2001-07-26.LA RAZON.NO PERDÁIS TODA ESPERANZA AGT
Publicado: 2001-07-26 · Medio: LA RAZON
Ver texto extraído
OPINIÓN 22 LA RAZÓN JUEVES, 26 - VII - 2001 OTRAS RAZONES NO PERDÁIS TODA ESPERANZA INTERNACIONAL DE LA MISERICORDIA B ush ha descu- justificación de su existencia. La auto- determinación y la independencia no se habrían aceptado por los altos representan- tes del Estado, ni en teoría ni de boquilla, sin sus actos san- grientos. Debe pues intensi- ficarlos. Hasta que ese maravilloso discur- so de los hombres del Estado pase de la teo- ría a la práctica y de la boquilla a la cabeza. Y el PNV sabe que dar prioridad exclu- siva a la acción policial –fracasada duran- te un cuarto de siglo–, es un pretexto para retrasar a las calendas griegas el tema de la autodeterminación, que es la causa del terrorismo. La realidad los hace antagonistas. Pero si nos atenemos a lo que dicen y no a lo que hacen, la diferencia que los distingue se puede precisar, al estilo del letrero en la puerta del infierno dantesco, por la dis- tinta clase de ilusión que despierta, en el etarrismo condenado al erebo eterno, el frontispicio esculpido en verde por el PNV, «Tened esperanza», y el pintado en azul por el PP, «No perdáis toda esperan- za». AAnnttoonniioo GGAARRCCÍÍAA TTRREEVVIIJJAANNOO bierto la pie- dra filosofal: «La internacional de la misericordia». Después del conser- vadurismo compasi- vo, la metafísica de la caridad bien en- tendida que, como se sabe, empieza y ter- mina en uno mismo. Los que aman direc- tamente y no por caridad quedan fuera de la nueva internacional. Son insumisos, contestatarios, provocadores, jaques, gri- tones e insolentes. A pesar de no tener la legitimidad democrática de unas eleccio- nes populares (como Fujimori, Menem, Chirac, Bush o Berlusconi) exhíben la in- finita audacia de los elegidos. Arruinaron la cumbre de Seattle, hundieron la de Pra- ga, quebraron la de Montreal, impidieron la de Barcelona, perturbaron gravemente la de Gotemburgo y, ahora, miren lo de Génova. No hay derecho. No dejan fun- cionar a la internacional de la misericor- dia. La incitan a la violencia, la falsedad, la mentira y la muerte. Son unos delin- cuentes y hay que tratarlos con inflexibili- dad. Primero, difamarlos. Después, crimi- nalizarlos. Más tarde, arrollarlos. Si están desarmados, no importa. ¿Qué policía que se precie prescinde de las armas de fuego y de suficientes desalmados para disparar- EL CAMBIO TRANQUILO L os amigos de J.B. en la «Casa» siguen muy atentos el proceso de cambio en la cúpula de los servicios de inteli- gencia del Estado y la forma en que se lleva a cabo la transición entre el equipo del general Calderón y el nuevo del diplomático Jorge Dezcallar. Si alguien esperaba un terremoto, un cam- bio radical con el nombramiento del hasta en- tonces embajador en Rabat, se equivocó. Pe- ro dicen los espías que, a pesar de la tranquilidad y las buenas maneras con que se desarrolla todo, se advierten ya con claridad los cambios de chaqueta y los movimientos estratégicos de muchos segundones para ha- cerse los «indispensables». A Juan Bravole han dicho que el éxito de Dezcallar depende- rá en buena parte de que tenga ojo clínico y sepa separar, de este aluvión de ofrecimien- tos, el grano de la información eficaz de la paja distorsionada de quienes sólo quieren medrar en el nuevo CESID. Si se quiere crear un verdadero centro de inteligencia exterior, con capacidad de favorecer el desarrollo de España, sobran la apuestas personales. Por eso parece haber sido la mejor opción que sea alguien ajeno al servicio el encargado de poner los cimientos de una nueva «Casa». JJuuaann BBRRAAVVOO REBOREDO Y SAÑUDO L os Gobiernos de Aznar y de Ibarreche no están tan alejados, en la autodeterminación, como ellos creen y a los demás parece. Si analizamos las de- claraciones de Rajoy a este periódico (16/7/01), veremos que las posiciones no son irreconciliables porque no son incompatibles. El Gobierno vasco ha introducido el tema en la decla- ración programática. Y el Gobierno de Az- nar lo pospone: «La prioridad es acabar con Eta, si lo logramos estaríamos en un escenario muy diferente». El Gobierno vasco lo pone sobre la mesa de negocia- ción. Y el Gobierno de Aznar lo aplaza: «Hablar de una mesa de diálogo sin saber con quien, para qué y con qué objetivos re- quiere unas concreciones». ¿Hablaría de autodeterminación e independencia en un escenario de paz?, pregunta el director de LA RAZÓN, José Antonio Vera: «Reque- riría una modificación constitucional y es- tatutaria. Hay procedimientos para eso, pe- ro ni estamos en ese estadio ni nos mostraríamos partidarios de esa posibili- dad». El PP no niega la posibilidad del de- recho de autodeterminación, pero pospone el asunto porque: la prioridad