1975-05-25.EL ECO D CANARIAS.LA COLMENA

Publicado: 1975-05-25 · Medio: EL ECO D CANARIAS

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LAS  PALMAS  DE  GRAN  CANARIA,  Domingo,  25  de  Mayo  de  1975 

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R LA GALLE DE EN MEDIO '^Zít 

Luis  María  Ansón  -^uno  de  los  grandes  periodistas  de  la 
España  cor temporánea—  ha  publicado  un  artículo  de  antología 
en  xABC».  Y  lo  empezaba  asi:  «En  la  España  política  se  escu 
cha  ahoia  cada  vez  con  más  frecuencia,  el  balido  intermina 
ble  de  los  corderos  y  el  estrutndoso  revoloteo  de  las  gallinas. 
Hay  también  como  nn  rumor  de ratas  que  abandonan  la  nave  del 
régimen».  Y  como  uno  tiene  por  oñcio  el  deber  de  leer  una 
buena  parte  de  lo  que  se  publica,  resulta  que  casi  al  mismo 
tiempo  aparece  en  i a  propia  revista  que  dirige  Luis  María  Ansón 
«Blanco  y  Negro»  (y  que  ahora  está  interesante  por  inquietante), 
una  entrevista  con  Antonio  Fontán.  Estoy  seguro  que  nó  hay 
ninguna  relación  entre  los  corderos  las  gallinas  y  las  ratas  coa 
el  catedrático  de  Filología  Latina  de  la  Complutense  pero  lá 
mente  es  £.sí  de  peligrosamente  mezcladora  de  ideas  de  perso 
ñas  de  circunstancias  y  luego  hay  que  poner  cada  cosa  en  su 
sitio.  Sin  embargo  habrá  que  explicar  por  qué.  Me  urge  ordenar 
la  mente  delante  ds  los  lectores.  Voy  a  intentarlo  con  toda  la 
humildad  necesaria.  • 

= 

> 

años,  acaba  de  decir  que  el  Estatuto  de  Asociaciones  es  una 
cuestión  del  Movimiento  Nacional  y  que  alistarse  en  ellas  es  una 
cuestión  de  aquellos  que  comimrtan  su  ideología,  «que  está  muy 
claramente  definida  en  sus  textos  oficiales»,  y  luego  dice,  con 
un  desenfado  hípico:  «No  es  ese  vtA caso».  Pero  el  caso  es  que  los 
textos  oficiales  del  Movimiento,  o  son  Leyes  Fundamentales,  o 
las  desarrollan.  Sus  principios  doctrinales  son  los  Principios  del 
Movimiento  Nacional,  que  es  la  Ley  Fundamental  de  más  rango, 
Todo  eso  qué  rechaza  el  señor  Fontán  es  nuestra  constitución. 
El  catedrático  de  la  Complutense,  procedente  de  aquellas 
los 
oleadas  que  cubrieron  vertiginosamente 
proíesoi-es  de  la  República,  al  amparo  de  la  victoria  de  1939, 
añade  que  una  democracia  no  es  un  régimen  parecido  al  español 
actual  con  algunas  modlfitnciones,  como  la  de  ampliar  el  su 
fragio,  «es  un  sistema  político  distinto»  —dice—,  y  a  esa  demo 
cracia  que,  ni  conceptuálmente,  ni  i>olfticamente  —asegura—  es 
la  que  quiere  hacer  el  Régimen,  es  a  la  que  se  adscribe  el  señor 
Fontán.  El  catedrático  de  Filología  ya  no  está,  a  lo  que  se  ve, 
con  el  Régimen,  que  ha  alimentado  con  sus  ideas  en  otro  tiempo. 

las  vacantes  de 

con  sus  cenáculos  de  influencia,  y  por  donde  ha  andado  con— 
gran  desenvoltura. 

