1995-10-16.EL MUNDO.POLITIZACIÓN SIN POLÍTICA AGT

Publicado: 1995-10-16 · Medio: EL MUNDO

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POLITIZACIÓN SIN POLÍTICA
EL MUNDO. LUNES 16 DE OCTUBRE 1995
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
En España hay abuso de poder del Estado sobre  luchas soterradas y descaradas por el poder en cualquier ámbito social a donde llegue el señorío o la influencia del Estado. Todo está, en el Estado y en la sociedad, absolutamente politizado. Lo está , la justicia, la enseñanza, la sanidad, el ejército, los colegios profesionales, los sindicatos, la seguridad social, las televisiones, la empresa pública, las cajas de ahorro, las academias,  está la administración de bancos y grandes empresas, la mayor parte de los medios de comunicación, la dirección de las explotaciones empresariales susceptibles de recibir subvención de Bruselas, Madrid o una capital autonómica. En todas esos centros de actividad, se mire a donde se mire, el personal de la alta dirección se elige en función de su situación o perspectivas de buena ubicación en las relaciones de poder político. Durante la transición todo sigue igual de politizado que durante  cabe, con mayor intensidad. Y, así, cuando se ha corrompido todo el poder en el Estado, se corrompe toda la sociedad. 
Todo el mundo, cada uno en su esfera, tiene la evidencia de que esta realidad sofoca el espíritu creador, la confianza en la propia capacidad de iniciativa, y no deja otro campo de acción al talento que el de la intriga o  conspiración está indefectiblemente allí donde hay un puesto de poder o una ocasión de enriquecimiento. La politización general conduce a la conspiración universal. La mentira, la zancadilla al compañero, la maledicencia, la imagen de las personas y la apariencia de las cosas, se adueñan de la vida profesional y de las costumbres sociales. Nadie cree a nadie ni en nadie. Pero se asocia con cualquiera para su ventaja personal. La amistad, el amor, incluso la familia, son lazos inútiles, cuando no embarazosos para la libertad de deslealtad que exige la vida dedicada al triunfo social, a la fama de lo que sea, al dinero, al poder. La juventud desprecia la vileza que rodea la vida profesional de sus padres, pero no osa condenarla, y menos hacerla frente colectivamente, porque sabe que esa será también su vileza futura. Sea cual sea la condición inmoral del trabajo, en una sociedad politizada, la juventud la acepta con tal de tener un empleo, aunque no esté preparada. 
Es fácil describir lo que se ve. La politización general. Pero no lo es descubrir la causa invisible que produce este fenómeno. Y sin identificar la causa original de la desmoralización social, de la politización, lo que maldecimos seguirá reproduciéndose hasta arruinar el porvenir productivo de España y de las futuras generaciones. No es tan difícil saber donde está y cuál es esa causa. Lo difícil es suprimirla. Aunque se sepa el modo fácil de hacerlo. Porque la causa de la politización, por sorprendente que parezca, está en la ausencia de la política, en la falta de acción política, de discurso político, en la vida pública. Cuando la libertad política desaparece, en la medida en que desaparece, aparece  lo sabía. Por eso aconsejaba a los demás que hicieran como él: no meterse en política. Que se sonrían cuanto quieran los orquestadores de  hacen como Franco. Aunque, más ignorantes que él, tal vez no lo sepan. Que lean, que lean lo que dicen las enciclopedias serias sobre el consenso: «la política aparece cuando no hay consenso, que sólo puede ser el ideal apolítico de los grupos de amigos y de la comunidad científica». Si hay consenso político donde hay conflicto social, hay negocio secreto, renuncia a los propios principios y politización de la vida pública y privada. La crisis del Estado, la politización, no tiene salida sin que entre la libertad política en  todo donde más daño causa su ausencia: en el gobierno y el parlamento.