2005-05-09.AHORA.REFLEXIONES DE UN EUROPEO AGT

Publicado: 2005-05-09 · Medio: AHORA

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REFLEXIONES DE UN EUROPEO 
AHORA, 9 MAYO 2005
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
La demagogia los hace soberanos irresponsables. Los subterfugios del inconsciente les dan la inocencia de la idiotez. Mas, aunque no lo sepan, los pueblos asumen los crímenes de sus gobiernos. Sin ruptura con la cultura nacionalista que borró de Europa todo lo decente, las libertades no han podido ser liberadoras. El exterminio de civilizaciones más crueles que las de la cruz y la espada, los males de la civilización occidental se justificaron, antes del fascismo, en el espíritu de conquista o de comercio. El prestigio de Europa, acrecentado en el XIX por su desarrollo industrial, decayó en la derrota inicial del 14 y se hundió en la hecatombe definitiva del 45-46. Pero la guerra fría justificó la supervivencia del elemento fascista, disculpando a la ola nacionalista con el castigo de algunos de sus jefes. Inútiles confesiones de culpa de la Iglesia sobre pretéritos superados. Ominosas las que los Estados silencian sobre el pasado que nos conformó. Europa no es, así, alternativa de paz con credibilidad en el resto del mundo.
La gravedad de lo sucedido en 1948, la traición de los partidos emergentes de las dictaduras a los ideales democráticos y europeístas de las resistencias al fascismo, se repitió en España con la Transición a la Monarquía de los partidos. Las nuevas generaciones no realizaron la ruptura moral con las sociedades que habían sacralizado al Estado y traspasado los límites inferiores de lo humano. Peor que una sociedad criminal es la que no exige confesión de culpabilidad del crimen. Sin confesar su culpa original, Europa y España no tienen derecho a desautorizar régimen dictatorial o nacionalismo alguno. Sin confesar su culpa primigenia, la condena del fascismo o del nazismo carece de valor cultural y solo tiene dimensiones tácticas. Sin confesar su culpa moral, Europa y España no pueden ser ejemplares más que para las Transiciones a la brusca degeneración de las instituciones. Sin confesar su culpa histórica, Europa y España no dejarán de ser satélites de EEUU.