1975-10-10.EL ECO D CANARIAS.LA COLMENA
Publicado: 1975-10-10 · Medio: EL ECO D CANARIAS
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LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, Viernes, 10 de octubre de 1975 et ECO DE CANARIAS — Página 17 jjiiiiiiit iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiirimiiiiiimiiiiiiiiiiiiiiiii'iNiiiiiimiiimiiiiii iiiiiiiiiii IÍIIIIIIIIÍIIIIIÍIMIIIÍIJ!. LA COLMENA ¡t:: • • ai • • •i • • >• isa • • •i K:: = •_ •• ^ =; ^ = < • • • • • • • • • • • • • • • • « • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • > • • • • > • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • « • •. ! > • • • • * ! • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • # • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ' • • * • • • • • • • " • • • • • • • • • • • • • • •• . ' • • • • ¿ • • • • « ¡ • « • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • " • • • • • • • • • " • • • • • • • • • • ' • • * * " " * * *< *¡ s! CÜ! E 1 A lo me¡or, lo que necesita este viejo po s —quizó, si: lo Lola Gaos de Borou sea Es paña— es un gran sicoanólisis. Relajarse, se urgentemente a convivir darse y aprender con lo sorpresa y el «nuevo orden». Me dice un po lítico: «Hace meses escudriñamos al Gobierno. Hace semanas, al Régimen. Hoce días, al Estado». Bien. ¿Pero que está haciendo el Gobierno ante el hura cán europeo? Yo diría que jugar el «cerrojo» en los «córners», al «offside», en los contraataques, y o! •taque comercial. Ahí está el fragor de la batalla desde hace unas horas. Sospecho que las grandes empresas europeas con intereses aquí han comen zado a pedir árnica y se han ido a sus embajadores. la Los embajadores han comenzado o repicar en puerta del Gabinete Arias. Porque es lo que decía Marifé de Triano: «Toito te lo consiento, menos que me toques el dinero». Por lo pronto, en buques ren tados y paralizados, ganamos por goleada: hemos actuado sobre S4 barcos contra 16 de bandera espa ñola. No es que vayamos o declarar el terrorismo co mercial y a enviar «barbouzes» económicos a las multinacionales, pero el queso holandés —por ejem plo— haría bien en tensarse la ropa. Y el prefecto Monfraix de los Pirineos atlánticos acaba de decir que el negocio —de hoteles— es el negocio, que no están dispuestos a «cortar los puentes con España» y que desde hace días no venden una escoba. Hay numeritos tan divertidos como el de «reso», un «tour óperator» propiedad de los sindicatos suecos que contrató unas cuentas camas en Canarias, que se iban a pique sin vender una rosco y que se han puasto el frente del «boicot» contra España. Bueno, pues se me ocurre avisar una cosa y el que avisa no e<; traidor: Sí, por una casualidad, en los próxi mos días, el ministro Cerón se levantase con el ge nio puesto y el pantalón a cuadros —y creo que Cerón da un puñetazo en lo mesa de vez en cuan do— a Olof Palme no le van a llenar todas las hu chas —incluidas los multinacionales— de Suecia. Sospecho algo más: entre hoy y mañana, Ma drid —y, luego, todo el país— va a conocer una cam paña— espontánea, por supuesto, incontrolable, por supuesto, popular, por supuesto— con el siguiente «slogan»: «No compres a quien nos insulta, compra español...». 2 De acuerdo: el país, de momento, ha ator nillado en la ventanilla la chapita de «es pe ligroso asomarse al exterior». Ocho miembros de la «ETA» recorren Europa haciendo relaciones públicas, los comités de defen sa de la revolución de Cuba han empezado a tirar algunas piedras sobre nuestro tejado. Pero hay quienes se están ganando a pulso quince días de va caciones en la Costa del Sol. El presidente de la «Unesco» —el senegalés Amadou Moktar— ha avi sado que funcionario que salga a manifestarse con tra España, funcionario que se ve de patitos en la calle. Y, luego pues tenemos a Sara Montiel. Sara está en Méjico lindo y querido. Como se sabe el dio que nació Sara nacieron todas las flores democráti cas. Sara ha sido profundamente presionada en Mé jico. A López Rodó también lo presionaron los me jicanos hace un par de años, pero López Rodó pre senta evidentes diferencias —algunas de relieve— con Sara Montiel, que resiste, según parece, mucho menos a las presiones profundas. La noche en que a Echeverría le cantaban «Las mañanitas» y «todo se le iba en puro tomar», Sara salió a la pista de la «bolte». Se le pedia una definición, Sara tragó sa livo, sacó —obvlemente— el pecho y en un alarde de alta carrera diplomática hizo su única y definitiva aclaración: «Estoy tan triste como el Papa». O sea: cucurrucú, paloma. Prácticamente, a la misma hora, se producía una baja en la lista de españoles con honor. Ante doce nas de periodistas, luego en la Televisión, más tarde ante sus «fans», José Monuel Serrat —tu nombre, Juan, me sabía a hierba— aplaudía públicamente los escupitajos antiespañoles de Echeverría, Insultaba gravemente al Jefe del Estado de su país —¿por qué, Juá, por qué?