1975-05-30.EL ECO D CANARIAS.LA COLMENA
Publicado: 1975-05-30 · Medio: EL ECO D CANARIAS
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Página le - EL ECO DE CANARIAS LAS PALMAS IDE GíRAN CANARIA, Viernes, 30 de Mayo de 1975 iiiiiiiiiiiiüsiiüiiiiio .^nijiiiiniieiiitiiiiniiiiiiiii üiiuiiiuiíimiiiiiiiiiiiiiiiii i iimTlmtiiiiiiiiiiiiiiMniiiiiix •> = ¡ ' • • • « ^ • • • • • • • • • « • • • • • • • • • • • •1 iMüS'aBOaBBBIM'B'aai ' • • • • • • • • • • • • « « • • • • • « • •H • • « • • • • • • • « • • • •I • • « « • • • • • • • • • i ii • • ! • • • •" LA COLMENA I »::: ESSSS *SS!S • • • » K : : : : . : : : : : :: • • • « • • • « • • • • Bl 1Bueno, rmr^ usted: cuestión Ford. Afluí, en este pais, niodiestia aparte, como nos pon gamos en piígn duro, le helainos la san gre 4 Humphrey Bogart y a Kddde Cons- tanti'ne. Como es bien sabido, el señor Hitlet prefería que le sacaran todas las muelas de la boca. Encima, aihora, tenemos a Cortina MSMTÍ que es como un caballero del Greco y cuya sola e ilustre visión provoca espasmos en las mejo res cancillerías. Así ique: 1) de reserva esiriri- tual, nada. 2) de vendemos ©1 biwro y colocar nos niñcs sudvietnamitas vacunados, olvídese usted. 3) remember, picase, mister Ford, que estamos guardando la puerta de Portugal y que esE es un tema cotizablE y no previsto en Jas anteriores —ay— recepciones —ay— triunfales —ay— a Nixon —áy— Eisenhower. De manera que esto se sabe: que, a partir idel sábado, $c nos va a poner cara de poker, retrantea galateai y linca dura. Que nos van a tener que enauC»- rar vamos. Con un .dato marginal: los m l ^ n i e- ros de «CÍA España» han presentado un balaUce c'esolador y la central —^inteligentemente— bá tirado suavemente de las orejas por una de las ejecutcrias europeas menos brillantes —a IMos gracjas— que se conoce. Quiere decirse que tln a'lirafsafcs político —^intemacionalmente hablan do— e costaría a Ford —<íerald^ un ojo dd Pentágono. Entonces, mientras tos más expertos fian- cólogos americanos no dnermen inclinados so bre la Blbliía política'española, se me (ha ocu rrido repasar un texto del Jefe del Estado espa ñol. Esatba hablando con un periodista extran jero, hace unos años en Meiiás, y le dijo esto: «España no tiene necesidad de la OTAN,' pero sí la OTAN tiene algún día necesidad de Espa ña, los ayudaremos». No sé si he aventurado alguna vez que el Caudillo no usa reloj... 2 Sensible como una clepsidra, la dase po lítica que había cancelado sus suscrlp^o- nes a «Le Monde» para darse dé alta en «La Libre Belgique», ha decidido leer «Al Mulharrid», brioso rotativo marroquí, como su propio nombre indica. «Al Muharrld» es una es pecie de «kamasutra» político que ofrece a la sufrida dase política indígena —a la de aiqui— ,íium,erpsos. orgiásticos. Por ejemplo: ayer, en un comuríicadoT el Ejército de Liberación y el Cop sejo de Resistencia marroquíes— o sea, los ex combatientes que lucharon por la independen cia, hastia 1956, han pedido al poder ima «movi lización popular» para entrar en territorio ar gelino. Como muy bien «aben los camareros de «Mayte Comodore», Marruecos y Argelia podrían enseñarse las uñas de un momento a otro. Ade más, leyendo «Al Muharrid» la dase política es pañola tiene la oportunidad de asistir, como en una pelícvfla de «Tom y JecTy», a la sorprenden te actitud de su majestad Hassan, quien tras meses de repetir a voz en grito: «¡Fuera, Espa ña!», exclama ahora angustiadamente: «i^ero dónde van ustedes?, no se vayan, por fevcn-»... Lo que pasa es que la clase política contem pla, emodonada, el tdegrama de Norodón Si- hanuk a Carlos Hugo —«nuestra victoria es tam bien la suya»—, contabilizada «Poiisarios» ctel interior; medita sobre el telegrama de Pablo VI al sacerdote Erguida, e im>i>etra al Cielo por un feliz regreso a su diócesis dd abogado Infan tes Florido —en la actualidad, ejerciendo como obispo de Canarias— y que, cual venerable mar tillo de infieles, para celebrar d Aña SantQ de la recondiliaclón, ha deddido piivar a la pro cesión dd Corpus Christi de la presencia del se ñor gobernador dvil, en uno de los más apostó licos berrinohes que recuerda la Santa Madre Iglesia desde que Gregorio VII oltUgó a Enrique IV a cubrirse de oeniza en Canossa, y a perma necer siete días en la nieve, a pan y agua. No es por incordiar a la sufrida oposidón in terior —formada de 19 de fondo— que bastante tiene con no Imblarse de mesa a mesa, i>ero tal que ayer los abajos firmantes han llevado a la embajada USA y a la prensa extranjera un co municado —^ya empezamos— en el qué se pide —I am sorry-r- que mister Ford no jrfse sudo español. De ustedes Rectísimos, la llamada Fe- deradón Popular Democráti<^ —Gil Robles—, la llamada Izquierda Demócrata Cristiana —Ruiz- gimenezoa—, el llamado partido nadonalista iras co, el llamado PSOE, la llamada UGT y la lla mada USDE, ruldruejista, como su propio nom bre indica. 3 Cual una mamacona inca, d admirable :: letrado Uspano «Tono» García Trevijano, E Iba sufrido en 48 horas dos dotorosos des- E floramientos públicos. Al igual que Car- E men SevUIa llegó virgen al matrimonio —según E púbHca confesión— d señor García Trevijano E ostentaba dos difídles récords: no perder jamás g un pleito —según él— y «liaoer provincias» dan- g do el mitin sin dttda una mal^ multa, tras el ^ revolcón de la Magistratura, ayer, —el día que s perdí aquello— el Gobierno Oi^I de Alicante 5 ha roto la flor democrática de «Trevl Calzaslar- ~ gas > con cien nril pesetas de sanción, E ., ,.,-y,,fs„q"e hay im...Msi^i^siJm:Mman.........s!' diplomáticos de nuestro admirado eamai¡a,úot s en Viena han dado su primer fruto público: un S semental de 710 kHos ba sido entregado por el E estado austiiaOo a este p ^ s, para estrechar los E destinos ihípicos y conservar la honda tradidón s equina de ambos pueblos. Con tan generosa en- = trega las rdadones austroespañolas han queda- = do sumidas en troyanos genéticos de cordiali- — S dad... laaaaiaBBBBMi Pedro RODRÍGUEZ EL PÉNDULO i:;:: ;i::iSi:¡:::iiiiii«i>i>iii>i«-->"< • • • • •• • • • •• • • * ! •! ! S ! ! ! S! ¡Qué tiempos! Creíamos que había pasado la fiebre de la retirada de pasap<HH«s, pero las páginas de los jjerlódicos aún siguen trayendo alguna notida de negativas para renovarlo. Veintiuna personas, encabezadas pOr d letrado señar Peces-Barba son reteiüdas en Valládolid. Los incondldonales de don Enrique Tierno se reúnen en «mesas separadas» para hacer posi ble con una astuda funcional lo que derribó el permiso gubernativo. El sodatísmo ilegal pare ce como si quisiera dar la razón a don Femando Suárez, cuando dijo qUe unas docenas de per sonas desean ingresar en Caralxanohd para ob- tentar en el futuro la credencial de haber pasa- sado por las «cárceles franquistas», y lanzan a! ruedo de la estadística que 31 de sus miembros están rprcfcesados actualmente tiempos! ¿Están los políticos dé la periferia dd poder de mandados o se carece de recursos para que se puedan manifestar? Emilio Romero pidió desdo estas páginas algo, alguna nonna, para que no se produjese cJ espectáculo diario de suspensio nes y prohibiciones. Esa norma, bien se ve, si gue sin llegar. ¡Qué Pese a ello, lo cierto es que el español que ví'cne al mundo no tiene nMtdio dónde elegir c- (1 "^tjectáculo del orden público es notida (''íira ¡Tiadiacona, morbosa, terca como una -pe- 'T?!ila, Jos grupos i>01íticos qtie actúan no ofre- r n nada para escoger. Él ver las masas sepa radas podrá entristecernos, pero, ¿Qué dedr cuando comprobamos que ios líderes dd car lismo ilegal lanzan, como gran triunfo, los cru ces de telegranias con Norodon Sihanuk? ¿Qué pensar cuandoi tos universitarios de la contes tación ondean en Madrid la bandera dd F. Po- lisarlo Esto no es un desmadre. Esto es un festival folklórico o una juerga de Club en no che de borrachera donde, xmestos a votar, ha bría que votar a Pómpoff y Teddy. Natur^mente, no todo va por esos cauces. El grupo parlamentario en el que iniMtan des de Meliá a Eduardo Navarro, y desde Sánchez de León a Ortí Bordas, continúa actuando. No están reconoddos los grujios en Las Cortes, pe ro ellos trabajan y su segunda «gran operadón» será la interpelación al Gobierno sobre políti ca exterior. Dos cosas demostraron hasta ^ho ra: la primera, que la existencia de estes gru pos organizados en la Cámara no es tan n o d- va como hasta ahora se nos había pintado. Se gunda, que la cuestión es comenzar a andar, y que la legalidad —dentro de Un oréfín— todavía; I>ermite ciertas éxpresioiws públicas. Segura mente, lo que hace falta es someterse a las re reglas dd juego. El profesor Fúeyo acabe de dedr en la «Semana de Leyes iFúñdamentales» que -«el Estado tiene la obUgadón de defender se». El tono conflictivo de la vida laboral bajo su temperatura. ¿A qué se debe? ¿A una pausa de primavera? ¿A que los grupos Indtantes ha cen una tregua hasta junio? ¿A que el ambiente se pacifica de ciara a las décdmies? Todo, y na da de eso puede ocurrí. Lo único cierto es que la parcial calnm no se debe todavía al decreto de conflictividad lalKiral, qué sólo hoy ~-día Na cional de Oaridad— entra en vigor. Lo más se rio que se ha dicho sobr eeste tema,,lo acaba de apuntar José Antonio (Mrón: «Rechazo la hudga, porque creo que el trabajador no tiene IKW qué luchar a sangre y fuego por lo que es suyo». Esto pensábamos también al leerlo, por ejemplo,, los mandatos, d d, Fuero dd Trabajo. Con otras Leyes en 1* mano, esos de propiedad no están tan daros, euiíque nos duela. Si seguimos siendo o no la reserva espiritual de Occidente, lo dicen las estadísticas. En nues tras rdadones económicas con la OCDE nos irá muy mal, pero —^toma EMr^>al— tenemos el ¿mayor Índice de natalidad de ios países miem bros. Exportar no exportamos, pero... la espa ñola cuando besa es que besa de verdad. Fernando ONEGA = iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiini iiiiiiiiiiiiii 1 11 iiiiiiiiiiiiiiiiHiiiiiltiiimiiiiiiiiiiíí (c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. NUESTRA JUVENTUD hr EL FUTURO ESPAÑOL perfeccionamiento, entregándo se, noble y abiertamente, como le corresponde a su propia na turaleza, exenta de bajezas, a una participación cada vez más limipcia en sus ttnainLifie'atfaiKloinba politicas, culturalles; sociales, ganándose con su Integridad el deredio a estructurar ese futu ro que ya es pletórlco de jus ticia y de auténtica libertad a que aspiran su rebeldía, tendrá tales acentos de autenticidad que difícilmente nadie pueda oponérsele con posibilidades de frustraoción. Negar el pasado y rechazar de plano el presente es negarsie asimismo en cuanto realidad constructiva; es más, tales ne gaciones, en el fondo, no llevan tm propósito de justicia, sino un inconfesable dieseo de destruc ción y revandiismo de los que la Juventud sería su propia víc tima como instrumento de quie nes aspiran, para su lucro, a si tuaciones limite, manipulacio nes interesadas y perniciosas. En el presiente y en el futuro nuestra Juventud tiene su carta de juego. Nadie podrá negarle el deredho de conquista de un orden de Justicia social, de un clima (Je digna convivencia, de una estructuración política de directa participación del pueblo, de una extensión de la cultura a todos los estamentos sociales, de una libertad que garantice la libertad de todos dentro die un Estado auténtica^nente de de recho, de una más justa distri bución de la riqueza a través de un perfeccionamiento de la vi da económica y de la relación capital-trabajo derivado de un concepto verdadero de libre mercado, de una libertad reli giosa que autentifique la con ciencia de los hombres, de un reconocimiento, sin limitacio nes, de la Igualdad de derechos femeninos, "pasando de una so ciedad cerrada y compartimen- tada por la desigualdad y los pr¡iv';!l:ei!?'io6 ;?