1998-02-16.EL MUNDO.OFENSIVA IMPLICADOS EN LOS GAL PARA TAPAR RESPONSABILIDADES
Publicado: 1998-02-16 · Medio: EL MUNDO
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NUEVA OFENSIVA DE LOS IMPLICADOS EN LOS GAL PARA TAPAR SUS RESPONSABILIDADES EL MUNDO. 16/02/1998 Página, 1 MADRID.- El grupo de personas estrechamente vinculadas a Felipe González que deberá responder próximamente de los crímenes de los GAL ha iniciado este fin de semana una nueva ofensiva de intoxicación y propaganda destinada a diluir sus responsabilidades y desprestigiar a los jueces y periodistas que contribuyeron a esclarecer los hechos. Ante la cercanía del juicio sobre el caso Marey en el que el fiscal pide 23 años de cárcel para Barrionuevo y Vera, la antigua cúpula de Interior, ayudada por personas claramente identificadas con ellos en los medios informativos, ha decidido relanzar la llamada «teoría de la conspiración». También han vuelto a plantear la tesis de que el terrorismo de Estado fue una creación de la UCD, quieren poner en entredicho la salud mental del juez Liaño y quieren obligar al director de EL MUNDO a no perseguir penalmente a los colaboradores de González ya imputados en el sumario que investiga el montaje urdido contra él. Según la teoría de la conspiración, que siempre soslaya la veracidad y la gravedad de los hechos, las denuncias sobre los crímenes de Estado y la corrupción felipista serían fruto de la acción concertada de periodistas y jueces guiados por ulteriores propósitos. En algunos momentos se ha atribuido a los conspiradores el móvil de ayudar a Mario Conde a eludir sus responsabilidades penales; en otros el deseo de instaurar la República e incluso la pretensión de hacer abdicar al Rey en el Príncipe. LA ENTREVISTA CON ANSON Y SU DESMENTIDO Para alimentar esta nueva ofensiva, el entramado felipista se basa en esta ocasión en la manipulación de unas declaraciones realizadas por el ex director de ABC Luis María Ansón a Santiago Belloch que esta semana publica la revista Tiempo. Santiago Belloch es hermano del que fuera último ministro de Justicia e Interior de González y ha venido distinguiéndose desde hace meses por su beligerancia a favor de los imputados por los GAL. Sacando de contexto frases de interpretación equívoca como «fue necesario poner en riesgo el Estado para acabar con González» o «la cultura de la crispación existió porque no había manera de vencer a González con otras armas», los portavoces políticos y periodísticos del felipismo iniciaron ayer una campaña denunciando algo que, por cierto, Anson niega expresamente: que existió la «conspiración». El propio Anson aseguró ayer a EL MUNDO que sus palabras están siendo utilizadas en el sentido contrario de lo que pretendió decir y que por eso ha escrito un artículo que hoy publicará ABC en el que aclara: «Como afirmo bien claro en esas declaraciones, no hubo conspiración alguna. Fue, en efecto, necesario poner en riesgo la tranquilidad del Estado porque, presuntamente, González había participado en crímenes de Estado y, al denunciarlo en los periódicos elevando el listón de la crítica, sufría el líder socialista pero también el Estado. Ante esas denuncias, el felipismo desató desde 1993, y sobre todo a partir de 1994, una persecución implacable contra los periodistas independientes. Felipe González fue el escondido arquero que disparó las flechas contra la libertad de expresión. Nos defendimos creando, primero, la Plataforma para la Defensa del Derecho a la Información de los Ciudadanos, respaldada por las firmas de 4.000 profesionales, y luego la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (AEPI), donde se agruparon gentes de muy diversa ideología y en la que mantuvo, por cierto, una actividad lúcida e impecable en defensa de la libertad de expresión Antonio García Trevijano, que respetó siempre mi monarquismo como yo su republicanismo. Los directivos de la AEPI nos reuníamos con relativa frecuencia, a veces en mi despacho o en restaurantes, generalmente en la sede de la asociación». El artículo termina diciendo: «Todo hubiera sido distinto para González, para el Estado y para la democracia si el ex presidente hubiera asumido sus responsabilidades. Y hoy no hablaríamos ni de crispaciones, ni de conspiraciones, ni de horizontes