1989-06-07.ABC.JULIO CERON

Publicado: 1989-06-07 · Medio: ABC

Ver texto extraído
MIÉRCOLES  7-6-89

CULTURA

ABC.  póg.  49

Saramago: «Nuestra península es un reducto
frente a la invasión informativa del Norte»
«La  capacidad  de soñar y el deseo  de aventura  nos diferencia  de Europa»

El  escritor  José  Saramago  participa  en  las pri-
meras  Jornadas  de  Literatura  Portuguesa  que
se están celebrando en Madrid. Buen conocedor
de nuestro  país, el  autor  de  La balsa de piedra
piensa  que  existe  una  unidad  ibérica  frente  a

Madrid. Antonio Maura
Europa,  una  unidad  que  absorbe  la  diversidad
propia  de  las  regiones  de  ambos  países.  «Es
una  identidad  -afirma-  que  hay  que  entender
como  una  defensa  del  sur  de  Europa  frente  al
norte en cuanto a la valorización de lo creativo.»

José Saramago, que no puede
evitar  sentirse escéptico ante es-
tas jornadas, considera importan-
te  que  españoles  y  portugueses
se  encuentren  una  vez  más,
siempre  que  este  tipo  de  en-
cuentros  favorezca  la  comunica-
ción  entre  los  escritores  de  am-
bos países.

-¿Cual  cree que pueda ser  la
utilidad de estas Jornadas  de Li-
teratura Portuguesa en Madrid?

- La  verdad es que he asistido
a  muchos  encuentros  entre  es-
critores  portugueses  y  de  otros
países,  y  en  ninguno  de  ellos,
entre la avalancha de ponencias,
opiniones  y  propuestas,  se  ha
concluido  nada definitivo.  Espero
que  estas jornadas,  que  no  han
sido  las  primeras  y  no serán  las
últimas,  puedan  servir  para  algo
concreto,  es  decir,  para  un
mayor  acercamiento  entre  las
culturas  de ambas  lenguas.  Esto
sucederá  si  los  escritores  espa-
ñoles  y  portugueses  continua-
mos  manteniendo  uña  estrecha
relación.  Pienso  que  es  muy im-
portante  el  intercambio  de  libros
y  de  ideas  y  creo  que  tenemos
que  recuperar  el  antiguo  hábito
de  escribir  cartas.  Todo  lo  que
permita  que  las  personas  se JCO-
muniquen  entre  sí,  que  favorez-
ca el diálogo sobre los libros que
escriben y leen,  lo encuentro su-
mamente positivo.

Diferencia y cohesión
^ Én  su  novela  La  balsa  de
piedra  describía  la  separación
real,  el  desgajamiento  de  la  Pe-
nínsula  Ibérica del  resto del con-
tinente.  ¿Piensa  que  existe  un
elemento  propiamente  ibérico
que lo diferencie del resto de Eu-
ropa?

-Sí,  creo que existe una iden-
tidad  cultural  ibérica  que  la dife-
rencia  claramente  del  resto  de
Europa.  Se  trata  de  una  unidad
que no anula, sino por  el contra-
rio cohesiona  la diversidad cultu-
ral  propia  de  los  pueblos  penin-
sulares.  Evidentemente,  no  se
puede hablar igual de un asturia-
no  que  de  un  castellano,  de  un
vasco  que  de  un  catalán, de  un
gallego  o  de  un  andaluz  como
tampoco,  en  Portugal,  es  seme-
jante la idiosincrasia de un portu-

gués  del  Norte  o  del  Sur.  Creo
que  estas  diferencias  deben  ser
defendidas  y  preservadas,  no
quiero  que  se  entienda  que  pre-
tendo  ningún  tipo  de  uniformi-
dad;  pero,  aunque  me  sea  difícil
razonarlo,  siento  que  existe  una
unidad,  una  identidad  cultural
que  sobrenada  en  esa  diversi-
dad,  sobre  todo  si  comparamos
lo ibérico con el resto de Europa.
Pienso  en  la  Península  Ibérica
como  en  un  reducto  defensivo
frente  a  la  invasión  informativa  y
económica  que  viene  del  norte
de  Europa y de  los  Estados Uni-
dos.  La península conserva toda-
vía valores y  referencias  cultura-
les que creo que son lo suficien-
temente  propias  como  para
preservar  lo que  justamente  son
nuestras diferencias.  Europa vive
un  tiempo  de  paz  generalizada,
lo  que  no  quiere  decir  que  no
continúe  existiendo  una  guerra
económica  e  informativa.  Usted
sabe  que,  ahora,  no  es  preciso
un ejército para adueñarse de un
determinado  país,  basta  con do-
minar  su  economía  y  controlar
sus  medios  de  comunicación.
Por  ello,  creo  que  debemos  de-
fendernos,  tenemos  que  armar-
nos culturalmente  para preservar
nuestra  propia  identidad cultural.
Éste es el sentido que quiero dar
a la unidad cultural ibérica.

-¿Cómo  podría  definir  ese

concepto de lo ibérico?