= 
¿Se  entiende  ahora  por  qué  mi  mente  ha  mezclado  peligro-— 
sámente  eso  que  dice  Luis  María  Ansón  «los  que  temerosos  y= 
acollonado.<!  corren  con  las  vergüenzas  al  aire  hacia  las  posicio-= 
nes  que  consideran  triunfadoras  de  futuro...»,  con  las  declari-= 
clones  del  profesor  Fontán  en  «Blanco  y  Negro».  Y  me  exclamó:^ 
= 
¡Pero  si  era  un  totalitario  como  la  copa  de  un  pino! 
Entonces  mi  deber  de  raciocinio  y  de  pureza  dialéctica  c s^ 
evitar  mezclas  tan  atroces,  y  no  relacionar  unas  lecturas  con= 
otras.  Esto  es  pura  anarquía  intelectual  —que  diria  don  Marce-5 
lino—  y  no  hay  que  superponer  el  pasado  con  el  futuro,  y  hay= 
que  mandar  la  memoria  al  cuarto  oscuro,  y  pensar  solamentes 
que  don  Antonio  Fontán  olvida  con  facilidad,  o  ha  cambiado,  oE 
Se  ha  metamorfoseado  alucinantemente  de  Balmes  a  Rousseau.^ 
¡Es  mucha  metamorfosis,  eh!  Pues  sí.  Pero  ahí  lo  tienen.  I^equé-E 
rica,  aquel  tremendo  ingenio  vasco,  hubiera  dicho  que  el  señorE 
ignorgánicas 
Fontán  estaba  erotizado  con  la  democracia  liberal 
E 
que  son  ganas  de  tener  placeres  secretos, 

En  la  década  de  los  aiVos  40  y  eh  buena  parte  de  los  50  fus 
rcconstruyérdose  'í  Universidad.  Del  bfazo  de  Ibáñez  Martín, 
de  Albareda,  del  obispo  Seijo  Garay,  algunas  gentes  periféricaéllllllUlUllinillHllinilllUIIIIIHIIIIIIIIIIIIIlllllllllllllMIIMIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIllllllllllilllilllinillUllllllinilllininilllllil 
del  Movimiento,  pero  más  ortodoxos  cOn  el  régimen  que  q u i e n^ 
lo  fundó,  el  tropel  (te  los  Calvo  Serer,  los  Pérez  Embid,  los  R o -= 
dríguez  Ca.^ado,  los  Antonio  Fontán,  etc.,  se  instaló  en  la  U n i^ 
versidad.  Algunos  con  la  Justicia  de  sus  saberes  dentíflcos,  y= 
otros  con  el  acompañamiento  político  o  personal.  Eram  los  t i e m -s 
pos  en  los  que  f stos  hombres  construían  una  Idea  del  régimen^ 
irás  cerrada,  mú^  i-Uegrista,  más  sectaria,  menos  liberal,  m e n o sz 
p'"f.re  trencí-  imaginativa,  que  el  juvenil  y  revolucionario  falan-'Si 
,  'í:mn  ñc  lo5  urtiversltarios  de  la  preguerra.  Ortega  o  UnamumOia 
r.  r-^Tf^'a, o  los  biólogos,  O  los  matemáticos,  tenían  que  estar  e ns 
l^"  'nfícrnos,  e  impusieron  otro  santoral  para  los  altares  inte-E 
f;ia!ís  y  político-?.  Las  antesalas  oficiales  y  la  función  púbioaE 
' 
s;* <>mpezaron  a  poblar  de  estos  hombres.  Algunos  han  prestadoE 
eminentes  servicios  al  Régimen,  andando  el  tiempo.  Otros 
.seE 
han  revelado  como  políticos  relevantes,  y  no  deben  estar  fueraE 
E 
de  la  cancha. 
Antonio  Fontán,  uno  de  los  grandes  beneficiarios  de  estosE 

OTRO  CARNET 

oculto,  estaba  un  joven  al  que 
la  muchacha  presentaba  como 
su  hermano.  Una  vez  dentro, 
ios  dos  demostraban  pertenecer 
a  una  familia  tan  unida  que 
coincidían 
sxis  deseos  de 
atracar  al 

-í'^'*, 

' 

~lllllll!!llllllllillllllllllllll|liil/!illllllllill|[llllllllllilllllllllllllllllllllllllllllllir 

i)etitorio 

Puede  pensarse  que  el  nacien 
te  carnet  se  ha  hecho  preciso 
ante  el  abrumador  número  de 
atracadores  que  se  disfrazaban 
de  turistas  menesterosos.  Cier 
tamente  se  han  dado  muchos 
casos  en,  que  el  huésped,  a  los 
pocos  kilómetros  de  recibir  asi 
lo  y  en  parajes  más  bien  soli 
tarios,  desvalijaba  a 
su  pro 
tector.  Hace  poco  se  descubrió 
'i,  per 
una  banda  en  A 
E!  auto 
fectamente  organ:  : 
i  ca 
movilista  veía  al 
rretera  a  una  he:m  ssa  criatura 
Sentada  y  most 
.g-
~, 
mento  del  musí" 
;.  m ¡re 
suponía  que  jun 
:  3J«  I  usía 
había  otro,  pero  l-p  que  no 
día 

