2005-11-10.REBELION.LA TRANSICIÓN DE LOS PACTOS LUISA ISABEL ALVAREZ DE TOLEDO

Publicado: 2005-11-10 · Medio: REBELION

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10-11-2005 

La Transición de los pactos
Luisa Isabel Álvarez de Toledo
Kaosenlared

No hay    ejemplo de dictadura personal, que sobreviva a su dictador. Conocido    el axioma, la
transición al franquismo, se preparó al término de la    Guerra Civil. En el aire la Mundial, los
derrotados concluyeron que    un triunfo aliado, restablecería la legalidad republicana.   
Demócratas y anarquistas, destruidos por el comunismo, antes de    serlo por el católico - fascismo,
buscaron ayuda exterior, que en el    futuro hiciese contrapeso a Moscú, valedor y financiero de un
P.C.    minoritario, sobrado de medios económicos y disciplina, que yuguló    su democracia.
Delicada la posición de los monárquicos, porque el    rey eligió la Italia de Musolini, como tierra de
asilo, habiendo    colaborado con Franco en la preparación y consecución de la Guerra    Civil,
acordaron posponer la restauración de la corona a tiempos más    propicios. En el entretanto
colaboraron con el sistema, acosado por    una izquierda que olvidando rencillas pasadas, creo el
maquis,    teniendo controlado el campo con el apoyo de los aliados y una    población, solidaria e
izquierdista.

Apenas    se esbozó la derrota aliada, Franco barruntó su futuro. Queriendo    sobrevivir a sus
valedores, se distanció del Eje con gestos    notorios, como apartar del gobierno a su cuñado
Serrano Suñer, pro    nazi conocido. Estableciendo contactos secretos con Roosvelt,    aprovechó la
aversión de Estados Unidos al comunismo. Magnificando    su presencia en España, puso de relieve
el ascendiente de Moscú    sobre la extinta república. Esgrimiendo la debilidad de una   
monarquía,que no logró mantenerse, el General se presentó como único    freno al expansionismo
de Stalin, evidente con respecto a país    estratégico del sur de Europa. Entendiendo sus razones,
las    potencias demócratas acordaron preservar el original fascismo    hispano, limitando las
represalias a un aislamiento blando, que    justificó a los diferentes gobiernos, ante un electorado   
profundamente antifascista. 

Mientras el maquis se diluía, privado de ayuda tras    los acuerdos de Yalta, Franco mitigaba la
represión. Suficiente la    pasada para amedrentar a sucesivas generaciones de españoles, los   
condenados a muerte que eludieron la ejecución, fueron indultados.    Reducidas las penas,
mediada le década de loscincuenta, las cárceles    se vaciaron de presos de la guerra, para recibir
poco después, a los    primeros represaliados de la posguerra. Debidamente fichado el    desafecto
al régimen, petardos esporádicos, atribuidos a los    anarquistas, sirvieron de excusa pararetirar de
la circulación al    opositor, bastando una palabra o un gesto, para dar en la cárcel. No    faltaron en
aquel período ejecuciones didácticas, aplicadas en    función al grado de altivez, detectado en la
población. Ni atentado    con corolario de victimas. Las provocó bomba colocada en la oficina    de
pasaportes del Ministerio de Gobernación, frecuentada por    empleados y botones. La dureza de
aquella paz de miedo, miseria y    mercado negro, no impidió a la oposición interior reestructurarse,
   al amparo del silencio.

Hubo un    Gobierno de laRepública en el exilio ydirecciones de los partidos,    instaladas de
preferencia en Francia. Sentimiento común a las    izquierdas y al centro el republicanismo, el poder

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predicó el    desprecio hacía una democracia, que pocos sabían definir, sumando un   
antimonarquismo profundo. Espontáneo el anarquismo en Andalucía y    Cataluña, resurgió
desorganizado, como no podía se de otra manera,    estructurándose los independentismos vasco y
catalán, al exacerbar    el sentimiento nacionalista la prohibición de idioma, bandera y   
tradiciones.Casi inexistentes los partidos moderados, el socialismo    consiguió cierta implantación
en el norte y las grandes ciudades. En    cuanto al P.C., organizado y financiado por la URSS, como
de    costumbre, no tardó en contar con entramado de células discretas.    Fiando en que las
contradicciones del capitalismo, habrían de    desembocar en el comunismo universal, centró sus
baterías en la    propaganda y la infiltración. Publicaciones legales de apariencia    anodina, como
Triunfo, difundían las líneasbásicas de la ideología,    eludiendo la censura, porque sus responsables
las ignoraban. De nula    difusión el ortodoxo Mundo Obrero, no tardaron en circular panfletos   
anónimos, siendo órgano de propaganda inapreciable Radio Pirenaica.    Emitiendo desde el
exterior, cubría el país. Lograba el estado    interceptarla esporádicamente, pero no silenciarla.
Pertinaz, el    Partido se infiltró en los sectores intelectuales. Escritores,    pintores, periodistas,
profesionales de la enseñanza fueron sus    portavoces, combatiendo en dos frentes: contra el
sistema y contra    una oposición, que aportando diferente ideología o no teniéndola, le    disputaba
parcelas de control sobre las bases

Convencida la cúpula de que bastaría vaciar el    contenido con labor de termita, para pasar sin
traumas del fascismo    al comunismo,para cambiar el decorado,introdujo militantes en todos    los
sectores. Ingresaron en la universidad, el seminario, Falange,    las escuelas militares y la policía,
ejerciendo profesiones    liberales, en el mundo de las finanzas y el funcionariado,    alcanzando
incluso altos estamentos del estado. Aplicando el    principio de la ayuda mutua y la destrucción del
rival, de ser más    numerosos y no haber topado con el Opus Dei, quizá hubiesen    controlado el
país. La organización, católica y de derechas, en    ocasiones extrema, utilizaba la misma práctica y
táctica que el    P.C.. Compartiendo el principio de que el fin justifica los medios,    al no poder
eliminar el concepto de "pecado", por reclamarse de la    moral cristiana, lo soslayó calificando de
sacrificio encomiable el    "acto de suyo repugnante" (Camino vrs. 626), perpetrado por   
"obediencia", término que reemplazó al concepto "disciplina",.

Indiferente el sistema a la penetración del Opus, no    tardó en recuperar la del P.C. A finales de los
sesenta Emilio    Romero, director de Pueblo, órgano del Sindicato Vertical, se    ufanaba de tener
plantilla, compuesta por militantes del Partido,    debidamente controlados. A través de la
representación sindical,    comunistas alcanzaron las Cortes y hasta secretarías generales,   
desplazando a Falange, a nivel de enlaces. En su doble condición de    líderes clandestinos, velaron
celosamente por el control de la clase    obrera, destruyendo agrupaciones e individuos, que no se
dejaban    absorber o controlar, en especial los que tenían connotaciones    anarquistas. Al abortar
conmociones, susceptibles de despertar    simpatías, por surgir de una miseria o injusticia objetivas,
   sirvieron al poder, que preservó el ascendiente del Partido sobre la    clase obrera, facilitándole
pequeños éxitos. Con permiso implícito    para organizar huelgas y movimientos controlados, los
provocaban    para reclamar lo aprobado y concedido, creciendo el prestigió de la    organización al
obtener lo que se había de recibir inevitablemente.    

