2018-03-02.LA VANGUARDIA.INTRIGAS LEALTADES Y RUPTURAS ADOLFO S RUIZ

Publicado: 2018-03-02 · Medio: LA VANGUARDIA

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INTRIGAS, LEALTADES Y RUPTURAS
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO FORTE (1928-2018) Abogado y político
LA VANGUARDIA, 2 MAR 2018
ADOLFO S. RUIZ 
JM.ESPINOSA / EFE
Jurista de reconocido prestigio, profesor de la Universidad de Granada, pensador republicano, hombre de acción y una de las figuras clave de los últimos años del franquismo y los primeros de la transición, Antonio García-Trevijano Forte había nacido en Alhama de Granada hace 90 años y ha muerto en Madrid, donde desarrolló el núcleo fundamental de su vida de novela.
García-Trevijano fue muchos personajes a la vez. Consejero de don Juan de Borbón, luchador por la democracia, republicano de convicción, radical defensor de la libertad individual y colectiva, defensor revolucionario de la unidad de España. Hasta los últimos días de su existencia mantuvo su interés por publicar libros, dar conferencias, realizar programas de radio y, en los últimos tiempos, emitir vídeos siempre en defensa de sus ideas.
No fue nunca un personaje complaciente, ni con el poder, ni con quienes se acercaron a él con la intención de utilizarle. Toda su vida está repleta de lealtades que terminaron en abruptas rupturas. Sus enemigos, que los tenía a cientos, le consideraban un conspirador, un intrigante encubierto.
Tras acabar la carrera de Derecho en Granada y sacar la oposición de notarías en cinco meses, García-Trevijano se trasladó a Madrid, donde pronto se hizo notar por su destacada capacidad intelectual y su memoria fotográfica. Sus convicciones democráticas le llevaron a ser uno de los fundadores de la Junta Democrática, la primera plataforma de partidos de oposición a Franco en la que se integraron PSOE, PCE, el PSP de Tierno Galván, Izquierda Democrática, los carlistas y personalidades independientes como él mismo, Rafael Calvo Serer o José Luis de Vilallonga.
Trevijano fue el autor de la carta que don Juan de Borbón escribió en 1969 a su hijo, desautorizándole por haber aceptado ser el sucesor de Franco a título de rey en contra de la voluntad de su padre. Como consejero de don Juan se trasladó en persona a Estoril para presentarle la Junta Democrática. Durante algunos días, el padre de Juan Carlos I estuvo a punto de aceptar ser el presidente de aquella plataforma. Finalmente, se lo pensó mejor, presionado por Adolfo Suárez y Torcuato Fernández Miranda y dejó tirado a GarcíaTrevijano, quien a partir de ese momento abandonó la causa monárquica y apostó decididamente por la República.
Tras aquella decepción, trabajó intensamente en la unión de la Junta Democrática con la Plataforma de Convergencia Democrática, la otra asamblea de partidos de oposición al franquismo, de donde surgió la que en su momento fue bautizada como Platajunta. Redactó un proyecto rupturista de Constitución para España que finalmente no vio la luz por el acuerdo de las fuerzas reformistas al que finalmente se unieron Felipe González y Santiago Carrillo.
Desde entonces se erigió en un apasionado defensor del republicanismo antiborbónico, con el fin de que en España se estableciera una república democrática, aunque paulatinamente fue perdiendo el poco crédito que siempre tuvo entre las formaciones de izquierda. Durante un corto periodo fue encarcelado en la prisión de Carabanchel por sus actividades políticas.
Con el declinar de su protagonismo político fue creciendo y conociéndose mejor la figura de Antonio García-Trevijano como hombre interesado en los medios de comunicación. En este terreno comenzó como apoderado del Diario Madrid, propiedad de Rafael Calvo Serer, un conocido miembro del Opus Dei, que en su tiempo se convirtió en emblema de la oposición a Franco. El relato oficial señala que fue un medio cerrado por la dictadura, aunque Trevijano reveló posteriormente que el periódico estaba en quiebra y trató de disimular esta situación provocando al régimen para darle un final más romántico.
Pronto sus enemigos mediáticos empezaron a airear sus actividades oscuras como abogado. Entre ellas, su labor de asesoría a Francisco Macías Nguema, el sanguinario dictador de Guinea Ecuatorial, aunque él siempre trató de desvincularse de los crímenes del líder africano para el que Trevijano había redactado una Constitución que nunca se puso en práctica. El conocido como Dossier Trevijano le valió la ruptura definitiva con PSOE, PCE y PSP, que se manifestaron “moralmente incompatibles” con él.
Más adelante intentó hacerse con la propiedad de El País en un momento en el que el accionariado estaba dividido entre Jesús de Polanco, que tenía el apoyo de la redacción, y los partidarios de José María de Areilza y Manuel Fraga. Al final no logró hacerse con la presidencia de Prisa y terminó vendiendo sus acciones a Ramón Mendoza, expresidente del Real Madrid y aliado de Polanco.
En los últimos años pasó a ser columnista del desaparecido El Independiente y El Mundo, donde no acabó muy bien, y tertuliano en diversas televisiones. Aceptó ser cofundador de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes con el objetivo, reconocido por él mismo, de echar a Felipe González del Gobierno “por su corrupción y sus crímenes”, pero pronto la abandonó por las peleas internas en las que no quiso tomar parte.
Fue autor de obras de gran altura intelectual como El discurso de la República, Frente a la gran mentira, Teoría pura de la República o Del hecho nacional a la conciencia de España. En el año 2006 fundó el Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional.
Su trabajo como asesor del dictador guineano Macías le valió la ruptura con la izquierda