2004-03-30.EL MUNDO.LOS ROJIVERDES UMBRAL

Publicado: 2004-03-30 · Medio: EL MUNDO

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LOS ROJIVERDES
EL MUNDO. MARTES, 30 DE MARZO DE 2004. 
FRANCISCO UMBRAL
http://fundacionfranciscoumbral.es/articulo.php?id=5205
Rojiverdes ha habido siempre, pero sólo ahora se les ha diagnosticado políticamente. Rojiverde es el hombre de izquierdas que no limita sus sentimientos y pensamientos a la cuestión política, sino que ensancha la condición izquierdista hasta las espaciosidades de la tierra y del cielo. La revolución nunca se hace sólo para subir los salarios o ajustar las cuentas al patrón. La verdadera revolución es la que no se queda en la metrópoli, sino que llega al campo, al despuntar verde de los campos, a la naturaleza, a las alturas armoniosas del águila real.
Por otra parte, el sentimiento puro de naturaleza, el amor al planeta errático y desnudo, es lo que se ha conocido últimamente por «ecologismo», pero el ecologismo es sólo un franciscanismo si no lo situamos en el ámbito total del hombre. Los rojos y los verdes tenían que encontrarse y ya se han encontrado. Ahora entran en un partido político, pero no nos asustemos. El hombre ecológico es hombre de hechos más que de ideas y nunca le bastará con depositar un voto hasta otro año, sino que necesita la acción y la dirección del universo que rueda y los animales que vienen buscando nuestra amistad por los siglos de los siglos, y a los que sólo hemos correspondido con el látigo del trineo o el rifle del cazador.
Aclarado esto, atendamos a la dirección política de ese partido que bien pudiera ser Izquierda Unida. El hombre deshumanizado por las cifras encrespadas del comunismo debe volver al socialismo de las cosas, a la humildad de los días, que glosaba ayer sabiamente García Trevijano. El comunismo ha probado incluso a perfumarse de cristianismo para entrar en el curso de la Historia occidental. Ahora debe probar con el ecologismo, una causa muy de los jóvenes, que están en ella masivamente. Los rojiverdes no pierden nada por ser más verdes que rojos, pero sí a la inversa, porque un socialismo, el soviético, ya fue derrotado una vez en la Historia y en otro siglo. Cada vez que hablo con un joven o una joven ecologista nos distancia la indiferencia política de esta juventud. En cuanto a los veteranos de la revolución, digamos que son irrecuperables para la causa de la tierra, salvo en su dimensión económica y de reparto, cosa que tampoco está mal.
Ahora que apunta un partido rojiverde en España, con cierto retraso respecto de los europeos, es cuando vemos nacer entre los campos un sentimiento de globalización que no es el capitalista, sino algo profundamente socialista. Para ser hombres completos nos falta una flor en el ojal del alma y un melón en la despensa, pero un melón gratuito y casual, porque el melón es kepleriano y representa la maduración feliz de la elipse universal en nuestras manos otra vez un poco campesinas.
Claro que hay también una ecología de derechas que sólo se interesa por las fincas para salir de caza. La aristocracia, habitualmente, ha matado el zorro, el lobo, y los orígenes de la vida en sus cacerías. Esto parece un esnobismo, pero es sencillamente un crimen. Las elecciones también se ganan en el campo. De toda la querella electoral de marzo sólo podemos salvar el brote menguado y prometedor del nuevo y joven ecologismo. Y tomemos esta palabra más como una prenda natural que como nueva arma de guerra. Hemos visto muchos muertos, pero hemos vuelto a casa con una flor intacta en la mano.