Combatientes destacados en las filas de Franco, los    carlistas nunca perdieron su espacio. Con
base en Navarra y    Andalucía, heredada de las guerras del XIX, celebraban    concentraciones
interclasistas, de corte ultraderechista, hasta que    traspasados los derechos sucesorios a Carlos
Hugo, por vía de    abdicación, el nuevo aspirante a la corona imprimió al movimiento un    giro
copernicano. Cooperativista se acercó a la izquierda, no    tardando en entrar en la órbita del P.C.
Partidos socialdemócratas o    liberales, integrados por profesionales, sin penetración en el   

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pueblo, eran más bien grupo de amigos. Conscientes de su debilidad,    los unos se aferraron al
principio republicano, pero los más se    adscribieron al circulo monárquico de Estoril, sin base
popular,    salvo la aportada en ocasiones señaladas, para formar coro. Pagado    el viaje por los
seguidores pudientes de D. Juan, quienes lo    aprovechaban, solían carecer de ideología política.

Convencidos los monárquicos de que el rey sería    llamado, a la menor debilidad del franquismo,
para llenar el vacio    político, se repartían en dos tendencias. Los más pugnaban por el    regreso a
la monarquía parlamentaria y turnista de Alfonso XIII, con    sus partidos de cúpula obediente a la
corona y base de clientes y    caciques, que garantizaba electorado nutrido, a golpe de amenazas y 
  promesas, disimulando el pucherazo tras el número. Convencidos de    que el sistema podría
prolongarse eternamente, amparado por cuerpos    de seguridad, por no decir de represión, bien
rodados y equipados,    secundados por elenco de intelectuales satisfechos, que ocultasen lo    que
el pueblo no debía saber,informándole de lo que debía repetir y    hasta pensar, anteponían la
conveniencia, deseos y voluntad del    Estado, encarnado en la persona del rey, a la del pueblo,
verdadera    encarnación del país. A su entender, la concatenación de hechos que    desembocaron
en la Semana Trágica de Barcelona y la dictadura de    Primo de Rivera, estaba justificada. Rasgo
de debilidad la    abdicación de Alfonso XIII, consideraban la Guerra Civil acción    necesaria.
Aceptaban de buen grado apariencias de soberanía popular,    pero no admitían que el pueblo
tuviese acceso a la información ni al    poder. A esta corriente se enfrentaba la minoría aperturista, 
  partidaria de aprovechar el hiato, para introducir en España la    fórmula inglesa. Retirado el
mando del ejército al rey, por ser    larga la tradición de espadones, apoyados por la corona, se   
podríainstaurar una democracia coronada, que garantizase la    independencia de los tres poderes,
el respeto a las libertades    básicas y la igualdad de los ciudadano ante la ley, quedando el   
monarca sometido a las cámaras y la ley en lo público. Y a la    justicia en lo privado. En resumen,
consideraban que el interés del    pueblo - nación, no debía quedar supeditado al del estado - rey.

No    preocupaba a Franco la oposición de izquierdas, pero sí un aspirante    al trono, que
atendiendo a los aperturistas, empezaba a presentarse    como garante del restablecimiento de un
sistema de derecho y    libertad en España.Mini alzamiento militar de corte monárquico,   
acompañado de huelga general en Barcelona, inquietó al Caudillo.    Duramente reprimidos los
obreros, muerto elCapitán General    supuestamente de infarto, aunque se habló de dos disparos,
recibidos    en su despacho, el Jefe del Estado convocó al Pretendiente al yate    Azor, manteniendo
conversaciones tan discretas, que nunca sabremos    lo que se habló.Unicamente transcendió que
Franco reafirmó su    intención de restaurar la monarquía en la rama alfonsina, a    condición de que
los dos varones de D. Juan se educasen en España,    siguiendo un plan de estudios, diseñado
personalmente por el    Caudillo. Accedió el aspirante al trono, provocando una crisis en su   
consejo privado. Los aperturistas consideraban que un rey, nacido en    la Italia fascista, crecido en
el Portugal de Oliveira Salazar, tras    paso fugaz por Suiza, no estaría en situación de gobernar en
país en    libertad, si terminaba su formación bajofranquismo, sin haber    conocido la democracia,
por experiencia propia. Aconsejaron rechazar    de plano la oferta, pero D. Juan no quiso perder la
oportunidad de    acercarse al trono, que le ofrecían. Sus dos hijos pararon en    Madrid, pasando el
mayor de las aulas aisladas de Las Jarillas y    Miramar, a las academias militares, quedando sin
recambio al    fallecer el menor.

Presintiendo el prentendiente de Estoril que Franco    maquinaba borrarle de la lista, en favor de su
heredero, se mostró    aperturista. Atrajo a un sector del tradicionalismo, siguiendo    partidos de
centro. Enterrando los rencores de la guerra, abrió    Villa Giralda a los vencidos. Desfilaron
individualidades,    representantes y observadores de la izquierda, los más secretamente,    por no
ofender a sus bases. El cambio repercutió en España,    apareciendosindicatos clandestinos en la

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universidad, seguidos de    las primeras manifestaciones. De corte monárquico, apoyadas por el   
P.C. desde la sombra, tuvieron enfrente a chicos de Falange. En    puertas elecciones municipales
atípicas, por presentarse en Madrid    candidatura monárquica, disparo provocador hirió a
estudiante    falangista. Calculado, restó eco en las urnas a unos candidatos,    impopulares por
demás. En diciembre de 1957, D. Juan pronunció    importante discurso, presentándose como"Rey
de todos los Españoles".    Al ponerse en cabeza del movimiento liberalizador molestó a Franco.   
Esgrimiósu ley de sucesión, recordando que cualquier español    católico, mayor de 30 años,
designado por él, sería cabeza de    estirpe, recibida por las Cortes. Uniendo la acción a la palabra,  
 empujó a Carlos Hugo de Borbón - Parma a un primer plano, sacando    del olvido a los hijos de
Jaime de Borbón, sordomudo que renunció a    sus derechos, en vida de Alfonso XIII, a causa de un
matrimonio    morganático. Cuando Alfonso casó con nieta de Franco, los    "juanistas" se
alarmaron.

No    había tenido lugar el casorio, cuando el Opus Dei alcanzó el poder,    de la mano de Carrero
Blanco. Nombrados ministros López Rodo y López    Bravo, la organización, partidaria de la
restauración monárquica,    aportó idea original. Urgente neutralizar a la izquierda, liquidando    una
situación de pobreza, objetivamente prerrevolucionaria, argüyó    que quien tiene algo que
conservar, se hace conservador. Poner al    alcance del proletariado bienes de larga duración, a
cuya propiedad    no tuvo acceso, haría del miedo a perderlos y la esperanza de    adquirirlos
válvula de seguridad, que calmase veleidades    colectivistas. Necesario crecer los ingresos, para
financiar la    operación, al no poder proveer una industria vetusta, que    acostumbrada a la
comodidad de la autarquía, no sabía ni quería    aprender de competencias, ni una agricultura
rutinaria y    subdesarrollada, se descubrió el turismo, la emigración y las    inversiones extrajeras.
Vender sol, arte, pintoresquismo, fuerza de    trabajo, suelo y vacío industrial, hizo posible el
milagro de la era    de la vivienda social, el plástico y el seiscientos.

