1994-09-18.ABC.ENTREVISTA MARO CONDE

Publicado: 1994-09-18 · Medio: ABC

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Entrevista

Mario Conde

«En la intervención de Banesto fue decisiva la convicción
del Sistema de que yo iba  a entrar en política»

«En noviembre de 1993 un ministro del Gobierno me reveló el porcentaje de votos que obtendría en
unos comicios y hasta me dijo que mi participación activa en política podría ser buena»

Renuncio  a  adentrarme  en  el
terreno  de  los  números  y la conta-
bilidad  bancaria  -el  "agujero",  JP
Morgan o la manera de gestionar la
Corporación  Industrial-  porque  en
él es obvia mi posición  de inferiori-
dad y mis pequeños escarceos son
respondidos  con  andanadas  de
calibre  grueso  que  no  estoy  en
condiciones  ni de evaluar ni, mucho
menos, de contestar.  Escojo, pues,
la  vía  de  la  política,  el  sentido
común  y  la  lógica,  en  un  intento
desesperado  de  dilucidar  si, como
se  deduce  de  la  lectura  de  "El
Sistema",  habré  vivido  hasta ahora
encaramada  a  una  gigantescca
higuera  o  si,  por  el  contrario,  mi
interlocutor  habrá  urdido  en  su
mente  toda  esta  fantasmagórica
trama  en  un  intento  de justificar  lo
injustificable.  Y  en ese  empeño,  la
primera pregunta se impone:

-¿Por  qué  no  escribió 

"El
Sistema"  antes  de  la  intervención?
¿No  cree  que,  en  ese  caso,  las
denuncias  que formula  en  su  libro
habrían sido mucho más creíbles?

-Tal  vez,  pero  cuando  uno  está
en la presidencia de un banco tiene
una  serie  de  limitaciones  y  ha  de
cuidar  no  sólo  de  sus  intereses,
sino  de  los  de  los  accionistas.
Bastante hacía entonces con escri-
bir  una  parte  del  Sistema  con
hechos, como  mis críticas a la polí-

14/_A,B..Q.

El Sorolla que cuelga a sus espaldas, muy a tono
con el decorado del amplio salón familiar,  me da
una primera pista: el golpe dado a su  economía
puede haber sido duro, pero dista bastante de ser
fatal. Y otro tanto ocurre con su aplomo.  Impecable
en su traje de fino paño, pese a lo avanzado de la
hora, perfectamente  engominado, sonriente,
cortés, extraordinariamente  locuaz y hasta algo
seductor, como él ha sido siempre y corresponde a
todo  buen triunfador,  Mario Conde sigue  siendo
Mario Conde, como si nada hubiese cambiado,
como si aquel día de Inocentes de  1993 no hubiera
sido sino  una broma de mal gusto, como si su
nombre no hubiese sido proscrito de todas las lis-
tas de éxito en las que había sido entronizado. Él,
desde luego, no se considera un fracasado.
¿Víctima?  Sin duda -de un Sistema implacable y
todopoderoso  que es descrito y desmenuzado  en
las casi cuatrocientas  páginas del libro que acaba
de"escribir-  y víctima inocente, por supuesto, aun-
que dispuesta a pelear.

tica  económica  del  Gobierno  o mi
entrada  en  medios  de  comunica-
ción.

-¿No le parecía tan malévolo ese
Sistema  mientras  estaba  en  él;
ganando mucho dinero, por cierto?
-Me  pareció  siempre  fatal  y,  en
cuanto  a  mi  carrera,  la  he  hecho

siempre  en  contra  del  Sistema.
Antes de llegar a Banesto, lo único
que tenía era una empresa llamada
Antibióticos,  que  nada tuvo  nunca
que  ver  con  el  Sistema.  Una  vez
que  llegué  a  Banesto  fue  cuando
empiezan  mis  contactos  con  él, y
siempre  en  su  contra:  desde  la

oposición  de  Mariano  Rubio  a mi
entrada  en  el  Consejo  de
Administración,  pasando  por  la
OPA del Banco de Bilbao que apo-
yaba toda  la comunidad financiera,
y  las  presiones  del  Gobernador
para  que  accediera  a  la  misma,
hasta  la  reacción  ferozmente  con-
traria  a 
la
Corporación  Industrial  o  el  trabajo
de todo  el Sistema  para destruir  la
fusión con el Central.

la  creación  de 

¿Coherencia o imprudencia
temeraria?