— y antes de empezar sus nueve recitales invitaba a todos a «luchar para acabar con un régimen totalitario». Sospecho que en las emiso ras españolas comenzará muy pronto un larguísimo minuto de silencio por el trovador de una generación a la que acaba de romper algo mós que unos dis cos. 3 Supongo que algunas bridas y algunos cal mantes liobró que aplicar, ya. Por ejemplo: a) al «sow» de las cartas, declaraciones, pan cartas y telegromas de muchos extranjeros, instoiados en nuestra Infraestructura, y que abjuren, entre delirios chauvinistas indígenas, de sus gobier nos. Supongo que nos merecemos algo más sólido, b) A los ultraderechistas que han implantado el te rrorismo telefónico con corresponsales extranjeros y gente libre pensadora y decente, nacional, c) A los expendedores del rumor barato, absurdo, catastrófi co y demencial, que asta moñona se frotan las ma nos porque el Gobierno se reúne —con todo norma- Udod y serenidad— en Castellano, 3. De todas formas, las emociones se suceden: den tro de las posibilidades —puramente teóricas— del - fófló lüríflíco sobré lóS r'ecursós iía\ Wñrtb MHixIS; que se dilucidará el día 24 de noviembre, esto Itt-' resurrección de enlrp los muertos del viejo periódico. Técnicamente, en pura hipótesis, el nuevo «Madrid» podría ser controlado por «Tono» García Trevijano, especialista, como se sobe, en demoliciones, juntas y democracias... P e d ro R o d r í g u ez • • • • • • • • • • • « • • • •I • • • • • • • • • • • • • i a a u. •••aaMaaaaaaaaBki « • • • • • • • • •I aaBaafcar--"™—• • M B aí EL PÉNDULO iaaaa "^ 1 i O!» S ^•••ii • • « • • • • • • • • • •I • • ¡ • •I '•••••••••aaai Ante LA NOVEDAD. — Franco, naturalmente, hace po- lítica de Estado. Por eso, cuando habla, nadie puj- . de buscar en sus palabras oigo que se quede más acó del concepto «patrio», del concepto «España» o dal concspto «Unidad». Sin embargo, lo gran nove- dad del día es que Franco recibía por primera vez a una asociación política, y por primera vez les ho- biabo, con toda la novedad que tiene lo fórmula, y unte un temo sobre el que el Jefe del Estado sólo se había pronunciado en su mensaje de Fin de. Año a! pueblo español. cho tiempo en ser borrado del mapa, pese a los «basta» de letra Impresa. Vistos los acontecimientos de cada día, la pregunta «¿hasta cuándo?», debí quedarse rigurosamente sin respuesta. Porque, ade más, la sorpresa del observodor político no tiene li mites cuando observa las organizaciones ilegales de sarticuladas, y no hay semana en que no aparezcan nuevos nombres y nuevas siglas en 9I diccionario de la subversión. Ayer le tocó el turno a una llamada «Organización de Estudiantes Patriotas y Socialis tas», cuya identificación a nivel de colle permanecía tiústa ahora mismo en el anónimo. De momento, su estreno en tetras de molde ha sido su «desarticula ción», según la terminología de las fuentes oficiales. lo novedad de la fórmula, hubo, por su- puesto, novedad de léxico. «Lo primero hasta hoy la obra realizado por todos ios españoles». No dijo Franco que será lo primero a partir de hoy, pero si dejó en el aire una consigna: «Encuadrarnos para lo csntlnuidad progresiva de España». La alocución del Jsfs del Estado es breve ^<ipenas nueve líneas me- canogrofiados—, pero encierra, a efectos de política interior, todo un programa político «con vistas al fu- turo», como él mismo dijo. Por supuesto que ese tono de «encuadrarnos» enlaza directamente con la idea matriz del presidente del Gobierno: pasar de la odhesión a la particlpoción, y a mí me parece entre- ver qu9 la cúspide del Estodo se dispone a coman- zar el diálogo con las fuerzas políticas ordenadas por tsndsncias y opciones. ^ 3 E E E E S E E E E E E E —dijo el Jefe del Estado— ha sido agradecer E E E E E E E E E E E ¿ E E E E E E E E E E E E E E E E E ifiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiit UNO NUEVO. — De esto forma, el día tuvo su imagen de paz en el asociaclonismo, con «ANEPA» que llegaba al Consejo Nacional con su bagaje de 30 mil firmas, y Soiís, que volvía de Barcelona de- jando aiií la seguridad de que había puesto a ger- minar la semilla asociativa con «sugerencias apertu- ristas», según un periódico catalán. Digo que es la imagen de paz, porque, por otros derroteros, la san- gre volvió a correr. Al tiempo que los periódicos es- tan inundados de testimonios de condena —«no soy franquista», decía ayer u ncomunlcante, «pero si es- , volvió a correr lo sangre en Barcelona en pañol un desgraciado la palabra «terror», en esta escaioda o «espiral», como dice el Papa en su olreado telegrama. Tardará mu- LAS BASES. — A lo que parece el hecho de re novar los acuerdos con los Estados Unidos no pro voca entusiasmos en la clase política. Lo refleja el «debate» de «Arriba», aunque casi nadie sabe hasta que punto España sale victoriosa de esta nueva prueba. Si no hoy entusiasmos aparentes, tampoco los va a aumentar la noticia del día; Los Estados Unidos nos compran por medio de las bases mer cancías por importe de 51 millones de pesetas. Nn es para sentirse feliz por esta vía a la exportación. Esa cantidad es, seguramente, la que debería pagar de impuestos en uña buena política fiscal más de un potentado español. VUELVE HASSAN. — De todas formas, es bien cierto que «hoy años en que uno no está para na da». Por si tuviéramos poco con Echeverría y Pal me y Europa y los extremismos —¿para que hablar de Gibroltor, tema muerto por asfixia?—, ha vuelto Hassan o aportar su pequeña piedra a la ceremonia de la confusión, a ver si pesca en el rio revuelto Ceuta, Melilla, Las Chofarínas y Los Peñones. Me parece que ni al Régimen, ni a España le queda ya ninguno mejilla que poner. incidente. Mucho me temo que F e r n a n do O n e ga (c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria. EDUCACIÓN: CRUZ ECONÓMICA pero HoWó ©/ ministro de ¡Etíiicación Y Ciencia. Se Je \escuchó con aten ción, porque i/os problemas e<iu- 'en el aquí y ahora de Es cativos, ios serias paña, suponen una de las Jamiliares preocupaciones a res trata Ve dar que ,eJ Estado se encuentra, puesta, de sin el ctebido acompa momento, ñamiento de recursos. Decía ayer fie ur un colega, gencia, que >e/ ministro convenció. Nosotros algo más: que el ministro ha dado muestras realismo para cen del suficiente lo trar el ^problema jeducativo pn que problema social. ten comentario añadiríamos justamente es. un recursos Tristemente —o dramáticamen te—, Ja Bducación pn España si gue dependiertdo pe ifi- suficientes. Pese a disponer de la partida más elevada en Jos Pre )deJ Estado, supuestos Generales peficiencias tal el número de es iniciadas arrastradas, de reformas Y fiunca defectos que siguen sien de planificación, Es do doJorosamente escasos. situación, comprensible, Esteruetas que 'el propio Martínez la ban haya acudido a Jevantar como dera de las dís- método para ló \y es ponibilMddes incrementar tinancieras, terminadas, la reforma arte esta ¡fiscal tie le han El hombre dedica su vida o bus car los los medios pora e-ludir restricciones que al ambiente y su frágil condición tísica im puesto. Inventó los acueductos pa ra liberarse de la Incomodidod que suponía el tener que ir o buscar o sus fuentes el vitol elemento. la energía eléctrica, Y desarrolló poro economizarse esfuerzos y la Fransformó en luz, flaro redimirse de la esclavitud que le imponía los tinieblas. Asimismo, ha buscado fórmulas que le proporcionen seguridad y lebnestar y le eximan de la ener vante obligación de cuidar de su vida Y de sus bienes. Y enton ces creó estatutos y entidades protectoras en los que delegó au toridad suficiente para que le ga rantizaran sus derechos sociales libre práctico y comunitarios, la de actividades lícitas y propicios condiciones para su proyección personal. €s decir, para que de fendieran su libertad. los AL intentar establece una esca lo de valores para la selección de libertades que el hombre licencias de demanda, antes de tipo intelectual, se destaca el an helo de vivir en un medio tran quilo que le permita, sin angus tia, cumplir con la reoüzación de los bis- sí mismo y disponer de indis nes de primera necesidad, pensables para su subsistencia. lo tener legalización