Rotundo    el éxito económico, distó de serlo el político. Al tomar contacto    con un mundo que
ignoraba, el pueblo descubrió iguales, con poder    adquisitivo, nivel cultura, libertad ypeso político,
que ni siquiera    imaginaba. Excitados por el hallazgo, los desposeídos se politizaron    a su
manera, rebasando a los enlaces sindicales, en su doble    acepción de lideres clandestinos.
Movimientos no pactados alarmaron    a un poder, que no podía aplicar la represión acostumbrada,
por    temor arepresalias económicas, insoportables en las nuevas    circunstancias. Considerando
los monárquicos el momento oportuno    para presentarse en sociedad, convocaron magno
encuentro, conocido    por "Contubernio de Munich",con las bendiciones de Alemania. Acudió    la
oposición en peso, con exclusión de anarquistas y carlistas,    quedando acordado que la salido del
franquismo, sería una democracia    plural y coronada. Al regreso, los asistentes fueron deportados
a la    España profunda, hasta que llamada de Bonn, les reintegró a sus    hogares. 

Por    entonces entraban en escena las generaciones que no vivieron la    guerra, pero crecieron en
el clima entusiasta de la posguerra.    Educadas en el lenguaje de los grandes valores, propios del
sistema    didáctico del periodo, aspiraban a un mundo de verdad, justicia,    equidad, honradez,
solidaridad, generosidad, trabajo, libertad de    creación e iniciativa, para encontrar, alcanzadala
edad de razón,    una realidad de mentira, injusticia, caciquismo, prevaricación,    crueldad, miseria,
desigualdades injustificables, censura e    imposición del pensamiento único. Nacidos en el lado de
los    vencedores, se acomodaron con exclusión de una minoría, que hizo    suya la causa de los
vencidos. Jóvenes cristianos, curas obreros,    falangistas apodados de izquierdas, tradicionalistas
de Carlos Hugo    e individualidades sin etiqueta ni ideología, derribaron barreras    clasistas, para
combatir la injusticia que les beneficiaba. Así se    produjo conexión de obreros e intelectuales, muy
diferente a la    preconizada por el marxismo. No estaba en su origen la docilidad del    ortodoxo.

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Obedecía a la rebeldía del heterodoxo.

Más o    menos manejables los que se oponían a la sociedad que les fue dada,    por impulsos
emocionales, no lo eran los que actuaban por reflexión.    Habiendo observadopara entender,
aplicando la lógica a la    irracionalidad de los hechos, no partieron de un rechazo de la    ortodoxia
política y en ocasiones la religiosa, que le impuso su    medio, para plegarse a la de terceros.
Conscientes de que su    postura, a nivel personal, les llevaría a perder,no a ganar, se    negaron a
recibir credos y obedecer consignas, con esa fe de    carbonero, que exigían los partidos.
Consecuentes adoptaron posturas    políticamente incorrectas, a entender de las cúpulas, excitando
   acciones, que escapaban a todo control, consiguiendo mejoras    parciales, condenadas por una
oposición, que perseguía el fracaso    total del sistema. Habiendo descubierto que la fuerza estaba
en el    acceso a los medios de información, por cuidarel régimen su imagen,    los indeseados
espontáneos establecieron contacto con periodistas y    medios extranjeros. A cambio de ofrecer
información, contrastada y    fidedigna, cada y cuándo se la pidieron, consiguieron difundir lo    que
estaba sucediendo, encontrando eco en una opinión, predispuesta    contra el franquismo. Así
consiguieron rebasar el margen de    agitación social, que el régimen y los lideres clandestinos   
consideraban soportable. En consecuencia, los independientes fueron    acosados por el poder y un
P.C, preocupado por la perdida de    liderazgo. 

Porque    no podía ser de otra manera, la acción cultural se sumó a la de    calle. Tenían los partidos
escuelas clandestinas, no faltando en las    parroquias. Pero adolecían del vicio común de enseñar,
a través de    una ideología. Entendiendo los obreros que para no ser engañados,    habían de
aprender a captar, comparar y analizar por sí mismos,    pidieron esa instrucción abierta, que forma
el criterio. No faltando    voluntarios dispuestos a enseñar a pensar y aprender, como decían    los
antiguos, la demanda fue satisfecha, proliferando clases    privadas y centros más o menos
consentidos, que ofrecían los    instrumentos, partiendo de las primeras letras, hasta alcanzar   
rudimentos de cultura general. Fue posible porque las partes sabían    que para impartir cultura,
basta conectar a quien aprendió y desea    enseñar, con quien quiere aprender. Ocasionales,
espontáneos y    abiertos, estos movimientos carecían de dirigentes y estructura    estable. Si la
situación lo requería, la base nombraba "comisiones",    que dirigían la acción, sirviendo de
portavoces, para disgregarse a    su término. Al ser llamados repetidamente, ciertos líderes se   
consolidaron, extendiéndose el movimiento por simpatía, con gran    disgusto de los enlaces,
conscientes de que el control de las bases,    se les iba de las manos.

Anquilosados en su propia tradición,los partidos no    sabían acudir donde la necesidad les llamaba.
Persistían en la    agitación de carácter político, convocando a las masasen fechas    emblemáticas,
para corear consignas ideológicas, que no les tocaban.    Fiando en que la represión provoca acción,
por la misma causa que la    acción excita la represión, cambiaban al viandante pasivo en   
simpatizante activo sembrando panfletos, que atraían a la policía a    lugar señalado. Aprovechando
horas punta, comandos adiestrados se    mezclaban con la multitud, lanzando gritos subversivo.
Provocada la    carga, cámaras estratégicamente emplazadas cambiaban al paseante en   
manifestante, de cara a la opinión exterior, consiguiendo que    ciertos padres de familia, apaleados
sin causa ni razón, pasasen por    pura reacción, de la indiferencia a la oposición activa.

El    cénit de las "comisiones" invertebradas, sería la huelga de la    minería asturiana, de 1962.
Prolongada más de lo previsto, líderes    reales o supuestos padecieron torturas. Publicadas de
fronteras    afuera, alarmaron al régimen, acudiendo el Ministro del Trabajo,    Solis. Privado de

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interlocutor, al no ser escuchados los enlaces    sindicales, pidió a la base que nombrase "comisión
obrera".    Designada, la huelga terminó a satisfacción de las partes, ganando    prestigio el
movimiento. En Madrid sería el P.C. quien tomó la    iniciativa, introduciendo una nueva modalidad
de lucha. Prohibidos    los escritos colectivos, lo lanzó denunciando las torturas,    encargando la
recogida de firmas a independientes. Bergamin pagó con    el exilio el encabezar las 102
personalidades, aprendiendo todos que    basta sumar nombres, para crear noticias. El manifiesto
fue    elprincipio de una colaboración, por encima de siglas y colores.   