Mucha  gente  se  pregunta  qué 
harían  los  "auto-stopistas"  an 
tes  de  la  invención  del  automó 
vil.  ¿Cómo 
lograrían  refrenar 
Su  vocación?  ¿Acaso  permane 
cían  al  borde  de 
las  cunetas, 
innióviles  y  con  los  ajos  distin 
tantes,  como  echando  de  me 
nos  algo,  reprimiendo  el  ade 
mán 
vigilando-
y 
Se 
los  pulgares?  ¿Quizá  al 
guno  Se  atrevió  a  insinuarle  la 
afortunada  coincidencia  de  ca 
minos  al  auriga  de  un 
lando? 
No  se  sabe.  Pero  el  "a  mi  que 
me  lleven"  ha  debido  de  exis 
tir  siempre,  aunque  esté  tenien 
do  su  apoteosis  en  nuestra  épo 
ca.  Tantos  auto-invitados  que 
acaban  de  conseguir  una  regla 
mentación  laboral  y  exhibírán,it*****,i?*i^^*i^>; 
de  aquí  en  adelante,  un  pasa-  >^ 
porte  internacional  que  les  acre- 
í 
ditará  como  legítimos  intrusos. 
Como  al  parecer  es  tan  hermo 
so  ser  Joven  ahora,  el  pasapor 
te  se  va  a  vender  en  todos'tos 
albergues  Juveniles  de  Europa, 
con  evidente  desprecio  para  los 
"auto-stopistás"  maduros,  qiue 
son  los  que  llevan  más  años  de 
trabajo. 

suponer  es  que,  un  poco 

i' 

en 
filántropo. 
Puede  pensarse,  digo,  que  el  . 

carnet  obedece  a  una  necesidad 
de  seguridad,  pero  no.  Obedece 
a  una  necesidad  de  carnets.  No 
estaiños  solo  en  "el  siglo  de  las 
siglas"  sino  en  el  de  los  car 
los  distintivos,  los  docu 
nets, 
mentos, 
los  carteles  de  solapa 
y  los  parches  adhesivos.  Es  una 
forma  modesta  de  la  "titulitis" 
y  una  piadosa  concesión  a  los 
que,  de  no  tener  muchos  car 
cosa 
nets,  no 

tendrían  otra 

Aquí  hemos  inventado  una  car 
la  tira  de  tarjetas  de 
tera  y 
crédito.  Pronto  inventaremos  el 
carnet  que  dé  derecho  a  meter 
en  nugstro  coche  al  que  tenga 
carnei  de  "áuto-stopista".  Y  no 
está  lejano  el  día  en  que  se  pi 
da  el  carnet  de  poeta  al  que 
quiera  hacer  versos  y,  sobre  i o 
do,  al  que  Haya  hecho  algunos 
poemas  buenos  sin  estar  titu 
lado.  En  cambio  no  se  exige  car 
net  de  bebedor  ni  de  comenta 
rista  político, 
lo  que  provoca 
desagradables  incidentes  en  los 
bares  y  agudas  neuralgias  en 
los 

lectores. 

Manuel Alcántara 

( P Y R E S A) 

„ - * • * • • * • * - • * >, 

LA 
COLMENA 

I l l l l i l i l l l l l i l l l l l l l l l l l l l l l l l i l l i l l l l l l I l l l l l l l l l l l l l l i l l l l l l l l l i l i l i l l l l l l l l l l l l l E l I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I S ü i l l l l l l l l l l i l l l l l l i i l l l l l l ll 

L  PENDULOl 

s: 

El  curioso  observador,  alpoistado  ante  la  refe 
rencia  del  Conseo  de  Ministros,  tiene  dos  temas 
para  elegir:  eil  ^ h a ra  y  la  reguJación  de  la  li 
bertad  de  reunión  sindical.  Sobre  el  primer  t e 
ma,  la  declaración  del  Gobierno  significa  que 
Esipaña  tiene  prisa  por  solucionar  el  problema 
¿Cómo?  En  la  línea  de  autodeterminación  pre 
sentadla  ante 
las  Naciones  Unidas.  ¿Cuándo? 
"En  el  plazo  más  breve  posible"  ¿Por  qué?  E n 
tre  otras  razones,  por  el  progresivo  deterioro  de 
la  situación.  España  —y  al  decir  "España"  se 
halbla  de  sU  Gobierno,  de  su  Ejército  y  posi-
bleimeinte  de  una  voluntad  popular  mayorita-
ria—  no  quiere  llevar  ©1  tema  a  una  situación  de 
enfrentaimiento  abierto. 

