1995-06-14.LAVOZDGALICIA.ESCUCHAS

Publicado: 1995-06-14 · Medio: LAVOZDGALICIA

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17 / Nacional14 de junio de 1995MiércolesVTrevijano, Tocino, Ruiz Mateos y Segurado son algunos de los espiadosLos penalistas discrepan sobre la licitud de la captación de las conversacionesEl fiscal del Estado ordena unainvestigaciónsobre las escuchasEl fiscal general del Estado, Carlos Granados, ha ordenado que se abra unainvestigación sobre las supuestas escuchas y grabación de conversaciones aciudadanos por parte del Cesid, con el fin de que se inicien las acciones oportunas,informó el propio fiscal general. Granados tomó esta decisión horas antes de que elministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, le pidiera que ejecute lasacciones penales que puedan derivarse de los hechos denunciados. Juristas expertosen Derecho Penal discrepan sobre si las grabaciones constituyen delito.MADRID. Efe                                                              Granados envió a primerashoras de la tarde un oficio alfiscal jefe de Madrid, MarianoFernández Bermejo, en el quedice que en las citadas infor-maciones aparecen «determi-nadas noticias referentes a su-puestas interceptaciones y gra-baciones de comunicacionesmediante artificios técnicos deescucha y sin existencia de unprevio permiso judicial, hechosque pueden ser constitutivos dedelito», por lo que ordena em-prender «las actuaciones nece-sarias para la investigación».Explicó que los hechos de-nunciados son «graves» porquesuponen un ataque a los dere-chos reconocidos en la Consti-tución y al secreto de las co-municaciones tipificado en elCódigo Penal en los artículos192 bis y 497. En su opinión,el hecho de que las comunica-ciones fueran grabadas de telé-fonos inalábricos o móviles noimpide que su interceptación ygrabación pueda ser delictiva.Sobre la posible prescripciónde los hechos denunciados,dijo que sería así si hubieranpasado cinco años, como pare-cía desprenderse de las prime-ras informaciones, que hacíanreferencia a los años 1987 y1988, pero señaló que ayer semencionaba el año 1990. Deser cierto este dato, agregó, po-dría tratarse de un «delito con-tinuado» que arrastraría a losanteriores hechos.Dejar de escucharMiguel Bajo, catedrático deDerecho Penal de la Universi-dad Autónoma de Madrid, dijoque «el Cesid ha cometido unaactividad delictiva, no me cabela menor duda», ya que estasacciones constituyen una in-fracción desde que en 1984 setipificaron las escuchas telefó-nicas en el artículo 192 bis delCódigo Penal. Desde entonces,a juicio de Miguel Bajo, es«imposible excluir» del referi-do delito las escuchas de los te-léfonos móviles. Sostuvo queen caso de que las conversacio-nes fueran captadas de formafortuita, entonces «está la obli-gación de dejar de escuchar, loque parece que no ocurrió».Enrique Gimbernat, catedrá-tico de Penal de la UniverdadComplutense de Madrid, seña-ló que el Cesid cometió delitoy opinó que es «inverosímil» laversión dada por el Cesid deque estas grabaciones fueronfortuitas, ya que «se tienen lasconversaciones». Además, pro-siguió, «se da la casualidad deque todas las conversacionespertenecen a personalidades, loque no hubiera tenido lugar silas llamadas hubieran sido in-terceptadas al azar».Interpretación prohibidaEn contra se manifestó Ma-nuel Cobo del Rosal, tambiéncatedrático de Derecho Penalde la Universidad Compluten-se, quien dijo  que «con ante-rioridad a la reforma del 23 dediciembre de 1994 de los artí-culos 192 bis y 497 bis, difícil-mente, salvo que se lleve acabo una interpretación exten-siva prohibida en Derecho Pe-nal, puede sostenerse que la es-cucha o grabación a través deondas acústicas sea susceptiblede ser calificado como delito».De su lado, el catedráticoLuis Rodríguez Ramos, quientambién da clases de Penal enla Complutense, también opinóque hasta la reforma de 1994las escuchas de teléfonos mó-viles no constituían delito, yasí se puso de manifiesto en elproceso judicial por las conver-saciones difundidas por la Sersobre un pinchazo de este tipoa José María Benegas.Las grabacioneshan causado«asombro» y«preocupación»enlaCasadel ReyEl jefe de la Casa del Rey,Fernando Almansa, declaróayer que le han causado«asombro» y «preocupación»las informaciones sobre la gra-bación por el Cesid de conver-saciones telefónicas del Rey.