1976-08-21.MUNDO.REFORMA Y CULTURA

Publicado: 1976-08-21 · Medio: MUNDO

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21 agosto 1976 - N. 18437 - 35 PU».

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Mundo - 21 - 8- 76

REFORMA Y

El pan nuestro de cada día no es otro que reforma,
por un lado, y ruptura por el otro. La alternativa
inmovilista ha desaparecido de los papeles. Hemos
escogido a Alfonso Osorio, eje importante del Gobier-
no actual, como símbolo del reformismo serio. En la
otra orilla se encuentra el  rupturista García-Trevijano
con su peso específico dentro de la  « Platajunta», que
actualmente pone tan nervioso al Gabinete como el
pasaporte de Carrillo.

ALFONSO OSORIO

Pasado y
presente

En este santanderino de 53 años.
casado con una hija del ex ministro
lturmendi y padre de tres hijos, hay
tres etapas muy claras. Cuando no
era ministro, cuando llegó a minis-
tro con Arias Navarro y cuando ha
seguido de ministro con Adolfo
Suárez. Antes de la muerte de
Franco y después de su muerte. «Yo
he ocupado cargos de responsabili-
dad bajo el régimen del general
Franco y nadie me obligó a ellos ni
fui conducido por una pareja de la
Guardia Civil». Ciertamente que
no hacía falta. Osorio fue subsecre-
tario de Comercio con Faustino
Garcia Moneó, presidente de Ren-
fe, procurador en Cortes y conseje-
ro del Reino.

Pero al poder máximo no llegaría
hasta la Monarquía: «He sido mo-
nárquico desde mi uso de razón
política, y como, es lógico, después
de su instauración por Franco lo
sigo siendo». Además de Monár-
quico es demócrata cristiano sin
homologar. Fundador del grupo
«Tácito», se salió a principios del 75
junto con Reguera Guajardo, entre
otros, para constituirse en asocia-
ción política con Silva Muñoz. Al
final no acabó de nacer del todo la
UDE dentro del Movimiento. Vi-
sión de futuro.

tele)

Su monarquismo antes recogido
data del año 71. Por aquella época
confesó también considerarse «cla-
ramente conservador en el manteni-
miento de las instituciones». Cuatro
años después y unos meses antes de
ser elegido ministro de la Presiden-
cia por Arias Navarro en el primer
Gabinete del Rey ya había evolu-
cionado algo más: «Creo que el
primer Gobierno del Rey debe abor-
dar seriamente la reforma de la
Constitución». «¿Quién crees que
va a ser el primer presidente del
Gobierno de S.M.?», le preguntó
Cortés Cavanillas. «A corto plazo lo

será Arias Navarro». «¿Y a plazo
medio?» Osorio dixit: «El más inte-
ligente de los leales». Y a la vuelta
de la esquina se encontró con que
Arias (al que Osorio calificó como
«la energía inteligente, en la madu-
rez responsable y serena, para la
Gobernación» cuando don Carlos
era ministro de Carrero) le hizo su
brazo derecho.

Se nos antoja que los seis meses
de ministro de la Presidencia con
Arias son los más grises de este
político de gustos tan refinados
(admira a Antonio Ordóñez,  Buero
Vallejo, Beethoven y Goya). A este
período pertenecen  decla.-aciones
como: «Yo nunca he entendido el
significado de la palabra amnistia. Y
además creo que no la acabaré de
entender nunca, porque si amnistia
supone borrón y cuenta nueva, eso a
mi juicio, en la vida política de los
pueblos, es prácticamente imposi-
ble». Mas, más: «Yo creo en una
democracia no parlamentaria. Es-
paña, como todos los países serios,
necesita gobiernos que gobiernen y
parlamentos que parlamenten, pero
que sean independientes los unos de
los otros».

Hay quien actualmente conside-
ra a Osorio como el hombre fuerte
de Adolfo Suárez. Lo que no cabe
duda es que su capacidad política
ha ido acrecentándose  con el tiem-
po. De propiciar la triple alianza
frustrada —Areilza-Fraga-Silva
a formar Gobierno con los dos pri-
meros y a quedarse solo, va un
trecho. Ahora ya no tiene reparos
en afirmar que «estamos en una
Constitución abierta, que es la ade-
cuada para un pueblo en desarrollo
como el nuestro».

Estamos ante un reformista con

deseos de reformar de verdad.

«La única vía política adecuada
para nuestro país, aquí y ahora,
(12-2-76) es la seriamente reformis-
ta, sin condicionamientos ni caute-
las».

¿Seguirá Osorio pensando en lo
que dijo en Octubre del año pasa-
do? Si. lo de que «yo eliminaría del
juego democrático nada más que
aquellos que adopten posturas vio-
lentas». Habrá que esperar los he-
chos. Entre otras cosas. porque  «es-
te Gobierno ha tomado firmemente
una decisión, y es hablar con he-
chos, mucho; y con palabras, poco».

Mundo - 21 -8-76

lt
España

RUPTURA, VIS AVIS

como: «A partir de ahora la palabra
amnistía no significará para mí una
bella abstracción, ni tampoco una
sola exigencia neutral de la convi-
vencia política entre los españoles,
sino la concreta felicidad de miles de
familias que sufren sin razón la
sinrazón de la política.»

