2012-12-26.EL ESPIA DIGITAL.PREOCUPACIÓN EN EL ENTORNO DE ZARZUELA

Publicado: 2012-12-26 · Medio: EL ESPIA DIGITAL

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PREOCUPACIÓN EN EL ENTORNO DE ZARZUELA POR LA CAÍDA DE POPULARIDAD DE LA FAMILIA REAL 
EL ESPIA DIGITAL. 26 DE DICIEMBRE DE 2012 
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Una señal inequívoca: el discurso navideño del Rey interesa cada vez menos. La audiencia televisiva de la emisión de estas navidades anotó el mínimo de los últimos quince años. A pesar de que el discurso real fue emitido por todas las grandes cadenas nacionales del Régimen (TVE, Telecinco, Antena 3 y La Sexta), además de muchas autonómicas, la audiencia apenas superó los cinco millones de espectadores, una cifra que dista mucho de los más de siete millones que registró el año pasado.
Ni el desafío de los separatistas en Cataluña, ni la crisis económica, ni la expectación por saber si el monarca diría algo más sobre su yerno Iñaki Urdangarín, etc., lograron que el público encendiese la televisión el día de Nochebuena para saber a qué hacía referencia Don Juan Carlos. Los datos han hecho que el discurso del Rey se haya convertido en el menos visto de los últimos quince años, confirmando la caída de audiencia del mensaje institucional.
Son muchos los columnistas de la prensa y opinadores en radio y TV que piensan que la Casa Real ha pasado todas las líneas rojas tras los acontecimientos que han plagado 2012 referidos a la Institución. La lista de hechos que han empañado la imagen pública de la Monarquía es inacabable.
En la opinión pública española han ido calando las cacerías de Juan Carlos de Borbón en compañía de personas que han demostrado ser poco honorables, cuando no presuntos delincuentes. Antes de las Navidades, ha corrido como la pólvora por la red la imagen fotográfica de una cacería en la finca de “El Alamín”, en Toledo, ofrecida por Gerardo Díaz Ferrán, entonces presidente de la CEOE y actualmente en prisión. Entre los invitados se encontraba el entonces presidente de Baleares, Jaume Matas, imputado y condenado poco después por malversación, cohecho y prevaricación y otros empresarios. Los dos cuñados Gerardo Díaz Ferrán, encarcelado por insolvencia punible y evasión de capitales y Arturo Fernández, imputado por el escándalo Bankia, en calidad de anfitriones disfrutaron de un maravilloso día junto a sus invitados. Los asistentes cazaron perdices hasta las cinco de la tarde, poco después se ofreció una comida-cena.
La afición del monarca por las cacerías volvía a pasarle factura a su imagen y a la de la Monarquía. Se equivocan en Zarzuela vendiendo encuestas cocinadas que predicen que el monarca recupera prestigio. Tras destaparse los continuados delitos cometidos por el ex presidente de la CEOE, la finca de “El Alamín” pasó a otros propietarios. Un grupo de inversores venezolanos se la adjudicaron en subasta tras ofrecer 24 millones de euros. La finca estaba hipotecada en Banif, la división de banca privada del Banco Santander, con el que tenía deudas contraídas. Tal vez por eso entre los invitados de Díaz Ferrán, en la cacería compartida con el Rey, también se encontraba Emilio Novela, imputado por la quiebra de Marsans. En cuanto al hostelero Arturo Fernández, el Rey mantiene una relación muy estrecha, hasta el punto de que le ha ido comprando su colección de automóviles.
Y es que llovía sobre suelo mojado tras hacerse pública la famosa cacería de Botsuana. Fue en abril, y el Rey Don Juan Carlos volvía a ser protagonista, en esta ocasión por  pedir perdón por su participación en la cacería y tras recibir el alta hospitalaria en el Hospital USP San José de Madrid. “Estoy deseando volver a retomar mis obligaciones. Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. La imagen dio la vuelta al mundo y el diario alemán 'Bild' se hacía eco de una supuesta infidelidad del Rey de España con la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein. Decía el tabloide alemán: "¡Pobre reina Sofía! ¿Se mantendrá mucho más tiempo el matrimonio real?".
