2003-04-03.LA RAZON.MALOS SASTRES Y LEGULEYOS AGT

Publicado: 2003-04-03 · Medio: LA RAZON

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MALOS SASTRES Y LEGULEYOS 
LA RAZÓN. JUEVES 3 DE ABRIL DE 2003
ANTONIO GARCÍA TREVIJANO 
Para saber cuál ha sido la causa inmediata de la guerra de EE UU y del Reino Unido contra Iraq, y entender en toda su amplitud el significado político de la posición de España, en favor de esta invasión militar al margen de la legalidad internacional, no hay que escuchar el viento de las arengas, y oír el claro lenguaje de los hechos determinantes de la situación. 
   1.- Iraq, bajo la dictadura de Sadam Husein, es un país incontrolable por EE UU, en una zona inestable de la que depende el precio mundial del petróleo. Su vinculación con el terrorismo internacional no ha sido demostrada. Pero no cumplió el desarme que le impuso la ONU cuando fue vencido en la guerra del Golfo. 
   2.- EE UU, gobernado por las únicas instituciones democráticas (separación de poderes) existentes en la civilización actual, sufrió un atentado del terrorismo islámico que le hizo perder la serenidad en la visión de su papel como primera potencia del mundo. Eliminó por las armas el régimen talibán de Afganistán, sin sustituirlo por un poder respetuoso de los derechos humanos ni capturar a Ben Laden.
   3.- El Consejo de Seguridad de la ONU, a instancias de EE UU, acordó dar a Sadam Husein la última oportunidad para que se desarmara por vía pacífica, bajo control de inspectores neutrales y la amenaza de que se atuviera a las graves consecuencias de su desobediencia.
   4.- El presidente de EE UU, sin esperar el resultado de las inspecciones, envió un cuerpo de ejército a la zona y declaró que, con o sin autorización de la ONU, invadiría Iraq, pues su objetivo no era el desarme sino derrocar a Sadam. Este hecho hacía imposible el desarme. Gran Bretaña y España intentaron que una segunda resolución de la ONU legalizara el objetivo de EE UU. 
   5.- Francia, Alemania, Rusia y China se opusieron a una nueva resolución de la ONU, sin que antes se hiciera patente el incumplimiento de la primera por agotamiento del plazo solicitado por los inspectores. No hubo necesidad de veto porque la segunda resolución no fue sometida a votación, ante la seguridad de perderla.
   6.- Gran Bretaña y España decidieron apoyar la acción militar de EE UU contra Iraq sin necesidad de que la aprobase la ONU, única instancia internacional de legalización de las guerras. 
   7.- Los gobiernos de EE UU, Gran Bretaña y España mienten sin pudor cuando dicen que el anuncio de Francia de vetar una segunda resolución dio confianza a Sadam, haciendo inevitable la guerra, como único modo de cumplir la legalidad internacional derivada de los acuerdos de desarme decretados por la ONU. Una legalidad que precisamente los beligerantes no respetaron, al autoproclamarse intérpretes únicos de la misma. 
   8.- El trío de Las Azores aniquiló la utilidad de la ONU, en un mundo diferente al de la guerra fría, y la posibilidad de que la Unión Europea tenga una política internacional independiente de la que dicte EE UU. La apelación al vínculo atlántico, previsible en el belicista Blair, es una idea incoherente con la utilizada para actuar al margen de la ONU. 
   9.- Al declarar la guerra, EE UU anunció su propósito de implantar un nuevo orden en Medio Oriente y crear un Estado Palestino, lo que no puede hacerse sin un nuevo concierto mundial con las demás potencias industriales y nucleares. 
   10.- El secretario General de la ONU y la Unión Europea, con el voto de Gran Bretaña y España, acuerdan que la situación posbélica, creada con la victoria de EE UU, sea gestionada por la ONU, y que el petróleo de Iraq sólo beneficie al pueblo iraquí. Y el vencedor reclama para sí ese privilegio. 
   Los hechos jurídicos y políticos aparecen revestidos de formas corteses o solemnes que edulcoran la crudeza de los intereses. Atenerse a ellas sin considerar el cuerpo que visten es tarea de malos sastres y de leguleyos.