Dicho  esto,  lo  más  importante  de  la  declara-, 
ración  del  Gobierno  está  en  su  párrafo  final:  si 
circtinstamcias  ajenas  a  la  voluntad'  española 
dcimorasen  la  posibilidad  die  transferencia  de  s o 
beranía,  el  Gobierno  se  reserva  el  derecho  de 
precipitar  la  transmisión  dte  poderes.  Lo  que  e s 
tá  en  juego  ahora  mismo  no  es  una  negociación 
ni  un  sostenimiento  de  situaciones.  Es  la  elimi-
nacióin  del  problema  que  más  e r a d os  ocujw  en 
las  páginas  de  los  periódicos,  que  máJs  inquietu 
des  sembró  entre  la  población.  Es  el  fin  de  la 
presencia  española  en  aquel  arenal  donde 
los 
fosifatos  hicieron  de  sePpiente  tentadora  para  los 
vecinos.  Supongo  que  la  nota  significa  un  respi 
ro  para  los  españoles,  al  tiem|po  que  una  garan 
tía  para  los  nativos:  la  forma  de  transferencia 
de  smberanía  será  la  "que  mejor  convenga  a  sus 
hahitantes".  Pero  significa  también  algo  más: 
Por  vez  primera,  España  habla  de  "legítimias  as 
piraciones  de  países  interesados  ©n  la  zona".  En 
resumen,  el  Sahara,  nuestro  Sahara,  no  signifi 
cará  para  España  otro  sacrificio  que  el  d«  mar 
charse.  Un  hombre  del  pueblo  llano  podría  i n-
tei-pretar  que  una  sola  goita  de  sangre  vale  más 
que  una  tonelada  dé  fosfatos.  El  ministro>  H e 
rrera  Esteblam  hizo  bien  en  aclarar  que  la  pre 
sencia  emipresarial  en  Bu-Craa  será  lai  áe  una 
sociedad  de  intereses  en  un  pails  extranjero. 

ción  trabajadora  con  las  regulaciones  de  la  li 
bertad  de  sus  reuniones?  Fundamentallmente, 
una:  que,  si  las  cosas  marchan  según  el  i>ensa-
mlen,to  del  legi^ador,  ed  permiso  para  reunirse 
no  tendrá  que  ser  pedido  al  i>árroco,  sino  a  los 
representantes  sindicales. 

El  tUtimo  Consejo  decisorio,  en  pleno  nervio 
sismo  de  conflictos  de  orden  juiblico,  conjugó  un 
verbo:  Seguir.  Se  puede  comprobar  que  se  sigue 
conjuigando,  y  este  decreto  de  reuniones  es  otra 
consecuencia  del  manoseado  "esipíritu  del  12 
de  febrero".  Hay  un  avance  indudable:  gana  la 
flexibilidad,  y  se  eliminan  trámites  respecto  al 
reglamento  anterior.  Hay  también  una  timidez: 
a  muchos  —la  mí,  particulairmente—  l es  parece 
rán  largos  los  poderes  de  la  parte  económica 
a  la  hora  de  autorizar  una  reunfón.  A  la  hora 
del  balance,  sería  bastante  éxito  que  el  nuevo 
decreto  llevase  a  más  obreros  a  los  locales  sin-
diéales  y  de  empresa  que,  a  los  destinados  a  la 
oración. 

Está  claro  que  la  interpretación  política  es 
una  cuestión  de  actitudes.  Los  ülitimos  neses 
lo  habían  demostrado, 
de  exlpresióm  ptiblica 
poro  don  Leopoldo  Stamlpa 
lo  ruibricó  ayer 
cuando  dijo  en  Murcia  ique  los  causes  de  parti-
c i t ) a c i^  son  suficientes. 
líder 
"Anepista",  lo  que  hace  falta  no  es  una  refor 
ma  constitucional,  sino  una  reforma  sociológi 
ca.  Hay  novedades,  pues,  en  él  diálogo. 

