2015-12-24.SIN MIEDO AL OPUS.POR QUÉ LOS ATEOS CELEBRAN NAVIDAD

Publicado: 2015-12-24 · Medio: SIN MIEDO AL OPUS

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¿POR QUÉ LOS ATEOS CELEBRAN NAVIDAD?

Ana A

¿POR QUÉ LOS ATEOS CELEBRAN NAVIDAD?

 Desaparecidos por el momento. No les gusta ser primera plana y menos ahora. Cuando se trata de

canonizaciones sí están en portada. Interesante el founder separata de los años 40. 

 La historia sagrada de la Biblia son unos 18 siglos (entre Abraham y Jesús), intervienen muchos

personajes y es un libro gordo, pero ya establecido. José María Escriba tiene una historia en

continua transformación, como la evolución del universo o como "el origen de las especies".

Lo que sale de sus llamadas "oficinas históricas" es para cogerlo con muchas pinzas. El mismo

número de pinzas que se necesitan para los libros de autores opusinos adicionales hechos por

encargo. Entre lo que inventan y lo que silencian, todo parecido con la realidad es pura

coincidencia. Lo demostró un tal Jaume García Moles que se dedicó a recorrer archivos para ver

que había de la carrera eclesiastica del barbastrense, qué de sus proyectos intelectuales y vitales,

qué de su aspiración al episcopado...Giancarlo Rocca arrojó luz sobre el asunto de la tesis.

En resumen, nada que ver con el Escrivá sagrado y aristócrata que nos dieron a beber como

pócima de Fierabrás o poción mágica de Astérix. Anécdotas de "nuestro Padre" era el plato favorito

de las jóvenes reclutas. Toda una fiesta espiritual cuando alguna cuentista que lo había conocido en

carne mortal y había bebido el espíritu directamente de la fuente originaria nos venía con la

siguiente novela por entregas.

En este audio se hace referencia al Opus Dei por parte de dos personajes cultísimos y eruditísimos.

En el modo típico del intelectual español del franquismo, Dalmacio, no sé si lo llevan en la lista de

cooperadores, pero cooperar coopera haciendo propaganda de su maravillosa escuela de

Periodismo de Pamplona.

 En el minuto 3:50 hablan de las facultades de Periodismo españolas, que no deberían existir, y que

las creó Muñoz Alonso para hacer catedráticos a sus amigos. A partir de ahí sale el tema Opus Dei.

Me pregunto si Dalmacio Negro que lleva visitando la universidad opusina pamplonesa "de toda la

vida del Señor" ha hecho alguna vez alguna pregunta incómoda sobre ilustres profes desaparecidos

de esa misma uni. Servidora vivía en zombilandia, desde los 16 consumiendo historietas opusinas

del founder, pero él es un señor listo, curtido y cultivado y muy leído. ¿Nunca le ha dado por

cuestionarse a sí mismo sobre qué rayos pasa con todos los profes ilustres que desaparecen de allí?

léase Rodríguez Rosado, léase lo zombificado que estaba don Leonardo Polo, léase Choza,  persona

non grata, léase Gorka, léase Yepes Stork, léase Ruiz Retegui. Este buen señor ha tenido que saber

de esos descalabros y otros muchos, mi sabiduría es escasa y abarca pocos años. ¿Nunca se ha

preguntado nada a propósito de tanto "mal final"? en España es como si las cosas no pasaran,

como si no existiéramos los que un día nos fuimos. 

Dalmacio habla de la mafia de los partidos políticos españoles y se deja la mafia principal, aquella

a la que él apoya e inciensa. ¿Cada vez que va a un tribunal de tesis le dan comisión? nunca me lo

había preguntado pero yo también empiezo a preguntarme lo pertinente....no se entiende que no se

informe y se forme más.

  Pregunten a Slavoj Zizek, ¿por qué los ateos celebran la navidad?

También algunos ateos celebran Navidad con todas sus parafernalias. ¿Pero por qué? ¿por los

niños? ¿por los regalos? El fiósofo Slavoj Žižek tiene algunas respuestas

23.12.2015

© Picture-Alliance Alguien ha robado al niño Jesús  en este belén de Greifswald. ¿No le falta algo a

la fiesta de Navidad sin la fe cristiana?

