1994-08-15.ABC.ESCORIAL.CRISIS DE LA CONCIENCIA ESPAÑOLA
Publicado: 1994-08-15 · Medio: ABC
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LUNES 15-8-1994 CULTURA ABC Pág.37 Gregorio y el mar: recuerdos de Hemingway El pescador que inspiró al premio Nobel «El viejo y el mar» habla del «norteamericano que más amó Cuba» Gregorio Fuentes, el pescador que inspiró a Er- nest Hemingway «El viejo y el mar», ha sido el invitado de honor a la reapertura del Museo He- mingway de La Habana. Cuando se cumple el 95 aniversario del nacimiento del escritor, Gre- Roma. Alejandro Pistolesi gorio habla, a sus 96 años, «del norteamericano que más amó Cuba», sentado siempre en la misma mesa del restaurante desde la que el premio Nobel no perdía de vista a su bella «Pi- lar», el barco de pesca que «el viejo» patroneó. «Cuando vio cómo me las había arreglado a pesar del huracán, subió a bordo para conocerme y me pidió cebollas. Tenía ganas de comer cebollas. Yo le di también una botella de ron. No era en aquel entonces el papá de barbas blancas. Parecía un atleta, fuerte, simpático. Llevaba bigotito y le gustaba hablar y hablar durante horas. Cuando le di la botella de ron me dijo: «No tengo dinero en el bolsillo para pagártela, pero en cuanto vuelva a Key West y luego vaya a La Habana, ya verás»... Aquel día en Dry Tortuga, papá estaba preocupado porque no tenía radio y quería avisar a su casa que no había naufragado. «Tampoco yo la tenía y le dije que podía ir a Key West, porque por allí pasa el cable que une el faro con la isla. Me pidió que le acom- pañara. Temía que no le iban a dar el permiso para usar el telé- fono. «Queda tranquilo, le dije, porque en tu país reina la ley seca y no se puede beber, pero yo, siempre que paso por la Tortuga le regalo una botella de coñac al guardián del faro». Pero luego no resultó fácil vol- ver a encontrarse. «Siempre que yo regresaba a La Habana -cuenta Gregorio- los del puerto me decían: "Ha venido un ameri- cano con bigotito que te quería hablar. Volverá, porque dice que Ernest Hemingway tiene que darte una botella- de ron". Pero papá llegaba siempre cuando ya me había ido». «En aquella época -continúa-, él navegaba por allí con un con- trabandista de licores. Y fue en- tonces cuando descubrió "Flori- dita", a dos pasos de la catedral y del hotel "Ambos mundos", donde vivió un tiempo con su ter- cera mujer, Martha Gellhorn. Yo le volví a ver en el hotel en 1938. Me había dejado mensajes por do- quier. Subí al último piso a la de- recha del ascensor. Es una habi- tación sin número, pero ya no están los muebles que tenía papá y para enseñártela ahora te hacen pagar un dólar». «¿Cómo titulamos nuestro libro?» Los recuerdos de Gregorio se amontonan, algo desordenados, mezclados unos con otros como los naipes de una baraja... Son auténticas páginas de novela, como cuando Hemingway le en- cargó que patroneara su embar- cación, la bella «Pilar», limpia y efi- ciente. «Te daré el sueldo de un ca- pitán de transatlántico: 400 pesos al mes. Y un uniforme estupendo, ya verás, y navegaremos y pesca- remos juntos», recuerda Gregorio que le dijo Hemingway. Los del puerto no se lo acababan de creer y le decían a Gregorio que eso no podía durar. Pero se equi- vocaron, porque duró veintidós años. El recuerdo que el propio Gre- gorio considera más importante es el que le relaciona con la obra maestra de Hemingway: «El viejo y el mar». «Me enteré de que yo era el protagonista de la novela cuando papá lo terminó -señala-. Vino a mi casa al atardecer: «"Tengo que decirte una cosa... Estoy pen- sando en un título para nuestro li- bro". Él decía nuestro porque in- sistía en que sólo había tomado nota de lo que yo le enseñaba y le contaba. "¿Cómo le llamarías, tú que has nacido en el mar?"» Entonces le dije: «¿Te acuer- das, papa, cuando en Cayo Pa- raíso vimos desde lejos una barca grande con un viejo que em- puñana el timón? y tú decías: Mira ese viejo sólo en el mar. Pero cuando nos acercamos descubri- mos que a su lado había también un niño. ¿Por qué no titulas el li- bro "Un niño, el viejo y el mar"? Papa se quedó pensativo y repitió mis palabras a media voz. "Podría ser, pero como título es