A  juicio  del 

En  el  panoramia  se  ven  a  veces  datos  desco-
razonadores.  ¿Está  la  juventud  con  eü  marco 
asociativo?  En  Un  reciente  coloquio  en  el  Co 
legio  Mayor  "Francisco  Franco",  el  modera 
dor,  José  Cavero,  preguntó  cuantos  asistentes 
Se  apuntarian  a  una  asociación.  De  los  150  que 
escudhaban,  sólo  dos  itespondieiron  que  sí.  A 
eslte  nuevo  esfuerzo  de  democracia  le  falta  t o 
davía  el  complemento  de  la  difusión.  Pese  a  ia 
labor  d©  los  peri'ódicos,  las  asocüaciones  si 
guen  siendo  las  grandels  desconocidas.  (Pyresa). 

¿Y  qué  sorpresa  le  aguarda  a  nuestra  pobla 

FERNANDO  ONEGA 

1 

Con  sigilo  y  sabiduría,  ©1  Gobierno  pisó 
en  los  últimos  días  las  arenas  del  Saha 
ra.  Algunos  directores  generales  no 
se 
enteraron  hasta  anoche.  Esta  modesta 

columna  glosó  hace  días  la  asombrosa  capaci 
dad  de  Francisco  Franco  para  llegar  con  p u n 
tualidad  a  lias  citas  de  la  historia,  de  Hitler  a 
Gerald  Ford.  Según  se  aventuró,  la  "alta  lec 
ción  de  política  y  patriotismo"  ha  sido  dicta-» 
da  con  clarividencia  y  el  i)ais  entero  habrá  r e -. 
frendado  hoy  —^tras  tantos  años  de  generosi 
dad  y  prudencia  en  el  Sahara  —di  orillamiento 
de  una  zona  tan  pantanosa.  Dentro  de  lo  pre 
visible,  el  comienzo  de  una  evacuación  podría 
producirse  dentro  de  unos  días. 

2 Algún  día  se  escribirá  el  "Libro  de  Fa 

milia"  del  asociacionismo,  y  se  verá  que 
el  comedor  de  Castellana,  3,  fue 
hace 
más  de  un  año  ctímo  la  casa-cuna  de  va 

rias  estirpes  políticas  del  futufo.  Juraría  que 
"comer  con  el  presidente"  fue  Un  plagio  de 
Giscard,  que,  unos  meses  después  se  asomó  por 
enclmla  del  hombro  de  los  Pirineos  y  de  Arias. 
La  única  diferencia  es  que  Arias  Navarro  no 
llama  a  "Franco  Soir".  Creo  que  muchas  eti 
quetas  periodísticas,  muchos  esquemas  carica 
turescos  y  muchos  equipajes  atribuidos  en  este 
país  a  plartlr  del  "gironazo",  habrán  sal'tado 
ayer  por  los  aires,  desde  el  momento  en  que 
los  camareros  sirvieron  los  consomés  —si  es 
qu©  se  tomó  consomé—  en  el  comedor  del  Con 
sejo  Nacional  a  Arias  Navarro,  García  Hernán 
dez,  Herrero  Tejedor,  Herrera  Esteban  y  Girón 
de  Velasco,  sentados  en  la  misma  mesa. 

Lo  que  ocurre  es  que  l os  grandes  movimien 
tos  tácticos  en  este  pais,  son  como  las  m a n i 
obras  de  la  OTAN,  conviene  verias  con  pris 
máticos.  La  gran  carrera  hacia  noviembre,  el 
mes  de  las  urnas  en  flor,  ha  comenzado:  ayer, 
en  Barcelona,  treinta  cabezas  de  serie  de  la  vi 
da  catalana  se  reunieron  en  i o mo  a  la  joven 
hoguera  de  "Unión  del  Pueblo  Estpañwl".  Seria 
como  fusionar  el  Tigris  y  ©1 Eufrates,  el  Real  y 
el  Atlético,  pero  lo  que  priva  a  1  aemociona-
da  clase  política,  es  la  aleación  —^ya  desmedi 
da— 
de  dos  gigantescos  embalses  electorales, 
representados  por  los  señores  Silva  Muñoz  y 
Pinilla,  en  lOi que  podría  llamai'  —Jmecachis,  qué 
pena—  ©1  "Pacto  del  petróleo".  En  fin:  por  si 
interesa  como  ideólogo  a  alguna  asociación  sin 
desflorar,  se  advierte  al  personal  que  anda  por 
Madrid  Sstanley  G.  Payne,  el  más  completo 
historiador  —de  fuerla—  del  Régimen.  Me  han 
dicho  que  está  como  alucinado  viendo  el  es 
pectáculo  y  el  nuevo  planetario.  S©  ha  asoma 
do  al  balcón  del  hotel  y  ha  decidido  dar  u na 

conferencia  en  Londres—  nos  esta  bien  e m 
p l e a d o^  sobre  "Las  derechafe  españolas"  que 
iban  por  el  mont©  solas,  etc.  etc.  etc.... 