penales, ni de tantas cosas que han ensombrecido y enfangado la vida española en los últimos años. Pero González, instalado en su política entumecida, no supo hacer lo que exigía la grandeza del hombre de Estado. Y el GAL, tal vez sea ya para él el sepulcro donde sus restos mortales se descomponen entre incesantes intoxicaciones de la conspiración imaginada o la maniobra inexistente». GONZALEZ PIDE QUE «SE TIRE DE LA MANTA» Tras la difusión ayer por los diarios El País y Ya, editados por Jesús Polanco y Emilio Rodríguez Menéndez, de algunos extractos de las declaraciones de Anson a Tiempo, el propio Felipe González manifestó a la cadena Ser que «hubo un propósito concertado de jugar sucio para acabar conmigo aun a sabiendas de que se estaba poniendo en riesgo el Estado democrático». «Muchos españoles no han tenido que esperar a esta declaración para saber que algo así estaba sucediendo», añadió González. «Cuando en su día advertí que se estaba produciendo una conspiración de estas características, hubo quien no quiso creerme». El ex presidente Felipe González dio las gracias a Anson por este «mínimo gesto de honradez», por «tirar tan sólo de un pico de la manta, porque me consta que conoce la verdad a fondo, pero sólo puede desvelar una pequeña parte». Por último González señaló: «Yo sé que él sabe que los propósitos de los concertados eran mucho más ambiciosos que el intento de acabar conmigo para "facilitar la alternancia"» y reclamó al periodista que continúe desvelando «la trama». Más explícito que González fue el ex secretario de Estado Rafael Vera quien, también en declaraciones a la Ser, sostuvo que los «conspiradores» habían barajado sustituir la actual Constitución por otra de corte republicano elaborada por Antonio García Trevijano. Vera elogió a Anson como «honesto» y «hombre de Estado» y dijo que hubo una «conspiración» para «cambiar artificialmente» la «voluntad de los ciudadanos». VERA INSISTE EN LA CONSPIRACION REPUBLICANA En realidad, Vera se limitaba a actualizar su reiterada teoría, según la cual cada revelación que le implica en una actividad delictiva no es sino el resultado de una trama que pretende desestabilizar al Estado. Cuando en septiembre EL MUNDO reveló que tanto él como Corcuera habían realizado gestiones financieras en un banco andorrano nada más dejar el ministerio, Vera ya denunció, como siempre a la Cadena Ser, que el objetivo de esa noticia era «liquidar el sistema de partidos e implantar una república». Fue en esas mismas declaraciones en las que Vera anunció que «pronto vamos a saber a qué dedica el tiempo libre el director de EL MUNDO». Pocos días después se comenzó a difundir anónimamente un vídeo manipulado de carácter sexual, relacionándolo Pedro J. Ramírez. Según publicó ayer el diario El País, Rafael Vera mantuvo un almuerzo con Luis Maria Anson en abril de 1997 junto con Barrionuevo y Corcuera. De acuerdo con dicha información, fue en ese encuentro en el que Anson reveló los planes de los «conspiradores» para forzar la abdicación del Rey e instaurar la república. Según la primera edición de El País de ese encuentro «existe testimonio grabado». Como se recordará, a comienzos del pasado mes de octubre EL MUNDO denunció la existencia de un plan coordinado y financiado por Rafael Vera para desprestigiar a cuantos se habían distinguido por investigar o criticar las actividades de los GAL. Tal denuncia tenía como base el testimonio del ex consejero delegado del Ya Alfonso Rodrigo, quien tanto ante la Audiencia Nacional como en el Juzgado 28 ha declarado haber asistido a reuniones en las que se planificaron diversas acciones contra Pedro J. Ramírez o los jueces Garzón y Gómez de Liaño. Además de Vera, estuvieron implicados en esas reuniones el ex gobernador civil de Guipúzcoa José Ramón Goñi Tirapu y los abogados Cobo del Rosal (defensor de Vera), Jorge Argote (defensor del general Galindo) y Emilio Rodríguez Menéndez. Este último es el editor del diario Ya, periódico de difusión testimonial, utilizado como punta de lanza contra el director de EL MUNDO y sucesivamente dirigido por los falangistas Javier Bleda y Gustavo Morales. El ex jefe de Gabinete y estrecho colaborador de Vera, Juan de Justo, figuró durante 24 horas como director general de la empresa editora.