2006-05-19.EL MUNDO.PIERCING RAUL DEL POZO
Publicado: 2006-05-19 · Medio: EL MUNDO
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PIERCING EL MUNDO. 19/05/2006. Página, 5 RAÚL DEL POZO Como la princesa durmiente en el bosque, la República yace dormida, hasta que la despierta el beso principesco del Estado, dijo recientemente Antonio García Trevijano; y añadió: «Las repúblicas llegan por advenimiento, ocupan los vacíos que dejan en el Estado los reyes».Así ocurrió en España en el 31, Madrid, corazón de la Monarquía, dejó que los hoteles cambiaran los rótulos y unos cuantos niños se subieron a los árboles de la Gran Vía para darle puerta al Monarca. El Rey cayó como el que tropieza, sin que nadie evitara que se partiera la corona. «Podría, seguramente, resistir -dijo Alfonso XIII- , pero la fuerza material no puede emplearse cuando no se tiene fuerza moral para ello». Una monarquía puede rodar sólo porque unos cuantos ciudadanos se suban a un balcón, icen una bandera tricolor, con la banda morada de los comuneros, en el Palacio de Comunicaciones mientras suenan las notas de la Marsellesa o la Internacional. «Todos los que miraba en la Puerta del Sol el día 14 de abril seguían teniendo cara de monárquicos», anota en su advenimiento Pla. Las monarquías pueden caer como una pesantez muerta o pueden sacudirse por un simple piercing. Piercing significa perforación. Los jóvenes son muy aficionados a atravesarse las orejas, el ombligo, los labios y hasta el atrio de la vagina con adornos a base de acero quirúrgico o de oro; es su forma de protesta, el símbolo de su tribu, su estética, su coquetería, su fetichismo. Ha sido un piercing, localizado en Móstoles el que meneará todo el edificio constitucional porque el atropello irá al Congreso de los Diputados. Los que mandaban las Fuerzas Antidisturbios, tendrán que explicar por qué algunos de sus agentes, en vez de defender las libertades de los ciudadanos, se erigieron en mosqueteros del Príncipe Felipe, como si en vez de proteger a la familia de las monarquías parlamentarias, hubieran sido matones y gorilas de un presidente bananero. Torturaron, humillaron y amenazaron con mear a una chica que se llamaba Nayara, porque era de IU, porque es republicana y porque llevaba un pequeño adorno de titanio en las orejas. «Si llevas un piercing en el coño, quítatelo ahora mismo», le dijeron los policías. Por gritar «viva la República», por decir que querían que Felipe supiera que también hay republicanos en Móstoles, por enarbolar la bandera tricolor, en la España de hoy no se puede detener a nadie y sin leerle los derechos, meterlos 20 horas en el calabozo. Les hostiaron, les hicieron esguinces, les insultaron («¿Eres republicano? Pues agárremela con la mano»). Debemos advertirle a Don Felipe y a Doña Letizia que las repúblicas no irrumpen, advienen, y el proceso se acelera cuando se escucha el llanto de un niño al despeñarse por una escalinata o cuando unos policías arrancan el piercing de una joven de Móstoles; a veces, los sucesos crecen desmesuradamente, como las llamadas con un picaporte en medio de la noche.