1999-09-17.LAVOZDGALICIA.SOGECABLE.
Publicado: 1999-09-17 · Medio: LAVOZDGALICIA
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18España17 de septiembre de 1999ViernesVPINTO & CHINTOContra lo declarado por el juez Gómez de Liaño, negó haber afirmado que él encarcelaría a Jesús de Polanco y Juan Luis CebriánGarzón dice que el «caso Sogecable» fuepromovido «para acabar con el felipismo»El juez Baltasar Garzón manifestó ayer en elTribunal Supremo las diferenciasirreconciliables que le separan de quien fuesu amigo y compañero, Javier Gómez deLiaño. Pese a que la enemistad entre ambosmagistrados es pública y notoria desde hacecasi dos años, Garzón la hizo aún máspatente al acusar a Márquez de Prado deidear «una revolución judicial para acabarcon el felipismo». En el juicio contra Gómezde Liaño por presunta prevaricación alinstruir el «caso Sogecable», Garzón afirmóque el acusado y el fiscal Ignacio Gordillomienten al afirmar que él era partidario deencarcelar a Polanco y Cebrián.MADRID. ÍÑIGO CORRAL RedacciónBaltasar Garzón, que declaróen calidad de testigo, se defen-dió ayer de las graves acusa-ciones vertidas contra él dosdías antes por Gómez de Lia-ño, quien aseguró que Garzónfue la única persona que se in-teresó desde un principio por elcaso Sogecable y quien quisometer en prisión a Jesús de Po-lanco y Juan Luis Cebrián.El testigo recordó que el mis-mo día en que se presentó ladenuncia del caso se produjouna conversación a la salida dela cafetería madrileña Riofrío,en la que estuvieron presentesGómez de Liaño, Márquez dePrado y él mismo. Durante lacharla, la entonces fiscal de laAudiencia Nacional dijo: «Vana tener que hacer el paseíllopor las escaleras de la Audien-cia Nacional (en alusión a losconsejeros de Sogecable) por-que vamos a hacer una revolu-ción judicial para acabar con elsistema político corrupto y elfelipismo».Garzón fue tajante también ala hora de desmentir que hu-biera dicho en una conversa-ción que quería meter en lacárcel a Polanco y a Cebrián,tal y como declararon en el jui-cio Gómez de Liaño y el fiscalGordillo. «Esa conversación noexistió a pesar de que un testi-go (Gordillo) lo haya dichobajo juramento». Tampococoincidió con el acusado enotro espinoso asunto como erasu supuesto interés en conocerde primera mano todo lo rela-cionado con el caso Sogecable.«Tan sólo intenté que no sediera de bruces con ese suma-rio», añadió.Otras «prevaricaciones»El testigo rechazó inclusoque hubiera tratado de interce-der en favor de los directivosde Sogecable. «Eso es falso»,sentenció. No cesaron ahí susdesmentidos y acusaciones,puesto que a renglón seguidocomentó que oyó una conver-sación telefónica en la que Gó-mez de Liaño pidió a Gordilola presentación de un escritoreclamando de nuevo el secre-to de las actuaciones despuésde que la Audiencia Nacionalordenara levantarlo.Recordó que, después de quese revocara el auto de secretosumarial, bajó al despacho deGómez de Liaño para darle«ánimos». Allí, según dijo, oyódecir al acusado que la Sala«había prevaricado» y que Cle-mente Auger (presidente de laAudiencia Nacional) y EnriqueBacigalupo (uno de los magis-trados que le juzgan) estaban asueldo del grupo Prisa y quehacían dictámenes para ellos.También declaró ayer en elSupremo uno de los miembrosde la Brigada Económica de laPolicía Judicial que investigóel caso Sogecable. El agenteconfirmo que, en su opinión,era necesario mantener secre-tas parte de sus pesquisas. Porsu parte, José Carlos Martínez,funcionario del juzgado encar-gado del caso, confirmó que laPolicía advirtió, antes de decla-rar el segundo secreto de su-mario, que en caso de que éstese levantara, «podía trastocarla investigación».El acusadose querellarápor calumniasy cita a seisnuevos testigosGómez de Liaño solicitó du-rante la sesión vespertina deljuicio «licencia para deduciracción penal por calumnias»contra Garzón, después de quehoras antes hubiera declaradoque él había dicho que Baciga-lupo era un «prevaricador».Además, anunció su intenciónde presentar otra querella cri-minal contra Garzón por el de-lito de falso testimonio.Por otra parte, la defensa deGómez de Liaño solicitó alTribunal del caso la citacióncomo testigos de María Dolo-res Márquez de Prado, el juezJoaquín Navarro, el periodistaJaime Campmany, el fiscal Ig-nacio Gordillo, el abogado An-tonio García Trevijano y JesúsNeira, para rebatir las declara-ciones prestadas por Garzón.En el escrito de la defensa sepide con la «máxima urgencia»la citación de estas personas.Dos magistrados «estrella» quepasaron de la amistad a la guerraMADRID. F. TOMÁS-VALIENTE RedacciónBaltasar Garzón y JavierGómez de Liaño tienen encomún dos cosas: algunosenemigos, que han cambiadocon los años, y un conceptopersonalista del derecho enplan «Yo soy la Justicia».Hace años, allá por el 95,cuando arreciaba el temporalcontra el pasado sucio de lacúpula de Interior, Liaño yGarzón bajaban a tomar cafétodas las mañanas del año,con frecuencia acompañadosde María Dolores Márquezde Prado, esposa del primeroy fiscal.Caminaban juntos, atentosa las cámaras para poder ig-norarlas con ese gesto entrepreocupado y suficiente quetan bien les sale a los juecesestrella. Se dirigían a la ca-fetería Riofrío, en el paseode la Castellana.Una de aquellas mañanasMárquez de Prado, segúnGarzón, predijo que los di-rectivos de Sogecable «ha-rían el paseíllo» en la Au-diencia Nacional.En ese momento, el perso-nalismo justiciero llegó de-masiado lejos para Garzón.Meses después, la AudienciaNacional le daría la razón aél y desautorizaría a Liaño.En ese momento comenzótambién el final de la amis-tad que se había hecho pro-funda en la primavera de1989, en el entierro de la fis-cal Carmen Tagle, asesinadapor ETA, y que se consolidóen la Audiencia Nacional.Fueron tiempos de amistadcon Baltasar Garzón, quienno advirtió hasta años des-pués que existía la famosa«conspiración»: la máximaestrella del firmamento judi-cial cayó del guindo al acep-tar la recusación de Sogeca-ble contra Liaño por falta deimparcialidad.En aquel escrito Garzónfundamentó su criterio deque Liaño no era imparcialen su recuerdo de una comi-da (a la cual por cierto acu-dió ese otro ilustre conspira-dor «antifelipista» y ex-amigo de Baltasar que es eljuez Navarro). Los partici-pantes en esa comida propu-sieron a Garzón la conjuracontra Polanco. Aquel guisoresultó demasiado agrio parael estómago del juez Garzón.