Serían    los años del paso por la frontera, con libros prohibidos. Marx,    Engels, Lenin, pero también
Proust, Sartre y Malaparte, o las    publicaciones de Ruedo Ibérico y Ebro, editoriales españolas,   
establecidas en Paris. Circulaban de contrabando, a través de una    red de librerías que desafiaban
a la censura, por convicción o    dinero, siendo frecuente que se vendiesen en las tiendas de
imágenes    religiosas y libros devotos. Patente eldesinterés hacia obras    procaces, como Lolita,
hasta mediados los setenta no fue rentable el    tráfico de pornografía. Centro de captación política
los clubs, los    socialistas controlaban el Ateneo de Madrid, creando los comunistas    elClub de la
Unesco. Revistas de corta tirada, como El Ciervo o la    Revista de Occidente, lo publicaban casi
todo, a condición de no    tocar la actualidad, pasándolas estrechas la prensa más popular,    como
el periódico de las J.O.C., prohibida con frecuencia. Poco a    poco se extendió una conciencia
contraria al sistema, que abrió las    páginas de la prensa regular a la oposición. Con exclusión de
ABC,    que se limitaba a difundir comunicados de la corona, la oposición    era recibida en casi todo
los medios, incluidos Arriba, órgano    oficial del "Movimiento" y Pueblo, que lo era del Sindicato. La 
  revista SP, que más tarde se convirtió en diario, dirigida por    Rodrigo Royo, falangista de
izquierdas; el Ya, entonces de la    iglesia, el Madrid, propiedad del Opus, dirigido por Calvo Serrer y
   Sábado Gráfico, colaboraban sin reservas, jugando hábilmente con la    censura. Miembros de la
oposición salían al exterior, más o menos    clandestinamente, para hacer oir la voz del interior en
congresos y    conferencias, exponiéndose a regreso problemático, que a menudo    terminaba en
cárcel.

En    estas la opinión interior y exterior fue conmocionada por la    ejecución de Julián Grimau.
Responsable de la checa de Barcelona    durante la guerra, entró en España como comisario
político,    encargado de enlazar la dirección del P.C. con el interior. Cantado    desde la frontera,
marcó su paso rastro de detenciones. Contadas las    ejecuciones, desde que terminó la Guerra
Mundial, al ser las    víctimas anarquistas, partido sin portavoces, el revuelo no rebasaba    el
círculo de los enterados. Teniéndolo sobrados los comunistas, la    sentencia de Grimau alteró al
mundo, pidiendo medida de gracia del    Papa al último jefe de estado. Franco se mostró inflexible,
quizá    por hacercontrapunto a las "leyes Fraga", que perfilaron su    transición. Sometidas a
referéndum, corrió que el certificado de    voto sería indispensable para muchas cosas. En
consecuencia la    participación y el "sí" superó ese 90%, que caracteriza las    dictaduras. 

Delito    usar de los derechos de asociación, reunión, manifestación y    expresión, la espiral acción -
represión puso deactualidadtorturas y    condenas prolongadas. Los calabozos de la Puerta del Sol y
los    juzgados militares de la calle del Reloj, recuperaron su fama    siniestra,pagando los
independentistas vascos y catalanes el grueso    de la factura. Las siglas de ETA empezaban a
sonar, estrechando sus    lazos obreros y estudiantes. Nuevos líderes se popularizaban, a    golpe
de proceso, haciendo conocer a los abogados, que asumían sus    defensas, como Joaquín Ruiz
Jiménez, ex ministro de Franco, cabezade    la Democracia Cristiana. Clandestinos pero consentidos,
estos    partidos estaban llamados a prestar exterior democrático, a la    monarquía, disfrutando de
una permisividad, que no    favorecíapenetración en la base. Aunque prohibidos, los sindicatos   
también se desarrollaban. La U.G.T, apéndice del Partido Socialista,    con dirección en Toulouse,

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imperaba en Asturias, mientras la C.N.T.    apuntaba en Cataluña y Andalucía. De nueva creación la
católica    U.S.O., igualmente clandestina, no tardó en ser tachada de    amarillismo por la izquierda.

Habiendo alcanzado su techo el movimiento espontáneo    de las "comisiones", sus líderes entraron
en contacto con diferentes    partidos, en especial con el P.C. Aceptó la cúpula prestar sus   
estructuras a un movimiento abierto, sin disciplina ideológica ni    orgánica, a condición de que se
dotase de cabezas estables. Lo    serían Marcelino Camacho, del P.C., Maéztu, tradicionalista, Ariza, 
  entonces de las J.O.C. y Pepe Hernando, de Falange de izquierdas, no    tardando en agregarse
representación del partido socialistade Tierno    Galván. Encarcelados los cinco fundadores de las
nuevas "Comisiones    obreras", el movimiento se convirtió en vanguardía de la oposición.    Por
entonces nacieron las "Comisiones Campesinas", controladas por    el P. C. desde sus inicios. Los
independientes que participamos en    los movimientos, nunca pretendíamos transformar el mundo.
Nuestro    papel quedaba en servir de ejemplo y señuelo, contribuyendoa crear    un estado de
opinión, proclive al cambio. Facilitábamos una    transición, pactada y acordada a niveles que no
alcanzábamos. Héroes    o villanos no pasamos de comparsas, rellenando el escenario de una   
obra que no escribimos, cuyo argumento ignorábamos. 

El    primer atentado terrorista, de que tuvimos noticia, se produjo a    finales de los sesenta.
Muerto un militante de ETA, en encuentro    fortuito con la Guardia Civil, sus funerales fueron
concurridos.    Melitón Manzanas, torcionario conocido, procedió a detener    asistentes a boleo.
Vejados y bárbaramente torturados en comisaría,    saliero en libertad sin cargo, por no haberlos.
Días más tarde un    militante de ETA mató a Melitón Manzanas, al parecer condenado por    la
mesa de la organización. Así empezó el Proceso de Burgos. 

Prestigiados los movimientos    independentistas,estrechas las relaciones de los andaluces con   
vascos y catalanes, por ser nutrida la emigración, se temió que    surgiese en Andalucía un
movimiento nacionalista, a semejanza de los    que tantos quebraderos de cabeza daban al
régimen. Antes de que    sucediese se llenó el hueco de un regionalismo embrionario, creando    la
ASA, agrupación moderada de carácter socialista, cuya cabeza    visible sería Alejandro Rojas
Marcos, ex concejal en el ayuntamiento    de Sevilla. A nivel de calle fue conocida como Asociación
de    Señoritos Andaluces. Años después apareció elG.R.A.P.O. Violento, de    nivel nacional, no llegó
a cuajar, por correr que nació infiltrado.    Rechazado por la población, privado de infraestructura,
siendo el    terrorismo arma de difícil manejo, que al menor error, se vuelve    contra quien lo aplica,
sus acciones tuvieron visos de provocación,    restando eficacia a la oposición andaluza.

