1996-05-03.ABC.ROLDAN PIDE CONFESION LORENZO CONTRERAS

Publicado: 1996-05-03 · Medio: ABC

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NACIONAL 

VIERNES  3-5-96 

El  Burladero 
DOS  ELOGIOS 

Por Víctor MÁRQUEZ REVIRIEGO 

Cuaderno de notas 
ROLDAN PIDE CONFESIÓN 

copla que decía así: 

«¿En qué se parece España a sí 

misma? 

En nada.» 
No es necesario ser Jorge Luis 
Borges  para  saber  del  horror 
profundo  de los espejos. Pero lo 
de  esta  copla  es  mucho  peor. 
Pues en ella España se mira y no 
se reconoce, que eso sí que es un 
problema de identidad. (Hay otro 
terror  en los espejos,  que ni si 
quiera Borges apuntaba. Y es el 
que,  de pronto, aparezca junto a 
la nuestra  la imagen  de los que 
antes  se vieron  en  su  luna.  En 
España  se les llamaba,  en  otro 
tiempo, los viejos demonios fami 
liares. Yo conocí a un procer que 
cuando, viajaba fuera  de casa lle 
vaba  siempre  su propio  espejo, 
uno en el que no se había mirado 
nadie más  que él. Así no  sufría 
con el  temor de  las apariciones)... 
Pero, en fin, volvamos a Bene 
gas,  que no es viejo  aunque  sea 
procer. Repito que no hay elogio 
mayor al pacto popular y peneu-
vista. Dice que es bueno para el 
País Vasco, en tantas cosas alca 
loide de lo español según se sabe. 
Y, además, nos deja  en un poco 
caóticos. Lo cual  es  casi  acer 
carse a la felicidad  suprema, tan 
caóticos como siempre fiúmos. Es 
algo así como condenar al ham 
briento total, que nunca come, a 
quedarse sin postre de natillas... 
Después  de comerse la  sopa, el 
pescado y la carne. Felipe Gon 
zález tendría que empezar a preo 
cuparse, también él,  por estos pe 
ligrosos elogios al enemigo malo; 
que es,  naturalmente, el que 
le  ha 
quitado el poder. Serra los salva 
en lo personal y Benegas los su 
blima en lo  histórico. 

EL 1 de mayo, cargado de 

amenazante retórica sin 
dical, ha sido este año un epi 
sodio  para  la  historia  uni 
versal de la decep 
ción.  Y es  que  a 
veces  cabe  la  de 
cepción hasta cuan 
do las  esperanzas 
están  excluidas. 
Se  ha  notado  de 
masiado  la  false 
dad del estilo. Sólo 
faltaba  que Aznar 
se  convirtiera  en 
símbolo  del  cre 
púsculo  social  y 
González, o el feli- 
pismo,  en  la  pro- 
mesa de un  futuro 
amanecer.  De nuevo  el mal 
menor. Lo que se dice de au 
rora boreal. 

/\%ñ, 
X 

Hay  que acostumbrarse  a 
la  sorpresa,  salvo que se as 
pire  al diploma  de ingenuo. 
Por  ejemplo,  no vale  expre 
sarla  por  el  hecho  de  que 
Luis Roldan,  ex director ge 
neral  de  la  Guardia  Civil, 
haya  decidido  «tirar  de  la 
manta». No  es que tire de  ella 
para  llevársela,  como temía 
Antonio  García-Trevijano  en 
el caso de ciertos delatores de 
la época franquista.  Roldan 
ya se llevó lo suyo, en el me 
jor  y en el peor de los senti 
dos.  Pero ahora quiere confe 
sarse, igual que tantos otros. 
Como algunos  etarras. Con 
fesarse en el aspecto terrenal 
o judicial de la palabra ha  po 
dido tener  en  el pasado  un 
significado  de alivio psicoló 
gico. La  etapa  democrática. 

Los  populares  tendrían  que 

empezar  a preocuparse  por 
los recientes elogios socialistas. 
Algo están  haciendo  mal, y to 
davía no andan en el poder. 

