1979-08-17.DIARIODLERIDA.GUINEA

Publicado: 1979-08-17 · Medio: DIARIODLERIDA

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A  VUELTAS 
CON  EL  MUNDO 

MURIO  EL BARDO 
m  LOS  SUBURBIOS 

La  infancia  abandonü'da,  la 
miseria  humana, la  Tglesia  com-
prometida  con  los  problemas  de 
la  sociedad, la  dicotomía  crispa-
da  entre ios  conceptos  naciona-
listas  y  la  eclosión  del  anticolo-
nialismo,  el  papel  de  la  mujer 
y  el  matrimonio  en  los  nuevos 
tiempos...  Gilbert  Cesbron  Se 
acercó  a  todos  los  interrogantes 
que  el  hombre  de  hoy  se  plan-
tea respecto  a  los defeictos y  co-
rruptelas  moraíes  de la  sociedad 
en  que  vive. 

El  escritor  francés  puso  su  plu-
ma  lúcida  al  servicio  de  un  difí-
cil  apostolado:  el  de  un  humanis-
mo  a  ultranza  comprometido  con 
la  d-sfensa  y  justificación  de 
las 
clases  menos  favorecidas,  enraizan-
do  por  convicción  y  simpatía  en 
el  mundo  de  los  desheredados,  los 
solitarios,  los  humillados,  los  que 
dudan  de  sí  mlémos,  los  desorién-
tados. en  suma,  en  la  miseria  de  la 
condición  humana. 

Frente  a  ese  descomunal  fresco 
de  los  suburbios  urbanos,  de  los 
suburbios  éticos  también,  Cesbron 
esgrime  una  'fórmula 
idealista  e 
hipotética:  la  generosidad  univer-
sal,  el  interés  por  el  hombre,  el 
amor  a  sus  jcveñes  perros  sin  co-
llar.  Su  literatura  es  directa  y  tes-
timonial,  de  una  élaridad  hiriente 
y  de  un  vigor  crispado.  En  su  pro-
sa  hierve  esa  generosidad  básica 
con  la  que pretende  Cesbron  mejo-
rar  la  actitud  huinana  frente  a  los 
problemas  que  ella  misma  genera. 

VISION  HITMANA 
D Et   CATOLICISMO 
MILITANTE 

Como  Jeanne,  su  heroína  de  "U 
est  plus  tard  que  tu  ne  penses", 
tal  vez  su  única  novela  de  amor  en 
el  sentido  clasico  del  térmirto,  Ces-
bron  murió  de  cáncer.  Después'de 
muchos  meses  de  "sufflmentos  a 
caballo  de una' defeesp^ráción' que  le 
hizo  proferir:  "Sin  mi  fe  ya  me 
hubiera  suicidado".  ESa  apoyatura 
tremenda,-te  fe,  sérá  la'güe  Infor-
mé  no  sólo  ras  obras,  sino  su  pro-
pia  existencia  y,  coíno  vemos,  Su 
muerte.  El  carácter  católico  de 
nuestro  autor,  opuesto  a  la  crítica 
de'"un  Mlchael  de  Salnt-Pierre  y 
más  comprometido  con  la  estruc-
tura  externa  de  la  sociedad  y  sus 
valores  religiosos  quíe Tin  Bernsnos 
o  un  Maurlac,  tiñe  de  una  deter-
minada  actitud  el  conjunto  de  su 
otjra.  Cesbron  nos  propone,  sobre 
todo  en  su  famosa  novela 
"Los 
santos  van  al  infierno",  una  visión 
humana  del  catolicismo  de  van-
guardia,  una  oferta  de  simpatía  y 
com-pt<enslón  que  toma  caràcter  en 
los  curas  obreros  ejerciendo  su  la-
cor' eri  los  suburbios  parisinos.  Co-
mo  uno  de  sus  personajes,  Ces-
bron  también  mantenía  como  nor-
ma  existencial  aquel  acto  de 
fe 
sintetizado  en  una  de  sus  postreras 
frases:  "Ó^isto  es  mi  fuerza  y  mi 
esperanza",  Y  Cristo  está  en 
el 
trasfondo  de las andanzas  dfe Alain 
Bobert  el  protagonista  de  "Perros 
perdidos  sin  collar"  (1954),  en  la 
labor  de  quienes  tratan  de  evitar 
el  fatalismo  del  binomio  Infancia 
abandonada  —delincuencia  precoz, 
o  en  las aventuras  de los seis  "Ino-

centes  de  París",  su  primera  no-
Vela  (1944). 

