1995-05-01.EL MUNDO.MAGNICIDIO DE LOS SUCESORES AGT

Publicado: 1995-05-01 · Medio: EL MUNDO

Ver texto extraído
MAGNICIDIO DE LOS SUCESORES
EL MUNDO. LUNES 1 DE MAYO DE 1995
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
EL atentado contra Aznar ha cerrado el razonamiento circular del análisis político que ha hecho retornar la acción terrorista de ETA a su fundamento tiranicida de 1973. Parece un disparate identificar el móvil del atentado contra quien encarna la promesa de continuidad del régimen actual con el magnicidio de quien aseguraba la continuación del franquismo. Pero desde el punto de vista de quienes se consideran ocupados por un Estado extranjero, Carrero representaba sin libertades el mismo bloqueo de las esperanzas de independencia para Euskadi que representa, con ellas, Aznar. Ya no tiene interés imaginar cuál habría sido el futuro con Carrero o cuál sería el escenario sin Aznar. Pero es de suma importancia conocer las razones que han hecho retornar a ETA desde el terrorismo indiscriminado, a la estrategia del magnicidio de los sucesores. Además de ser más fácil de ejecutar, el atentado contra el sucesor produce más desestabilización que la propia muerte del titular del poder, cuando está prevista su sucesión. Como eso siempre lo ha sabido ETA, la cuestión no puede estar ahí. 
Los efectos generales de un magnicidio hacen pasar desapercibidos los efectos particulares que espera obtener para sí el magnicida. Pero hay indicios públicos que sitúan los atentados contra el PP dentro de una estrategia habilitadora de la imagen de ETA, para una negociación con el PNV y la jerarquía eclesiástica. El gran impacto de la bomba contra Aznar ha dejado en la penumbra del olvido la fase indiscriminada del terrorismo civil, que estaba a punto de aislar a ETA del entorno independentista que alimenta sus raíces. También parecen olvidadas las esperanzas puestas por ETA en un terrorismo militar y policial, capaz de provocar una reacción corporativa de las fuerzas armadas que la hiciera campeona indiscutible de la causa nacionalista. El terrorismo político contra el PP no pretende eliminar, con algunos de sus dirigentes, la subida de este partido al poder en el Estado. ETA sabe, aunque no sea su intención subjetiva, que esos atentados, logrados o frustrados, favorecen las expectativas electorales del PP. Lo que busca, con su actual terrorismo selectivo contra el partido que rivaliza con los partidos nacionalistas, es devolver a éstos la confianza en la posibilidad de una negociación que cambie la violencia del terror por la autodeterminación. 
Sería una insidia pensar que el PNV está directamente implicado en la violencia de ETA. Pero sería una torpeza inexcusable no ver la relación que guardan los atentados de ETA contra el PP con las críticas políticas que dirige a este partido todo el movimiento nacionalista vasco, en el momento que se avecina la sucesión al felipismo. Es innegable que los tres momentos culminantes de la política española en los últimos 22 años han sido determinados por ETA. El atentado contra Carrero condicionó de manera decisiva la transición del franquismo a la oligarquía de partidos. Su acción terrorista contra altos mandos militares motivó el golpe del 23 de febrero, que abrió el camino hacia la ocupación del poder por el Partido Socialista. Y el atentado frustrado contra Aznar ha modificado la relación de fuerzas entre los partidos estatales, en favor del nacionalismo español. A pesar de que Aznar niegue este carácter al sentido último de su partido. Si llamamos estúpidos a los terroristas, como hace Anguita, ¿cómo calificar a unos partidos que se dejan dictar por estúpidos el marco político de su acción? El dilema frente a ETA no está entre los medios policiales o los medios políticos, sino entre seguir con la hipocresía y la torpeza o decidirse de una vez a emplear a fondo la inteligencia y el coraje político. Empezando por lo que no hace el partido de Aznar. Negar de plano, con argumentos irrebatibles, la existencia real del punto político donde confluyen y se confunden los violentos con los que, sin serlo, tienen la misma comunión: el derecho de autodeterminación.