2017-06-23.ABC.ESPAÑA RUIZ QUINTANO
Publicado: 2017-06-23 · Medio: ABC
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ABC (Madrid) - 23/06/2017, Página 94 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes. Por surrealista que pueda parecer, Montse Pérez ha terminado reservando por internet una noche de alojamiento en su pro-pio piso para poder en-trar en él y recuperarlo. Un mes des-pués de que alquilara su pequeño piso en el corazón de la Barceloneta, uno de los barrios más turísticos de Bar-celona, a tan solo unos pasos del mar, esta mujer descubrió que su inquili-no, lejos de instalarse en la zona, se lu-craba ofreciendo de manera ilegal su vivienda como piso turístico a 200 eu-ros la noche en el portal Airbnb. El contrato de alquiler era de 950 euros al mes e incluía claramente cláu-sulas en las que se prohibía realquilar o dar un uso turístico al pequeño in-mueble, uno de los clásicos «cuarto de piso» de la Barceloneta –por las suce-sivas divisiones que se hacían en los pisos–. Era la primera vez que Mont-se lo alquilaba: era la vivienda de sus abuelos, y para nada del mundo que-ría vender. «Le tengo mucho cariño: no quiero ni que me lo destrocen ni tampoco tenerlo cerrado por miedo a que me lo ocupen», explica a ABC. «Crucé los dedos y lo alquilé», añade. Su arrendatario, un supuesto ase-sor financiero, le contó que le habían trasladado por trabajo de Londres a Barcelona y le mostró una nómina de 3.000 libras al mes. Poco después, el inquilino ya ni respon-dió a sus llamadas para hacer el cambio de nombre de los suminis-tros. Al acudir para in-tentar hablar con él, co-rroboró que su domici-lio se había convertido en un piso turístico. La semana pasada, como mínimo, se hospedaron seis personas diferentes, le aseguraron el resto de vecinos del inmueble. Intentó en vano de contactar con su inquilino así como conseguir ayu-da de Airbnb. «Mis amigos y abogados me decían que no me metiera en esto, pero llega un punto en el que no pue-des más. Es una situación de locos», explica. Para que no la descubrieran, su hija Thais fingió ser una turista y reservó en el piso. Anteayer, el primer día que encontraron disponibilidad, pudieron entrar de nuevo en la casa familiar. Y lo hicieron con la intención de no volver a salir de ella: cambiaron la cerradura y no hicieron el «check out». Airbnb, que intentó apartarse del problema diciendo que esta mala pra-xis es solo culpa del anfi-trión, borró el anuncio del piso. Paralelamente, Mont-se denunció ante el juez y también ante el Ayunta-miento el caso. Afirma desconocer las conse-cuencias legales a las que se expone habiendo he-cho de okupa, aunque tiene muy cla-ro que su inquilino tampoco ha cum-plido el contrato. «Tengo una vida tran-quila, no quería llegar a este punto, pero a veces si no te pones así las co-sas no cambian», explicaba ayer esta «squatter» de su propia casa.EL PULSO DEL PLANETAOkupa de su propio pisoUna vecina de Barcelona acaba alquilando su propia vivienda, vía Airbnb, porque su inquilino la ofrecía de manera ilegal a turistasEFE Montse y su hija Thais, ayer en su piso de 45 metros cuadrados de la BarcelonetaANNA CABEZA BARCELONA«Era la vivienda de mis abuelos, le tengo mucho cariño y la alquilé porque no quería venderla», diceÚltimo brindis en Las Ventas, cerrada para ensayar con los taurinos el 155 que Guerra pide para los sediciosos de Cataluña En la Corrida de la Cultura, con el Pirulí doblándose de calor como una vela de cera, Mo-rante de la Puebla brindó un «cuvi-llo» en Las Ventas al tabú de la Tran-sición, Antonio García-Trevijano: –Al hombre más inteligente que he conocido. ¡Viva España! –dijo. Y lanzó la montera. El «cuvillo» salió cultural y gal-banoso y, al final de la «sinfaena», Trevijano devolvió a Morante la montera con un billete de mil pese-tas dentro y este brindis: –¡Por la tradición! En éstas, un alguacil refrescó al diestro que quien presidía la Corri-da de la Cultura era el ministro del ramo, el señor De Vigo, quien debía de tener ya la cabeza, el hombre, en las propuestas de los Museos ma-drileños sobre la identidad sexual («¡el hecho diferencial!») para el D-Day del Orgullo Gay. El alguacil creía indicado brin-darle al ministro una fierecilla de El Grullo, la finca donde chozpan los «cuvillos», mas no hubo tal, con lo que el de Morante a Trevijano hu-biera sido el último brindis de un bohemio (ay, José Alfredo Jiménez) en la plaza de Las Ventas del Espí-ritu Santo, que la Autoridad, un tal Garrido, iba a cerrar como para en-sayar con los taurinos de Madrid el 155 que Alfonso Guerra pide para los sediciosos de Cataluña, que ahora consideran separarse, en vez de con un referéndum, con una acampada. Quechuas por votos, y ahí quie-ro ver a los juristas del TC, que tam-poco parecen muy schmittianos, como Mariano, quien por nada del mundo quiere ser el soberano, es decir, «quien decide el estado de ex-cepción». El marianismo huye del decisio-nismo de Schmitt por si algún lec-tor de Manolo Rivas, el schmittólo-go del Consenso, le dice fascista, y gobierna la situación catalana como los padres de Jardiel la conversación matrimonial: pasándole papelitos al mayordomo, que es el TC. Así, la imaginación de los sediciosos se ex-travía, y en vez de interiorizar que una nación sólo se rompe por gue-rra civil, juegan a romperla levan-tando quechuas en la Ciudadela. España, tradición y modernidad.IGNACIO RUIZ-QUINTANOESPAÑAVISTO Y NO VISTOVerbolarioPasado, m. Futuro en retirada. POR RODRIGO CORTÉSVIERNES 23.6.2017Editado por Diario ABC, S. L., Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S.L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 37.066 D.L.I: M-13-58 Apartado de Correos 43, Madrid. Teléfono de atención 901 334 554.