de ia propiedad otorgó a ios humanos el dlsifrute de uno vivienda y de otros elemen tos de consumo. Pero, atendiendo a su propio Interés, tuvo que su jetarse a uno serle de disciplinas. Sus casos debían locaiizo- ción, proporciones y oltura deter minadas, V sus coches no podían transitar sino por las vías cons truidas o demarcados al efecto, observando reglamentaciones de velocidad y dirección. Es decir, tu vo que admitir tasaciones a su li bertad, paro poder disfrutor de sus pertenencias. Y a nadie se e ocurrió gritar: «fEn este país no hoy jNo ocepto los controles ol derecho Inallnoble de la velocldadj». libertodes de trófico! la Y entonces, de invulnerabitl- dod y eficacia de las entidades y organismos oficiales, comenzando por el propio Gobierno, concebidos leyes y para hocer respetor sus costumbres, dependió IHiertad ia del borrvbre. gico que en su entrevisto sada una vei más a estas tenido tioya pue televi feferirs<e deticiencias. que lo esto, tenemos la mayor y ello da los pspectos los hijos de los lEducoción no son fios si existe, ijfi programa de Dicho efectivamen preguntar relanzamiento te, exclusivamente que ya no piense leídas en Ja Universidad. Oídas y 'de Martínez Es- las declaraciones lo teruelas, es evidente que sí: la gratuidad enseñanza, en electi igualdad de oportunidMes ru va. Jo atencieón a una £spaña la promo ral todavía desatendida, trabaja ción de parte dores, ocuparon idea dé su intervención, soclates de de que "un simple la sino planteamiento un objetivo perseguido por el equi po actual de ^Educación y Ciencia. en un social y económico planteamiento taz tvisible la única —que no es reque que de unas declaraciones rirán posteriores comentarios—, e) tema que más preocupa a los mi- liortes de pddres de familia que una plaza esco deben encontrar siendo, lar pora sus hijos sigue como en 1970, el de Jo gratuidad, ya que parece que escoloriza- ción plena está a punto «te alcan zarse. Los caminos elegidos para la creación de esto fneta son dos: Pero ya que estamos programático, la \a estabilidad de histórico prueba que en cuanto se han afianzado los condiciones ode- lo cuodos para vida humofio es cuando surgen vo ces, que se creen originales, de ios gentes menos sufridas, ávidas de resonancia política, y exigen lo anulación del orden tradicional y la odulteroción de normas que, alegremente, tachón de crueles y obsoletas, pero que son 'los mis mas que han producido las condi ciones de paz, estobUidod y bie nestar que permitieron Ja adecua do formación de tos nuevos «re- volucionorios» de salón. Y piden I- tiertodes o gritos; de pensamiento, de expresión... y de subversión. De todo. tPues todo, para ellos, es aco tación los derechos del hombre y necesariamente ma lo. La postura mós llamativa, fácil y relevante es lo de oposición. Ade más, criticar al Gobierno parece ser, en los últimos tienupos, un ín dice de personalidad y cultura que Intelectua agrega cierto tinte de lidad ol «voliente» inconforme, es pecialmente cuondo sus quejas, con un viso de ízquierdiemo, claman en contra del totalitarismo estatal y predican la impunidad como efec tivo aliciente para libre expre sión. Insufrible de la Lo que los agitadores catión es la enumeración de ltt>ertades que es necesario sacrificar para lo que ellos proponen. conseguir ios Y asi, los pueblos que vivían dentro de ia paz que otorga el or den continúalo, oyen hablor de sistemas d« Gobierno que, encua drados dentro de nuevas estam pas de anticuado «Manc^estereo- nismo», prometen al hombre Iq «li bertad total o que tiene derecho». Y sin conocerlos y abandonando su costumbre administrativo, pero con el acicate de lo novedoso y el can sancio de lo permanente ée lan zan en busoa del fantasma de una democracia de forma y fondo. Y, jubilosos, como niños, se Integran en osociociones y partidos, nom bran sus caciques, o éstos se au- tononrvbran y ocuden a estrenar ur nas y o ejercer el «sagrado dere cho al voto», para, en «popuíar su la eteoción de fragio», conseguir sus mandatarios. Trotan de igno rar, cloro está, para que el juego interés, que éstos han no pierda sido ya predeterminados por las las cxmarHIas polí dictaduras de ticas que comienzan a proliferar al amparo del sistefna. la «Aparentemente —digo en mi,li bro «Crisis»—, ante lenidad o ausencia de sanciones, aumenta la libertad del ser humono. Pero ese exceso de