Primero fue  Narcís  Serra, al 
que le parece  muy bien  que  su 
tocayo y protegido Eduardo Se 
rra pueda  ser  ministro  de De 
fensa.  Con malicia  podría  pen 
sarse  que  acaso  sea  el  primer 
Serra (Narcís) el antiguo benefi 
ciado  del  segundo  (Eduardo) y 
no al revés, según ingenuamente 
apuntamos  antes... Pero  estas 
cosas  carecen  de  importancia. 

Benegas 

pues son  gratitudes  personales, 
en todo caso, que honran a dado 
res y receptores. 

Lo peor  ha  sido  el  elogio  de 
José  María  Benegas.  Habla 
nuestro hombre del pacto  entre 
nacionalistas y populares, y ad 
mite que será bueno para los  vas 
cos (deduzco  que, por  lo tanto, 
también lo será para los españo 
les),  y luego Uega el elo 
gio  sublime.  Porque, 
según él, tal pacto enca 
mina a España hacia im 
tipo  estatal  un  «poco 
caótico». 

Durante  años, duran 
te  siglos, hemos  oído a 
los apóstoles del males 
tar  nacional  hablar  de 
España como un caos to 
tal,  de  nuestra  conti 
nuada y permanente de 
cadencia, toda  eUa  como 
un crónico morir en pro 
pia vida.  Y  ahora sale el 
señor Benegas y nos  ani 
ma de verdad de la bue 
na  para  el futuro.  Por 
que a partir  del  pacto va 
mos a ser nada más que 
un  poco  caóticos.  Así 
que pasar  del mucho  al 
poco es, cierta  y conta 
blemente,  un  sorpreur 
dente progreso. Allá por 
los muy lejanos tiempos 
de Carlos ÍI, corría una 

Por Lorenzo CONTRERAS 

en  los  últimos  años,  ha  de 
mostrado que confesar ante el 
juez es la puerta de la libertad 
o  por  lo menos  del  «tercer 
grado». Casi la ab 
solución, o una  mo 
dalidad  de ella, en 
el  tribunal  de  la 
penitencia. 

Luis Roldan difí 
cilmente  aspirará 
a  que  su  gesto de 
«t i r a m a n t a s  » 
pueda  entenderse 
como colaboración 
con la Justicia. Lo 
suyo -siete  horas 
de confesión con el 
juez  Garzón,  que 
luego se lo pasa al 
juez  Gómez  de  Liaño-  re 
cuerda bastante un elemental 
ejercicio  de  picaresca.  Por 
ahora, la verdad, no ha dicho 
nada  que no se  sepa  o no  se 
intuya.  Incluso  cuando pro 
mete «vaciarse» no hace  otra 
cosa que bordear un concepto 
escatológico. La única  nove 
dad ha sido introducir  en es 
cena a un personaje  secunda 
rio  llamado  Juan  de  Dios 
González,  que  ofrece  el as 
pecto de ser una primera y so 
pesada  «entrega».  La  pica 
resca  opera  por grados. Rol 
dan  tantea  al  magistrado, lo 
erotiza  y va  ganando  metros 
de favor. 

¿Por qué ahora? ¿Por qué el 
ex  director  general  de  la 
Guardia  Civil, nuestro  hom 
bre  en  Laos, vendido  por  el 
traficante  Paesa  al  siniestro 
Belloch, ha  pedido  confesión 
en este preciso momento? Ahí 
está el busilis. Man 
da la  condición  hu 
mana.  Roldan  com 
prueba  cómo su  ca 
so empeora mientras 
Felipe  González  a-
bandona la Moncloa 
sin  problemas,  sin 
brindar soluciones a 
quienes quedan em 
pantanados,  y,  por 
la secreta escala dis 
frazada,  se va  al in 
mortal  seguro,  sin 
ser notado,  estando 
ya su casa sosegada. 
al  m^is-
trado Móner, instruc 
tor de la causa de los 
GAL, se le ha puesto 
cara  de inverosímil. 
Y,  mientras tanto, en 
la Audiencia Nacio 
nal,  ante  tanta  pro 
mesa  de  revelacio 
nes.  Garzón y Gómez 
de  Liaño  están  ca 
chondos perdidos. 

Dicen que 

-Suenas  para  dirigir  esa  empresa  pública  que  tú  tanto  pedías  que  se  privati-

zase. ¿Qué les vas a decir si te la  ofrecen? 

ABC (Madrid) - 03/05/1996, Página 32
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