En una conocida anécdota de los llamados pueblos primitvos a los que se atribuyen

representaciones supersticiosas como por ejemplo que su tribu procede un pez o de un pájaro,

unos individuos respondieron cuando se les preguntó directacmente si creían de veras en eso: "Por

supuesto que no, no somos tan tontos, pero oímos que algunos de nuestros antepasados lo creían

realmente." Transferían su creencia a otros. 

¿No hacemos lo mismo con nuestros hijos? Festejamos Navidad porque nuestros niños creen o

tendrían que creer y no queremos defraudarlos; y ellos fingen créerselo para no desilusionarnos y

por supuesto para recibir regalos. 

¿No es esta necesidad de encontrar alguien que "cree realmente", lo que nos lleva a estigmatizar a

otros como fundamentalistas religiosos o étnicos? De una extraña manera la creencia parece que

funciona siempre a distancia. Para que funcione tiene que haber un último garante, un verdadero

creyente, pero ese garante no está personalmente presente. Basta suponer su existencia, como una

figura fundadora o como un impersonal "alguno...".

¿Sabe Dios que no existe?

Das Este parece ser el estatus deominante de la creencia, en un tiempo que se llama a si mismo

"posideológico". Quizás la cultura aparece por ello como una categoría central de la vida en el

mundo. Ya no creemos realmente, sin embargo aceptamos ciertas costumbres y usos religiosos por

respeto hacia las formas de vida de la sociedad a la que pertenecemos.

"En realidad no creo, es sólo parte de mi cultura", parece ser la forma dominante de la fe que ha

sido desplazada. "Cultura" es el concepto maletín para las cosas que practicamos sin creerlas o sin

tomarlas en serio. Por ello rechazamos a los creyentes fundamentalistas como bárbaros, como una

amenaza para nuestra cultura, en la medida en que se atreven a tomarse en serio la creencia.

En una clásico chiste de psiquiatras, un hombre que está convencido de que es un grano de maíz es

encerrado en el manicomio. Los médicos hacen lo posible para convencerle de que no es un grano

de maíz Cuando está curado  y puede irse a su casa, vuelve al manicomio temblando. Ante la puerta

hay una gallina, tiene miedo de ser comido. "Ya sabe Ud", dicen los médicos, " que no es un grano

de maíz sino una persona.". "Claro que lo sé", responde el hombre, "¿pero lo sabe la gallina?".

Podemos comparar el caso de la gallina con Dios. En una sociedad ilustrada del Terror

revolucionario, un hombre fue encarcelado porque creía en Dios. Con muchas explicaciones fue

convencido de que Dios no existía. Lo soltaron pero al poco volvió a la prisión y dijo que tenía

miedo de que Dios lo castigara. Claro que sabía que Dios no existe, pero ¿lo sabe Dios?

Hay que creer en la creencia

En cierto sentido nuestra sociedad es quizá menos atea que todas las sociedades anteriores. 

Estamos dispuestos a un total escepticismo, a la distancia cínica, a la explotación de los demás o a

las prácticas sexuales extremas o cualquier otra cosa que queramos admitir, protegidos por la

conciencia silenciosa de que el Gran Otro (la opinión pública) lo ignora.

Niels Bohr, quien dió la respuesta justa al dicho de Einstein "Dios no juega a los dados", "No le

digas a Dios lo que tiene que hacer", nos proporciona el ejemplo perfecto de cómo funciona la

negación fetichista de la creencia en la ideología: un visitante vió una herradura colgada de su

puerta y Bohr explicó que él no creía en la superstición de que trajera buena suerte, pero le habían

dicho que funcionaba incluso cuando no se creía en ella.

Así funcionamos hoy. Pocos creen en la democracia pero todos participamos en ella. Pocos creen

en la justicia pero todos confiamos en el estado de derecho. Esta paradoja deja claro de qué forma

una creencia es una conducta reflexiva. No se trata de simple creencia, hay que creer en la creencia.

Por eso Kierkegaard tenía razón cuando decía que realmente no creíamos en Cristo, sino que

creíamos que creíamos. Y Bohr nos confronta con la negación lógica de esa reflexividad. Tampoco

se puede creer en la creencia de otro.

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