1995-11-13.EL MUNDO.LA CONSPIRACIÓN AGT
Publicado: 1995-11-13 · Medio: EL MUNDO
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LA CONSPIRACIÓN EL MUNDO. LUNES 13 DE NOVIEMBRE DE 1995 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO Es doctrina oficial. Como la última de campañas nacionales de educación del pueblo en ondas expansivas tienen el mismo epicentro. ¿Quién ha tirado las dos piedras en el estanque oscuro de la situación política? Hasta hace poco, el mérito de la conquista de las libertades y de las corrupciones pertenecía sin discusión al grupo gobernante. Pero cuando se acerca al final del festín, en las postrimerías, manos invisibles mueven a rostros de mármol para que endosen la gloria de la transición a quienes, revestidos de amianto, puedan sacar a los intransitivos del infierno de encomio de Suárez sucede la imputación de culpas en el crimen de Estado. A la divinización del Rey, la sospecha de arbitraje en motor del cambio de valores democráticos y de fortunas dinerarias. El escudo perfecto de campañas deben ser falsas respecto al sujeto de referencia. Pero ambas son tristemente verdaderas en cuanto al objeto referenciado. Las dos tratan al Rey como fetiche de fetichismo venía de su intocable lejanía. Pero la tribu que lo usa no cesa de sobarlo. Y el fetiche se oscurece más con el humo del incienso que con el fétido aliento de sus vestales. No hay aquí diferencia entre los que se avecinan al Rey por razón de su cargo o de su dinero. Son relaciones peligrosas. La Corona no tiene poder político, pero es el epicentro de toda clase de poder. La Corona no tiene secreto político, pero es el epicentro de todos los secretos. Los Reyes disfrutaban con los chismes amorosos de la Corte y se enredaban en ellos. El enredo en los chismes de dinero y de poder es más difícil de desliar. Sobre todo cuando el lío lo organiza, deliberadamente, el amigo de confianza y el elogio envenenado de poderes corrompidos. Basta oír lo que ha dicho la clase dirigente, en defensa del Rey, para saber que, salvo en el periódico ABC, Juan Carlos no tiene en ella un solo amigo. ¿Cómo explicar que la maniobra de Prado, hablando de chantaje, haya podido ser asumida por El País y toda la clase gobernante, sin lanzar a la vez el mensaje de que el Rey es chantajeable? El claro paralelismo con la torpe estrategia de la conspiración, inventada para negar los crímenes y robos del Gobierno, obliga a pensar que los diseñadores de la campaña destinada a unir la suerte del presidente a , son los mismos. Los amigos de un Gobierno corrompido son los enemigos de la Corona. El Rey debería pedir a los enemigos de sus amigos que lo guarden de ellos. Porque nada ha podido dañarle tanto como la propaganda de un chantaje al Gobierno, a la Corona y al Estado. Hasta tal punto ha llegado el hastío y el descrédito de los que están al frente de las instituciones en esta oligarquía, que el propio Rey es ahora el primer interesado en que no se produzca jamás en España una decisión de punto final o indulto de primer interesado, en que todos los españoles sepan cuanto antes a dónde ha ido a parar el dinero que ha circulado desde De la Rosa a Prado. Si este último es su amigo personal, que no se ampare en subterfugios y rinda cuentas ante la opinión pública. Porque la acusación que pesa sobre él, como sobre el otro amigo del presidente, no es cualquier cosa. Los dos están acusados por De la Rosa, ante un tribunal británico, de haber recibido dinero para que consiguieran la participación de España en la guerra del Golfo. No puede haber acusación más grave. Y De la Rosa, por muchos delitos que haya podido cometer, no es un pobre hombre ni un loco. De otro modo, no tendría explicación su estrecha amistad con Pujol, su fácil entrada en la Zarzuela y su asociación dineraria con el señor Prado. A quien le deseo más habilidad e inteligencia que las demostradas hasta ahora. Porque no debe olvidar que, en asuntos que implican a otros, la retórica no es una defensa, sino el recurso de quien carece de ella.