1999-03-05.EL MUNDO.LIBRO DE GÓMEZ DE LIAÑO FERNANDO LAZARO
Publicado: 1999-03-05 · Medio: EL MUNDO
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GÓMEZ DE LIAÑO: «MI LIBRO NO ES UN CIERRE POR DEFUNCIÓN» EL MUNDO. 05/03/1999 Página, 14 FERNANDO LAZARO MADRID.- «Que no se preocupen mis enemigos. Este libro no es un testamento en sentido literal o jurídico de la palabra, ni un cierre por defunción». El magistrado Javier Gómez de Liaño presentó ayer en Madrid su libro Pasos perdidos. Confesiones en carne viva. El juez, procesado por prevaricación en la instrucción del caso Sogecable, aseguró, tras el acto de presentación, que no ha sido la «venganza» lo que le ha motivado a la hora de escribir su obra. «La palabra venganza es un término que no figura en mi vocabulario», añadió. «El libro es una descripción a modo de notario». El magistrado, suspendido en sus funciones, declaró que el mal de la Justicia es «profundo», y recordó el «severo enjuiciamiento» que merece su funcionamiento a los ciudadanos, como recogen las encuestas publicadas durante los últimos años. El libro de Gómez de Liaño fue presentado ayer por los periodistas Federico Jiménez Losantos y Manuel Martín Ferrand, y por el filósofo y escritor Gabriel Albiac. A la presentación asistieron, entre otros, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, el fiscal Ignacio Gordillo, la fiscal del Supremo y esposa de Gómez de Liaño, María Dolores Márquez de Prado, el magistrado de la Audiencia Nacional Francisco Castro Meije, el juez Joaquín Navarro Estevan, los abogados José María Stampa Braun, Antonio García Trevijano, Jesús Santaella, Manuel Tuero y Angel López Montero, el periodista Jaime Capmany, y los diputados del PP Julio Padilla y Jorge Trías, este último, además, abogado del juez. «Mal profundo» Tras esta presentación, Gómez de Liaño, en declaraciones a los periodistas, se sumó a las palabras pronunciadas hace unos días por Federico Carlos Sainz de Robles, que fue presidente del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, y, en su opinión, «una de las mentes más lúcidas, más liberales y más abiertas de nuestro país», quien dijo que «el mal de la Justicia no es un conjunto de males menores, sino un mal realmente profundo». El autor analizó las referencias que en su texto realiza sobre el también magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. «Creo que del señor Garzón no hablo mal, prueba de ello es que anticipo que las páginas en las que hablo de él están escritas desde la pena, el dolor y la tristeza. Cumplí mi proyecto de que toda la tinta, además de ser indeleble, era tinta llena de amargura y de pena, y también de respeto», indicó. En cuanto a si sería capaz de darle la mano, contestó: «No creo que sea en estos momentos una cuestión de cortesía, es algo más profundo. La cortesía a veces no sirve para nada». «Testamento y memoria» Sobre su propia obra, Gómez de Liaño indicó: «Todos los libros de este estilo tienen algo de testamento, de memorias, pero me parece que digo que no se preocupen mis enemigos, que no es un testamento en sentido literal o jurídico de la palabra, ni cierro por defunción». En cualquier caso, dijo que es posible la esperanza en el mundo de la Justicia, ya que hay muchos jueces que hacen una labor digna y callada, nunca bien recompensada. Acerca de la causa que tiene abierta en el Supremo por presunta prevaricación en el caso Sogecable, se limitó a señalar que está pendiente de una serie de trámites, y que es su abogado y hombre de confianza, Jorge Trías, quien se ocupa de esos menesteres. El fiscal Ignacio Gordillo definió a Gómez de Liaño como un «gran juez y un gran escritor», y consideró que las manifestaciones que vierte en el libro sobre algunos compañeros están muy justificadas. Según el fiscal, la situación de la Justicia que describe la obra de Liaño «es a la que han querido llevarnos, el de la Justicia muy politizada que se ha manifestado en los casos que se mencionan en el libro».