«Sabemos que el Gobierno vaa comparecer en el Congresopara dar las explicaciones per-tinentes», se limitó a decir.Sabino Fernández Campo,ex-jefe de la Casa del Rey, ma-nifestó que las grabaciones delCesid efectuadas al Rey «mehan impresionado mucho, llegocasi al asco, porque esa situa-ción me produce una sensaciónen el estómago muy desagrada-ble, es de una gravedad ex-traordinaria, y espero que ten-ga sus consecuencias».Preguntado si don Juan Car-los podía sospechar que le es-taban grabando sus conversa-ciones, dijo que «el Rey no sa-bía nada, y yo, saberlo comoconstancia, en absoluto; perohay muchos servicios que fun-cionan a base de eso, quizá entodo el mundo, y lo que másdisgusta es que sea en nuestropaís, me gustaría que no fueraen mi país donde pasaran estascosas; me imagino que al Reyno le habrá gustado nada estanoticia, no sé lo que puede ha-cer, pero supongo que no le ha-brá agradado».Algunos de los espiados aseguranque no utilizaban teléfonos móvilesAlgunos de los espiadospor el Cesid aseguraron ayerque sus conversaciones fue-ron fruto del pinchazo de susteléfonos, ya que no utiliza-ban aparatos móviles, lo quecontradice la versión del ser-vicio de inteligencia. Todosmostraron su indignación,que algunos convertirán endenuncias judiciales.B García Trevijano. Elabogado y periodista Anto-nio García Trevijano declaróque hoy presentará una que-rella contra el director delCesid. Explicó que en suvida ha utilizado un teléfonomóvil, motivo por el cual lehan debido pinchar los telé-fonos de su despacho profe-sional. Añadió que eso prue-ba que el Cesid ha mentidoal decir que eran barridospara recoger las conversa-ciones que están en el aire.B Ramón Lillo. El inspec-tor Ramón Lillo, que dirigióla unidad de policía judicialde la Audiencia Nacional,consideró «muy preocupan-te» que se difundan conver-saciones suyas con confiden-tes e informadores porquepueden poner en riesgo a es-tas personas y comprometerrelaciones de índole profe-sional. Dijo también que elteléfono por el que mantuvolos diálogos ahora dados aconocer «de forma irrespon-sable» no era inalámbrico,sino un teléfono normal de laAudiencia Nacional.B Isabel Tocino. La dipu-tada del PP Isabel Tocinoaseguró que en su caso no seprodujo una mera escuchatelefónica, sino un pinchazo,puesto que en la época en laque sucedió carecía de telé-fono inalámbrico. Manifestóque la gravedad del asuntomerece que el PP presenteuna moción de censura, aun-que aseguró que acatará loque decida su formación po-lítica al respecto.B Segurado. «La noticiame ha producido un infinitoasco», dijo el empresarioJosé Antonio Segurado,quien añadió que no piensaemprender acciones legalesporque la experiencia le de-muestra que son muy caras y«tardan muchísimo». Señalóque «lo mejor es denunciarpúblicamente la flagranteviolación de los derechosconstitucionales».B Jorge Verstrynge. Elhoy militante socialista JorgeVerstrynge calificó de «ab-surdas este tipo de activida-des del Cesid, que deberíadirigirse más a los serviciosde inteligencia internaciona-les». Añadió que «las graba-ciones, al menos en mi caso,se produjeron en un contextopolítico muy diferente al ac-tual, en el que el sistema de-mocrático no estaba en sumejor momento, hoy seríaalgo intolerable».B Ruiz Mateos. El empre-sario José María Ruiz Ma-teos anunció la presentaciónde una querella contra el Go-bierno, aunque, dijo, no creeen la Justicia y no tiene nin-guna fe en los jueces. Encualquier caso, indicó queestá contento de que hayasido espiado porque eso sig-nifica que le tienen miedo yse preocupan de él.El popular Miguel ÁngelCortés y el socialista JoséAcosta, contertulios de Ra-dio Voz, criticaron ayer enesta emisora las escuchas delCesid. Cortés dijo que «laspalabras náusea o asco meparecen poco, que se haganestas cosas desde institucio-nes del Estado me parece deenorme gravedad». Por suparte, José Acosta dijo que«de ‘Anacleto agente secre-to’ yo no entiendo nada y ala vista de cómo están fun-cionando los servicios de in-formación de este país meparece que esto es un abso-luto desastre».