Pero no todo han sido cacerías e infidelidades más o menos contrastadas. El aniversario del 23-F también trajo cola. Desde el entorno de Antonio García Trevijano se han conocido aspectos novedosos de los acontecimientos sucedidos al comienzo de la Transición, que ofrecen una imagen muy distinta de la que ha sido impuesta oficialmente para mayor gloria del monarca. Según publica el diario República Constitucional, la ruptura con Adolfo Suárez fue la primera de las revelaciones que empezaron a poder leer los ciudadanos:
Los problemas llegaron, sencillamente, porque Suárez se había quemado. Su tarea había terminado y lo cierto es que al Rey Juan Carlos nunca le preocupó demasiado tener que echar, de golpe, a quien le había servido bien, tan pronto como hubiera acabado su misión. Lo mismo que ya había sucedido con Torcuato Fernández Miranda pasaba ahora con Suárez y después con Sabino Fernández Campo, el sustituto en el corazón del monarca. Los mismos varones de la UCD se sumaron a la campaña de demolición de Suárez, acercándose unos a AP y otros al PSOE. Joaquín Garrigues Walker, Francisco Fernández Ordóñez y Landelino Lavilla conspiraron con ellos para apoyar una moción de censura contra Suárez, presentada por el PSOE en mayo de 1980, que no prosperó. Otro factor que es necesario tener en cuenta era el “malestar” de las Fuerzas Armadas. Suárez, impulsado por el mismo monarca a imprimir ritmo a las reformas, aunque asumiendo él toda la responsabilidad, se había convertido en el enemigo número uno del Ejército. Era como el juego del policía bueno y el policía malo. Primero Suárez actuaba de malo y, después, los militares pasaban por La Zarzuela a quejarse al rey, que era el bueno. El 28 de noviembre de 1979 Milans del Bosch fue recibido en audiencia privada y, poco después, también acudiría al palacio una amplia representación de la División Acorazada, presidida por el general Torres Rojas. Juan Carlos escuchaba a Felipe, Fraga, Armada, Milans… en su papel de “árbitro” de España, para intermediar entre ellos y el presidente. Y acabó con un impulso que le dieron desde el exterior (como en prácticamente todas sus decisiones políticas importantes), que inclinó la balanza a favor de los primeros. Juntos comenzaron a elucubrar posibles soluciones al problema, a hacer planes que acabaron cristalizando el 23 de febrero de 1981. Suárez solía decir en privado: “El rey a mí no me borbonea“. Y prefirió presentar él mismo la dimisión cuando lo creyó oportuno, para que Juan Carlos no tuviera la oportunidad de utilizarlo cuando más le conviniera. Pero todo esto no se podría entender fuera del contexto de la preparación del golpe del 23-F. Sólo hace falta decir, por el momento, que su salida de la Moncloa fue dura, aparte de los 200 millones de pesetas que le dio el Estado, a propuesta del mismo Juan Carlos, para paliar su delicada situación económica. Cuando se fue, el Rey le escribió una carta de despedida: “Para Adolfo, Amparo y sus hijos, y para la Historia…“, en la que se justificaba por el hecho de haberlo abandonado. Unos años más tarde, cuando Suárez negociaba con una editorial la publicación de sus memorias, el Rey le telefoneó: “¡A ver lo que vas a escribir!” No se volvió a hablar de las memorias nunca más. Al parecer, Suárez tiene todos sus documentos microfilmados y depositados en la caja fuerte de un banco suizo.
Nuevos datos sobre el 23-F
Durante el mes de febrero, saltaron a la palestra nuevas informaciones sobre el “golpe” del 23-F de 1981. El embajador alemán en España en 1981, Lothar Lahn, interpretó en un informe enviado a su país y que publicaba el semanario Der Spiegel, que el Rey Juan Carlos mostró "comprensión" hacia los protagonistas del frustrado golpe de Estado.
El semanario alemán señalaba que el embajador de Alemania en España entre 1977 y 1982, y fallecido en 1994, mantuvo una conversación de carácter privado con el monarca el 26 de marzo de 1981, cuyas circunstancias y el lugar donde tuvo lugar no se precisan, en la que el Rey le comentó sus impresiones acerca del frustrado golpe de Estado.
El Rey "no mostró ni desprecio ni indignación frente a los actores, es más, mostró comprensión, cuando no simpatía", según interpretó Lahn en el mensaje enviado a su Gobierno y que cita Der Spiegel. Añade el despacho que el monarca dijo al embajador: "Los cabecillas solo pretendían lo que todos deseábamos, concretamente la reinstauración de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad".
Por otra parte el polémico periodista Enrique de Diego (ex-Intereconomía), hacía una jugosa entrevista al abogado y ex-amigo del rey Antonio García-Trevijano. La polémica estaría servida, cuando García-Trevijano afirmaba con la rotundidad que le caracteriza, que “Sabino Fernández Campo le confirmó que Juan Carlos había sido el organizador del golpe de Estado del 23-F que llevó a cabo Alfonso Armada”.
García Trevijano rememoró en la entrevista que había publicado un artículo periodístico señalando al Rey Juan Carlos como el instigador del golpe, a raíz de la frase de su mensaje a Milans del Bosch -”después de este mensaje ya no puedo volverme atrás”- cuando en un acto público -en la entrega de unos premios de la Compañía de Seguros Pelayo- para felicitarle por haber tenido el valor de reconocer la verdad. Posteriormente, en un almuerzo Sabino Fernández Campo le confirmó nuevamente que Juan Carlos era el responsable último del golpe. En ese sentido, Alfonso Armada se presentó el 11 de febrero en Zarzuela sin tener audiencia y le dio la orden de que le llevara ante Juan Carlos y cuando Sabino le dijo que no era posible, consultó con el monarca, y éste le dijo que Armada tenía prioridad.
Para Antonio García Trevijano, “la clase política española está siendo puesta en evidencia cuando desde el Der Spiegel se está diciendo la verdad sobre el golpe del 23-F, a raíz de la desclasificación del informe del embajador alemán”. Para Trevijano, “el golpe lo organizaron entre Alfonso Armada y Enrique Múgica. El PSOE está implicado en un golpe de Estado contra la Constitución”. Por otra parte, considera que Izquierda Unida y Esquerra Republicana al intentar pedir ahora la reapertura de la investigación sobre el 23-F están actuando “con cinismo, porque en su día Santiago Carrillo avaló a Juan Carlos. Son partidos reaccionarios y que han vivido de la monarquía”.
Y continúa García Trevijano:
“La monarquía se encuentra por primera vez en apuros públicos. Urdangarín no ha podido actuar, conocido el protocolo de la familia real, sin permiso, autorización y con el visto bueno de Juan Carlos, e incluso sin su participación. A Cristina, que está enamorada de su marido y no ha querido romper con él, no la han educado en la honradez económica. Ambos saben que Juan Carlos tiene un nivel de dinero altísimo. Además, Juan Carlos es el que se encarga de que Telefónica permita el traslado de Urdangarín a Washington. La responsabilidad de Juan Carlos es total”.
“Ruiz Mateos me informó de como entregaba maletines al monarca por debajo de la mesa conteniendo cada uno veinticinco millones de pesetas. Negocios de este tipo ha venido mucha gente a contármelos. Lo que ha hecho Urdangarín lo habrá visto en Zarzuela multiplicado por mil”.
Y es que, de todos los oscuros asuntos que rodean a la Casa Real, este año, sin duda, el que más daño ha hecho son las “aventuras” de su yerno, que afectan directamente a la princesa Cristina y, por extensión a toda la Familia. Y la opinión pública empieza a ser implacable… y aunque en Zarzuela no quieran darse por enterados, habrá cambios.