es acabar con Eta; no hay escenario de paz; no se ha llegado a ese estadio; habría que modificar antes la Constitución y no sería partidario de la Independencia. La distancia se reduce, pues, a una cues- tión de prioridades, es decir, a un orden de prelación distinto dentro de una misma agenda de pensamiento; a una valoración diferente de los temas en un mismo cam- po de acción y un mismo sustrato de ideas y a la posición ideológica del PP, que no se mostraría partidario de la Independencia si llegara a plantearse la autodeterminación. Las declaraciones del vicepresidente Rajoy, aunque más cautelosas, coinciden sustancialmente con las de Mayor Oreja, antes de las elecciones vascas, y las de P. J. Ramírez en uno de sus artículos domi- nicales de El Mundo: normalizada la si- tuación, en un clima de paz, sin miedo ni coacciones, nada tendrían que oponer a una Independencia salida pacíficamente de las urnas. Este es el gran «defaitisme» que co- mienza a prosperar, para satisfacción de Eta, en el sector liberalísimo de los diri- gentes del Gobierno y de la opinión. Su mensaje al PNV no puede ser más claro. Asóciate al PP y al PSOE en un bloque sin fisuras para que policías y jueces de ins- trucción acaben con Eta. Deja de criticar la actuación policial y las resoluciones ju- diciales fruto de esas operaciones. Luche- mos contra el entorno de Eta, Haika, ges- toras proamnistía, Ekin, que no son sino las caras desencapuchadas de Eta. Dale prioridad absoluta a la acción antiterroris- ta y a la represión de las fuentes sociales del terror. Derrotemos a Eta. Entonces ha- blaremos de autodeterminación. Y si cuen- tas con una mayoría de votantes, pese a nuestro voto en contra, aceptaremos la In- dependencia salida de un Referéndum vin- culante. Eta encuentra en semejante discurso la las contra jóvenes desarmados? Los pretores policiales de Seattle utilizaron la violencia más tosca porque no estaban preparados. Tampoco lo estaban los de Montreal ni los de Praga. Los de Go- temburgo, sí. Si algu- nos manifestantes arrojan piedras, un tiro por la espalda es lo proporcionado. Lo vi- mos todos. El chaval se retiraba corriendo cuando le dieron un balazo en la cintura. Una bala democrática y neoliberal es siem- pre un lujo. En Barcelona, la fiesta paci- fista fue rota por policías infiltrados que provocaron enfrentamientos sin cuento. Borriquitos de Troya con herraduras eriza- das de cuchillos. Es lo acostumbrado, ase- guró un metafísico de la porra que manda mucho y lo registra todo. Contra el dere- cho de manifestación, frente a la libertad ideológica y crítica, contra el derecho a la integridad física y moral, pretores de asal- to con orden de demolición. Ya se sabe. El imperio de la ley utiliza a fondo instru- mentos de represión imperial. ¿Qué pasaría en Génova? El exquisito Berlusconi reunió a su estado mayor para planificar la violencia de los suyos. Ciudad sitiada, blindada, armada hasta los dientes, sofocada de milicos ardorosos que conocían muy bien al enemigo que te- nían que abatir, a los amos que tenían que servir y a los conmilitones ahítos de con- signas de provocación. Se iban a enterar los antiglobalizadores de la exhumación de las mejores técnicas fascistas para re- torcer y aniquilar derechos democráticos. El tío Berlusconi, el papá Dini y el primo Bossi conocían muy bien esas técnicas y estaban dispuestos a exhibirlas con la sa- biduría y ferocidad de las escuadras ne- gras del Duce. Se iban a enterar esos jó- venes insolentes que, por creer, creen hasta en la mundialización de la solidari- dad y la justicia. Génova, convertida en ciudad cerrada y sitiada, fortaleza frente a la libertad, castillo almenado de violencia y odio contra los comuneros de la frater- nidad, asistía absorta al despliegue militar de los neofascistas. Todo estaba prepara- do para la tragedia y la felonía. Un tiro certero en la frente de Carlo Giuliani, casi a bocajarro, buscando la muerte. Un dis- paro gratuito y terrible desde el jeep mili- tar que, de inmediato, arrolló por dos ve- ces el cuerpo agonizante de Carlo. Legítima defensa. Asesinato legítimo. Ale- vosía necesaria. «Disparatado despliegue militar bajo el yugo fascista de Berlusco- ni», ha dicho Franca Rame, que los cono- ce de cerca. El G-8 continuó sus reunio- nes misericordiosas contando las mentiras y los cuentos de siempre. «Comienza una nueva plataforma conciliadora», dijo el tío Berlusconi mientras enviaba algunas es- cuadras de matones a la sede de los paci- fistas para brearlos, detenerlos y torturar- los. Ya forma parte del G-9. Los siete más ricos, el héroe de Chechenia y la sangre asesinada de Carlo Giuliani. El terror a la democracia provoca el terrorismo de los ricos. No pueden soportar la libertad. JJooaaqquuíínn NNAAVVAARRRROO