largo". Luego vació el vaso que tenía de- lante y salió de la habitación di- ciéndome: "Gracias, Gregorio"» Gregorio Fuentes Desde hace treinta años, Gre- gorio Fuentes come dos veces al día en «La Terraza», huésped del Gobierno de La Habana, porque con sus recuerdos es un monu- mento viviente a la memoria de Hemingway. Allí le ha encontrado el enviado especial del «Corriere della sera», Maurizio Chierici, que le ha entrevistado hilvanando con sus recuerdos una bella historia que parece haber salido de las páginas de «El viejo y el mar». Con su gorro de béisbol y la ca- miseta con la cara del escritor es- tampada en el pecho, el viejo pes- cador se sienta siempre en la misma mesa, entre dos ventanas asomadas al puerto de Cojimar, desde las que «papá», como él llama a Hemingway, no perdía de vista a «Pilar», su barco de pesca. Gregorio tiene el rostro curtido por el sol y el viento del mar y los ojos azules que recuerdan los de Spencer Tracy en la película «El viejo y el mar», de 1958. La gran amistad entre ellos na- ció en 1928, cuando Gregorio tenía 30 años y Hemingway 29. Gregorio mandaba una carraca maltrecha con la que transpor- taba madera a Florida, volviendo de allí con otras «cosas». Un buen día le sorprendió a medio camino un huracanan tropical que estuvo a punto de borrarle del mapa. Gregorio Fuentes decidió refu- giarse en la bahía de una isla di- minuta: Dry Tortuga. Y lo que es el destino: Hemingway, que es- taba navegando con el barquito que tenía en aquel entonces, había tenido la misma idea y le había precedido unas horas, de forma que pudo asistir a la com- pleja maniobra que se vio obli- gado a hacer Gregorio para reca- lar en la bahía. Bioy Casares, Grass y Fernán Gómez, en los cursos del Escorial El Escorial. Natividad Pulido Los homenajes centran la penúltima semana de los cursos del Escorial. El escritor argentino Adolfo Bioy Casares será el cen- tro de un curso que se dedicará a su figura y a su obra. Otro escri- tor, esta vez germano, será ho- menajeado el próximo jueves, fe- cha en que tendrá lugar un en- cuentro con Günter Grass. Pero el gran protagonista será, sin duda, el actor Fernando Fernán Gómez, que recibirá el viernes, en un so- lemne acto,'la Medalla de Oro de los cursos. La escritora Vlady Kociancich dirige un curso dedicado a la fi- gura del escritor argentino Adolfo Bioy Casares, que intervendrá como conferenciante extraordina- rio. Entre los escritores, críticos y catedráticos que analizarán su obra, se encuentran Francisco Ayala, Justo Navarro y Joaquín Marco. El escritor alemán Günter Grass será también homenajeado en un encuentro que tendrá lugar el pró- ximo jueves, dirigido por el tra- ductor Miguel Sáenz y por el pe- riodista Ricardo Bada. Un día an- tes, el diseñador Paco Rabanne recibirá un homenaje, en el que intervendrán Lola Gavarrón, Lour- des Fernández, Rocío García y el redactor de Blanco y Negro Pedro Narváez. El viernes, los cursos de verano dedicarán un acto de homenaje a Femando Fernán Gómez. El actor hablará de «Las adaptaciones lite- rarias en mi experiencia profesio- nal», tras lo cual tendrá lugar una mesa redonda en la que inter- vendrán José Sacristán, Emma Cohén, Jaime de Armiñán, Enri- que Brasó y Jesús García de Dueñas. Este homenaje se incluye den- tro del curso «Cine y literatura: amistades peligrosas», que dirige Juan Tebar. Los directores de cine José Luis García Sánchez y Fernando Méndez Leite hablarán hoy de «Mis adaptaciones de Va- lle-lnclán» y «La Regenta en imá- genes», respectivamente. El miércoles tendrá lugar la pre- sentación de la película «The Dead», de John Houston, basada en el relato de James Joyce, cuyo guionista, Tony Houston, hablará al día siguiente. La ministra de Asuntos Sociales inaugura hoy el curso dedicado a la «Responsabilidad solidaria de la Universidad. Función de las ONGS» y hoy da comienzo tam- bién el encuentro «¿Crisis de la conciencia española?», en el que participarán, entre otros, Antonio García Trevijano, Pedro J. Ramí- rez, Emilio Romero y Juan Velarde Fuertes. ABC (Madrid) - 15/08/1994, Página 37 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. 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