2020-05-21.ELLIBRE.ES.RUBEN GISBERT PACO NUÑEZ

Publicado: 2020-05-21 · Medio: ELLIBRE

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RUBÉN GISBERT: «VIVIMOS EN UN SISTEMA POLÍTICO QUE ES UN RESIDUO DEL FASCISMO»
ELLIBRE.ES. 21/05/2020
PACO NÚÑEZ
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Rubén Gisbert is The Man. Este licenciado en Derecho por la Complutense de Madrid, y discípulo de Antonio García Trevijano, lidera un movimiento social que cristalizará próximamente en una asociación civil que luchará con denuedo por cambiar el sistema de partidos en España
En esta primera parte de la entrevista con EL LIBRE, este joven activista revolucionario de 30 años de edad arremete con fuerza contra el Gobierno y explica de forma didáctica el futuro esperanzador de nuestro país en materia política, que pasa por la destrucción de la partitocracia.
-¿Cree usted que toda esta tragedia servirá verdaderamente para cambiar las cosas?
-La polarización ideológica y la fractura social son el sustento de la partidocracia desde su fundación, en 1978. Ahora, para sobrevivir, los neopartidos tienen que seguir alimentando, con más esfuerzo si cabe, esta fractura social. Por eso, están haciendo una acentuación en la polarización ideológica. También porque hay más competencia entre los partidos que se llaman a sí mismos de izquierdas o de derechas, que realmente no lo son (todos son socialdemócratas). Entonces, tienen que ser más agresivos a la hora de polarizar la sociedad y aprovecharse de esa fractura social que han creado ellos.
-¿Dónde está el resorte que pueda lanzar a la sociedad española a las calles para clamar esa transformación del sistema?
El cambio social vendrá por la solución que aportemos, que sea una antítesis a esa maquinaria de la que vive el Estado de partidos. Y esa solución solo puede venir desde un mensaje de unidad en el que sea indiferente la ideología, credo o religión de cada español y que todos estemos unidos bajo una misma bandera: la de conseguir la democracia formal. El español medio tiene que ver que la causa de sus males no es de ningún partido sino del régimen que tenemos, porque el empobrecimiento y la inoperancia de la que hace gala el Estado de partidos a la hora de gestionar la pandemia es característico de este sistema. Los políticos se centran, en primer término y en último, en conservar su puesto, porque es su medio de vida. Lo dijo recientemente Manuel Castells, actual ministro de Universidades.
-¿Qué solución ofrece el movimiento que usted lidera?
-Solo hay una manera de hacer que los políticos que se preocupan por su cargo actúen en beneficio de la sociedad: que estén sujetos a los intereses del distrito electoral que lo elige. Solo así se puede garantizar que el político, para mantener su cargo, tenga que atender obligatoriamente a los intereses que le exige su distrito electoral. Si su distrito vive del turismo, ese diputado tendrá que preocuparse de las medidas que afectan a ese sector. Si es un distrito de trabajadores, tendrá que preocuparse de las medidas sociales y de las ayudas a los trabajadores.
-¿Por qué en España se nos llena la boca de hablar de democracia si no tenemos esa democracia real?
-España no es un régimen representativo ni democrático. Es un Estado de partidos, definido en su día por el presidente del Tribunal Constitucional de Alemania, Gerhard Leibholz. El Estado de partidos trabaja para que los españoles elijamos a nuestros políticos de acuerdo con un principio de identificación. Pero en cuanto a estructura de poder, no hay ningún tipo de feed back ni reciprocidad entre el gobernante y el gobernado. En cambio, con la representación uninominal sí hay un feed back directo entre el diputado y su distrito. Esto sucede en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. En el Parlamento inglés, cada diputado tiene que ir a defender los intereses políticos de su distrito electoral independientemente de la ideología de su partido.
–¿Estados Unidos sería un buen ejemplo?
-Un diputado de Virginia, sea republicano o demócrata, nunca podrá apoyar una ley en contra del tabaco, porque Virginia vive, en gran parte, del tabaco. Si vota esa ley, lo echan. Es el distrito electoral, la comunidad, la vecindad, la que tiene el control de lo que tienen que hacer los políticos. Y así se hacen las leyes, atendiendo a las necesidades sociales.
-En Inglaterra, cualquier ciudadano tiene hilo directo con el diputado de su distrito, ¿no es así?
-Efectivamente. Hay un diálogo directo, constante y permanente entre las necesidades del pueblo y el cargo electo, que tiene esa función. Aquí no existe esa función.