La  relativa  novedad  de  un  escri-

tor  catcllco  en  la  Francia  de  la 
neración  de  Bernanós  y  Mauriac 
se  convirtió  en  un  handicap  para 
Cegbron,  escritor  que  nace  al  pú-
blico  en.  los  tiempos  de  Sartre  y 
Camus.  La  critica  no 
siempre 
acompaña  el  éxito  que  el  público 
si  ofrece  al  novelista.  Su 
estilo 
sencillo ^y  directo,  la  claridad  de 
sus  exposiciones  y  el  tono polémico 
de  sus  oibras.  le  dan  una  populari-
dad  que  se  corporiza  en  esos  dos 
millones  de  ejemplares  veriBldos  de 
"Perros  perdidos  sin  collar",  tal 
con 
vez  su  mejor  novela,  junto 
"Los  santos Ta'n  al  infierno".  Ces-
bron  colaboraba  asiduamente  én 
" La   Croix"  y  " Le   Fígaro",  amén 
de  sus  actividades  profesionales  en 
la  radio  de  París  (desde  1935)  y 
éomo  director  de  Radio  Luxem-
burgo.  desde  1915  a  ISTB.  En  este 
año  es  nombrado  secretario  gene-
ral  de  "Secours  catollque",  una 
suerte  de  obra  asistenclal  de  la 
Iglesia  francesa,  al  estilo  de  nues-
tra  "Cáritas  (ello  es  una  muestra 
más  de  la  tremenda  coherencia  de 
Cesbron,  entre  su  vida  y  su  obra). 

LA  OBRA 

Desde  Í949.  fecha  como  dijimos 
de  la  publicación  de  su  -priméra 
novela  (en  1934  había 
publicado 
un  libro  de  poemas: 
"'Torrent"). 
"Los  inocentes  de París"  —que  ha-
bía  sido  escrita  en  1939. perdido  el 
original  y  reescrlta  bajo  la  ocupa-
ción  nazi—,  Gilbert  Cesbron  pu-
blicó 
" On 
las  siguientes  obras: 
crolt  rever"  y  " La   tradition  Pont-
quernle"  (ÍQÍS,  y  "Premio  de  los 
Lectores"  la  segunda,  en  194T). En 
1948,  "Briser  la  statue"  y  "Notre 
prisión,est  un  royaume" 
(premio 
Salnte-Beuve): 
" La   souveralne", 
los  cuentos  poéticos  de 
1940.  y 
"Traduïts  du  vent"  (traducidos  al 
castellano". " l l e st   mlnult.'dòcteUr 
Schweiffcer",  obra  de  teatro,  én 
1952.  año  tanibién  d e ' " L os   santos 
van  «1  infierho"  y  "Perros  perài-
dòs  sin  collár".  Sus  artículos  y  en-
sayos  breves  son  rec(jgld(>6  en  trè» 
" Le 
tÓ'mós,  entre  1953  y 
' cttasseur  maudit",  " Ce   slecle  appe-
lle  au  secours"  y  "Ltbferez'Bftrra-
'  bas".  "Vous  verrez  le  tílel  ouvert" 
(•1»56),  " II   est  plus  tard  que  tu 
" é t é" 
ne  penses" 
(iieeO), 
lobos" 
"Entre  perros  y 
(1995)  y  "Es  Mozart  quien  muere" 
(IftTC),  estas  tres  últimas  publica-
das  en  castellano  por  la  barcelo-
nesa  editorial  Destino  y  en  las  que 
trata  los  problemas  del  síndrome 
de  Argelia  en  Francia,  la  oprimida 
condición  femenina  y  la  problemá-
lica  del  divorcio,  respectivamente. 
En  1973 publica  " Me   siento  mal  en 
.tu  piel",  que  es  un  alegato  contra 
la  imposición  "civilizadora"  de  la 
cultura  occidental  sobre  los  pue-
blos  africanos. 

(1958),  ''Àvtfir 

Í957: 

Gilt)ert  Cesbron  ha  muerto  a  los 
sesenta  y  seis  años.  Deja  una  obra 
polémica  e  interesante,  Una  obra 
que  constituye  un  desafío  de  hu-
manidad  y  compromiso  ético  para 
la  moda  actual  de  una  literatura 
la 
anclada  en  lo  inmediato,  en 
caótica  desesperanza  nuestra  de 
cada  día. 

