1971-10-11.MADRID.LUCHA POR EL PODER EN EL DIARIO MADRID AGT-SERER
Publicado: 1971-10-11 · Medio: MADRID
Ver texto extraído
LUCHA POR EL PODER EN EL DIARIO MADRID: ESCENARIO, TENDENCIAS Y PERSONAJES DIARIO MADRID, 11/10/1971 RAFAEL CALVO SERER Y ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO El periódico que esencialmente tiene que difundir noticias, algunas veces es también noticia. Sobre todo cuando está en juego su personalidad como fuente objetiva e independiente de información. Ahí están los casos de "Le Monde", "Der Spiegel", "The Times", y en España el nacimiento y desaparición de "El Sol". MADRID, que desde septiembre de 1966 se ha propuesto actuar en la línea de los periódicos mundiales de información objetiva e independiente, es ahora; también fuente de noticia, porque dentro de la Sociedad propietaria tres grupos distintos se disputan el poder para que se consiga, se anule o se someta la independencia del periódico. Naturalmente, somos conscientes de la significación relativa que la independencia de un periódico tiene en cualquier país, incluso en aquellos que gozan de una tradicional libertad de expresión. Teóricamente, sólo una empresa periodística autofinanciada por sus lectores —para sostener la presión económica de los grupos financieros, equilibrar los espacios publicitarios y seleccionar la publicidad—, autogestionada por la representación de todos los elementos integrantes de la empresa —para evitar la degradación profesional de escribir a sueldo ideas impuestas o no compartidas—y autodirigida por la propia estructura empresarial—para impedir la subordinación a otras instancias exteriores, tales como Gobierno, partidos políticos, Sindicatos, grupos religiosos, etc.—, puede concebirse como una verdadera institución informativa independiente, capaz de promover en la opinión lo que puede llamarse con cierto fundamento una "ideología de la objetividad". Fácilmente se comprende, por ello, que cuando aquí hablamos de la independencia del diario MADRID, traducimos más una voluntad de emancipación, en ese largo y difícil camino teóricamente descrito, que una realidad a defender, por grandes que hayan sido los pasos y los resultados conseguidos hasta ahora, en esta tendencia por el grupo independentista, que desde septiembre de 1966 aparece animado por el actual presidente del Consejo del MADRID, don Rafael Calvo Serer. Los intentos de anulación, o sometimiento—entendidos estos términos en su acepción política—, de esta orientación hacia la independencia del periódico han venido unas veces, de modo directo y aparatoso, desde fuera—recuérdese, aparte de las numerosas sanciones administrativas, la suspensión del diario MADRID durante cuatro meses, bajo los auspicios del anterior ministro de Información—, otras veces, de modo indirecto pero inequívoco, desde dentro, por la presión y las acciones del grupo reaccionario encabezado por el ex subsecretario de Hacienda señor Valero Bermejo, y constantemente, de manera solapada o declarada, según las circunstancias del momento, por las maniobras del grupo oportunista— versión actualizada del posibilismo político—, tenazmente dirigido por el vicepresidente del Consejo de Administración del Banco Popular, señor don Luis Valls Taberner. Dado el tacto con que el actual ministro de Información lleva las relaciones de la Dirección General de Prensa con MADRID, han sido los enfrentamientos internos los que han precipitado la lucha abierta por el control de la propiedad del periódico, que acabe por imponer una de las tres tendencias antes mencionadas. En los medios de la profesión y en los medios políticos se ha hablado, de vez en cuando, de unos platos internos respecto de la propiedad de este periódico. Recientemente; con ocasión de un arbitraje sobre la propiedad de la mayoría de las acciones de la Sociedad titular del periódico, el tema ha cobrado un particular interés. Una amplia información y debate sobre este asunto, que reconocemos no es habitual poner al descubierto, atraerá a no dudar la atención del primer y más profundamente afectado por el desenlace final: el lector. Por ello, MADRID quiere informar fiel y objetivamente a sus lectores—que junto a los redactores, obreros, empleados, colaboradores y propietarios, constituyen la totalidad de la empresa periodística—de las vicisitudes, de la historia y de las posibilidades reales de independencia del periódico. Y, en consecuencia, sus páginas estarán abiertas, en tribuna libre, a todos los que deseen aportar algún dato de interés para que esta información sea lo más fidedigna posible. Especialmente a aquellas personas que, por su directa interacción en los hechos o por tener que ser mencionadas en el relato, puedan con su testimonio contrastar lo que vamos a exponer, bajo nuestra conjunta responsabilidad, en una serie de artículos, de la que el primero, que hoy aparece, es sólo una mera presentación del escenario, de las tendencias y de los personajes. MADRID, Diario de la Noche, S. A., empresa periodística, pertenece a Fomento de Actividades Culturales, Económicas y Sociales, S.A. (FACES), que la adquirió en enero de 1962 a su fundador, don Juan Pujol. A su vez, las