1995-06-12.EL MUNDO.SIN PRINCIPIOS AGT
Publicado: 1995-06-12 · Medio: EL MUNDO
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SIN PRINCIPIOS EL MUNDO. LUNES 12 DE JUNIO DE 1995 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO Los partidos de oposición han repetido hasta la saciedad, durante la campaña electoral, que el partido del Gobierno, tal como está orientado por sus dirigentes, es un partido sin principios. Sin embargo, todos ellos están dispuestos a pactar con él. Bien sea para hacerse socios en el disfrute del poder, como esos neófitos del nacionalismo canario, o bien para urdir futuras connivencias mediante sublimes magnanimidades con los perdedores, como puede suceder en la Comunidad de Madrid. Donde al parecer, la nueva mayoría absoluta, sin necesidad objetiva, se dispone a mantener el control de instituciones financieras y culturales con los mismos hombres que han defendido sin principios al felipismo. Lo que se presagia de este modo en Madrid, si se confirma que el PP mantendrá a los hombres del PSOE en la Caja de Ahorros y dará la dirección de la Televisión autónoma a un profesional de la propaganda del poder, será síntoma delator de su comportamiento villano cuando se instale en el Gobierno. En cuanto a IU, su desorientación táctica en materia de pactos deriva del error estratégico de creerse obligada a pactar. Un partido con el doce por ciento del voto electoral no está obligado a facilitar la gobernabilidad de nada ni de nadie. No ha sido votado para ello. La indiferente disponibilidad de la dirección de IU para pactar con el PP o con el PSOE, según sea el dictado de sus militantes, merece una reflexión crítica. Porque lo que parece una decisión democrática, y ésta lo es en la forma, puede amparar en el fondo una fuga hacia adelante, por miedo a equivocarse y a asumir la responsabilidad política de entiende que se apele a la militancia de un partido para decidir sobre toda clase de cuestiones, si funciona en régimen asambleario de democracia directa. También se entiende que la dirección de IU tome una decisión y la someta después a la aprobación o rechazo de sus bases, poniendo en juego su liderazgo. Pero no es fácil de comprender el sentido de unos órganos permanentes de dirección que, ante un asunto complejo, deciden no decidir y trasladar la cuestión a los militantes. Las complejidades de la decisión política son las que justifican la existencia de órganos de dirección en los partidos democráticos. De todas formas, los militantes de IU deben ser advertidos de que ni su electorado, ni la sociedad, ninguna tradición o doctrina, ningún deber patriótico o sentido de la responsablidad, les obligan a pactar para permitir o impedir que otro partido gobierne. Ese no es su problema. Pero si es su problema no pactar jamás con mismo modo que toda cantidad multiplicada por cero es igual a cero, la alianza de los principios con la falta de principios arroja siempre un saldo sin principios. La gente honesta no entiende que la honradez pueda pactar con el partido del señor «X» y de los fondos reservados. Se podría explicar esta peste pactista pensando que toda la clase política es de la misma cuerda; y que los partidos no afectados por la corrupción caerán en ella tan pronto como tengan, desde el poder, la oportunidad de corromperse. Pero, sin negar lo bien fundado de este pesimismo sobre la naturaleza humana, lo incoherente es que no exijamos en la vida pública las mismas precauciones y garantías que tomamos en los asuntos privados. Nadie culpará al ladrón que entra en los domicilios ajenos como Pedro por su casa, si los dueños se van de vacaciones dejando las puertas abiertas y sin vigilancia. Pues bien, nuestra alabada Constitución manda al pueblo de vacaciones políticas, mete a los partidos en el Estado, y abre de par en par las arcas del tesoro al partido gobernante. Y encima nos quejamos de que robe. Lo extraño es que al regresar de esas vacaciones, un día cada cuatro años, los inquilinos del Estado nos den la agradable sorpresa de no habérselo llevado todo. Los gobiernos sin principios mantienen así a los gobernados en un estado de ingenuidad sin finales.