1996-12-16.EL MUNDO.NUESTRA LIEBRE MECÁNICA AGT
Publicado: 1996-12-16 · Medio: EL MUNDO
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NUESTRA LIEBRE MECÁNICA EL MUNDO. LUNES 16 DE DICIEMBRE DE 1996 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO Ya no puede haber una sola persona adulta que crea de buena fe en la independencia de y Aznar han borrado hasta la menor traza de su apariencia. Antes de ellos, y hay que decirlo en su descargo, tampoco era posible que un juez y una sala de magistrados condenaran al jefe de un Gobierno criminal, aunque lo condenara la evidencia de los hechos ante la sala medio dormida de la opinión pública. En esta Monarquía de partidos, la independencia judicial es mera declaración retórica de imposible cumplimiento, dentro de las muchas por el mismo estilo que hace la Constitución, y que tanto placen al monarcómaco Anguita. Pero hubo que poner a prueba la falsedad del sistema para convencer de ese modo a los tontos homéricos que sólo se instruyen por el acontecimiento. Y la prueba ha logrado que hasta el más tonto de España quede por fin instruido. Corona, Gobiernos, Parlamentos, Tribunales políticos, Fiscales, Magistrados Supremos, votantes y medios de comunicación pusieron lo mejor de sí mismos, durante quince años, para que triunfara con apoteosis el experimento de la impunidad del crimen de Estado y la prevaricación. El gobierno de Felipe puso los crímenes y robos. Los aparatos de partidos pusieron los sumisos parlamentos, los inútiles senados, las ilusorias comisiones de investigación, los fiscales beatos de estadolatría y los jueces supremos en iniquidad. Los medios alertaron las conciencias y adormecieron las opiniones. Y en ese paisaje de escenas obscenas, tan lleno de sangre, oro y deshonor como de voces altisonantes en su inmensa oquedad, dejaron sueltos por el escenario de las sombras, en busca de autores y fautores de las terribles fechorías: a un indómito lebrel, ido y vuelto de la política; a un buen hurón, ido y vuelto del poder judicial; y a cuatro husmeadores de fino olfato legal. Hasta los duermevelas que, sin embargo, votan y los bienpensantes de profesión han podido ver que la carrera de un Gobierno criminal es inalcanzable por la Justicia, cuando su criminalizada liebre corre mecánicamente atada a la rueda de la fortuna irresponsable de una institución. Y las ratas de sus alcantarillas son inaprensibles porque se blindan con papeles que ni los sabuesos de conciencia pueden oler sin inmolarse. Hay necesidad de reformar el sistema judicial para suprimir su bochornosa dependencia de el mundo de la justicia y de la acusación pública, todo está desorientado, desmoralizado, desalentado, desanimado, prevaricado o corrompido. Porque todo depende ahora de un Gobierno que ocultó las pruebas criminales del anterior y decidió instalar sus reales sobre un montón de cadáveres y de fortunas ilícitas, bajo el lema de que su misión no es perseguir o controlar a lo que ha devenido oposición. A la última dimisión de un buen magistrado sucede la inclinación de un débil fiscal. El Gobierno anuncia que emprenderá la reforma de , sin aclarar en qué sentido, cuando la serenidad retorne a las togas. Como si no hubiera sido Aznar quien provocó, un dos de agosto cercano, el hundimiento de la Justicia y la crispación profesional de la magistratura y la fiscalía, por indicación de un par de dignatarios que son por ley irresponsables. Y cuando toda Europa continental sufre la falta de independencia de la Justicia en los corrompidos sistemas de partidos, no deja de ser irónico que uno de esos dos entrometidos irresponsables, el Jefe del Estado francés, diga ahora la gran obviedad de que no habrá independencia judicial sin romper con la tradición napoleónica. La que nos puso la fiscalía a los pies del Ejecutivo y la Judicatura a los del ministerio gubernamental.