Alberto  DIA^Z TtUEDA 

de. 

Viernes, 

17-8-7d  / ^^^ina  10 

Ndongo  había  desaparecido.  El  co-
mandante  fue  expulsado  Inmedia-
tamente  de  Guinea. 

Estos  acontecimientos  agrava-
ron  aún  más,  como  es  fácil  en-
tender,  las  relaciones  entre  Espa-
ña  y  Guinea.  Para  colmo,  poco 
después,  la  prensa  africana  publi-
có  la  noticia  de  que  había  llegado 
a  Canarias  un  barco  fletado  por 
altos  personajes  españoles  en  Lon-
dres,  con  soldados  mercenarios 
que  se  dirigían  a  Guinea  para  in-
vadir  la  isla  de  Fernando  Poo  y 
derrocar  el  régimen  de  Macias.  Un 
dossier  con  recortes  de  periódicos 
argelinos  llegó  a  El  Pardo  cuando 
se  estaba  celebrando  un Consejo  de 
Ministros.  La  carpeta  le  fue  entre-
gada  a  Castiella,  que,  después  de 
un  breve  examen  del  contenido,  se 
la  pasó  al  vicepresidente  Carrero 
Blanco,  quien,  visiblemente  alerta-
do,  trató  de  ocultarla  sin  conse-
guirlo.  Al  enterarse  Franco  del 
contenido de  la  carpeta  dijo:  " A n-
tes  de  iniciar  una  acción  hay  que 
estar  seguro  de  sus  resultados". 

ílstas  maniobras  tuvieron  como 
efecto  consolidar  a  Macias  en  el 
los 
poder.  Este,  enloquecido  por 
comiriots  que  se  tramaban  contra 
él,  con  la  complicidad  de  algunos 
guineanos,  empezó  a  sospechar  de 
todos  sus  cola'boradores  e  inició  un 
proceso  de  concentración  de  pode-
res  en  sus  manos.  Fue  derogada  la 
Constitución,  prohibidos  los  parti-
dos  políticos  y  creado" el  PÜN,  Par-
tido  Unico  Nacional,  que  más  tar-

llgíosas,  que  no  podían  alejarse  de 
sus  domicilios  más  de  tres  kilóme-
tros.  Entrar  en  una  iglesia 
era 
considerado  como  acto  suberslvo  y 
castigado  con  rigor.  Además 
de 
Generg.1  Mayor  de  los  Ejércitos  de 
Guinea  Ecuatorial,  Macias  se  fue 
condecorado  con  otros  títulos  "en 
nombre  del  pueblo":  "mesías  de 
Guinea",  "gran  libertador  de 
la 
patria",  "gran  heroe"  y  "maestro 
supremo  de  la  educación  nacio-
nal".  En  recuerdo  de  la  película 
"Franco,  ese  hombre",  le  gusta'oa 
que  en  los  discursos  de  sus  minis-
tros,  que  luego  pasaron  a  ser  vice-
ministros,  se  refiriesen  a  él  como 
"iMacías,  ese  hombre".  A  su  aldea 
natal  de  Nzeng-Ayong,  al  este  de 
Río  Munl,  le  cambió  el  nombre 
por  el  de  "Ferrol  del  Caudillo".  Su 
llamaba  a  si  mismo  "Hombre  pro-
videncial"  y  se  hizo  construir  en 
Bala,  por  una  empresa  contratada 
por  García  Trevijano,  el  palacio 
presidencial  más  lujoso  de  Africa. 
Para  construirlo  hizo  tirar  un  ba-
rrio  entero  de  casas  habitadas,  sin 
indemnización  alguna  para 
los 
perjudicados 

Era  Imposible  conü(^er  la  ideolo-
gía  política  del  presidente  guinea-
no. Cuando  se pactó una  ayuda  con 
Cihina,  se  declaró  socialista  e  hizo 
cambiar  el  uniforme  de  los  milita-
res  de  las  "Juventudes  Hacia  Ma-
cias"  por  e!  uniforme  estilo  Mac». 
Su  confusión  mental  en  materia 
política  le  hizo  decir  en  un  discur-
so  ante  una  misión  china,  con 