3 

Si  es  que,  palabra,  con  lo  del  "Directí 
imposi 
simo"  los  viernes  se  pone  esto 
ble: 
llega  Felipe,  come,  habla  y  se  vuel 
ve  a  marchar  con  el  pasaporte  tan  mi 
lagrosamente  intacto  comio  una  doncella  entre 
las  zarzas  Llega  Jacques  Trudeau,  enviado  es-
I>ecial  de  'la  UGT  francesa  a  ver  qvtó  se  puede 
hacer  para  que  los  obreros  de  Valladolid  no 
colaboren,  hombre,  en  la  fabricación  de  piezas 
para  los  "Mlrages".  Y  cualquier  día  va  a  lle 
gar  —^ya  le  gustaría,  ya—  el  director  de  la  Bie 
nal  de  Venecia,  Cario  Rlpa  di  Meana  quien, 
como  ya  se  contó  aquí  misimo,  nos  ha 
dicho 
que  en  su  Bienal  no  volveremos  a  entrar,  por 
estas,  mientras  nO  seamos  demóloratas  y  que 
habrá  que  pasar  por  encinm  d©  su  cadáver. 
Bueno,  pues  el  caso  es  que  Di  Meana,  comO'  su 
propio  apellido  indica,  recibe  mil  millones  de 
liras  del  Gobierno  italiano  piara  la  Bienal.  Que 
Esipaña  tiene  allí  su  pabellón,  que  a  ver 
que 
Meana  se  lo  toca.  Y  qu©  dentro  de  unos  días  se 
reunirán  los  28  países  d©  la  "mostra"  y  deci 
dirán  o  Di  Meana  c on  perdón  o  Esjpaña. 

Ocurre  algo  más:  sospechoso  que  el  Alto 
Estado  Mayor  de  Cruz  Martínez  Esteruelas  va 
a  repoblar  culturalmente  zonas  extranjeras  de-
séíticas.  Un  intercambio  cultural  "total"  entre 
la  URSS  y  España  está  —creo—  a  punto  de 
negociarse.  Y  dos  nuevos  enclaives  universi 
tarios  van  a  siituairse  para  mucho  más  que  pa 
ra  dar  unos'  cursos  de  verano:  la  Universidad 
hispano  -  árabe,  en  Almena  y  la  hispano  -  ale 
mana  en  zona  levantina.  Algo  niás  va  a  pasaír: 
provinlcia  a  provincia,  educación  va  a  levantar, 
a  través  de  l as  diputaciones  ©I  gran  inventario  i 
artístico  nacional.  Incltíyendo,  por  supuesto,  e n' 
el  catálogo  l as  pertenenicias  —ay—  de  nuestra 
Santa  Madre  la  Iglesia  Católica. 

No  sé  si  se  ha  dicho  alguna  vez  que  todo  es 
posible  en  Granada.  Una  empresta  andaluza  en 
apuros  —suspensión  de  pagos—  ha  recorrido 
el  prestigioso  ntuesDrario  de  grandes  abogados 
de  este  pais,  y  ha  reparado  en  un  ejemplar  asil 
vestrado:  "Tono"  García  Trevijano,  especialis 
ta,  como  se  sabe,  en  innmoblliarias.  Alzó  la  voz 
y  lia  minulta  el  ex-notario  de  Jarandina  y  dijo 
que  por  m e n os  d©  25  millones,  nada.  La  canti 
dad  va  a  ser  entregada,  a  título  simtoólico,  en 
billetes  dé  curso  legal,  j>ero  como  en  el  ramo 
de  electrodomésticos:  con  rebaja,  a  plazos  y  aJ 
torero  grito  ¡¡mu-oha-oho...!!  (Pyresa). 

PEDRO  RODRÍGUEZ 

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(c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria.