1996-11-30.ABC.FRENTE A LA GRAN MENTIRA AGT MARTIN MIGUEL RUBIO
Publicado: 1996-11-30 · Medio: ABC
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ABC Pág. 34 TRIBUNA ABIERTA SÁBADO 30-n-96 M. M. Rubio Esteban FRENTE A LA GRAN MENTIRA Por Martín-Miguel RUBIO ESTEBAN L A obra de Antonio García-Trevijano, «Frente a la gran mentira», Espasa Calpe, noviembre de 1996, re presenta un filón abso lutamente insolayable dentro del pensa miento político. Nadie a partir de ahora que quiera hablar de ese sistema garantista que se llama Democracia lo podrá hacer sin haber previamente leído este libro incomparable, en el que se deja claro que «ni la regla de tomar decisiones colectivas por mayorías y mi norías, ni el sufragio imiversal, son inventos de la democracia, ni la distinguen por eso del gobierno del Estado liberal o del Estado de partidos». Esta obra, que irremediablemente se con vertirá en el más importante hito del pensa miento político español de todos los tiempos, mal que les pese a quienes sostienen el régi men de los «monarcoligarcas» -que ha tenido que convertir la ley de secretos oficiales y el temor a la verdad y a la justicia en su verda dera Constitución- y que participa del mismo halón de bravura intelectual que «Del espí ritu de las leyes», «El Contrato Social», «La Democracia en América», «El Segundo Tra tado del Gobierno Civil», «El Manifiesto Co munista» o «La Dictadura», sólo ha podido ser escrita por alguien que tenga estas cuali dades: una inteligencia privilegiada, una vasta y selecta erudición, la morahdad y el ri gor de Robespierre, experiencia política y, so bre todo, una desmesurada pasión por la li bertad, eso que Protágoras, perteneciente a la primera generación de demócratas, llamaba «politike are», o virtud política. Es decir, ha sido escrita por un intelectual civilizado. Pues no olvidemos que para Trevijano «la pa sión de libertad es un producto espiritual de la civilización». Porque el hombre no es Ubre por naturaleza; lo es por civihzación. La liber tad no es un instinto; es una pasión, producto de la cultura y la civilización. La imposición de un consenso entre los partidos que deten tan el oügopoho de la acción política sobre la verdad oficial o legal ha querido engañar al Pueblo con un sistema político al que se le ha puesto un nombre que profana. Pero Trevi jano desvela a este pueblo aún no corrompido -aunque donde perduran los gobiernos co- ASIA* en Madrid C/MÍ|á!a,;l06 ALFOMBRAS PERSAS PERSA • KACHEMIRA • AFGA.N'A • NEPAL CHINA • PAKISTÁN • TCRKA • INDIA • RUSIA PROMOCIÓN ESPECIAL POR APERTURA M A Ñ A NA D O M I N GO ABIERTO Madrid: C' Alcalá, 106 • Tel.: 578 44 14 Logroño Gran Vía. 49 • Pamplona: Avda. de Bayona 2 Valencia Gran Vía Marqués de Turia. 35 • Vigo: Gran Vía 50 692.694 ANUNCIOS PUBLICADOS EN EL95, SON PALABRAS MAYORES AHUNaOS PW MLAWAS A BC rrompidos se puede asegurar que hay ya un pueblo corrompido- que es mentira que esto sea una Democracia, y que como mucho es un régimen político de «isonomía» oligár quica. Llamar Democracia a lo que no lo es no es un engaño nuevo: Franco lo hizo, Fidel Castro lo hace, y hasta el empera dor Marco Aurelio también lo hizo, cuando Elio Arístides, en su «Elogio de Roma», 60, nos dice que con Marco Aurelio «una común democracia de la tierra es tablecióse, y todos fueron uno». La ley de la democracia trans forma la libertad de acción que la instituye en garantía de la liber tad política que consagra. La de mocracia no es libertad, sino ga rantía de libertad, porque el riesgo que la amenaza viene del mismo poder que instituye. La li bertad política despeja del campo de batalla a sus enemigos, y la ló gica del poder popular no deja hueco a sus conspiraciones. Para Trevijano el poder amigo que una sociedad instala con alegría en el Estado no es, en cuanto poder, diferente del poder ene migo desahuciado. No hay excepciones para la advertencia de lord Acton. En las ataduras y encadenamientos mu tuos de los poderes que la sociedad pone en el Estado, en el equilibrio