En  1969,  menos  de  un  año  des-
pués  de  la  declaración  de  indepen-
dencia  de  Guinea  Ecuatorial,  el 
12  de  octubre  de  1966.  acto  en  el 
que  que  Francisco  Macias  Nguema 
tomó  posesión  de  su  cargo  de  pre-
sidente  electo  de  la  nueva  Repú-
blica,  partidarios  del  presidente 
arrancaron  la  bandera  rojo  y  gual-
da  del  Consulado  español  en  San-
ta  Isabel,  ahora  Malabo,  capital  de 
la  isla  de  Fernando  Poo.  Un  re-
tén  de  guardias  civiles  que  había 
quedado  en  la  isla  para  custodia 
vio 
de  los  colonos  españoles  se 
obligado  a  hacer  fuego  producien-
do  la  muerte  de  uno  de  los  asal-
tantes  e  hiriendo  a  otros.  El  Qo-
blerno  español  consideró  el  asal-
to  al  Consulado  como  una  provo-
cación  de  Macias  -que  arengó  a sus 
huestes  por  radio-  y  se  dieron  las 
órdenes  oportunas  para  que  una 
compañía  de  paracaidistas  españo-
les  estuviese  dispuesta  para  volar 
a  Guinea  y  apoderarse  de  los  ae-
ropuertos  de  Santa  Isabel  y  BatE. 
Estos  hechos,  que  fueron  conoci-
dos  por  el  "caso  de  las  banderas" 
eran  el  primer  síntoma  grave  de 
ruptura  entre  la  nueva  repábll-
ca  africana  y  su  antigua  meti'ó-
polí,  a  pesar  de  las  promesas  de 
confraternización  durante  lob  ac-
tos  de  la  independencia. 

La  tensión  creada  entonces  en-
tre  los  guineanos,  que  apoyaban 
entonces  en  masa  a  su  presidenta 
contra 
los  antiguos  colonialistas, 
atemorizó  a  los  colonos  españoles 

Este  es  el  mapa  de 
Guinea  Ecuatorial, 
un  país 
empobrecido  gracias 
al  tirano  de  Macias. 
Vn  país  en  donde 
hace  más  de  dos 
años  no  circula 
-moneda  alguna  y  su 
capital  es  ¡la  única 
en  el  mundo 
que  no  tiene  luz 
eléctrica.  La  luz  de 
la  esperanza 
para  Guinea 

qUe  todavía  quedaban  en  el  terri-
torio  al  frente  de  sus  plantacioftes 
de  cacao  y c á íé   y  a~sus twsques <le 
iriàdèras  preciosas.  Las  relaciones 
«e  detertorai^on  tiatta  el  extremo 
'•de  que  Macias,  qüe  llegó  a  temer 
uila  inVááíóh  éspañola,  pidió  a  la 
ONU  150  "cascos  azules",  que  és-
ta  no  énVló  por  no  haberse  tra-
la  petición  a  través  del 
mitado 
• Cónse^jo' de  Seguridad,  que  hubiera 
de  haber  sido  convocado  prévia-
méhte. 

'En  el  rti'l^o  écño  1969, el  Gobier-
no  de  Mádtid,  que  no  se  resigna-
ba  a  dejar  d ^ r o t e g l d os   vidas  y 
tíleftes  de 
'sübdltos  españoles  en 
Guinea,  apròvéííhó  un  viaje  a  Etio-
pía  del  ministro  de  Asuntos  Ex-
tranjeros gulneano,  Atanasio  Ndon 
escala 
go,  para  invitarle  a  hacer 
en  Madrid.  Ndongo  aceptó  la  in-
vitación  y  mantuvo  conversactofies 
en  Madrid  con  miembros  del'  Go-
-blemo.  Debió  de  volver  a  Guinifa 
con  consignas  muy  precisas  y  ga-
rantías  de  apoyo,  porque  al  llegar 
a "Bata,  donde  estaba  Macias.  In-
tentó  dar  un  golpe  de  Estado  que 
resultó  fallido.  Al  día  siguiente  de 
la  fecha  concertada  pasa  el  golpe 
se  recibió  en  el  palacio  presiden-
cial,  donde  continuaba  Macias  en 
su  cargo,  un  telegrama  de 
feli-
citación  a  Atanasio  Ndongo  desde 
Madrid  "como  nuevo  presidente", 
y  un  comandante  de  la  Guardia 
Cüvil  española  acudió  también  al 
palacio  de  Bata  para  felicitar  a 
Ndongo,  encontrándose  con  la  sor-
preso  de  que  Maclas  seguía  allí  y 