En 1968    se produjo importante cambio cualitativo, sin relación con el Mayo    Francés: los
procesados políticos dejaron de exculparse. En lugar de    aprovechar el juicio, para negar los
cargos, hicieron del banquillo    tribuna, para exponer las razones que le llevaron a enfrentarse con 
  la ley, en aras de la libertad y la justicia. Apelaban a la Carta de    los Derechos de Humanos, las
encíclicas de Juan XXIII y León XIII e    incluso el Fuero de los Españoles, marco constitucional
vigente,    cuyo texto fueredactado y publicado con fines publicitarios, sin    intención de aplicarlo.
Aquellas voces firmes y persistentes, que    aceptaban la cárcel con gallardía, no tardaron en
inquietar    conciencias, provocando cambios internos y profundos en los hombres    del régimen.
Jefes del ejercito reclamaron libertad, surgiendo la    UMD a nivel de oficiales. En sectores de la
policía surgió la    inquietante sensación de estar sirviendo a la injusticia,    manifestándose
funcionarios e incluso políticos de altura,    favorables a la democracia. Se rumoreaba que por los
despachos de    López Rodo y López Bravo desfilaban dirigentes del exilio, tan    significativos como

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Carrillo. Secretos los contactos, se hicieron    publicos por culpa de aduanero diligente. Aguardaba
coche oficial en    Barajas a Manuel Azcarate, alto dirigente del P.C., regresando de    vacío, porque
al ser reconocido bajo el nombre de Juan García, paró    en la cárcel. Iniciada inútil campaña por su
libertad, la obtuvo    apenas distrajo el verano la atención del personal, porque no se    encarcela a
un invitado.

En 1969    el futuro rey de España juró los principios del Movimiento. Su    proclamación como
heredero de Franco, coincidió con el escándalo    M.A.T.E.S.A. Lo destapó Fraga, cabeza de los
"azules", al parecer    para frenar al Opus Dei. El franquismo permitió hacer fortunas y   
acrecentarlas, practicando el mercado negro de productos de primera    necesidad y repartiendo
permisos de importación, que revendía quien    no necesitabanmaterias primas ni maquinaria.
Liberados los    alimentos, concesiones monopolísticas, especulación inmobiliaria y    recalificación
de terrenos, procuraron fortunas, sumándose la ley de    macroplanes turísticos, que permitió
apropiarse de lo ajeno contra    la voluntad de su dueño y ayuda de la justicia. En la calle se   
comentaba que Franco no quería ministros limpios, por tener causa    para dimitirlos, llegada la
hora. Se comentaba el enriquecimiento de    José Antonio Giron, el más demagogo de los ministros
del régimen,    las manipulaciones de Arburúa, ministro de Industria, que de humilde    funcionario
del Banco de España, en tiempos de la república, llegó a    poseer la mejor colección de cuadros de
primitivos del país. De lo    rentable que resultaba el aceite a Solis o los proyectos turísticos    a
Rodríguez Acosta, contrapariente de Fraga, ministro del ramo. Pero    nadie sabía una palabra de
"ingeniería financiera", antes de que    estallase el asunto M.A.T.E.S.A.. 

Propietario de la empresa Vila Reyes, vinculado al    Opus Dei, mereció la cruz de Alfonso X y ser
declarado empresario    modelo, porque partiendo de la compra depatente de un telar sin   
lanzadera, a dos inventores franceses, creó fábrica y un holding,    esparcido por medio mundo,
callando que las flamantes firmas tenían,    por todo capital, un teléfono y oficina alquilada.
Encargadas de    vender o comprar telares, se manifestaron particularmente activas,    embolsando
Vila Reyes primas a la exportación, con garantía de cobro    de la facturas, a través de la compañía
de Crédito y Caución,    aseguradora estatal. No faltando al papeleo una firma ni una póliza,   
cobrar era cuestión de tiempo, caso de resultar el cliente moroso.    Ibael negocio viento en popa,
cuando el agregado comercial en la    embajada del Perú, observó que M.A.T.E.S.A. facturaba al
país un    número de telares, superior al total de sus importaciones. El    hallazgo coincidió con
requerimiento de las aduanas portuguesas, al    Coronel Víctor Castro, jefe de las españolas, sobre
las cajas    procedentes de M.A.T.E.S.A., que se apilaban en encinares, próximos    a los puestos
fronterizos, por no recogerlas los destinatarios.    Intuitivo Castro las reventó, descubriendo que la
firma exportaba    piedras. Mayúsculo el escándalo, debilitó al régimen, que reaccionó   
aumentando la represión, a la manera de los débiles. En el otoño    hubo huelga en Bilbao.
Losobreros se sentaron en la vía del    ferrocarril, interrumpiendo el tráfico. Con orden de disparar,
la    Guardia Civil lo hizo al aire. Por primera vez acertó en dos    trabajadores. En Madrid el
estudiante Ruano cayó por la ventana,    mientras la policía registraba su piso. 

A la    sombra de Carrero Blanco, mentor de un monarquía cerrada y    continuista, la policía no solo
encontraba propaganda y armas en    domicilios y coches. En ocasiones ponía una o ambas cosas,
en las    narices del propio encartado. Calumnias y golpes de mano, retiraron    de la circulación a
los contestatarios más convincentes,    sucediéndose estados de excepción, que suprimían los
derechos más    elementales. Alcanzados por tiros al aire, murieron manifestantes en    Madrid y
otras partes, poniéndose de moda la ley de fugas en el País    Vasco. En tal ambiente se inició el
Proceso de Burgos. Activa la    oposición interior y el exilio, rodados los canales, las penas se   
dictaron, pero la presión internacional hizo imposible su ejecución.    Indicaba la edad y los

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primeros síntomas de decadencia, que el    dictador se acercaba al sepulcro, cuando cundió el
pánico. La    represión se hizo indiscriminada, alternado gestos de dureza    irracional, con lenidad
incompresible, mientras oposición y    gobierno, no tan alejados como se supone, preparaban el
cambio. En    desacuerdo los partidarios de una democracia coronada y los que    insistían en la
salida republicana, se formaron dos mesas,    apellidadas democráticas: Junta y Plataforma.
Parecíanemprender    caminos divergentes, cuando voló el Almirante Carrero Blanco, a    finales de
1973, victima de atentado perpetrado por ETA. El mismo    día se iniciaba el juicio de los dirigentes
de Comisiones Obreras.    

