2018-12-18.ABC.LA MANTA RUIZ QUINTANO
Publicado: 2018-12-18 · Medio: ABC
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ABC (Madrid) - 18/12/2018, Página 70 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes. La cruzada del presidente Vladímir Putin contra el rap comenzó el pasado 21 de noviembre en Krasno-dar, donde estuvo concen-trada la selección españo-la durante el Mundial de Fútbol cele-brado este verano. En el Arena Hall debería haber actuado Husky, que en realidad se llama Dmitri Kuznetsov. Es uno de los raperos rusos más conoci-dos. El evento fue cancelado por deci-sión de los dueños de la sala aducien-do que habían recibido amenazas de la Fiscalía y de las autoridades locales de posibles multas si se superaba el aforo u observaban cualquier otro tipo de irregularidad. Así que Husky deci-dió que su concierto tendría lugar en la calle. Se subió a un vehículo, comen-zó la música y se puso a cantar. Los fans apenas tuvieron tiempo de unirse a la fiesta. Aparecieron agentes de paisano y policías de uniforme. De-tuvieron a todos los componentes del grupo. Como no encontraron nada me-jor de qué acusarles, se quedaron solo con Husky por «causar daños» al au-tomóvil al que se encaramó. Después el juez le condenó a doce días de pri-sión. Parecía un caso aislado, pero no. Las prohibiciones de conciertos de rap y posterior arresto de los músicos se pro-dujeron en cascada tras lo sucedido en Krasnodar. Nadie comprendía qué es-taba pasando y de dónde venían las ór-denes de cancelar los conciertos de rap y hip-hop. Las administraciones loca-les no querían dar explicaciones, los funcionarios del Kremlin aseguraban no tener nada que ver con tales prohi-biciones y hasta el Ministerio del Inte-rior salió a decir que no tenía instruc-ciones de actuar contra los raperos. Líderes opositores y medios críticos con el poder señalaron al Kremlin y al FSB (antiguo KGB) como responsable de esta nueva ola de censura, que cali-ficaron de «idiotez» de burócratas que no sabe hacer otra cosa que prohibir y reprimir. La indignación popular a tra-vés de la redes sociales, sobre todo de los más jóvenes, forzó que Husky fue-ra puesto en libertad antes de cumplir los doce días de condena. Pero todo se aclaró el sábado duran-te una reunión que mantuvo Putin con su Consejo de Arte y Cultura. Interve-nía Ígor Matviyenko, uno de los aseso-res adscritos al comité, proponiendo crear un mecanismo de orientación a los padres cuando sus hijos se empe-ñen en asistir a conciertos de rap «una música que viene de Estados Unidos», subrayó. Putin le interrumpió y le dijo que «usted ha señalado que el rap y to-das esas cosas modernas se basan en tres pilares: sexo, drogas y protesta. De las tres, la que más me preocupa son las drogas (...) son el camino directo a la degradación de la Nación». El máximo dirigente ruso llamó tam-bién la atención sobre el lenguaje que emplean los raperos y, en general, to-dos los intérpretes de estilos musica-les «agresivos», incluyendo el rock duro. A su juicio y según los consejos recibi-dos de una lingüista, tendrían que exis-tir una regulación sobre las palabras que no deben usarse en las letras de la canciones. En definitiva, Putin dijo que «si no es posible parar algo, tienes que subir-te al carro y controlarlo». EL PULSO DEL PLANETAPutin, en pie de guerra contra el rapEl presidente ruso impone medidas de control contra un estilo musical al que acusa de propagar el consumo de drogas entre los jóvenesEFE Putin, el pasado viernes en un concierto de música clásicaEl consenso es la cándida ilusión española que cree haber descubierto una manera caballeresca de tirar de la manta sin llevársela El filósofo alemán Peter Sloter-dijk ha dicho en «Le Point» que el movimiento francés de los chalecos amarillos «expresa de ma-nera clamorosa la gran crisis de la representación en que estamos in-mersos». La representación no puede estar en crisis por la sencilla razón de que en Europa nunca ha existido, aun-que cómo estará la cosa para que un socialdemócrata como Sloterdijk apunte a la ruina europea del prin-cipio representativo. Por decir eso, aquí los flabelíferos del consenso todavía te llaman fas-cista. Europa, como sabemos por Za-patero, es el consenso, ese concepto (negador, por definición, de la repre-sentación, que es decir de la demo-cracia) que Fernández de la Mora pu-siera en circulación en los 60. Si el «fair play» era la cándida ilu-sión inglesa que creía haber descu-bierto una manera caballeresca de pescar truchas y cazar zorras, el con-senso es la cándida ilusión españo-la que cree haber descubierto una manera caballeresca de tirar de la manta (¡en Andalucía!), sin perca-tarse de que el Estado de Partidos, si tira de la manta, es para repartír-sela. En los 70 hubo un pleito ruidoso entre el abogado García Trevijano, apoderado del diario «Madrid», y el director de «Pueblo», Emilio Rome-ro, que le atacó con un «Tirando de la manta» en su periódico; el abogado respondió que si el periodista tiraba de la manta, sería para llevársela; y el periodista se querelló por injurias. El abogado reveló luego que Tarancón, cardenal, pero enredador, le llamó en-tonces para contarle que de su época de párroco en Burriana recordaba un caso judicial por desaparición de unas mantas en un sanatorio dirigido por Romero en los 40. El abogado negó que injuriara al periodista con el ar-gumento del debate Lincoln-Douglas: Douglas llamó indeciso a Lincoln com-parándolo con el asno de Buridán; Lincoln respondió que, en tal tesitu-ra, Douglas se comería los dos haces de heno a la vez. –¡Y con eso Lincoln no está llaman-do comedor de paja a Douglas! Nadie en Andalucía va a tirar de la manta.IGNACIO RUIZ-QUINTANOLA MANTAVISTO Y NO VISTOVerbolarioVerdad, f. Droga que genera curiosidad, pero raramente dependencia. POR RODRIGO CORTÉSRAFAEL MAÑUECO CORRESPONSAL EN MOSCÚMARTES 18.12.2018Editado por Diario ABC, S. L., Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S.L. Reservados todos los derechos. 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