de la disuasión entre poderes rivales, está la garantía de la libertad política de los ciudadanos. Esta tercera obra de Trevijano, escrita con la elegante sencillez de los filósofos educados, se divide en dos partes bien diferenciadas. En la primera parte se analiza el estado de la cuestión, haciéndose una especie de historia pormenorizada -no cronológica- de la Demo cracia, en la que se estudia no sólo su desarro llo sino también sus sucedáneos espúreos. Es la parte del análisis crítico e implacable, de la demolición de los falsos mitos (participación, responsabilidad de los electores, etcétera), del desvelamiento de la mentira institucionali zada. Será la parte más atractiva para los his toriadores. La segunda parte construye un pensamiento político, un corpus de ideas, un edificio perfectamente organizado, un sis tema. Será la parte que interese sobre todo a los estudiosos de la filosofía política, de la ar quitectura institucional y del derecho político y, en general, a todo ciudadano con pasión por la verdad y la libertad política. El corazón de esta segunda parte es la Teoría Pura de la De mocracia. En una época triste de ideales ya muertos o mortecinos representa una alterna tiva finisecular (la oropéndola de la libertad levanta el vuelo en las postrimerías de los si glos) llena de fe y de entusiasmo. Si hubiese que rastrear algún antecedente en el pensamiento político de Trevijano den tro de nuestras fronteras, no lo encontraría mos en Ortega, ni en Américo Castro, ni en Santayana, ni en Unamuno, ni en Saavedra Fajardo, ni en Antonio Pérez, ni en Quevedo, ni en el lejanísimo y sagacísimo Sem Tob de Carrión. Lo encontraríamos sólo en la bon dad política y en la irrefrenable pasión de li bertad de El Quijote. La acción política que sostiene Don Quijote contra el rico Juan Hal- dudo, prosopopeya cervantina del poder, en defensa del inerme y dulce Andresillo, perso nificación del pueblo, es de la misma natura leza que la que Trevi jano sostiene contra este Estado mañoso de partidos estatales que vampirizan el trabajo y los anhelos de liber tad de este pueblo. La diferencia se encuentra en que Don Quijote no enseñó a Andresillo a defenderse contra el poder arbitrario de su amo, y «el caballero» Trevijano nos lo en seña, asegurándonos un camino de libertad política. A propósito de este asunto de la justicia cervantina debemos decir que la pasión democrática de Tre vijano, así como su moral política, no se fundan en los argumentos de la pura razón, a pesar de su tri buto intelectual a Kant, sino que se fundamentan en un senti miento vivísimo, en un ardor del alma, en una sensibilidad muy im presionable, en un casi superfe rolítico sentir. Es por ello que la Justicia para este originalísimo pensador español es sobre todo un sentimiento. Por eso mismo su fi losofía política hunde sus raíces en el mundo anglosajón, y más concretamente en David Hume y su hiperestesia para sentir el mal o el bien de la política práctica. En el 267 d. C. los godos desembarcaron en El Píreo y pretendieron poner fuego a las bi bliotecas de Atenas, entre las que se encon traba la primera gran biblioteca pública de Occidente, que erigiese Pisístrato, y hubieran llevado a cabo su proyecto, si alguien no les hubiera hecho notar que era mejor permitir a los griegos encerrarse en el polvo de las bi bliotecas que obligarles a empuñar la espada. El problema está en que el poder político ac tual, instaurado hace veinte años mediante un consenso de picaros y galopines sin idea les -o lo que es igual, de políticos oportunis tas-, ha superado con creces todos los límites imaginables de barbarie, crimen, incapaci dad e indecencia, y ya hasta los sabios más pacíficos y tranquilos tienen que salir de sus hermosas bibliotecas y empuñar la espada, siempre sagrada, de la rebeUón civil. OPORTUNIDAD ÚNICA 2X1 ¡ACOMPAÑANTE GRATIS! THAIUNUIA 2i1 Htl. Turista: 139.900 Ptos. ¡ S e g u n da p e r s o na G R A T I S! I 9.000 Ptos. iil. 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