión de la inconsciente criatura española, ha caído como agua de mayo que puede remediar, con nuevas fuentes y corrientes de resignación, el miserable estado de menesterosidad de un régimen que toma sus energías políticas de la mentira, del crimen y de la corrupción. Las modas morales, como las del vestir y del comer, responden a leyes relativas al estado de las pasiones sociales de mando y de sumisión. La sociología de la moda es un indicador precioso del estado político en que se encuentran las naciones. Los pueblos dominados adoptan hoy los uniformes y las ingestiones de los dominadores, como en los pueblos primitivos se manducaba el cerebro de los enemigos valerosos para heredar sus cualidades. En los momentos fundacionales de la transición, la moda moral impuso el consumo obligado de consenso y «moderación», para disimular con la unanimidad de las opiniones la elusión de la democracia y para revestir con prudentes harapos intelectuales la impúdica desnudez de las ambiciones personales. Ahora, para prolongar la agonía de este régimen de consenso y de «moderación» que, como era de esperar y de temer, ha metido el crimen y la corrupción en el corazón del Estado de partidos, se quiere imponer la moda moral y la consigna política del sosiego, como último baluarte de la eterna ideología de la resignación. El paso dado desde la moderación de las acciones al sosiego de las pasiones, delata la profundidad de la crisis que atenaza al sistema en su propia consunción. La petición de sosiego supone el reconocimiento de que el régimen no fía ya su porvenir a la imposible templanza de las reacciones, frente al libre curso de los apetitos de poder y de riqueza, sino a la quietud de las pasiones en pobres almas desoladas y desesperanzadas. Es normal que se invoque la moderación de las ambiciones para conservar el equilibrio de poder entre unos pocos poderosos. Este ha sido el paradigma de la transición, como el de todas las oligarquías. Pero pocas veces se apela en la política, que es una lucha por el poder de mandar sobre los demás, a los valores del «sosiego», que es paz interior, calma del alma, aplacamiento del ímpetu defensivo ante la agresión o la adversidad. Cuando, en el colmo de desfachatez y de cinismo, los agresores piden sosiego a las víctimas, incluso el más cauto de los filósofos tiene que apelar ya al derecho a la rebelión civil. * Para justificar el destronamiento de Jacobo II, John Locke escribe contra la petición de sosiego la única página apasionada de su famoso «Ensayo». ¡Qué clase de paz la que no pudiese ser mantenida más que a costa de la ventaja de los ladrones y de los que se complacen en la opresión! El modelo de semejante paz entre grandes y pequeños, entre poderosos y débiles, sería la caverna de Polifemo. «Este gobierno, al que Ulises y sus compañeros se encontraban sometidos, era el más agradable del mundo; ellos no tenían otra cosa que hacer en él sino aguantar con sosiego que los devorasen. ¿Y quién duda de que Ulises, que era un personaje tan prudente, no predicase entonces la obediencia pasiva y no exhortase a una sumisión completa, representando a sus compañeros cuán importante y necesaria es la paz entre los hombres, y haciéndoles ver los inconvenientes que podrían sobrevenir si intentaban resistir a Polifemo, que los tenía en su poder?». En el debate sobre el Estado de Polifemo, su ojo debió iluminarse de complacencia al oír la marcha triunfal hacia el estómago de los tres discursos de conveniencia, de las tres formas de mantener el régimen de la caverna: Bribonería gubernamental, Bobaliconería paragubernamental y Beatitud constitucional.