• citira mhie'vía,. ilnlCefr- oomunicada, asentada sobre la participación democrática en la igualdad de oportunidades. Una sociedad bien estructurada no puede repartir las responsabili dades ni las tareas -tle 'clfrección con arreglo a una desigualdad de origen: tiene que hacerlo con arreglo a las capacidades para asumirlas y el espíritu de en trega para servirlas. Estamos y estaremos siempre contra todo sistema que distribuya las opor tunidades en función de heren cia o de clase. Queremos una sociedad en la que cada hombre valga por sí mismo, desarrolle sus potencialidades personales y obtenga las oportiuiidades que merezca por su esfnerzo y de dicación al trabajo». Y, en fin, de todo cuanto a partir del pre- ]gente pueda ser perfeccionado. Y en este sentido, nadie como nosotros, ios que fuimos acto res de la guerra española, para alentar a nuestra juventud en esos afanes y propósitos que hemos anunciado y que, enten demos, son los fundamentos de su legitimidad participatlva. El futuro es de la juventud. Es este un fenómeno biológico al que ningima generación pue de escapar, pero ese futuro, his tóricamente hablando, parte de la realidad política en la que todos, jóvenes o no, estamos ín sitos, y puesto que todos de esa realidad p ar ticipamos, nadie puede hacer tabla rasa, ni aun en nombre de la rebeldía jiuve- nil, del orden establecido, sin provocar, inevitablemente, la tragedia. Nuestra pasada gue rra civil es claro ejemplo que no podemos olvidar si de veras queremos construir un futuro sobresaltos y verdadera sin mente perfeccionador del pre ' sente. En esta hora en que el por venir puede adivinarse, yo me permito hacer un llamamiento lleno de cordialidad, pero tam bién no exento de inquietud, a la conciencia de nuestros jóve nes. Este llamamiento invoca la responsabilidad, el patriotismo, el afán de superación, la cordu ra, el noble hacer del espíritu juvenil, para que, sin divisiones fratricidas pero con pluralidad armoniosa de criterios, ese por venir no sea lUna realidad disol vente y negativa de todo cuanto hasta hoy, en bien de todos se ha logrado. Y estoy seguro de que nuestra juventud sabrá ha cer honor a su responsabilidad histórica y al patriotismo que, con sacrificio de sus mayores ha recibido. Creemos en una juventud dis puesta a poner en juego su vi da por nobles ideales, porque sabemos que la juventud es idealista, generosa y entusiasta. Su vitalidad, su rebosante ener gía busca, buUente y sonora, • -oportunidad de presencia; de' orear su propia circunstancia. Creemos en la juventud co mo única fuerza creadora, y creemos en la juventud de la que ya José Antonio había di cho era la única ^ fuerza capaz de edificar, por sí misma, la España entera y armoniosa que nos falta. Herme Artiles Navarro *^L#^^;^^^^j|f j^;|f ^|tj|^j|^j|^^j^^f^^^p^^^^^^^^^;^:,t^^^^^)^^ ^ if J l^ * * ¥ ^ * *í Un año más celebra la Orga nización Juvenil Española, con variados actos, el día de su Pa trono San Femando. Para los que dentro de esa Organización tuvimos un inol vidable quehacer, no podemos soslayas esta efemérides, y, des de esta pequeña atalaya de mi personal y modestísima acción política, hoy dedicamos unas también modestísimas líneas a nuestra entrañable juventud. Presuntuoso, difícil y compro metido es hablar para mañana cuando, precisamente, carece mos de ese qui ddivino que Dios concede a sus elegidos. Creemos un tópico afirmar que el futuro de España corres