-Si  hay algo  en  lo que todos  los
banqueros con quienes he hablado
coinciden  es  la convicción  de que
el oficio  de  banquero  exige  mucha
prudencia, serenidad y llevarse bien
con el poder,  esté quien esté en el
poder...  Es  decir;  que  uno  no
puede ser un rebelde y ser banque-
ro a la vez. ¿No se habrá equivoca-
do usted de profesión?

-Esa  es  una  demostración  de
cómo funcionan las cosas en nues-
tro  país.  Seguro  que  si  habla con
un  banquero  inglés  no  le dice que
uno de los requisitos de su oficio es
llevarse bien con el poder.  El poder
es quien debe llevarse bien con los
banqueros, porque quien manda es
la sociedad. Pero aquí se han sub-
vertido  los términos. Y no son sólo

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los  banqueros,  lo  mismo  les
ocurre  a  la  mayoría  de  los
empesarlos.

-Entonces,  y  dando  por
buena  su teoría  ¿no  ha  sido
usted muy imprudente  con su
actitud  de 
"insumisión",
sabiendo  que  se jugaba  no
sólo su dinero, sino el de sus
accionistas?

-No.  El que se ha jugado el
dinero  de  los  accionistas  ha
sido  el  Banco  de  España.
Fíjese  que  usted  está  acep-
tando que si un señor es insu-
miso con  el poder  le intervie-
nen...

-Estoy  dando  por  buenas
sus  tesis  únicamente  a  efec-
tos del debate...

-Eso es una barbaridad y es
la verdad, pero es lo patológi-
co  del  Sistema.  Lo  grave  es
que  se  acepte  lo  patológico
como normal y, para mí, decir
que  la primera  obligación  de
un empresario es llevarse bien
con el poder es patológico.

-No.  Su primera  obligación
es dar beneficios a sus accio-
nistas.

-Exacto. Y yo  nunca jamás
sospeché que la reacción  del
poder  ante  un  planteamiento
de este tipo fuera la interven-
ción,  máxime  estando  con
nosotros un banco de la cate-
goría de JP Morgan. Pero esa
es  la  realidad.  Lo curioso  es
cómo  en  nuestro  país damos
por bueno lo patológico.

-No  estoy  de  acuerdo. Yo,
de hecho, estoy en una profe-
sión que cuadra bastante bien
con la rebeldía frente al poder.
No soy banquero y mi primera
obligación  no  es dar benefi-
cios  a  mis  accionistas.  Por
eso le pregunto: Si uno cono-
ce ese Sistema y sabe en qué
terreno  se  mueve  ¿no  es
imprudente  perseverar en esa
actitud?

-No  señor.  Es  coherente.
Yo  estoy  absolutamente
seguro  de que  habría tenido
muchísimas  más  facilidades
por  parte  del  Banco  de
España y de la Administración si no
hubiera  sido  crítico  con  el  poder,
pero  da  la  casualidad  de  que  no
entiendo  así  el final  del  siglo XX.
Además,  cuando  he  criticado  la
política económica  del Gobierno  lo
he hecho en defensa de mis accio-
nistas  y  de mi  propio  dinero,  por-
que  si  las  cosas  van  mal para un
país, van mal para todos. ¿Eso me
puede haber costado algún dinero?
En  una  determinada  etapa;  sin
duda, lo que nunca llegué a sospe-
char  es  que  iban  a  intervenir
Banesto y sí la intervención no está
justificada,  quien  ha  causado  el
daño  no he sido yo, sino  quien ha
intervenido.

-Podía haber dimitido de la presi-
dencia de Banesto y haber formula-
do todas  las denuncias que apare-
cen en su libro mucho antes ¿no?

-Sí,  sin  duda,  y  si preguntara  a

V;

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-Entrevista
fracaso,  favorable  a  las  tesis
gubernamentales  en  materia
de Unión Europea, favorable a
Mariano Rubio en los momen-
tos  iniciales  del  escándalo
Ibercorp, favorable  a las tesis
del  Sistema  en  las fusiones  a
que antes me he referido, etc,
etc.  Pero  yo  no  reniego  ni
renegaré  de  mis  relaciones
con  Polanco. También  le digo
que  nunca  jamás  he  pedido
nada de "El País".

-De  su  libro  se  desprende
que  desconfía  de  la honesti-
dad  profesional  del  actual
gobernador  del  Banco  de
España, Luis Ángel  Rojo.  Una
vez más, ¿por qué no expuso
en su día alguno de los graves
argumentos  que  aparecen  en
su  libro,  como  por  ejemplo
que  Rojo  estaba  al  tanto  de
todo  el  asunto  Ibercorp  antes
de que se hiciera público?

-Eso es cierto. ¿Por qué no
lo denuncié antes?  Porque no
se pueden denunciar cosas dé
ese tipo  desde  dentro  de  la
Banca.

-¿No  se  puede  hacer  un
informe confidencial al Ministro
de  Economía  o  al  presidente
del Gobierno?

-¿Al ministro  de  Economía?
me  parece  ingenuo  pensar
que  un  informe  al  señor
Solchaga tuviera alguna efica-
cia,  siendo  como  era  él  un
miembro  destacado  de  ese
Sistema:  ¿Al  presidente?  tal
vez si  hubiera hablado  con él
las  cosas  hubieran  sido  de
otro modo; pero un presidente
de  un banco no es un denun-
ciante.  Lo  lógico,  le  repito,
habría  sido  que  me  fuera,
pero...

-¿Por  qué  salva  a  Felipe
González de toda  responsabi-
lidad  en el asunto  de  la  inter-
vención?

«Si se hubiera hecho con otros Bancos el mismo análisis
que se hizo con Banesto, aplicando los mismos criterios, la
situación no hubiera sido cualitativamente distinta»

algunos  de  mis  amigos  íntimos
sabría  que  eso  es  exactamente  lo
que  yo  pensaba  que  tenía  que
hacer.  Lo  que  ocurre  es  que  los
• señores  de JP  Morgan  me obligan
a firmar un documento en el que se
pone  como  condición  "sine  qua-
non"  para su inversión el que yo me
quede  al  frente  y  que  invierta.  En
esa  situación,  yo  elijo  el  banco  e
invierto  en él  mi dinero, tomado  a
préstamo, por cierto...

-Por  cierto,  ¿ha devuelto  ya ese

préstamo?

-Todavía  no.  Espero  que  suban

un poquito más las acciones.

Polanco, Rojo, Solchaga,
González
-A estas  alturas y después  de lo
que ha ocurrido  ¿se puede denun-
ciar  ese presunto  Sistema  sin citar

prácticamente  más  nombre  que  el
de Mariano Rubio?

-Se  pueden  hacer  reflexiones
sobre España sin hacer descalifica-
ciones.  Pero  es  que,  además,  sí
hay nombres y apellidos: en mi libro
digo  que todos  los  banqueros  han
sido  nombrados  por  el  Banco  de
España,  digo  que  el  grupo  Prisa
constituye  el  pilar  esencial  del
Sistema en los medios de comuni-
cación social.

-¿Por qué entonces no denunció
en  su  día  esas  connivencias,  en
lugar de cultivar sus relaciones con
Jesús, Polanco?

-Cuando  hablo de la pertenencia
del grupo Prisa al Sistema me refie-
ro a algo mucho más sutil, como la
postura de sus medios de comuni-
cación  sistemáticamente  favorable
a 
la  política  económica  del
Gobierno,  a  pesar  de  su  evidente

-Porque  estoy  convencido
de que le presentaron  la situa-
ción en un tono dramático que
no dejaba lugar a la vacilación.
-¿En  su  opinión,  González
no forma parte de ese Sistema
que rige los destinos financieros del
país?

-Está  de  alguna  manera secues-

trado por él.

-¿Cómo va a llevar once años en
la presidencia del Gobierno secues-
trado y sin enterarse de lo que tra-
man su ministro de  Economía y su
gobernador  del Banco de  España?
¿Es que es tonto?

-Desde  luego,  si  algo  no  es
Felipe González,  es tonto.  Pero es
que  los sistemas  de  poder funcio-
nan y  en este país carecemos  por
completo de centros de inteligencia
alternativos,  ajenos  al  Sistema.  Si
usted  me  pregunta  ¿Cree  usted
que el presidente conocía los com-
portamientos de Mariano Rubio y la
actitud de Carlos Solchaga en rela-
ción con Banesto? Mi respuesta es
no.

-¿Le consta que ignoraba lo que

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productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

Entrevista-
ocurría con Rubio e Ibercorp?

-Yo  creo  que sí, que lo ignoraba
y yo no le dije nada porque no tenía
la suficiente confianza.

-¿No  será  que  ahora  le defiende
porque no quiere quemar todas sus
naves?

-¡Pero si lo que está de moda es

atacar a Felipe González!

-¿Solbes y Rojo también están en

el Sistema?

-Es evidente.

El cuarto poder
-Aparte de sus críticas a la políti-
ca  económica  del  Gobierno  y  su
negativa  a  comprar  Ibercorp,  qué
factores  provocaron,  a  su juicio,
una  interevención  "política",  como
usted la define?

-Yo  creo  que  fue  determinante
nuestra  presencia  en  medios  de
comunicacin social.

-¡Pero si su entrada en Antena 3
determinó  la  salida  de  todas  las
voces  criticas con el poder  que allí
había!

-Yo sé que mi entrada en Antena
3 TV no sólo no fue bien vista por el
Gobierno,  sino  que  se  trató  de
parar,  como  se intentó  y  se consi-
guió parar el acuerdo con Godo en
la radio y la Vanguardia.

-Entonces ¿por qué salieron de la
casa  todos  los  profesionales  críti-
cos?

-Desde  luego, yo  no tenía ningu-
na  intervención  en  la dirección  de
Antena  3. Era un accionista y que-
daba al margen de esas decisiones.
-Pues se lo digo sinceramente: la
interpretación  que  hicimos  muchos
profesionales  de  esos  aconteci-
mientos  es  que  usted  estaba
haciendo  un  favor  al  Gobierno  al
acallar  esas  voces  y  estaba  com-
prando  tiempo  para  solucionar  sus
problemas en el banco.

-¡Pero  por  Dios,  Isabel! Antena 3
en aquel momento  no tenía mucha
audiencia. La impresión que reinaba
era que no iba a durar.

-No  tendría  mucha  audiencia,

pero sí influencia.

-En un sector que, por definición,
con Antena 3  o  sin ella,  no votaba
al PSOE.

-Si  eso .era  así  ¿por  qué  iba  a
importarle  al  Gobierno  que  usted
entrara en la empresa?

-Porque  sí me metía, y de hecho
me  meti,  en  la  linea  conceptual  y
programática,  en  defensa  de  la
libertad de mercado, de la transpa-
rencia, etc, etc.

-¿Es  cierto  que  prometió  ayuda
para  El  Independiente  a  Pablo
Sebastián y después no sólo no se
la proporcionó,  sino  que  ni siquiera
quiso atender sus llamadas?

-Es falso. El Independiente surgió
entre  otras  cosas  con  dinero  mío,
de  Mario  Conde,  porque  me pare-
ció  un  proyecto  interesante,  pero
después  no  funcionó  y  llegó  un
momento  en  el  que  no  se  pudo
poner  más dinero.  Pero que quede
claro  que  el  dinero  era mío,  no  de
Banesto.

-¿Cree que el PP y, en concreto,
José María Aznar,  no le ayudaron a

1 6 / A BC

«Yo sé que
tendría que
haber dimitido
de la presiden-
cia de Banesto
mucho antes,
para denunciar
el Sistema,
pero los seño-
res de JP
Morgan me
obligaron a
quedarme
como
condición
para invertir»

evitar  la  intervención,  ni  la
condenaron  después,  por-
que  le  consideraban  una
amenaza?

-Yo  sé  lo  que  hicieron.
Sobre  las  motivaciones,  no
tengo opinión.

-¿Alguna  vez  alguien
desde  dentro  del  PP  le  ha
invitado  a  ponerse  al frente
del partido?

-Hace  años,  sí,  antes  de
que estuviera Aznar" al frente.
Después, no.

-¿Le  ha hecho  usted  algo
alguna vez al actual líder del
PP?

-Que yo sepa, no.
-¿Ha  tenido  la  tentación

de meterse en el partido?

-No.
-Pero no descarta meterse

en política...

-¿Y  por  qué  tengo  que
descartar  nada?  Sin  embar-
go, ya he dicho anteriormen-
te  que  ahora  mismo  no  es

una prioridad.

-¿Por  qué  no  me  revela  el nom-
bre  de  alguna  de  las  personas  o
"ángulos", como  usted  dice,  que le
han instado en más de una ocasión
a "lanzarse al ruedo"?

-Porque  no  puedo.  Porque  son
personas que están en el mundo de
la política, o de la empresa o de las
finanzas  o  del  periodismo...  Algún
día lo escribiré.

-¿Alguien  le  ha  ofrecido  alguna

vez entrar en el PSOE?

-No.
-¿Le tienta alguno de los partidos

existentes?

-Ahora no estoy en eso.
-¿Le tienta fundar un partido polí-

tico?

-En  estos  momentos,  no  forma

parte de mis prioridades.

-¿Puede  usted  convertirse  en un

émulo de Berlusconi?

-Yo creo que cada país tiene sus
respuestas e Italia ha dado una res-
puesta  a  la  italiana  que  a  mí  me
parece  buena. Yo  conozco  bien el
país,  era  buen  amigo  de
Raúl  Gardini,  con  quien
mantuve  muchas  conversa-
ciones, y sé que también en
Italia existe un Sistema...

«Creo posible y
hasta probable
que la Justicia
anule el
acto de
intervención, y
la ley dice que
cuando la
ejecución de
una resolución
es imposible,
se sustituye
poruña
indemnización»

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«Felipe
González está
de algún modo
secuestrado por
el Sistema, pero
no es tonto: es
que en España
carecemos de
centros de
inteligencia
independientes»

-Del que Gardini era pieza

importante ¿no?

-¡No! Él estaba enfrentado
al  Sistema.  ¡Si  llegaron  a
negarle  el  proyecto  de
fusión de su empresa!

-Entonces  ¿por  qué  se
suicidó cuando le implicaron
abiertamente  en el  proceso
"manos limpias" por corrup-
ción?

-Habría  que  saber  si  se
suicidó de verdad. A mí me
extrañaría  mucho,  porque
era  un  hombre  tremenda-
mente vitalista.
-Desde  su 

teoría  del
Sistema  ¿Cree usted que la
intervención  hubiera  podido
deberse al temor que suscita-
ba entre determinados esta-
mentos el que decidiera lan-

DOMINGO  18-9-94

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productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

Entrevista

zarse a la política y convertir-
se en el Berlusconi español?
-Que  estaban convenci-
dos de que yo iba a entrar
en  política  es  un  becho
que me consta, porque me
lo  dijo  un  ministro  del
Gobierno, cuyo nombre no
le voy a dar, quien también
me reveló el porcentaje de
votos  que  obtendría  en
unos comicios, y que llegó
a  decirme  que  mi  partici-
pación  activa  en  política
podría ser buena...

-...ParaelPSOE, claro...
-No,  para  el  país.  En
aquel  momento,  entre
noviembre  y  diciembre  de
1993, es cuando más pre-
siones  recibo  para  entrar
en  política  con  carácter
inmediato,  y tampoco  le
voy  a  decir  por  parte  de
quién. Ahora, respondien-
do  a su  pregunta,  le diré
que  estoy  convencido  de
que en el proceso de toma de deci-
sión de la intervención y de negati-
va  a  aceptar  nuestro  plan  para
Banesto, esa convicción fue un ele-
mento decisivo.

-¿Y han conseguido  apartarle de

una carrera política?

-El tiempo lo dirá, pero no pode-
mos  olvidar  la  teoría  del  efecto
"boomerang".  Hasta  ahora,  lo  que
sé es que intereso y que mi libro se
vende muy bien.

-Se dice que-usted solía manejar

buenas encuestas...

-Sí, pero ahora no. •
-¿Conoce  a  Antonio  García

Trevijano?

-He hablado con él una vez en mi

vida y no para conspirar.

-¿Ha  visto  a  Alfonso
Guerra  después  de  la
intervención?

-He  tenido  con  él  un

encuentro casual.

-Eran  buenos  amigos

antes?

«Todavía no he pagado el crédito que solicité al BCH para acudir a la última ampliación; estoy esperando a que
suban un poquito las acciones de Banesto»

son los 600.000 millones de "aguje-
ro"  que  su  gestión  provocó  en
Banesto,  según  la última  Junta  de
accionistas...

-Otros  hechos:  el  propio  gober-
nador dice efdía  30 que eso no es
así.  En  cuanto  a  la  Junta  de
Accionistas  ¿qué Junta?  Si concu-
rre a ella el 0,4  por  100 del capital
social  distinto  del  Banco  de
Santander  y  algunos  de  los  que
intervienen  tienen  50  acciones  y
uno  una.  La Junta  es  el  Banco  de
Santander.

-¿Usted por qué no acudió?
-Porque  es  más  fácil  impugnar
los acuerdos de una Junta no asis-
tiendo  que  asistiendo,  y  nosotros

-Las  dos  cosas  son  falsas.
Nunca  jamás  he  hablado  con
Solchaga  de  Antibióticos  ni  he
hecho  tal  promesa.  Nunca  jamás
he  recibido  la  menor  ayuda  de
nadie  para Antibióticos.  No  existía
ningún  pacto  de  caballeros;  los
propietarios eran dueños de vendef
a quien les diera la gana.

-¿Es ético participar como accio-
nista en una empresa de seguridad
y concederle contratos con cargo a
Banesto,  desde  la  presidencia  del
banco?

-Primero,  yo  no  sabía  que  la
empresa  estaba  trabajando  con el
banco. Segundo, si la adjudicación
se produce tras concurso  público y

«A los banqueros la intervención no les ha costado nada, o,
si no, busque en la cuenta de resultados de este año si hay
una salida que ponga "para Banesto"

-Hombre,  la amistad es un senti-
miento  distinto,  pero  tenía  con
Alfonso Guerra una buena relación y
hemos reflexionado alguna vez sobre
los problemas del país, incluso coin-
cidiendo en algunas ocasiones.
Ibercorp y otros  "agujeros
negros"

-¿Filtró  usted  a  la  Prensa  el

Dossier Ibercorp?

-No.  Lo  lógico  es  que,  si  lo
hubiera  tenido,  lo  hubiera  filtrado
antes de la intervención.

-De hecho, las primeras informa-

ciones son de 1992.

-Y  yo  me  enteré  de  ellas  por  la

Prensa.

-¿Se ha vengado de algún modo
de Mariano  Rubio, como él preten-
de?

-No.  Lo  que  le  ha  pasado  a
Mariano  Rubio  es  que  ha  habido
una  serie  de  hechos,  que  le afec-
tan, que son ciertos.

-También  hay  una  serie  de
hechos  que  le  afectan  a  usted y

DOMINGO  18-9-94

vamos a impugnar todos los acuer-
dos  que  nos afectan, siempre  que
no  perjudiquemos  los  intereses  de
los accionistas.

-¿Cree  usted  posible  que  la

Justicia revoque la intervención?

-Creo posible y de hecho proba-
ble  que  se  anule  el  acto  de  inter-
vención  por  emplearse  en  él  un
procedimiento  inaceptable.  Lo que
no  considero  posible,  ni busco, es
que se retrotraiga la situación. Pero
la ley dice que cuando  la ejecución
de  una resolución  es imposible, se
sustituye  por  una  indemnización  y
yo confío plenamente en la Justicia.
-No voy a meterme en un terreno
en el que usted me supera amplia-
mente,  pero  tengo  alguna  curiosi-
dad:  ¿Es  o  no  es  verdad  que
empezó  su  carrera  en  Antibióticos
vulnerando  un  pacto  de  caballeros
que  prohibía  la'venta  unilateral  de
una de las partes a uno sólo de los
socios  y  mintiendo  después  a
Solchaga  respecto  a  su  intención
de  vender  la  empresa  una  com-
pañía extranjera?

con  todas 
supuesto que es ético.

las  garantías,  por

-¿Es  un  buen  negocio vender  el
edificio  central  de  Banesto  propor-
cionando un crédito al comprador y
luego alquilárselo a ese comprador
pagando  un  jugoso  alquiler  por
ocuparlo?

-Así funciona el mercado inmobi-
liario  en  Estados  Unidos.  Nosotros
anunciamos  que  íbamos  a vender
el  edificio  porque  teníamos  otros
dos inmuebles y nos salia muy caro
mantenerlos.  El alquiler  iba  a man-
tenerse  sólo durante  el tiempo que
tardáramos en trasladarnos.

-¿Estaba  el  banco  en  condicio-
nes  de  hacer  a  la  Universidad
Complutense  las  generosas  dona-
ciones  que,  según  algunas  voces
malévolas,  le valieron  el  doctorado
"honoris causa"

-No se dio nunca una sola pese-

ta a la Universidad Complutense.

La conjura de los banqueros
-Eñ  una  ocasión  me  dijo  usted
que apoyo o cariño  son cosas  que

se  dan  con  facilidad,  pero  que  el
dinero  no  se  suelta  así  como  así.
¿No  le  resulta  extraño,  entonces,
que  los  bancos  de  este  país  estu-
vieran  dispuestos  a  desembolsar
cerca  de  200.000  millones  de
pesetas  para tapar  un' agujero ine-
xistente, según usted, simplemente
para desembarazarse  de un perso-
naje incómodo?

-El  Fondo  de  Garantía  de
Depósitos  compra  las  acciones  a
400  pesetas  y  se  las  vende  al
Santander  a  800. A  los  banqueros
no  les  ha costado  nada,  o,  si  no,
busque  en  las cuentas  de  resulta-
dos de este año a ver si hay alguna
salida  de  gastos  que  diga  "para
Banesto".  Pero, además, es
que  el  modelo  funciona  al
revés.  Yo  estoy  seguro  de
que  hay  bancos,  como  el
Hispano,  que  se  enteran  de
la  intervención  el  día  28  de
diciembre.

-Pues  Amusátegui  la  ha

justificado públicamente.

-Y  es  muy  libre  de  hacerlo.  No
olvide  el  concepto  orteguiano  de
que  cada  uno  es  él y  sus  circuns-
tancias,  con  lo  cual  uno  puede
tener  que  tener  una  opinión...
¿Usted cree que ante un hecho de
esta'envergadura  un  banquero  se
puede negar?

-O sea, que todos  los banqueros

están en el Sistema...

-No  les  queda  más  remedio. En
España  no  hay  verdadero  poder
económico privado.

-¿Hay o  había hace  unos  meses
otros bancos con problemas simila-
res a los de  Banesto y que  no son
o han sido  intervenidos  porque sus
presidentes  se  han  mostrado  más
dóciles?

-Sinceramente,  si  se  hubiera
hecho, con  otros  bancos  el  mismo
tipo  de  análisis  que  se  hizo  con
Banesto, aplicando  los  mismos cri-
terios,  es probable que la situación
no  hubiera  sido  cualitativamente
distinta.

Isabel SAN SEBASTIAN

A  B C/  17

ABC (Madrid) - 18/09/1994, Página 17
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