-Pienso  que lo que nos distin-

José Saramago

gue  de  Europa  -y  no  tengo
nada  contra  Europa,  no  quiero
atacar  a  nadie,  sólo  quiero  de-
fenderme-,  lo  que  nos  diferen-
cia  es  una  cierta  capacidad  de
soñar,  un  deseo  de  aventura,
una  ingenuidad;  un  cierto  modo
de ser ingenuo que nos distjngue
del  sentido  eminentemente  prác-
tico  que  caracteriza  a  Europa.
Opino  que  en  Europa,  además
de la crisis de creatividad que es
evidente  y  que  ellos  mismos  re-
conocen,  hay  una  forma  de  vivir
cenicienta, gris, algo que califica-
ría como triste. Prácticamente ya
todo  está  hecho,  pero  por  otra
parte,  los  individuos  se  sienten
alejados de  una parte  de  sí mis-
mos,  una parte que es justamen-
te  la  que  sueña,  la  que  espera,
la  que  tiene  sed  de  otra  cosa,
sed  de  aventuras.

DIRÍASE  QUE NOS HEMOS  REPARTIDO
EL TRABAJO
Él,  la Revolución Francesa; la Revolución Rusa, yo. Los dos
en  lo de  analizar  y  deducir  de  aquello  elementos  teóricos,  apli-
cables  a  la  realidad  de  aquí  hoy.  Lo  suyo,  en  plan de  revisión
penetrante de  1789 (y años sucesivos), amén de una traslación
muy  convincente  a  la  España  actual:  símil  del  termidorismo)
hasta  en  los  aspectos  extrapolíticos  de exacerbación  hedonista
rococó  y  demás.  Lo  mío,  a  la  pata  la  llana,  como  de  quien  es
de  pocas  letras  y  lecturas  (el  excelente  breviario  de  Francisco
Diez del Corral  -La  Revolución Rusa, Biblioteca Básica, Anaya,
1988-  y un manualito de las PUF (un Que-sais-je?),  para inter-
pretar  el  parecido  notable; si  bien  localizado,  de  la dvoevlastie
en el Petrogrado del  17 con lo que aquí há ocurrido entre el 14-
D y  el  14-F. Diríase que  nos  hemos  repartido  el trabajo  García
Trevijano y yo.

Julio CERÓN

La sombra  de Pessoa
flota  sobre la actual
literatura  portuguesa
Madrid. A. M.
«La  frase  de  que  España  y
Portugal  son  naciones  que  viven
de  espaldas  una  a  la otra  es  un
tópico  que  tenemos  que  empe-
zar  a  olvidar»,  afirmó  el  poeta
español  Ángel  Crespo  para  abrir
la  mesa  redonda  «La  literatura
portuguesa  actual»,  primer  acto
de  las  Jornadas  de  Literatura
Portuguesa  que  se  están  cele-
brando  en  el  Círculo  de  Bellas
Artes de Madrid.

El  crítico  portugués  Eduardo
Prado  Coelho  señaló,  en  primer
lugar,  la  clara  interferencia  entre
la poesía y  la prosa  existente en
la  narrativa  portuguesa  de  nues-
tros días, característica  que, jun-
to con la ausencia de  rivalidades
generacionales, ha definido  su li-
teratura  a  lo  largo  de  este  siglo.
Siglo que, como corroboraron to-
dos los participantes, descansa a
la sombra de Fernando Pessoa.

El  director  de  la  revista Colo-
quio/Letras,  David  Mouráb-
Ferreira,  señaló  que  existen  ac-
tualmente grandes autores portu-
gueses  tanto  en  el  terreno  de  la
poesía  como  en  el  de  la narrati-
va,  aunque  estos  últimos  están
empezando a ser conocidos aho-
ra  por  los  españoles,  por  lo  que
en  España  se  valora  más  la  líri-
ca lusitana.

José  Saramago,  sumándose  a
esta  reflexión  sobre  poesía  y
prosa, señaló que «si en un prin-
cipio todo  era  poesía  y  esa poe-
sía  tomó  diferentes  caminos
como el del romance, del que se
generó  la  narrativa, o  el  del dra-
ma  que  originó  el  teatro,  en
nuestros  días  todo  desemboca
en la novela, lo. mismo que antes
llevaba el cuño de la poesía».

La  novelista  Lidia  Jorge  co-
mentó el enorme desconocimien-
to  existente  tanto  en  Portugal
como  en  España  de  sus  respec-
tivas literaturas y que fue gracias
a  Iberoamérica  como  pudieron
llegar a encontrarse.

El  poeta  Fernando  Assís  Pa-
checo  señaló,  en  su  interven-
ción, el  paralelismo  existente en-
tre  las  manifestaciones  poéticas
de  ambos  países  a  lo  largo  de
este  siglo.  Paralelismo  que  fue
resaltado  por  Eugenio de Andra-
de,  quien  reconoció  la  enorme
influencia  que ejerció en su que-
hacer  poético  la personalidad  de
García  Lorca.  «Fue  la  primera
vez  - a f i r m ó-  en  que  vi  a  la
poesía  vestida  con  un  traje  de
luces.»  Una  poesía  adensada
por  el  intimismo  del  ser,  como
enseñaba Femando Pessoa.

ABC (Madrid) - 07/06/1989, Página 49
Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los
contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición
como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los
productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.