libertad produce la des trucción de la seguridad sociol y la autoridad el envilecimiento de estatal. Y lo verdaderamente pa la radójico es que, ol debilitarse autoridad oficial, en función de lae libertades del Individuo, éste co mienza a perder protección y, en consecuencia, a perder libertad*. Sin embargo, un triste anólisis Para entonces, para sorpresa de los electores, las conclusiones de la votación no producen ningún efecto, V los políticos se ríen de k¡ «voluntad ded pueblo». En los recientes y retozones comicios de Portugal, el comunismo obtuvo los lamente el 12 por ciento de votos, y, sin embargo, ifue el Par tido que derribó al Gobierno ante- al parecer, continúo rlo y que Identificando su Ideología adminis trativa. Sirve, además, cómo ejem- = esauelas públicas y el manteni miento de la enseñanza privada a base de subvenciones estatales. trienio realmente teememos que Bl esfuerzo en este último sen tido es espectacular: de un gasto de setecientos millo nes de pesetas se ha pasado en a ocho mil millones. un ¿Se nota, a nivel popíMar, la san gría que supone a los gastos del Estado? Nos no. Por grandes que sean las subven- clones, el coste de ja enseñanza privado sigue subiertdo. y no es tán ton lejanas Jas voces que des frentes de la socie de todos los la últi dad se Jevahtoron contra ma elevación Ocurre tarifas. de así que un innegable esfuerzo del Estado apenas tiene eco ni agra-> decimiento popular, porque se en las necesida cargaron de toparlo des de entidades de educativos privadas. £s cierto que pueden esas necesidades desconocer, centros porque privcídos educan a Ja tercera par te de la población en edad esco lar. Pero también es pierto que los corregir descontentos ¡clarificación. con una odecuatía Ganaría, de paso, credibilidad del programa de uno de los equi pos que merecen mayor asisten cia no se los se podrían pública. lucro las la pío para ponderor el envilecimien to de la autoridad cuando se re cuerda que lo PoJicia portuguesa, hoce pocos días, no pudo impedir la Embjada españolo en Lis que boa fuera asaltada e Incendiada, alegando que los manifestantes le habían cerrado el paso... O bien, los que resultan dirigien do ios destinos de los- democráti cos «ufroaontes, no siempre son aquellos por los que se inclinó el consenso público. Los Estodos Uni dos de Norteamérica votaron por Nixon, pero son gobernados por un vicepresidente, políticamente des conocido, que fue escogido y nom brado por el derrocado mandata rio. La conclusión «democrótica» es que uno solo persono, el señor Nixon, fue quien eligió al primer mandotario de la estructura eco nómica mós importonte del mun do. Argentina votó por Cómpora, «mascarón de proa» "rvdispensable dentro del mecanismo democrático, paro que Perón pudiera desempe ña lo presidencia. Pero, pora des resultó concierto general, quien ocupando la primera mogistraturo de uno noción de treinta millones de habitantes fue la señora María Estela tenía 'Martínez, que nada que ver con la vida ni con lo tra dición político de uno de las más grandes democracias del continen te onwricano. £n Nuevo York, el ciudadano pue de votar cqdo cuatro años, en su- frogios no muy claros, como lo aca ba de protxir el bochornoso pro ceso «Wotergate», y así ejerce su' «libertad» democrática, a comblo de un estado de inseguridad tene le impide solir de no broso que che de su casa, pues hasta en la centralísima «Broodwoy» la viola ción y el asolto están o lo orden del dio. Pues, aunque algunas ve ces desconocidas, las estadísticas la capítol de de criminalidad en los democracias alcanza cifras es- colofriante^. Es el resultado de lo impunidad, de códigos debilitados, de lo corrupción adminlstrotiva y del envilecimiento de lo autoridad. Porque lo mós grave de los confi guraciones estatales complacientes es que. en la misma proporción en que se derrochan libertades a nivel nacional, el ihombre se ve obligado a restringir sus libertades personales y los de su ifamilia po ra evitar el atropello, el robo, el asesinato y él secuestro, pues el Estado se Incapacita para prote gerlo. En los Estados Unidos fue abolida la pena capital, y hoy día sus ciudadanos disparan, cosí dla- rlomente, contra su presidente, sin otro sonción que la de ser enviados a un psiquiatra. El hombre esto perdiendo tades por culpa de la llt>ertad. liber J o r ge D. C A S T E L LO S A L A Z AR