1997-01-20.EL MUNDO.LUCHA DE IMÁGENES AGT

Publicado: 1997-01-20 · Medio: EL MUNDO

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LUCHA DE IMÁGENES
EL MUNDO. LUNES, 20 DE ENERO DE 1997
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO 
Lo que ayer gobernaba en España no era un hombre, ni un partido, ni una idea, ni una ideología, ni un principio, ni un programa. Era sólo una descarnada ambición de poder, con las manías de grandeza exterior y de ostentación de mando que caracterizan a los jefes de bandas criminales. ¡Pero gobernaba! Sin ningún escrúpulo ni sentimiento por la verdad, la bondad, la gratitud, la utilidad o la belleza de sus acciones, esa ruda ambición fue sacrificando una a una las apariencias de los valores en que se había apoyado para subir por la escala de la hipocresía hasta la cima nacional del poder: socialismo, pacifismo, libertad, ética, eficacia. ¡Pero gobernaba! Con el impulso intermitente que suele dar la intemperancia a las acciones de mando, y la indolencia a las pasiones de obediencia, esa cruel ambición decidió, para mantenerse en el poder, que en secreto se matara, secuestrara, torturara, robara, desfalcara, chantageara; y que en público se mintiera, censurara, expropiara, prevaricara, difamara, premiara o castigara a secuaces o enemigos. ¡Pero gobernaba! 
Lo que produce mayor extrañeza no es que Felipe perdiera el poder, aunque labrase su ruina cuando tuvo que pactar con otra ambición más inteligente; ni que obtuviera a pesar de todo más de nueve millones de votos, eso se explica por la desinformación y propaganda procuradas con los medios de comunicación afines; ni que recupere el primer lugar en las encuestas de preferencia política, eso lo ha conseguido la decepción producida por el nuevo gobierno y la ausencia de alternativa en el automatismo de la alternancia que nace del régimen de partidos con nacionalismos autónomos. Lo que dificulta el entendimiento instintivo de las situaciones políticas, lo que causa la necesidad de pensar para comprender, no es que dictadores y gobernantes malhechores tengan tantos partidarios honestos, siempre dispuestos a mantenerlos en el poder, contra el viento y la marea de sus crímenes, y a ponerlos incluso en los altares. Todo eso es fácil de entender. Pero no lo es que los defensores del gobierno y amigos de Aznar sean precisamente quienes propaguen la idea de que González, pese a todo, ¡gobernaba! 
Pero, ¿qué se quiere decir con tal barbaridad? La labor de un Gobierno, tal como lo entiende la realpolitik, se compone de mucha economía, bastante administración y poca política. Aunque, si es democrático, debe consistir en desvelamiento continuo de la verdad (información, instrucción, investigación) y bienestar necesario (moral y material), con administración suficiente y una justicia ejemplar. España ha estado siempre mandada, pero jamás gobernada o dirigida. Para ello se necesitaría libertad política en los gobernados. Los valores de la democracia no son los que descalifican a González, sino los de la realpolitik. ¿Quién gobernó, si no, la economía, la administración y la política? ¿González o la especulación, el monetarismo de la Unión, los contratistas del Estado, los directores mediáticos? Aparte del contrasentido que supone reconocer en González a un tullido moral y darle don de gobierno, no está nada claro que Aznar mande en su gobierno y partido menos que su rival en los suyos, ni que su personalidad sea menos autoritaria. González estuvo al frente del Gobierno. Como ahora Aznar. Y si ayer gobernó la especulación, la corrupción y el crimen, hoy lo hace la complicidad y el temor a  destrucción de la imagen moral de González, salvándole supuestas dotes de gobernante y legitimidad política para dirigir la oposición, fortalece la imagen de incapacidad de Aznar y la de retorno al poder del crimen.