de  se  convirtió  en  Partido  Unico 
Natrional  de  Trabajadores,  PUNT. 
Su  fobia  a  España,  manifestada 
a  través de  sus discursos,  no  le  Im-
pedía  a  Macias  sentir  una  admira-
ción  sin  limites  por  Franco,  al  que 
imitaba  siempre  que  podía,  pla-
giando  incluso  frases  enteras  de 
sus  discursos.  A  García  Trevijano 
le  encomendó  en  l^VO  la  elabora-
ción  de  una  L-ey  Fundamental  del 
Estado,  que  habría  de  sustituir  a 
la  derogada  Constitución  de  1968. 
El  abogado  madrileño  tardó  tres 
años  en  redactar  el  texto,  que  re-
sultó  tan  poco  democrático  como 
Maclas  deseaba.  Se  creó  un  cuer-
po  para-militar  de  jóvenes  adictos 
al  dictador  que  recibió  el  nombre 
de  Juventudes  en  Marcha  hacia 
Macias,  y  que  fue  luego  el  encar-
gado  de  la  masacre  de  la  clase  po-
lítica  gulneana  con  procedimientos 
de  crueldad  Inaudita.  En  los  actos 
públicos  estas  juventudes  impunes 
formulaban  los gritos  rituales:  " En 
marcha  con  Macias,  siempre  con 
•Maclas,  nunca  sin  Macias,  todo  por 
Macias". 

El  presidente  asumió  las  carteras 
de  Negocios  Extranjeros.-Finanzas, 
Ejército  y  Justicia  y  se  proclamó, 
" en  nombre  del  pueblo",  presiden-
te  vitalicio  de  la  República  de  Gui-
nea  Ecuatorial".  Se  declaró  ateo: 
"Ahora  para  entrar  en  el 
cielo 
basta  con  el  carné  del  PUNT,  pues 
no  hay  más  dios  qufr Macias",  dé-
cía  el  ministro  del- Interior.  Se  ca-
rraron  las  Iglesias  y  se  conlln6  a 
curas  y  miembros  dé  órdénes  re-

los 
ánlmo  de  quedar  bien,  que 
hombres  más  admirados  por 
¡61 
eran  Mao,  Marx,  Hitler,  Franco  y 
Amin  Dada  de  Uganda,  por  quien 
sentía  gran  admiración  desde  la  vi-
sita  de  Amín  a  Guinea. 

la  prensa 

De  la  inaudita  represión  desen-
cadenada  en  aquellas  tierras  ecua-
estos 
toriales  ya  da 
días  noticia  detallada.  Antes  de  ser 
les 
ejecutados,  a 
los  presos  se 
amputaban  miembros  o  se 
les 
arranca"ba  los  ojos. En  una  ocasión 
en  que  en  una  escuela  apareció  un 
retrato  de  Maclas  con  una  cuerda 
pintada  al  cuello,  fueron  ejecuta-
dos  varios  maestros  y  alumnos  de 
doce  y  trece  años.  De  esta  repre-
sión  no  se  libraban  tampoco  sus 
ministros,  que  en  ocasiones  eran 
arrancados  de  sus  despachos  para 
ser  decapitados  en  público,  sin 
juicio  y  a  veces  sin  siquiera  for-
mularse  contra  la  víctima  la  me-
nor  acusación.  Cuando  se  asesina-
ba  alguien  por  "sospechoso",  se 
obligaba  luego  a  sus  parientes  más 
próximos  a  organizar  un  baile,  in-
vitando  a  los  vecinos. 

Una  consecuencia  Inevitable  de 
este  abominable  régimen  politúp 
fue  el  empobrecimiento  total  • dèl 
país.  Hace  más  de  dos  años  que 
en  Guinea  Ecuatorial  no  circu-
la  moneda  alguna  y  su  capital  es 
la  única  capital  en  el  mundo  que 
carece  de  luz  eléctrica.  A  la  luz  de 
las  velas  los  guineanos  se  han  en-
terado  del  derrocamiento,  el  ^  d e' 
agosto,  de'"Mácías,  ese  homibre". 

UülS  OTADÜY