2001-03-20.LA RAZON.PASIONES DE SERVIDUMBRE JUAN SEOANE

Publicado: 2001-03-20 · Medio: LA RAZON

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PASIONES DE SERVIDUMBRE 
LA RAZÓN.  20 DE MARZO DE 2001
JUAN SEOANE 
    Se suele decir que el mejor antídoto contra la nostalgia y la depresión es la música y la lectura. Esto, aún siendo cierto, se rompe acudiendo al pensamiento de un intelectual de primer nivel como Antonio García Trevijano.
    Ya que no es la nostalgia o la depresión, los actos que invitan a acudir a la lectura de las obras de Trevijano, sino los estados de euforia que se crean al descubrir que detrás de cada pensamiento y de cada análisis en el más puro estilo científico se abren las claves para poder entender el entramado social y político en el que nos desenvolvemos. Quizás sea ésta la razón por la que se le silencia por parte del poder, al comprobar que su talante dogmático, cuando trata de describir, y profundamente democrático, es el contrapunto a la dosis anestésica que diariamente nos administran a los ciudadanos a través de la manipulación y del engaño en forma de recetario oficial.
    Hace algunos años publicó dos magníficas obras como son «El Discurso de la República» y «Frente a la Gran Mentira». Pero, sin duda, el gran Big Bang de su pensamiento está encerrado en su última obra que da título a este artículo, «Pasiones de Servidumbre».
    Sinceramente, cuando uno lee desapasionadamente un libro y puede llegar al epílogo sin prescindir de nada de lo leído, tiene necesariamente que pensar: primero, que estamos ante una gran obra; y, en segundo lugar, que es un texto de buena fe. Y eso precisamente aglutina el pensamiento de Antonio García Trevijano. Sinceridad, rigor y buena fe.
    Y como lo que Trevijano siempre ha perseguido es ser consecuente en la descripción de las evidencias, que no son hechos sujetos a opinión, dejando la valoración al juicio de cada persona, esta nueva obra nos brinda un nuevo desafío para poder seguir meditando en la línea de su pensamiento.
    «Pasiones de Servidumbre» es una obra que recorre todos los senderos del pensamiento socio-político no sólo en el ámbito nacional, sino que trasciende a dar una visión universal de las pautas de comportamiento de gobernantes y gobernados, haciendo un análisis de la servidumbre voluntaria, no dejando resquicio a poder rebatir ni uno solo de sus argumentos.
    El autor describe de forma y manera magistral las Pasiones de la Transición, iniciando un recorrido por la Pasión de Corromperse, pasando por las Pasiones de Inmovilidad Política, de frivolidad y de apatía de la juventud para llegar a la Pasión de Reír donde culmina una descripción inigualable de este tipo de pasión enmascarada de graves deficiencias y recursos de los gobernantes, haciendo gala de un dominio excepcional del uso del idioma.
    En el apartado de las Pasiones de Poder arroja una cascada de pensamientos y de citas que dejan al lector aparcado en cada una de sus páginas para poder recrearse en el descubrimiento de las claves del estado de partidos y poder comprender la diferencia entre el deber y el derecho de los ciudadanos, frente a la opción del voto.
    La obra culmina con el análisis de las Pasiones Reprimidas, donde cabe destacar el gran valor que da el autor a la Pasión de Abstenerse, donde reside la dignidad que se pierde con un sistema político que no garantiza la libertad política, única vía que conduce a la democracia.
    Uno de los pensamientos más llamativos y originales de la obra, reside en la visión que da el autor a la falta de respeto en España a las ideas sin poder y a las inteligencias sin temor. Lo que conlleva a padecer a una corte de oportunistas, que son los «opinantes con sentido común al revés», quienes invaden los medios de comunicación, embotando la sensibilidad y embruteciendo todos los entornos culturales donde se pudiera iniciar el fraguado de la libertad política.
    Aunque en estos tiempos de deshonestidad mental y de confusión parezca imposible pedir una voz con ideas, con razón con naturalidad y sobre todo con tranquilidad de espíritu, «Pasiones de Servidumbre» nos brinda la magnífica ocasión de encontrar un autor con un nivel cultural y con una valentía capaz de dar luz a tanto sin sentido.
    En definitiva, una obra que rompe con los formalismos y los tópicos que están instalados en la sociedad actual, dando respuesta a todas las preguntas archivadas en el apartado de asuntos pendientes.
    Conociendo el pensamiento de Antonio García Trevijano, me voy a permitir la libertad de acudir a la cita que Montaigne sentenció al comenzar sus ensayos: «Éste es un libro de buena fe, lector, porque no ha tenido ninguna consideración de tu servicio ni de mi gloria».