ponde a la juventud. Pero ese tópico es, sin embargo, una rea lidad insoslayable a la que de bemos prestar, en el presente, pictórico de posibilidades pero también de acuciantes situacio nes, toda la atención que el ca so merece. La juventud eS inconformis- ta, rebelde, aspira a crear por sí y para sí el mundo en que se asienta y, muchas veces, sin te ner en cuenta que esa realidd que se le ofrece y en la que la jtrventud está ínsita, ha sido forjada, a través de los años, I)or generaciones que, en mayor o menor armonía entre ellas, hicieron presente y crearon, históricamente, pasado, para que en ellos se asentara el hoy, con razón o sin ella, ciertamente In cómodo para nuestros jóvenes. Uno se pregunta ¿hasta qué punto esa incomodidad es legí tima? Pero para responderse habríamos de situarnos en los condicionantes vitales, sociales y políticos de nuestra propia Juventud y su particular circuns inme tancia. La conserii",ncia diata es este !inpT^->^T=le exis- tencial retroce'='.n. e^ nne nues tra rebeldía, n'-^j^tr- -nc^nfor- mismo, nuestro r^'-^—'-nr-i^-^ con tra aquel preKfni-c í-^e infinita mente superior " 1^ nuí! hoy plantean nuestro" «'«—nes v por ahí podemos, r" r'^rto modo, comprenderlos h^-r. Digo en cierto •r^,^r>.n porque «^.MÍ estas circun-ít-n^i''''. del pre- - íente son las de -'-"- ni las exi gencias son laF r-'-^ns en or den a todos los ''-'^"'^tos de la vida social tieír"-! "crecido al guno con el r^'-'^'^o. roto en guerra civil en jnlio del trein- tlseis. I Aquel total aoto ri^ rebeldía en una juventud diviriida, pero gloriosamente aobuants. permi tieron, casi cuarenta años des pués, ofrecer este presente ple- tórico de realidades y conquis tas de todo orden que nuestra juventud disfruta. Comprendemos que, por muy cómodo que este presente sea, no satisfaga el afán de parti- oilpateión 'ifi^iva y 'orelaldicina qpe la juventud de hoy siente como también necesidad vital, pero es justo señalar que no es me diante actos puramente negati vos y disolventes artificialmen te de la realidad como esa par ticipación pueda realizarse. Si este presente no ofrece, como el pasado, perspectivas de crea ción y sí en cambio cierto po- slbilitismo de cambio de estruc turas 'políticas conducent°c a una práctica y conceptos de li bertad y participaoión distintos de los que el presente ofrece, no se olvide que, sin las con quistas de la juventud logradas por la juventud de ayer esto no sería posible. Entendemos qtie la juventud debe justipreciar cuanto posee y que le ha sido generosamente idlaidO ipioar quienes EiacriifioaTon su propia vida para que su re beldía tenga van signo positivo y no de mera traición a ouanto sus padres hicieran. Perfeccionar no es destruir; participar no es excluir; crear futuro no es hader tabla rasa del presente; ambicionar no es pisotear el sagrado depósito de los mayores. juventud Bajo estas afirmaciones, a corresponde nuestra exigir su activa preálencia en el acontecer de cada día, no como instrumento, rectoría que no excluye el reco nocimiento de cuanto otros, con sacrificio, han creado y que hoy permiten esa liebeldía asen tada sobre comodidaes. sino como una No podemos comprender que una juventud responsable pueda entregarse a la tarea violenta de diesgarrar la unidad de la Patria con nacionalismos trasnochados y sin posible futuro. No pode- «niots adimiiitir qiue uina iiwlven'tiu'd consciente de lo aue fue y lo aue hoy es la reaJidad de Espa ña se lance por caminos políti- creando nuevas circunstancias fratricidas. No podemos reco nocer en la juventud un dere cho a la anarquía y al despilfa rro de sus propias posibilidades dentro del conflexto en que vivi mos. En cambio, sí creernos en una juventud que superándose día a día en sus actividades, llenán dose de contenidos ideales de LEA VD. WN DEPORTE