2004-02-21.LA RAZON.INTELIGENCIA DEL TERRORISMO AGT
Publicado: 2004-02-21 · Medio: LA RAZON
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INTELIGENCIA DEL TERRORISMO LA RAZÓN. SÁBADO 21 DE FEBRERO DE 2004 ANTONIO GARCÍA TREVIJANO La suspensión sine die del terrorismo vasco en Cataluña, para promover el independentismo catalán, rebasa el alcance táctico de una tregua regional y cobra la dimensión estratégica de un acto político contra el sistema de partidos de la Monarquía. El terrorismo se pone al servicio de un partido legalizado que, además de participar en el gobierno de una autonomía, se dispone a marcar el tono independentista en una campaña electoral destinada a seleccionar diputados catalanes al Parlamento español. Entrando por primera vez en el terreno de la pura política, ETA ha puesto cara de tontos a los dirigentes de los partidos, al modo como el derribo del muro de Berlín se la puso a la de los gobiernos. La inteligencia no es un atributo exclusivo de la bondad. El término diabólico se creó para designar la suprema inteligencia de la maldad. Pero la propaganda contra el terrorismo ha producido un tipo de condena tan obtusa que no ha dejado resquicio al reconocimiento de inteligencia en la dimensión política del terror. La negación de lucidez en el Mal conduce a la imbecilidad de ese Bien que mata moscas a cañonazos (Bush), para no tener que reflexionar sobre el modo de disolver las causas del terror cuando una prolongada represión no ha bastado para suprimirlas (España). La misma sociedad que condenaría a un médico si no prestara asistencia a un cuerpo putrefacto de enfermedad contagiosa, aplaude a los intelectuales que, renunciando a su función, se suman a la turbamulta del «basta ya», como si alguna vez el terrorismo no hubiera sido bastante. El miedo a parecer tibios les hace creer que la realidad terrorífica contagiará al pensamiento y al lenguaje que la analiza, si buscan razones suficientes que la expliquen. Con esa mentalidad no existiría el Derecho Penal, basado en la comprensión de las causas y móviles del crimen. Reclamo, pues, el derecho de la inteligencia crítica a buscar inteligencia en el terror como en cualquier otra realidad social. Lo mismo que le sucede a los sistemas de poder, el terrorismo contiene una inteligencia sistemática que despliega sus efectos lógicos con absoluta independencia de la capacidad mental de los agentes del terror. Cualquier tonto puede tener el poder de matar, como el de gobernar, a condición de que lo haga por sistema dentro de un sistema. El franquismo era mucho más inteligente que Franco. En el terreno de las ideas ocurre exactamente lo contrario. Pierden pertinencia a medida que ganan sistematicidad. Carlos Marx era mucho más inteligente que el marxismo. Para ser adecuado, la primera condición de todo comentario sobre el terrorismo es que no salga del ámbito político, situado en una esfera de acción diferente de la que encierra la moral en la autonomía de los individuos. La moralidad política es, en rigor, una contradicción en los términos. Esto no implica que todo acto político sea inmoral por naturaleza ni que una persona honrada esté incapacitada para la política. Simplemente significa que la ética política corresponde a un género de acción que siempre rebasa, y muchas veces contradice, el de la ética personal. Para ser útil, la segunda condición del criterio anti-terrorista es que sobrepase el campo de lo que se sabe por instinto. Requisito ignorado por los gobiernos y medios que, agotando los adjetivos peyorativos, nos advierten de que los crímenes de ETA, además de ilícitos, son abominables. ¿Como si lo horrendo los hiciera más rechazables! La insistencia en la política simplemente represiva ha hecho comprender a ETA que la fragilidad del sistema está en las Autonomías. A las que puede desorientar por medios incruentos, pero complejos, en lugar de persistir en el infantilismo de querer rendir al Estado con mil asesinatos. Analizaré en siguientes artículos los efectos contradictorios que comporta la nueva complejidad política del terror suspendido.