1990-10-13.EL INDEPENDIENTE.GUERRA SANTA AGT
Publicado: 1990-10-13 · Medio: EL INDEPENDIENTE
Ver texto extraído
GUERRA SANTA EL INDEPENDIENTE, 13 OCTUBRE 1990 TOM PAINE = ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO Dos mil setecientos años separan a Mahoma de Abraham. Pero el medio tribal donde nacen los profetas de Alá y de Jehová es bastante parecido. Patriarcado de procreación y de guerra, Mahoma se rebela contra las Escrituras, contra el pacifismo del Nuevo Testamento, para enlazar directamente con el terrible dios de los ejércitos del Antiguo. La Guerra Santa, que no es un simple esfuerzo moral, como se dijo en «La Clave», fundamenta la expansión del Islam. Obligatoria contra los vecinos, la obligación se extiende a todo tiempo y lugar, a medida que se ensancha el territorio. «No sois vosotros quienes matáis, es Dios. Cuando encontréis a los infieles, matadlos hasta hacer una gran carnicería» (Corán). La Iglesia toma, con las Cruzadas, la iniciativa de la guerra. De ser un azote divino pasa a ser Santa. «El Caballero de Cristo mata en conciencia y muere tranquilo: matando, trabaja para Cristo» (San Bernardo). Maimonides racionaliza el concepto distinguiendo la guerra necesaria, para la defensa del territorio nacional, de la expedición voluntaria. Tomás de Aquino, menos moderno, intenta conciliar guerra y moral en la teoría de la guerra justa. Para Vitoria, la extensión del imperio no es causa de guerra justa. Pero, según Molina, todas las guerras son justas, basta que cada beligerante esté persuadido. Fue el caso de las guerras de Religión. El obispo de Münster dijo: «Un buen soldado debe tener tan poca compasión como el diablo». Se retrocedió a los tiempos del Deuteronomio: «Devorarás a todos los pueblos que tu Dios va a entregarte y no echarás una mirada de piedad sobre ellos». Ante lo que se avecina en el Golfo, cabe preguntarse por el progreso moral de una civilización que, en sus albores helénicos, comprometía a los Estados beligerantes a no privar de agua a las ciudades asediadas y que hoy, en su madurez occidental, define la solidaridad internacional por el grado de complicidad en una calculada matanza.