Pasado    el susto, de las filas del régimen surgieron suspiros de alivio,    viendo desaparecer el
principal obstáculo, que se oponía a la    apertura.El entierro del heredero espiritual del dictador,
presidido    por el futuro rey de España, dio al traste con una alternativa del    sistema, pero no con
el sistema. Sin embargo la represión se    agudizó, temiendo que el éxito envalentonase a los
independentistas.    Siendo Fraga ministro de Gobernación, y sabidas sus vistas a París,    para
entrevistarse con dirigentes de la izquierda, lapolicía cargo    tan brutalmente contra obreros,
encerrados en la catedral de    Vitoria, que hubo varios muertos de resultas. También cayeron   
romeros desarmado en Montejurra, por no haber querido ver la policia    como Sixto de Borbón,
hermano fascista de Carlos Hugo, ocupaba la    cumbrepara disparar sobre los seguidores de su
hermano. La policia    exterior, con sede en Bruselas, perfeccionó sus métodos. Exiliados    se
esfumaban, sufrían accidentes inexplicables o aparecían muertos    por causas supuestamente
naturales, habiendo disfrutado espléndida    salud. Trampas inhábiles, pero inesperadas, dieron
pábulo a feroces    campañas de desprestigio, en especial contra los que lograban    escurrirse del
atentado, perseguidos en el trabajo y hasta en la    vida familiar. Supuestos exiliados, debidamente
documentados e    informados, aparecián un poco por todas partes, incorporándose a    diferentes
organizaciones. Algunos fueron descubiertos. Otros    llegaron a los órganos de gestión con rapidez,
por ser muchas las    bajas. Blanco preferido los vascos, no eran mejor tratados los que    se
opusieron a la solución monárquica o se manifestaron tibios. En    el atentado de la Calle Correo
ETA mató indiscriminadamente, cayendo    por primera vez en un acto de desprestigio.

Junta y    Plataforma se fundieron en la "Platajunta", bajo los auspicios del    activo Antonio García
Trevijano. Abierta a cuantos apostaron por la    democracia coronada, el abanico no pudo ser más
amplio. Presente    Fraga, lo estaba el Opus Dei, los moderados y el P.C., que tuvo a su    izquierda
el P.T., de reciente creación. Incluso los    tradicionalistas asumieron que un descendiente de
Alfonso XIII    ocupase el trono, quedando en partido, encabezado por pretendiente    al trono. Al
margen quedaronanarquistas, nacionalistas radicales y    ciertas individualidades, que no quisieron
aprobar ni oponerse.    Presentes hombres de D. Juan de Borbón, aceptaron la posibilidad de    que
reinase el hijo. Impuesto el cambio por convicción, no por    revolución, se consideró absurdo
excitar a una derecha, que    conservaría importantes parcelas de poder. No habiendo participado   
en las conversaciones, puedo repetir lo que me llegó a través de    quienes lo hicieron, no siendo de
descartar que le versión fuese    infiel. En casos semejantes, es frecuente que se calle de cara al   
exterior, lo que puede incomodar al oyente.

La    presencia de testa coronada, a la cabeza del régimen, se justificó    esgrimiendo el
desbarajuste de las dos repúblicas y su lamentable    final. Enfrentamientos personales, hicieron
que dimisiones en    cadena, se tradujesen en vacíos políticos,que desembocaron en el    fracaso.
Función del rey salvarlos, garantizando la continuidad,    tendría la facultad de formar gobiernos
provisionales y convocar    elecciones, además de ejercer las funciones representativas, propias   
del cargo. Aunque sólo fuese por evitar veleidades pasadas, el mando    del ejército sería apartado
de la corona. Redactado borrador de la    constitución, se inspiró en la americana, introduciendo las 

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  modificaciones necesarias, para adaptarla a la particularidades del    sistema, preservando la
independencia de los tres poderes, el    respeto a las libertades ciudadanas, la igualdad ante la ley
y otras    generales, propias de una democracia federal, en que estaría    reconocido el derecho a la
autodeterminación.

Necesarios partidos y sindicatos, con arraigo en la    sociedad, al no estar acostumbrados los
españoles a participar en    formaciones democráticas ni a financiar a sus representantes, se   
acordó que el gasto corriese a cargodel contribuyente, a través de    las arcas del estado, hasta que
dos o trespartidos consiguiesen esa    representatividad real, que permite gobernar a un pueblo en  
 libertad. Se adoptó el sistema electoral de listas abiertas y doble    vuelta, por ser el más adecuado
para evaluar la popularidad de los    candidatos, favoreciendo el voto consciente, el escollo de un
rey,    no sometido a las urnas, sería salvado por la elección directa de    presidente de gobierno,
gobernadores y alcaldes. Perseguidos por un    régimen ilegítimo, porque se abstenía de respetar
los derechos    humanos, presos y exiliados politicos seríam amnistiados    simultaneamente,
apenas se produjese el cambio, lo que además de ser    justo, tendría la ventaja de neutralizar
manifestaciones y    desórdenes, en demanda desu libertad. Al permitir la constitución    canalizar
las aspiraciones individuales y colectivas, hasta su    consecución, por medios pacíficos, en adelante
nadie podría    alegarrazones políticas, para justificar el daño físico o material,    causado a
terceros. Considerado en todos caso delito común, se    castigaría como tal. 

Suprimida la censura directa e indirecta, se apeló a    la autocensura, comprometiéndose los
intelectuales de todas las    ramas a renunciar a la demagogia, omitiendo la críticas que pudiese   
desestabilizar al sistema, en tanto no se hubiese consolidado. Tan    evidente el entusiasmo de una
población, encandilada por el cambio,    como su ignorancia política, se acordó fundar órgano de
opinión,    remedo del Le Monde francés. Sería guía intelectual, que enseñase    aseleccionar y
filtrar la información, preparando al lector a    enfrentar las explosiones de falacias y mentiras, que
ha de    consentir una democracia, para no incurrir en atentados contra la    libertad de expresión.
So pretexto de lanzar la magna publicación    con despliegue extraordinario, por ser urgente
popularizarla, se    ahorró el chocolate del loro, suicidando revistas críticas e    inteligentes, como
Doblón o Criba, sin confesar el temor de que    saltándose pactos a la torera, lanzasen verdades
desagradables,    antes de hora. Aquel periódico fue El País. Formado el consejo de    administración
por personalidades de la "Platajunta", se dá la    circunstacia de que figuró Fraga, uno de los
censores más duros y    eficaces de franquismo, siendo ministro de Información y de   
Gobernación.

Consensuado el primer gobierno, no quedó tendencia    marginada, sin que faltasen jefes militares,
como los generales Díaz    Alegría o Gutiérrez Mellado. La presidencia se adjudicó a José María    de
Areilza. Liberal, honesto,de gran experiencia política, informado    de los entresijos de la
democracia, por haberla vivido, habiendo    alcanzado una edad que le impedía aferrase al poder,
aquel    diplomático con rango de embajador, servidor del franquismo y hombre    de D. Juan, no
despertaba reticencias en Washington ni en Moscú,    donde tenía inmejorables relaciones.Garantía
el tamden Areilza -    corona de que España no se convertiría en satélite de Moscú, Estados   
Unidos y Alemania, no quisieron dejar cabo suelto. Preparando el    cambio del cambio, propiciaron
el congreso del Partido Socialista en    Suresnes. Apartado Llopis, la dirección se trasladó al interior,
   siendo elegido Felipe González para secretario general. Joven    abogado sevillano, pasó por el
Frente de Juventudes, como casi todos    los chicos de su generación. Ayuno en democracia
práctica, por no    haber vivido fuera de España, inexperto, atractivo y manejable, era    el
candidato ideal, pues habiendo llegado a la oposición con    retraso, no albergaba rencores,
pudiendo liderar el giro a la    izquierda, que impodrían las urnas, eludiendo revanchas y   

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discriminaciones. Augurados dos o tres mandatos a José María de    Areilza, el candidato tendría
tiempo sobrado, antes de alcanzar el    gobierno,de cambiar una mentalidad, formadapara la
dictadura,por la    que convenía a un régimen de libertad. 