Siempre ha sido un personaje
intrépido. Capaz, por ejemplo, de
meterse en una jaula de leones en el
antiguo Circo Price de Madrid
cuando pidieron voluntarios en una
función. Y capaz de aliar a su amigo
Calvo Serer con el mismísimo San-
tiago Carrillo. O aún más: de ser el
«cerebro» no sólo de la Junta De-
mocrática de España, sino de lograr
la fusión entre aquella y la Plata-
forma en el organismo denominado
Coordinación Democrática

Abogado del dinamitado diario
«Madrid» y catalogado como
«conspirador galdosiano» por su
enemigo Emilio Romero. «Soy un
conspirador porque la Dictadura te
convierte, quiera o no, en un
conspirador. Yo estoy en la conspi-
ración si quien conspira es el pueblo
español». Capaz, muy capaz el
amigo «Tono». «Uno de los mayo-
res honores de mi vida es el haber
sido un poco el ginecólogo de la
independencia de Guinea», confiesa
quien redactó la Constitución de
aquel país.

Su lema es la ruptura pactada.
Ruptura — y no pactada — la de

unas cuantas costillas de su moreno
cuerpo a cargo de «comandos in-
controlados» de la extrema derecha
el pasado otoño, en el despacho del
abogado Muñoz Salvadores. Estu-
vo fuera de la circulación varios
meses, pero volvió a la carga políti-
ca, consciente de ctue «se me tolera
menos, se me persigue más que in-
cluso a los partidos marxistas.» ¿Por
qué? Quizá porque «hoy el proble-
ma no está en el socialismo. Por eso
el Gobierno se encuentra encantado
de que haya partidos, de que se
celebren congresos socialistas; el
problema actual de España no es el
socialismo: es la libertad».

Después de dejar Carabanchel
bajo fianza de medio millón de
pesetas (procesado junto a Cama-
cho, Aguado y Dorronsoro como
presunto autor de «un delito contra
la forma de Gobierno»), continúa
dedicando sus muchos ingresos de
su bufete de abogados de Castella-
na, 106 a unir a la oposición; «Todo
lo que ingreso lo gasto en vivir y en
la política; es decir, no hago inver-
siones para tener rentas». Dejó los
negocios el año 69 y ha creado el
«Grupo de los Demócratas Inde-
pendientes». Optimista. Ambicioso.
Así de ambicioso: «Mi ambición es
la de elevarme yo mismo a condición
de que sea el pueblo español quien
también lo haga. Con la elevación
del pueblo yo aceptaré la mía. De
otra forma, no».

EL LEGADO

Hipotecado por su vinculación a Arias Navarro — si no demasiado en el
terreno ideológico, si en el efectivo — , Alfonso  Osorio pasó con más pena que
gloria en su primera etapa de ministro. No pudo — ni quizá, quiso — lucir al
mismo nivel que las «estrellas» Areilza, Fraga y Garrigues. Ahora, ascendido a
vicepresidente segundo por Suárez, y probablemente uno de los ejes de la
composición del Gabinete, Osorio se ha convertido en un reformista que intenta
tomarse en serio la reforma. De ahí que haya pasada esa facturilla de «aquí
hechos y no palabras».  Osorio, por tanto, personifica el Poder que aun no ha
surgido de la voluntad popular. En cambio, Garcia Trevijano es la expresión
máxima de la Oposición. Hasta ahora ha sido más temido que escuchado. Desde
ahora, posiblemente, Suárez y los suyos, habrán de escucharlo más, aunque no
dejen totalmente de temerlo.

Una vez más, Reforma y Ruptura vis a vis. La trayectoria de Osorio se inserta
entre la lealtad a un Régimen que no pareció entusiasmarle nunca («respetemos
el legado de Franco una temporada» dijo en una cena del Club Siglo  XXI el
pasado mes de junio). Pero  Osorio sabe que ciertos legados pertenecen nada
mas que a la historia pasada.

Trevijano, en cambio, no tiene nada que ver con tal legado. Es más,
claramente ha luchado y lucha por romper — no reformar — todo lo que
contenga ese saborcillo. El reloj marcará la hora y la báscula se inclinará hacia
donde el pueblo tenga más peso.	

ANGEL SANGHEZ.

ANTONIO
GARCIA-TREVIJANO

Sólo
futuro

«Nunca he sido monárquico, pero
he sido amigo del Rey actual, es
decir, don Juan Carlos. El podría
desenmascarar toda la situación..»
Son palabras de Antonio García
Trevijano y Forte, antifranquista
pese a haber nacido un «18 de ju-
lio» hace 49 años en Alhama (Gra-
nada). Precisamente de Franco ha
dicho que fue «un soldado con
mentalidad de cuartel y un buen
representante del oportunismo de la
clase media española habituada a
confundir sus valores privados con
el Estado.»

García Trevijano, ciertamente,
conoció a Juan Carlos en Zaragoza
el año 55. «Allí salíamos juntos
— éramos muy jóvenes y nos íbamos
en mi coche los fines de semana —, y
luego, más adelante conocí a su
padre, el conde de Barcelona (...) Sé
que don Juan ha sufrido mucho por
mi detención y pienso que al actual
Rey también tuvo que dolerle, sim-
plemente recordando las situaciones
que hemos vivido juntos, mientras él
estaba en el trono y yo en la cárcel,
pero en el fondo creo que si él hu-
biera querido ponerme en libertad
no habría podido...»

De su experiencia de 76 días en
prisión ha sacado consecuencias