-¿Por qué tenemos que mantener a tantos diputados? ¿Es totalmente necesario para el buen gobierno de nuestro país?
-En España, si se suprimieran los diputados, no cambiaría nada, porque los que tienen la hegemonía para hacer la ley, hacer gobierno y nombrar a los jueces son los jefes de cada partido, que pactan entre ellos o bien tienen mayoría absoluta, como hemos visto en los años 80 y 90. Por eso, lo que hay en España se llama Estado de partidos o partitocracia. Lo que yo quiero es una democracia, que significa el poder del pueblo.
-¿Es el bipartidismo un mal endémico?
-No tiene por qué serlo. En Estados Unidos hay bipartidismo (demócratas versus republicanos), pero, al haber un principio representativo y elecciones separadas entre el presidente y los miembros de la Cámara de representantes, el Congreso, los partidos son lo que tienen que ser y lo que nacieron para ser: asociaciones civiles. El gran problema que tenemos en España, y en la gran mayoría de Europa, es que vivimos en un sistema que es un residuo del totalitarismo y del fascismo: partidos estatales y sindicatos estatales, pagados por el Estado. Eso es una antítesis. ¿Cómo un partido que tiene que defender los intereses de la sociedad civil va a ser pagado por el Estado? Los partidos tienen que ser instrumentos, no un fin en sí mismo.
-¿Está la gente suficientemente hastiada con esta pandemia pata que haya una verdadera revolución?
-El español medio es muy pesimista y está muy anquilosado en este sistema. Pero se van a dar una serie de circunstancias económicas, de fractura social, de empobrecimiento masivo de los españoles, que van a provocar un descontento y un descrédito muy grande hacia el sistema. Y, los que nos hemos estado preparando políticamente para esto, tenemos la responsabilidad de no hacer un discurso catastrofista sino ofrecer una solución, una alternativa, un mensaje de unidad y esperanza para salir del hoyo en el cual nos ha metido este Estado de partidos.
-¿Cree que los medios de comunicación, en líneas generales, tienen demasiados intereses creados como para ejercer un periodismo libre?
-Por supuesto. Tenemos suerte de tener las redes sociales. Primero, porque la gente intuye que, en los medios de comunicación habituales, que están comprados por el Estado, no encuentran respuestas ni debate ni pensamiento ninguno. Son contenidos vacíos. Gracias a internet, existe la posibilidad de cambio. Porque el Estado ya tiene un control absoluto de todos los medios. En las redes lo está intentando, como dijo el ministro Castells. El paso 1 es que los españoles difundamos los aspectos básicos por los cuales no tenemos una democracia y cómo esto repercute directamente en la pobreza y en la miseria absoluta en la que nos estamos viendo hundidos.
-¿Hay demasiados estómagos agradecidos como para echar abajo la partitocracia?
-El Estado de partidos está preocupado, ante todo, de conservar la estructura institucional del régimen que supone, en duplicidades administrativas y en cargos puestos a dedo (2 millones de personas), un gasto superfluo de 100.000 millones de euros anuales, el 10% del PIB. En época de bonanza, nadie se mueve, pero ahora, que hay muchos españoles que tienen que ir al Banco de Alimentos y que no les pagan los ERTE y que el Gobierno no quiere recortar en el gasto político, se va a propiciar que la gente vea la corrupción institucional existente.
-Para que se vote una nueva Constitución, ¿cuáles son los pasos a seguir?
-Haría falta una manifestación masiva y una abstención voluntaria, en las próximas elecciones, de más del 50%. Eso desligitima al régimen y le deja únicamente con la ley. En el momento en el que haya manifestaciones para provocar un periodo de libertad constituyente, si hubiera cargas policiales, el Estado perdería su legitimidad. Ese es el camino.
-¿Se postularía usted como candidato al nuevo Gobierno?
-Yo no persigo entrar en el Estado, no me interesa. A mí lo que me interesa es vivir en libertad y en una democracia. Para eso, solo necesitamos la abstención masiva, la movilización civil y la apertura de un proceso de libertad constituyente que no es ninguna tragedia. Se mantendrían las funciones básicas del Estado (sanidad, educación, limpieza, seguridad…) mientras, durante un año, habría un periodo de libertad de información como nunca en la Historia de España, en el que se podrían enseñar las diferentes opciones: monarquía presidencialista o república constitucional, principalmente. Y que los españoles elijan.