Nada de    esto escapaba al heredero de Franco. Ayudado por sus íntimos,    preparó su propio
futuro, tomando contacto con jóvenes socialistas,    recién incorporados. Deslumbrados por el
carisma de la corona y la    campechanería de su portador, los dirigentes en ciernes aprendieron   
de lealtad al rey, antes de sospechar que era costumbre, en    democracia, anteponer la lealtad al
pueblo, aunque sólo fuese por la    forma. Conectado igualmente el P.C., la relaciones con Carrillo
no    pudieron ser más satisfactorias. Perro viejo, enemigo jurado de la    libertad intelectual, la
conexión parece haber sido perfecta.    Contando con partido disciplinado, pudo prestar cuerpo de   
intelectuales y artistas, suficientes para llenar todos los huecos,    prestando la claqué incondicional
a una joven monarquía, que privada    de una Falange a su medida, la necesitaba de urgencia. 

Flaqueaba la salud de Franco, cuando las muertes de un    policía armada y un guardia civil, en
sendos atentados, provocaron    oleada de detenciones. Esta vez el sistema no quiso exponerse a   
reacción, similar a la provocada por el Proceso de Burgos. En menos    de quince días, tres vascos y
dos militantes del Frapp, grupo que    hasta entonces no pasó de la violencia callejera, fueron
acusados,    detenidos, sentenciados y fusilados entre manifestaciones y    protestas inútiles. Se
dijo que la tardíamatachina se debió a la    necesidad de hacer comprender a la izquierda que la
involución podía    producirse, aunque según otros la causa estaba en el deseo de    manchar de
sangre a personajes de la política oficial, excesivamente    aperturistas, como el ministro Castiella.

Un    bajón en la salud del Caudillo, hizo del futuro rey Jefe de Estado    interino. Habiendo guerra en
el Sahara, quiso acercarse al ejército,    arengando sobre el terreno a una tropa con orden de
retirarse,apenas    asomasen los marroquíes de la "Marcha Verde", por estar pactado con    Rabat.
Con un atisbo de salud, Franco recuperó el poder, desairano a    un sucesor, que no tardaría en
ocupar el trono. Debilitada Falange,    pues todo partido acostumbrado a ejercer el poder, se
debilita al    perderlo, el nuevo Jefe de Estado la derrotó definitivamente tras el    entierro de
Franco, cruzando impávido la gran terraza del Valle de    los Caídos, entre la hostilidad evidente de
las centurias del    partido, que formó el difunto. Poco después el presidente de    gobierno Arias
Navarro, era dimitido. 

Preparaba el Consejo del Reino la terna para    sustituirle, incluyendo los nombres de José María de
Areilza y según    se dijo, del impensable Fraga, cuando lo pactado con la    "Paltajunta", saltó
hecho añicos, gracias a la diligencia de    Fernández Miranda. Atendiendo indicaciones del rey,
redactó borrador    de constitución, que puso en manos del monarca la clave de todos los   
poderes. Completó el servicio haciendo incorporar a la terna el    nombre de Adolfo Súares, de
demanda expresa del monarca. Antiguo    secretario de Herrero Tejedor, nombrado Secretario
General del    Movimiento, con rango de ministro, para desmantelarlo,era joven,    apuesto, de
palabra fácil y convincente, capaz de olvidar promesas    apenas pronunciadas. Habiendo asomado
apenas la nariz fuera de    España, tan poco sabía de la democracia práctica, que retrasó hasta    la
imprudencia laformación del partido, que habría de permitirle    continuar en la política. Nadie
pensaba en Suarez cuando Jesús    Infantes, autor del libro "La Santa Mafia", publicado en París, lo   
mencionó como candidato del Opus Dei, para presidir el gobierno de    la transición, supuesto que
no fue tomado en serio, hasta que el    nombramiento apareció entitulares.El cambiazo alejó la
democracia en    el tiempo. 

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Suicidadas las Cortes, el miedo de la derecha a una    izquierda, que no pensaba pasarle factura,
aconsejó conceder la    amnistía con cuentagotas. No salieron a la calle los temibles    líderes pero
sí sucesión de manifestaciones, reclamando libertad    para los presos, dando ocasión de probar, al
nuevo régimen, que    podía superar la dureza policial al antiguo. El poder se disculpaba,   
esgrimiendo la amenaza de golpe militar, objetivamente imposible.    Además de haber penetrado
en el ejército la ideadel cambio a la    libertad, no había general con poder de convocatoria, para
hacerse    obedecer por sus iguales e inferiores, ni aun reunidos en junta. En    consecuencia quedó
a cargo de Fuerza Nueva meter el miedo a la    izquierda, que recetaron los psicólogos del servicio
secreto. De    extrema derecha, capitaneado por Blas Piñar y otros ultras    destacados, como
Sánchez Covisa y Girón, surgió de la nada,    integrado por un resto de la Falange integrista,
señoritos ultras    por su casa y militantes de pago, reclutados en los bajos fondos.    Contando con
la debida indiferencia, si no protección oficial,    atacaban brutalmente cuanto les sonaba a rojo.
Sus acciones    culminaron en la matanza de abogados del P.C., que tuvo por    escenario el
despacho de Atocha. No se hablaba entonces del    terrorismo vasco, pero sí del GRAPO,
protagonista del secuestro del    ex Ministro de Justicia, Oriol, de quien se decía que estaba   
buscando militares, para dar su golpe. Rapto fugaz del General    Villaescusa, le dio ocasión de
encontrarse con el militar, en lugar    discreto. Liberado el General, se comentó en determinados
medios,    que no estaba dispuesto a poner de actualidad a los espadones.

En    aquellos días circular por las ciudades era problemático. Por    cualquier motivo se formaban
manifestaciones, despotricando los que    asistían disciplinadamente a la propias, contra las ajenas,
en tanto    que usuarios del volante. Gestos superfluos como la quema de    banderas o ataques a la
religióny sus símbolos, indignaron    inútilmente a muchos, perdiendo la clase trabajadora en
meses, el    prestigio acumulado en años, a fuerza de no levantar la voz, sin    haberse cargado
previamente de razón. Los pocos intelectuales que no    fueron seducidos por las prebendas del
poder, se apartaron de una    clase trabajadora, que se hundía en la sinrazón.Pasando de la   
clandestinidad a sindicato, regido por cúpula pagada a cuenta del    estado, el líder se convirtió en
híbrido de funcionario y el    militante en aspirante a burócrata, que obedece consignas, con un   
ojo puesto en la función.