Sociedad FACES fue creada a finales de 1961 a impulsos de Varios, y aparentemente opuestos, sectores, políticos del Régimen, y de algunos intelectuales y hombres de empresa interesados en la vida pública, sobre una plataforma de legalidad. En ningún momento se trató de una iniciativa de un solo hombre. La intención común fue la de crear un ámbito de convivencia, entre estos sectores del Régimen políticamente opuestos, y de promoción político-cultural sin ánimo de lucro. El primer instrumento para este objetivo de la Sociedad fue la adquisición de un medio diario de expresión: el periódico MADRID. Como el nacimiento de FACES, dada su composición, no podía tener evidentemente como finalidad una acción política directa, y como la adquisición del diario MADRID se hizo gracias a un importante crédito que el Banco Popular concedió a la Sociedad FACES, cuyo capital social sólo era de un millón de pesetas, pareció entonces normal que los fundadores y promotores dejasen el poder ejecutivo y el control total de la Sociedad y, por tanto, del diario MADRID en las manos del vicepresidente del Banco Popular: don Luis Valls-Taberner. Hijo del historiador catalán don Fernando Valls-Taberner, Luis Valls había venido a Madrid en 1950 para desempeñar una modesta función en la sección de publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, promovido por Rafael Calvo Serer, consejero de dicho organismo y catedrático de la Universidad de Madrid desde 1946. Pero en 1953 don Luis Valls-Taberner, de modo espectacular y sorprendente para los medios bancarios, pasa a ser la figura más relevante en el Banco Popular Español, del que sigue siendo vicepresidente del Consejo de Administración y al que sucesivamente se han ido incorporando sus tres hermanos: Félix, Pedro y Javier. Es de notoriedad pública que, siguiendo la trayectoria iniciada con el señor Navarro Rubio, que de consejero delegado del Banco Popular pasó a ser subsecretario de Obras Públicas, a partir del cambio de Gobierno de 1957, se opera un verdadero y constante trasvase de personas desde el grupo financiero del Banco Popular a los más altos cargos de la Administración Pública. El último en el tiempo, el de don Gonzalo Fernández de la Mora, que siendo consejero del Banco Popular es nombrado subsecretario de Asuntos Exteriores. Fue tan patente este hecho de que el grupo financiero del Banco Popular, personalmente dirigido por don Luis Valls-Taberner, era una plataforma propicia para la ascensión a altos cargos políticos, que cuando se constituyó FACES, bajo la presidencia de aquél—que había cesado no obstante como administrador general del Opus Dei—, con hombres procedentes de sectores políticamente opuestos dentro del Régimen, prevaleció más el sentido de la oportunidad de todos que las ideologías reaccionarias o tecnocráticas que aparentemente los separaban. Así se explica tanto el poder omnímodo y exclusivo que en el terreno empresarial y económico ejerce directamente el señor Valls sobre el periódico MADRID a través de FACES, como que la responsabilidad editorial o política sea sucesivamente entregada a los señores Jiménez-Millas y Urgoiti, y que al Consejo de Administración, del periódico MADRID se integren hombres como el marqués de Valdeiglesias y, don Florentino Pérez-Embid. Incluso el señor Valero Bermejo fue propuesto por don Luis Valls a su amigo el ministro de Hacienda, señor Espinosa, para ocupar la Subsecretaría de este departamento. El resultado fue, desde el punto de vista político, una posición del diario MADRID más a la derecha que la convencional dentro del Régimen. Ejemplo expresivo: la defensa que hizo de Goldwater, como quizá ningún otro periódico del mundo, en las elecciones americanas de 1964. Lo que poco a poco se tradujo en una progresiva esterilización de las ideas y de los horizontes que podrían haber animado al periódico al promulgarse la nueva ley de Prensa de 1966. Desde el punto de vista económico, la gestión empresarial condujo a una verdadera descapitalización de la empresa MADRID, que tuvo que soportar, en favor de FACES y, por tanto del Banco Popular, nada menos que el pago de su propio precio de adquisición. Esta circunstancia, unida a la fuerte competencia que el periódico "El Alcázar", bien equipado técnicamente, hacía al MADRID, determinó la primera grave crisis del periódico en la primavera de 1966. El hombre fuerte del Banco Popular se encontró ante la alternativa de tener que invertir más de 200 millones de pesetas en una completa renovación del equipo industrial de la empresa descapitalizada o vender el periódico. Su primera opción fue esta última. Pero con ello provocó, en el seno de FACES, una reactivación y enfrentamiento de los contrapuestos sectores políticos, que vieron en la nueva ley de Prensa una oportunidad de utilizar MADRID como instrumento de propaganda de sus respectivas tendencias. Los escenarios donde van a librarse las sucesivas batallas por el control del diario serán la Subsecretaría de Hacienda, durante el mandato del señor Valero Bermejo; los Tribunales de Justicia y el Banco Popular. Es entonces cuando el MADRID comienza a ser noticia. Rafael Calvo Serer y Antonio García-Trevijano