1995-12-26.EL MUNDO.SALDO DE UN AÑO SINIESTRO AGT

Publicado: 1995-12-26 · Medio: EL MUNDO

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SALDO DE UN AÑO SINIESTRO
EL MUNDO. LUNES 26 DE DICIEMBRE DE 1995
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
Desde el punto de vista de la moralidad pública, parámetro que mide la confianza de un país en sí mismo por la adecuación de la sociedad política a la sociedad civil, el año que termina ha sido revelador de la fractura producida en la conciencia nacional por la inadecuación escandalosa del espíritu público dominante en las instituciones, respecto de la opinión pública hegemónica en  en las mejores películas de cine negro, cuando el año comenzó los crímenes ya estaban cometidos y se conocía la identidad personal de los criminales. Lo que se pone en acción es el despliegue de la mafia del crimen organizado, instalada en las instituciones del Estado y en un tercio sobornado de la sociedad, contra un juez y un puñado de periodistas que buscan el reconocimiento público de la verdad para que no sea eludida la ley y  puesta en escena ha sido espectacular. Cadáveres en cal viva, torturas de profesionales de la tortura, saqueo milmillonario de fondos reservados con regalos bisuteros, espionajes inverosímiles, convolutos de fábula, falsificación de pruebas, delación de arrepentidos, encarcelamientos en serie, conspiraciones sin cuento, juramentos de hermandad, capturas rocambolescas y condecoraciones al mérito constitucional. 
Aunque el guión parece una lucha despiadada entre personas en pos del dinero, con el telón del poder al fondo del escenario, el argumento real de la película está en el desigual combate que libra la parte civilizada de la sociedad contra las instituciones que amparan el crimen encubierto bajo la ley de secreto oficial. El mayor dramatismo se produjo cuando el secreto universal, esa terrible verdad del jefe supremo de los ministros de la policía, de los servicios secretos de la defensa y del raquet de la mafia, parecía a punto de estallar ante las togas de  ese momento cumbre, una audaz maniobra de la mafia consigue extender la sospecha de corrupción al círculo íntimo del Jefe del jefe. Cálculo exacto, cálculo mediterráneo que aprisiona siempre la verdad en los dorados barrotes de las convenciones. La verdad, más peligrosa para las instituciones que el mismísimo crimen, detiene en seco su carrera ante la sabia prudencia de  las instituciones estatales, aprovechando la oportunidad que el miedo ofrece siempre a la cobardía, aplastan a la parte civilizada de  «Lord Protector» del crimen de Estado desvía el curso de la Justicia, apartándola de lo secreto en el Estado y lanzándola contra lo público en  delito de opinión y de desacato prevalece sobre el de asesinato. 
Aunque la película no ha terminado, un nuevo conformismo invade el ánimo decepcionado de los espectadores en la secuencia de fin de año. Cena de homenaje público que el vicio del poder rinde a la mentira fiel, a la solidaridad criminal de grupo. Firmeza en la mentira judicial del lugarteniente del crimen, a quien sólo se le pone cara de GAL si se le increpa de improviso en  vuelta de la presidencia europea, con euforia de invasor de su propio país, el teniente de lo secreto, agasajado por todos los emperadores del mundo de lo conveniente para ellos, juzga llegado el momento de ofrecer a sus apocados rivales el esperado juego electoral que los enrede con ambiciones de andar por casa en alfombras mullidas, a cambio de mantener el secreto criminal con el que ha gobernado. La ley y la justicia parecen sacrificadas. Era lo esperado. La brega del Lord Protector ha dado sus frutos amargos. Hasta ahora, la película es realista y cada personaje está en su papel. Pero falta aún por ver todo el desarrollo de la segunda parte. Que comenzará, tras el jubileo electoral, con la nueva prueba criminal que se descubra. Pero nadie podrá ya negar el saldo final que la mafia del poder nos ha procurado en este año siniestro: un Estado sin derecho ni ley en una sociedad sin esperanza de reconocimiento público de la verdad.