La    tardía legalización del P.C., precedida de románticapersecución del    líder, con final feliz en
comisaría, ofreció al partido aureola, que    necesitaba de urgencia. Habiendo exhibido como
cabeza de cartel    supuestos comunistas, que a la salida de la cárcel o al regreso del    exilio,
negaban su pertenencia a la organización, añadiendo, si les    daban la oportunidad, que les hizo la
vida imposible, además de    cerrarles la boca, necesitaba adelantarse en el terreno de la   
publicidad, con campaña electoral en puertas. Celebrado el    referéndum, aplastante la mayoría
que se pronunció por la    democracia, sin saber de qué se trataba,antes de terminar 1977, se   
establecieron los primeros "pactos de la Moncloa". Las cabezas de    todos los partidos aceptaron el
borrador de Fernández Miranda, en    cuanto tocaba a la corona, prometiendo no rozar al estado, de
   palabra ni obra. El pacto de los políticos se prolongó en el no    escrito de falsos "caballeros".
Cuantos tenían relación de cerca o    de lejos, con la difusión de la palabra o la idea, prometieron   
abstenerse de difundir lo que el estado ordenase silenciar,    popularizando cuanto ordenase, en la
forma y sentido que mejor le    pareciese, marginando colectiva y contundentemente al quien   
rechazando el contubernio, se obstinase en elucubrar y expresar por    su cuenta. Garantizada la
complicidad del intelecto nacional, quedó    expedito el camino para estrenar elecciones en la
verdadera    dictacracia.

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Cantado    el triunfo del partido de Suárez, sorprendieron los pobres    resultados de la Democracia
Cristiana. Desaparecieron prácticamente    las agrupaciones de centro o independientes y el   
tradicionalismos,consiguiendo representación exigua la derecha,    siendo la del P.C. más escueta
de lo que se suponía. En cuanto a los    partidos regionalistas, salvo en el País Vasco y Cataluña,
donde    obtuvieron mayoría, quedaron prácticamente inéditos. Borrador, pacto    previo y un tercio
de diputados de designación real, hicieron que la    constitución fuese carta otorgada. Farragosa la
discusión lo sería    el texto, iniciado con sacralización de los símbolos. Intocables    como
representación de la patria, lo es el rey que la encarnaba. Sus    actos, en lo privado y en lo público,
no son opinables ni por    supuesto criticables. Irresponsable ante la opinión y la justicia,    no lo es
a la manera del incapaz, pues ha de ser obedecido. Jefe de    un Estado, que representa y
materializa, aparece como unidad    desigual, en un conjunto de españoles supuestamente iguales.
A la    facultad de nombrar gobiernos provisionales y convocar elecciones,    contempladas en el
proyecto de París, suma la de disolver las    cámaras, defenestrando gobiernos. Nombra al
presidente de gobierno,    pudiendo rechazar al designado por la voluntad popular o la cámara,   
imponiendo a quien le venga en gana. Con potestad para convocar    referéndums, las leyes
precisan de su firma, para entrar en vigor,    siendo suficiente que firme un decreto, para
convertirlo en ley,    abanico de facultadas que quizá careciese de efectividad, de no    acompañar
el mando supremo del ejército. 

Evidente que en semejantes condiciones, el partido que    presentase candidatos, desagradables a
la corona, no alcanzará el    poder, los no monárquicos quedan excluidos de la actividad pública,    a
todos los niveles. Y por extensión de otras muchas, como las    intelectuales, por depender de los
partidos. Consensuado que cuanto    desprestigiase al sistema, podría desestabilizarlo, el areópago
de    políticos determinó silenciarlo, declarando inocuo el acto y la    realidad, porque en su opinión,
lo que no se escribe, no existe. Así    se extendió la inmunidad e impunidad, que ampara a la
persona del    monarca, a familiares, amigos y subalternos. Pulverizada la libertad    de expresión,
aplicando el marchamo de secreto de estado, a cuanto    revelase la ineptitud, deshonestidad y
despotismo del cargo público,    políticos y profesionales se amparan en el juramento, que
pronuncia    el ministro y hasta el docente:lealtad al rey, guardar la    constitución y por supuesto el
secreto. Un juramento que margina el    pueblo - elector e incluso la nación, quizá por no incurrir en
   contradicciones, olvidando lo que destaca en el preceptivo, que ha    de prestar quien gobierna en
democracia.

Arrumbado el sistema federal, junto con el derecho de    autodeterminación, se inventaron
autonomías. Como no podía ser de    otra manera en país caciquil, por atavismo genético,adquieren
   curioso aspecto de neo feudalismo, reuniendo los inconvenientes del    viejo régimen, sin las
ventajas. No siendo el fin facilitar a los    partidos ysus líderes una implantación en la sociedad, que
pudiese    hacer sombra al señor natural del estado, se arrumbó el sistema de    la doble vuelta,
para adoptar el d'Hont de listas cerradas, que    impide al elector elegir y rechazar. Indirecta la
elección a nivel    de presidente de gobierno, autonomía y alcalde, los partidos se    permiten
intercambiar sillones, como si fuesen cromos, con absoluto    desprecio hacia los votantes, porque
el candidato está obligado al    superior, que le incluyó en la lista, no al elector, inferior.    Votando
a ciegas las más de las veces, tardo dos décadas en    comprender que no incidía en su destino,
limitándose a sancionar lo    que se decidió sin su concurso.Cheque en blanco el de las urnas, el   
destinatario podrá decretar, impunemente, lo contrario que prometió,    despreciando las
conveniencias y voluntad del electorado.    Desencantado ese pueblo, presuntamente soberano, al
saber que nunca    lo fue, recientes elecciones primarias del P.S.O.E., convocadas con    el fin de
animar al personal, revelaron que uno de los principales    partidos del país, si no el primero,
representaba el 0'5% de la    población, pues sólo tiene 200.000 militantes. La cifra pone de   
manifiesto, tirando por lo alto, que un 2% de la población, a golpe    de consenso y pacto,
determina el presente y futuro del resto.

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Quedó    el electorado reducido a votar siglas, encarnadas por desconocidos o    conocidos, que
quisiéramos ver lo más lejos posible, lo está a    designar representantes mudos, pues los
portavoces de partidos y    grupos, monopolizan la palabra. No hay quien lleve a la cámara la   
España real, ni tan siquiera por provincias. Queda en plató para    exhibición políticos, aficionados a
copar cuanto existen, por vía    del ordeno y mando. Rin el Congreso de pendencias partidistas o   
privadas, que sólo interesan a sus actores, produce leyes en serie,    innecesarias las más, cuando
no desatinadas y represivas. Por    fortuna suelen quedar en letra muerta, suerte que comparten las
   raras disposiciones acertadas, emitidas por nuestros parlamentarios.    Discutidores de
costumbre, es admirable la unanimidad con que    aprueban impuestos nuevos o aumentados. O la
subida de sus propios    sueldos.

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